Partida Rol por web

Las gradas del campo de quidditch estaban a rebosar. ¡Al parecer nadie quería perderse la selección de Ravenclaw, uno de los equipos más fuertes del colegio en los último años. Los aspirantes, con sus correspondientes escobas, esperaban la aparición de Laura que se hizo esperar brevemente.

Tras los minutos de cortesía apareció la capitana, vestida con las ropas del quidditch, seria, imponente y aunque no contase con ello atractiva. Muchos de los presentes en las gradas simplemente iban para verla en aquel rol. Detrás de ella aparecieron tanto Kyle como Duncan, como escoltándola.

- Bien. Bienvenidos. Os comunico que disponemos de tres plazas libres. Guardián, cazador y bateador. De momento la primera práctica que haréis será conjunta. Volareis dando tres vueltas al campo de quidditch a la máxima velocidad posible.- Ian, que se encontraba al lado de Eve se atrevió a sonreir ante la facilidad de la prueba, Sean, que también se presentaba a las pruebas, permaneció serio y otro dos aspirantes, Teo y Rose, hiceron lo propio.- Vamos. Alzad el vuelo y dad esas tres vueltas.

Mientras se ponían en marcha, Laura se dirigió a Kyle sin apartar la mirada atenta de los aspirantes al equipo.

- ¿Te gusta?

Leonard: -Míralo- Anunció, dando largos pasos en busca de su cuñado.Hasta que en su línea de visión apareció Katherine, lanzándose a los brazos de Oliver. Eso hizo que Leonard se parara en seco, estirando el brazo para cortarle el paso a Kaitlin.- La puta ostia-. Soltó, al ver aquello. -Me cago en la puta ostia. -Volvió al soltar, acto seguido, y lo peor aún estaba por llegar.- Venga ya, no me jodas....-Su cara fue un mapa. Bajó la cabeza, con la boca apretada.Alzó la cabeza, poniéndose recto, y empujando las gafas de sol contra su cara, usando únicamente el dedo índice de la mano derecha.- ¿........................Y ahora qué?

Kaitlin:- Si, vamos a hablar con... Jooooooooder. - Se quedó sencillamente boquiabierta, patidifusa, al ver cómo Katherine se lanzaba en brazos de Oliver. Y no solo eso, sino que además, su cuñado correspondia aquel beso. - Leo.... - añadió, llevándose una mano a la boca, incrédula- ¿Has... Has visto? Se están... están.... Oh, Dios mio. Pues no sé... ¿Tu crees que nos han visto? Vale... nos ha visto. Vamos... a... a saludarlos, o yo qué se.- cogió de la mano a leonard y sostuvo en brazos a Bikkel al tiempo que caminaban hacia los dos chicos -Ho... hola chicos.

Escuchar una voz detrás de Oliver, éste apartó de él a Katherine agarrándola por los hombros con algo más de fuerza de lo inicialmente pretendido.

Oliver: - Kaitlin, Leonard.

Leonard:- Oliver, Katherine. Me alegro de veros. Estábamos preocupados por ti.- Carraspeó.- Venía a decirte que... bueno, estoy castigado... ¿Quieres acompañarme hasta los trofeos? Podemos... ir hablando mientras, si quieres.

Kaitlin:- Si... queriamos saber si... Si estabas bien...

Oliver:- Estoy... bien. Solo ha sido un numerito más de Lewis. Está bien, vamos.- Antes de echar a andar, se giró hacia Katherine y posó la mano sobre su brazo derecho. - Hablamos luego. - Sin esperar una respuesta, echó a andar hacia el castillo.

Katherine:- Hablamos luego.

La manera en la que se habían desarrollado los acontecimientos no eran, en absoluto, como los había planeado. Pero debía reconocer que no me disgustaban. Fuese premeditado o no, todo iba sobre ruedas. El numerito de Carrie delante de todo el colegio había comprimido de un plumazo todos los esfuerzos que necesitabamos para enfrentar públicamente a la casa Slytherin. Lo único que lamentaba era el motivo por el que todo había pasado. La boda con Carrie Lewis se interponía en mis planes. Tendría que buscar una solución pero, para eso, debía pensar. Y ahora tenía otras cosas en mente.

