Partida Rol por web

Sin saber muy bien cómo, acabo siguiendo a los tres animales hasta el compartimento de Slytherin. Dejo salir una sonora carcajada cuando veo el lugar en el que ha aterrizado Bikkel: sobre la cabeza de Carrie. Su grito me hace reír todavía más. ¡Pero si tiene sentimientos! Yo que pensaba que había pasado todos estos años en compañía de un robot. 

Vuelvo la vista hacia atrás buscando a Leo, que debería haber llegado antes que nosotros pero, en ese mismo instante, Kaitlin, cuya mano estaba apoyada sobre mi hombro y el de Duncan para observar el espectáculo, cae sobre nosotros tirándonos al suelo. 

- Pero.. ¿qué?

Me incorporo frotándome el cogote- Menudo golpe me he dado-. Al darme la vuelta, Kaitlin ya está desapareciendo por la puerta con las cosas de Leo, del que no se ve ni rastro. No hago ademán de seguirlos, puesto que no quiero llamar la atención de nadie más sobre ellos. No sé cuantos habrán visto al león Leo...pero cuantos menos lo sepan, mejor. Además, hay otro asunto que me retiene aquí. 

Me giro buscando a la gata con la mirada y mis ojos se abren súbitamente cuando la veo colgando de la mano de Carrie, que amenaza con tirarle por la ventana.

- Pero, ¿qué haces, loca?- suelto, controlando las ganas que me entran de quitarle a la gata de un empujón. Sólo la decisión de Carrie de dejarla en la jaula del conejo diabólico evitan que lo haga.

Con dos pasos firmes, me planto ante la jaula y rescato a Bikkel de las garras de ese bicho. Siento como las garras de este último se clavan en mi mano, pero lo aparto de un empujón. Tras el último comentario de Carrie, el conejillo de pascua ya no me parece tan mono como me lo había parecido en un principio. 

- Tranquila Bikkel...ya pasó. Esa bola de pelo no te va a tocar.- tomo a la gata en mis brazos y le paso una mano por el lomo repetidas veces para tranquilizarla. 

Todo ocurre demasiado rápido. La apertura de la puerta, la entrada de los animales y el salto del estúpido gato sobre la cabeza de Carrie. Una situación cómica que me hubiese sacado una sonrisa si no hubiese sido por nuestra inesperada e indeseable compañía. Decido permanecer al margen observando, en silencio. Por mucho que no quiera reconocerlo, el destino de ese gato me produce casi tanto interés que presenciar las reacciones de la panda de perdedores que se agolpan en nuestra puerta.

Por desgracia, Carrie decide perdonar su vida, y yo me quedo con las ganas de que estalle una pelea. Estoy a punto de decir algo, cuando Kyle opta por sacar al dichoso gato de la jaula. Sin esperar ni un segundo, doy un paso hacia él estirando la mano para arrebatarle lo que, desde el momento en el que interrumpieron nuestro viaje, había dejado de pertenecerles.

- ¿Es que no lo has entendido? - le digo friamente, pasándole a Bikkel a Dreidre con la máxima rapidez. Detesto a los animales. - Marchaos de aquí. Ahora. 

Siento como la rabia comienza a acumularse en mi interior. Los latidos de mi corazón contra mi pecho son tan fuertes que apenas me dejan oír las últimas palabras de Oliver. Respiro hondo, intentando encontrar la calma que sé que se esconde en algún lugar dentro de mí y, sin apartar la vista de su fría mirada, respondo. 

- Me parece que el que no lo ha entendido eres tú. Primero: esa gata no va a convertirse en el ratón de laboratorio de tu amiguita. Y segundo: tú no eres quién para darnos órdenes.- Ya está. Lo he dicho. Ahora, atente a las consecuencias. Nunca había tenido ningún mayor roce con Oliver, pero había sido él el que había metido las narices donde no le llamaban. Decido acabar con la situación cuanto antes. Si el conflicto se alarga, sé que la cosa acabará mal y no quiero perder los progresos, que en ese sentido, había logrado hasta ahora. 

Alargando la mano hacia el regazo de Dreide, sin molestarme siquiera en mirar a la gemela de Kaitlin pues me incomoda lo parecidas que son fisicamente, le arrebato a la gata y me alejo a buen paso hacia la puerta sosteniéndola con algo más de fuerza que la vez anterior. El hecho de que Carrow me hubiese arrebatado al animal con tal facilidad no me había sentado bien. Al pasar al lado de Will, le insto a seguirme con un gesto de mi barbilla. 

- Vamos. Parece que aquí no somos bien recibidos. - mi voz suena hueca y algo seca. Dos segundos habían conseguido amargarme el día, que hasta aquel momento había sido perfecto. 

Retrocediendo, con Kaitlin a mi lado, vi como Kyle entraba en el vagón de Slytherin. Era evidente, que no iba a dejar a Kyle solo en aquel nido de víboras, hablando de forma literal. Así que ceso en mi gesto, y avanzo un par de pasos, volviendo a quedarme en la puerta, sentado, esperando a Kyle. Estaba vigilando que hacía, y aunque prefería quedarme en la puerta, a riesgo de que pudieran verme, el hecho de que uno de mis mejores amigos estuviera allí, me impedía marcharme. Si tenía problemas, me metería hasta la cocina.

Así pues, sentado, esperando junto a Will, a que Kyle volviera con el maldito Gato. La última vez que cuido del puto gato... la próxima vez seré yo quien lo lance por la ventana más cercana. Pienso, en mi ignorancia de saber que acaba de pasar con Carrie, el gato, y la ventana.

Por otro lado, quería dejar un mensaje claro: No iba a dejar a Kyle solo. Y aunque las culebrillas no me reconocieran -y por lo tanto, la idea de un león en la puerta de su compartimento les debiera aterrar, sorprender y confundir a partes iguales- sabía que Kyle sabría que estaba allí para apoyarle y ayudarle en caso de ser necesario. No era de meterme en peleas que no podía ganar, pero sí que me lanzaría sin miedo a ayudar de ser necesario.

Es cuando Kyle pasa junto a Will y yo, cuando, esta vez sí, retrocedo, una vez más, sin dar la espalda, esperando que alguien cierre la puerta del compartimento, para evitar represalias inmediatas, o curiosos. Mire a Kyle, sin poder decirle nada, y luego mire uno de los compartimentos vacios.

Esperaba que entendiera el mensaje, con Kaitlin junto a mí, con mi ropa, y mis cosas, y yo con aquella forma. Si volvía a ser humano, sería como mi madre me trajo al mundo, y uno, a veces mantenía algo de pudor. Esperé de forma prudencial, en el pasillo, vigilando que no volviera el profesor, y que todo quedara tranquilo para poder ir a hacer "el cambio" a humano nuevamente.

Estoy en el suelo, a cuatro patas, con las cosas de Leo debajo de un brazo amenazando con volver a esturrearse y el otro brazo alzado, con una mano estirada en dirección al pomo de la puerta del otro compartimento, aquel lugar que supone nuestra salvación cuando, de repente, escucho la voz de Kyle.

¿Pero qué está pasando ahí adentro? Miro inmediatamente a la versión felina de Leo con la misma intención que él: es mi mejor amigo, igual que el de Leo y yo tampoco pienso dejarlo allí solo. Así que cuando veo en el rostro de Leo la misma determinación que en el mío, o al menos toda la determinación que se puede desprender de la cara de un león adolescente, asiento, y termino por incorporarme, básicamente para que Kyle vea que estamos alli por él, que puede contar con nosotros.

Observo la escena, en silencio. En condiciones normales yo misma habría intervenido, sobre todo estando Deirdre de por medio, pero ahora mismo lo cierto es que estoy más preocupada por el futuro de Leo que por aquel gato. Además, por otra parte me parece increíble que esté medio colegio en aquel pasillo intentando recuperar el gato de Eve y que ella ni siquiera haya sido capaz de acercarse hasta allí. Desde luego que si fuera Copérnico quien ha dado a parar con su pellejo de iguana al compartimento de Slytherin yo no estaría tan tranquila. Y, como si acabara de leer mi mente, el camaleón aparece en mi hombro, saliendo de a saber qué pliegue de mi ropa, como de costumbre- Copérnico, no entiendo nada... - le susurro al camaleón, como si pudiera entenderme.