Como por ejemplo, Katherine. En el fondo, mi relación con Deidre siempre había tenido un componente de conveniencia; algo que había primado en el último año, cuando las cosas habían empezado a deteriorarse. Ahora debía hablar con ella, explicarle cual era el plan. No me podía permitir un golpe de poder por parte de Carrie.

"Oh no." - fue lo único que cruzó mi mente al ver las gradas abarrotadas de esa manera. No habría sido un problema durante un partido, pues habría entrenado mucho y sabría lo que hago.... Aquí estaba ante unas pruebas para medir mi habilidad y tantos ojos que podían ser testigos de un fracaso estrepitoso me ponían nerviosa.

Al escuchar a Laura así con fuerza el mango de la escoba y me senté sobre ella. Vi que Ian me sonreía confiado, pero yo no era capaz de devolverle la sonrisas. No sólo porque yo me tomaba todo lo que hacía con seriedad, sino también porque mi cara se había quedado paralizada por los nervios.

En cuándo Laura nos dijo de alzar el vuelo, vi que Ian fue el primero y más rápido sin dudas. Intenté no quedarme atrás pero sin duda su manejo de la escoba era impresionante, mucho mejor que el mío. Agaché el cuerpo pegándome a la escoba para coger velocidad y cortar el viento con la mínima resistencia y traté de olvidarme del centenar de ojos que nos miraban. Tres vueltas. Tres vueltas. Por lo que más quieras, no te caigas Eve.

La expresión inexpresiva de Carrie se truncó por un momento. ¿Con que un numerito de Lewis? No había ningún pensamiento agradable para la chica que llevara el nombre de Oliver. Hizo un esfuerzo para centrarse en la escena que tenía delante, mucho más importante, y por la despedida de su padre que daba a entender que ya estaba todo dicho. Midió al hombre con la mirada antes de decidir que aquella batalla estaba perdida, aunque aún no se hubiera decidido el resultado de la guerra. 

Sin decir nada más, ni una simple despedida, se giró para dirigirse hacia la puerta. Pero una vez en el umbral se detuvo, con una súbita pregunta en mente.

- Nosotros sacamos dinero de este acuerdo. ¿Qué sacan los Carrow de él? - no se volvió cuando le hizo la pregunta, seguía de espaldas.

El silencio fue protagonista durante unos instantes, Bolton sí miraba a David, observando cómo levantaba nuevamente la mirada del periódico y fijo la vista con un extraño brillo de orgullo y satisfacción en el chico. Justo en ese momento respondió a Carrie:

- Prestigio. Tienen mucho dinero pero su lacra es que han perdido todo el prestigio con que contaban. Sin nuestro vínculo, están también perdidos. Al fin y al cabo nosotros tenemos aún un nombre digno en la comunidad mágica. A ellos solo les quedan galeones.

Dicho aquello, Zac y Carrie salieron nuevamente al exterior. Había llegado el momento de regresar, pero mientras caminaban alejándose del lugar, el chico quiso preguntar antes de transportarse.

Zac:- ¿Preparada?

-Hasta luego, Kath... - me despedi, con una diminuta sonrisa, algo nerviosa. De hecho, en ese momento, no sabia muy bien cómo reaccionar, ni como actuar. Estaba completamente descolocada con toda aquella situacion y, en el fondo, tenia la sensacion de que todos estábamos pasando por lo mismo.

Eché a andar con Bikkel en brazos, acariciando a la gata de una forma un tanto compulsiva, como si eso me sirviera para tranquilizarme y para controlar la situacion. Y, en cuanto estuvimos solos, miré a Oliver, sin saber muy bien por donde empezar.

Me moria de ganas de preguntarle por Kath y por lo que acababamos de ver, por saber qué suponia todo aquello. Pero no era aquel el motivo por el que habiamos ido hasta alli, asi que me obligué a ir despacio, por partes. Carraspee ligeramente, mirándolo, mientras caminabamos.

-Oliver... ¿Va todo bien? Antes... hemos visto la bofetada de Carrie y cómo te empotraba una carta contra el pecho y... La verdad, estamos preocupados por ti...  - fui directamente al grano, mirándolo con una mueca de preocupacion- ¿Por qué ha hecho eso?