Mi susurro coincide con la retirada de Kyle. Y quizás Leo no pueda comunicarse con él, pero yo sí, así que doy un par de pasos en dirección al irlandés y me inclino sobre su oído, apenas unos segundos - Ahora vamos, Kyle... Leo tiene que... bueno, ya sabes... - le digo, enseñándole entonces el montón de ropa y enseres personales de Leo que llevo debajo del brazo. Y mi gesto coincide esta vez con el cabeceo de Leonard en dirección al otro compartimente, así que a Kyle debería quedarle lo suficientemente claro a dónde vamos y para qué. Y vuelvo a mi posición junto a Leo, esperando que sea él quien se cuele en el compartimento en primer lugar, tras dedicarle a Kyle una sonrisa divertida.

A mí, todo aquello, no dejaba de parecerme divertidísimo, gato incluido.

Es entonces, cuando Kyle empieza a marcharse con Kaitlin, y los demás intentan incorporarse del suelo cuando hace su aparición el popular Zac Bolton. Tan atractivo como siempre hace su entrada, pisando las espaldas de Duncan y Laura en su entrada, siempre con su fachada seria y fría.

- Qué molesto. Una alfombra hecha de perdedores.

Duncan:- ¡Eh! ¡Cuidado con lo que haces y dices!

Las miradas de Duncan y Zac chocan al momento y si pudieran herirse con ellas ambos ya habrían sucumbido. Por suerte, Laura, la capitana del equipo de quidditch de Hufflepuff, le pone una mano encima a Duncan antes de que la cosa vaya a más.

Laura:- No merece la pena, Duncan. Ya hablaremos en el campo.

Zac: - No duermo de terror.

Todos los que estaban en el suelo se levantan y viendo que ahí ya no hacen nada constructivo se marchan del lugar.

Una vez se cierra el compartimento, Zac posa su mirada en todos y termina en Carrie. Nunca han hablado mucho, y sin embargo, ahora parece interesarle qué tal está.

Zac:- Tan hermosa como siempre, Lewis. Me alegro de verte.

Jackie alza una ceja, sorprendida y extrañada. Hasta Deidre en vez de sonreir observa la escena, asombrada. Victoria intenta recuperar el aliento después de la carrera y no parece muy interesada en este hecho, al igual que Jack, que bosteza con aburrimiento.

- Que mal os tomáis las bromas algunos - canturreó con una sonrisa seca a la espalda de Kyle.

En un momento parecía que todo se les había escapado de las bromas, tanto al bando slytherin como al más variopinto lado de la amalgama de perdedores que se acumulaban en su puerta. Y para rematar la bonita escena, llegó Bolton despreciando con una simple frase a todos los invitados no deseados.

- Cierra la puerta con todos estos fuera, Bolton, por favor. Oh, bueno... deja entrar a Victoria, al fin y al cabo me ha traído a Bigotitosdos de vuelta.

- Las obviedades no hace falta decirlas, Bolton - dijo con tono mordaz pero con una sonrisa anodina y desganada de las suyas -. Siéntate, hay cosas más importante de las que hablar. Bueno, tengo que pensar un castigo para O'Brien por desafiarme... y desafiarnos a todos - le dirigió una mirada significativa a Oliver -. Ya nos encargaremos de eso. También estoy maquinando algo especial para el pequeño gatito de...mmm...¿de cuál de los pobretones es el gato, Vicky? - esperó la respuesta de la rubia mientras cruzaba los brazos y esbozaba una mueca desdeñosa -. Pero aún más importante que todas nuestras rencillas personales, ¿habéis visto al león? - una sonrisa relampagueante se dibujó en sus finos labios -. Tenemos a un alumno animago en Hogwarts, es... divertido. Me gustaría averiguar quién es. Posiblemente un Gryffindor.

Victoria termina por coger aliento suficiente para contestarte. Sin duda ha hecho más ejercicio que el los últimos cinco años en Hogwarts.

- Eve Colleman. Es su gata. ¿Alguien tiene ropa de cambio? Creo que nuestros compañeros me han tocado en exceso.- se toca la ropa componiendo una mueca de asco.

Por otro lado, Bolton esboza lo que parece una mínima sonrisa.

Bolton:- Me gustaría, pero tengo asuntos muy importantes que atender. Espero que algún día quieras compartir un tiempo conmigo, Lewis. Me gusta tu forma de pensar.

Y sin más se marcha hacia el final del vagón donde ya le está esperando un grupo variopinto de Slytherins, incluyendo los tres de tercero que han sido castigados anteriormente por vosotros.

Sabía que era peligroso, por eso había utilizado la palabra "seguro" junto a "hechizo"... Sin emabrgo no importaba, ya que el séquito de corredores volvió a pasar con la misma velocidad y desorganización, sólo que esta vez un León les pisaba los talones.

- ¿Pero qué pasa este año? - susurré incrédula para mi misma antes de sacar la varita y agarrarla con fuerza. Tenía intención de poner un fin a eso de una vez por todas. 

Para mi alivio el profesor parecía estar pensando lo mismo ya que actuó igual que yo. Asentí cuándo dijo que no pintaba bien y que iban hacia Slytherin y empecé a ganar terreno corriendo tras el grupo perseguido, varita en alto, esperando que el profesor Diggory siguiese mis pasos.

Recorreis todo el pasillo, serios y caminando rápido, conscientes de que puede haber ocurrido algo malo en ese vagón. Y con un poco de suerte quizás aún estén con trifulcas en las que poder poner orden.

Los alumnos están asomados cerca del compartimento de los Slytherin, atentos a todo.

Por suerte, una vez llegais y Cedric se asoma, solo hay Slytherins y el gato blanco está en su jaula.

Cedric:- No hay ni rastro del gato.-Comenta serio y claramente preocupado. Se gira a Eve y la mira, esperándose lo peor.- Voy adentro.

Laura:- ¡No es necesario!-Laura, Will y Duncan acaban de acercarse. Tienen un aspecto algo feo. Sudorosos, algo doloridos y despeinados.- Tu gato lo salvó Kyle, Eve. Aunque no sé dónde se han metido ahora.

Esto iba mal, muy mal... Había confiado la seguridad de la pequeña a mis amigos y se había liado de mala manera. Hasta ahora era la primera vez desde que la encontraba que no estaba a mi lado ¡y sólo era una gatita de 6 o 7 meses! Tendría que haberla llevado conmigo de patrulla...

"Eve, para. Estás culpando a tus amigos de lo ocurrido, ¡eso está tremendamente mal! Seguro que no hay alguna explicación y ellos han hecho todo lo que estaba en sus manos."

Con una clara expresión compungida en mi cara, me giré hacia Laura, Duncan y Will.

- ¿Qué es lo que ha pasado y dónde estaban Kyle y Bikkel la última vez que los habéis visto? - dije con preocupación en la voz, aunque no era mi intención.

Demonios, estábamos en un maldito tren, ¿cómo era posible perder de vista a alguien si sólo se podía ir en dos direcciones?

Cuando salgo del compartimento, ignorando el último comentario de Carrie, los primeros en los que centro mi atención son Kaitlin y Leo. Le lanzo una mirada a Leo. Me muero de ganas por saber desde cuándo es animago y qué otras cosas puede hacer, pero ese no es el momento. Cambiando la dirección de mi mirada, poso los ojos en Kaitlin que me susurra unas palabras. 

- Vale, tranquila. Estaremos en el compartimento de antes. Leo te dirá cuál. - le digo, consciente de que lo que tienen que hacer debe hacerse ya y con la máxima discrección, aunque sería divertido ver la reacción del profesor Diggory si Leo se transformase delante de sus narices. Esbozo una pequeña sonrisa, mientras sigo caminando junto a Will. 

Cuando tan sólo nos hemos alejado un par de pasos, nos cruzamos con Zac que va a reunirse con el resto de serpientes del nido. Ni siquiera me molesto en dedicarle un segundo de mi atención. Sin embargo, cuando oigo el quejido de Duncan, mi paso se vuelve algo vacilante y estoy a punto de darme la vuelta para defenderle pero la intervención de Laura llega justo en el momento adecuado y me decido a seguir caminando. 

Miro a Kyle, sin emitir sonido alguno. Comprendo su mirada, y soltaría alguna carcajada, o le soltaría alguna frase graciosa del estilo "¿Nunca has visto a un León bostezando? ¡Pues mira!" "Mira que dientes más grandes, son para comerme a la princesa mejor" o algo por el estilo. Pero por desgracia, esas ideas, quedaran relegadas a lo más divertido de mis ideas, al menos mientras siga en forma de león.

Cuando Kyle mira a Kaitlin, y le dice que se donde estábamos, asiento con la cabeza, efusivo, intentando que se me vea o se me note, ya que no puedo hablar. Acto seguido, me dirijo al compartimento, con intención de entrar en el, y continuar el resto del viaje tranquilo, cuando nuevos gritos me alertan. Me vuelvo, con intención de acabar con aquello de una vez por todas, y de paso, perder muchos puntos para la casa, cuando Laura interviene. No lo agradezco, Lewis, Bolton y sus sucesivos sequitos pagaran por todo lo que ha pasado. Me encargaría personalmente de ello. 

Al menos, las cosas han quedado tranquilas, y la batalla del gato la hemos ganado, a pesar de saber que la guerra queda lejos de ser ganada. Entro en el compartimento, esperando que Kaitlin entre. Me siento dentro, en el suelo, y miro a mi alrededor con curiosidad, asemejándome ahora más a un gato de 100 y pico kilos, o a una persona, que a un León.

Necesitaba mi ropa, mi varita, mi reloj, y sobre todo, mis gafas.

Asiento, en cuanto Kyle se dirige a mí, dedicándole una sonrisa radiante- Geni...- me interrumpo ahí, cuando escucho a Duncan quejarse-  ¿Pero qué...? - digo, frunciendo el ceño, dispuesta también a actuar cuanto antes. No iba a dejar que la Chupipandi hiciera daño a ninguno de mis amigos. Sin embargo, Laura parece ser mucho más rapida que todos nosotros y eso hace que, de una vez por todas, Leo y yo podamos escabullirnos en dirección a aquel dichoso compartimento.

En cuanto Leonard entra, cierro la puerta con pestillo, y bajo aquella ridícula persianilla de la ventana, cuya utilidad había sido para mí entre desconocida y nula hasta el día de hoy. Así que al final va a resultar que sirve para eso...

Dibujo una expresión astuta en mi rostro y, acto seguido, dejo las cosas de Leo sobre el asiento, mirándolo, con una enorme sonrisa- Jo, Leo, ha sido una pasada... ¡Mirate! ¡Estás genial! ¿Te dieron la licencia entonces sin problemas? Me lo he pasado genial, en serio... Eres un león chulisimo... - ahora mismo soy como una cría a la que acaban de darle el mejor regalo del mundo por Navidad. Y es que Leo me había hablado muchas veces de su condición de animago pero, al no tener la pertinente licencia nunca, hasta hoy, había podido ver su aspecto con mis propios ojos.

Me acerco a él entonces, mirándolo con curiosidad... e incluso llevo mi mano hasta su lomo, acariciándolo con suavidad, con una expresión alucinada. Y acabo mi gesto rascándole detrás de las orejas, en un gesto cariñoso- Que suavito estás así... - añado, sonriéndole, dejándole una última caricia antes de acabar volviéndole la espalda, para ir a por su ropa, su reloj, su varita y sus gafas. Y preparo, antes que nada la ropa, suponiendo que no tardará en transformarse.

-Bueno... vamos a ver...creo que ya puedes volver a ser tú... Cuando tu quieras. - le digo, sentándome a su lado, sin quitarle ojo de encima, con una sonrisilla que soy incapaz de borrar.

- No creo que quieran que nadie les encuentre.- comenta Laura algo incómoda.

Cedric suspira, guardando la varita de nuevo y pasándose la mano por el pelo hacia atrás.

Cedric:- Supongo que tendrá que ver con el león ese.- ante el silencio de Laura, Cedric descubre que está en lo cierto.- Y esto es lo que pasa por ser profesor. Venga, luego os encontrareis. Al menos el gato está a salvo.- mira a Eve y le dedica una leve sonrisa antes de emprender el camino hacia el compartimento donde están sus cosas.- Seguro que Liss sabría qué hacer en estos momentos...

Laura te mira unos momentos y luego te da un pequeño golpecito en el codo.

- Relájate. Bikkel está bien. Haz la guardia tranquila. Ya os vereis una vez lleguemos a Hogwarts.

Observo en silencio la rabieta de Kyle, sin mover ni un músculo. Pero no pierdo detalle de ninguna de sus palabras, sus gestos y sus reacciones. Tampoco hago nada para evitar que el asqueroso Gryffindor se lleve el gato. Ha tomado una decisión, y deberá pagar por las consecuencias... pero lo hará a su debido tiempo. No en vano se dice que la venganza es un plato que se sirve frío.

No es hasta que salen del compartimento que dejo caer suavemente mi mano derecha sobre la espalda de Dreidre. Siempre me había gustado la ligera curvatura que se le formaba en la zona lumbar. Acto seguido me inclino sobre ella, acercando mis labios hasta su oído. - Yo me encargo de esto - claro y conciso. No quiero que ella se meta en el fregado. La actitud de O'Brien ha hecho que me lo tome como algo personal.

En cuestión de segundos el lugar se vacía y Bolton hace su aparición. Le saludo con un gesto de cabeza en actitud amable, pero esta vez no estiro la mano para chocarla con la suya. - Nos encargaremos de eso - repito las palabras de Carrie en alusión a O'Brien, asintiendo con la cabeza. Estoy a punto de decir algo más, cuando menciona la aparición del león. Si, lo había visto. Por un momento estoy a punto de mostrar una ligera sonrisa. Parece que las cosas este año van a ponerse interesantes. Pero no es hasta que Bolton se marcha que respondo a sus palabras.

- Sabiendo de su existencia, no nos será difícil descubrir de quien se trata. Empezad por los círculos de amigos de todos los que se han agolpado en nuestras puertas. - Sí, empezad, pienso para mi. Aunque soy plenamente consciente del poder que tiene esa información, ahora mismo tengo cosas más importantes en las que detenerme. Además, cuento con que Carrie ponga a trabajar a su lacaya Price en esto. Será dócil y tonta, pero altamente operativa.

Me relajo un poco cuándo me asegura que mi gata está bien, devolviendo además la sonrisa al profesor Diggory con cierta vergüenza que no se de dónde sale, a decir verdad. Sin embargo,  reacciono de manera más seria ante el comentario de hacer la guardia.

- Eso intento. Este altercado es precisamente una de las cosas que un prefecto debe evitar o solventar. Necesito encontrar al león. ¿De dónde ha salido? ¿Quién ha conjurado algo así?

- Esto... no estoy muy segura, la verdad. Desapareció de estrangis cuando empezó la lucha por el gato entre Slytherins y el resto de nosotros. Lo siento, Eve. Pero me da que tendremos que esperar para averiguarlo.

Aaron llega entonces hasta vosotras, tan serio como siempre pero bastante más despeinado de lo que acostumbra. Laura sonríe, recordando divertida la carrera que se ha echado el chico.

Aaron:- Eve, no te quedes parada hablando. No sé dónde están los demás prefectos, pero debemos hacer guardia. Ve por ahí y yo tiraré por aquí. No podemos perder el respeto el primer día.