Miré a Leo de reojo, buscando su apoyo, la confirmacion a mis palabras. El siempre habia sido bueno en aquellas cosas. Y despues volvi a mirar a Oliver, esperando su respuesta, saber qué habia pasado para que, de repente, todo se hubiera puesto patas arriba sin aparente motivo.

No se despidió de su padre cuando cruzó la puerta seguida por Zac. Había pequeñas señales que evidenciaban que su estado de ánimo interior no era ni feliz ni calmado: el pliegue entre sus cejas, la crispación de las comisuras de sus labios y sus andares más enérgicos de lo normal y rígidos. Todo junto le daba una imagen de vitalidad desacostumbrada y un aire imperioso que la hacía reina del lugar.

Se cogió del brazo de Zac en cuanto salieron del lugar y posó la vista sobre él.

- Vámonos - aceptó.

Zac la miró a los ojos desde arriba y al instante, sin realizar ningún movimiento más y tampoco emitir ningún sonido, ambos se desaparecieron para un instante después reaparecer en un pequeño callejón desierto de Hogsmead.

- Ya estamos.

¿Qué decir? ¿Qué hacer? ¿Cómo actuar? La mente de Zac estaba envuelta en un mar de dudas y ni siquiera sabía sin había actuado como Carrie hubiera querido delante de su padre. Permaneció mirándola a los ojos, serio y pensando qué era lo mejor que podía hacer a continuación.

Si bien quizás lo suyo era esperar qué haría o diría Carrie. A lo mejor prefería que él estuviera callado.

Inicié el camino en silencio, a sabiendas de que Katherine no nos quitaba ojo de encima. Por un momento sentí ganas de girarme y comprobar su verdadera reacción ante todo aquello, pero me contuve. Ese comportamiento nunca había sido propio de mi, y no iba a empezar a serlo ahora.

Tener la mirada fija en el horizonte no me impidió saber a ciencia cierta que estaba siendo analizado por Kaitlin. ¿Cómo no saberlo? Su mirada se clavaba en mi como dos ardientes puñales. - Estoy bien Kaitlin... - comencé con tono pausado y conmedido, carente de emoción. - ... son las cosas las que no están igual. - confesé al final. En verdad, nada estaba bien. En mi interior tenía una disociación que, aunque no quería admitir, llevaba sintiendo desde hacía demasiado tiempo; y que se traducía en mi y en las expectativas que el resto del mundo tenía de mi; tanto mi familia como mis amigos. Algo que ese día, en el gran comedor, había quedado más que demostrado.

Me paré en seco y me giré hacia Kaitlin. Mi mirada fue directa a ella, aunque sabía que Leonard también me observaba, esperando mis palabras. Esperando saber qué era aquello que había provocado esa reacción por parte de Carrie. Quería contárselo, sentía que debía hacerlo. Pero, a la vez, era consciente de que, en el momento en el que pronunciese las palabras, nada volvería a ser como antes. - Nos han prometido. Carrie y yo estamos prometidos.

Hasta luego, Kath. Despidió Leo a Kath, saludándola con la mano, y una pequeña sonrisa. Una un tanto forzada a causa de las circunstancias. Se pasó la mano por la nuca, resoplando, pensando en cómo iniciar la conversación, comenzando a caminar, despacio por los pasillos, hacia su destino.

Se quitó las gafas de sol, obligándole a entrecerrar los ojos unos segundos, y frunciendo el ceño, molesto con el cambio de luz, durante los primeros segundos. Sujetó las gafas con la mano derecha, mientras caminaba, mirando el suelo, cuando Kaitlin comenzó a hablar. Se llevó su mirada de sorpresa, y acto seguido, miró a Oliver.

Hablando en plata... Estamos preocupados por lo que pasó en el Gran Comedor. Nunca había visto a Carrie tan cabreada... ¿Qué ha pasado? ¿Estas bien?

Se paró en seco en cuanto lo hizo Oliver, mirándolo, en el más rotundo de los silencios. La espera se hizo eterna, aquellos segundos se hicieron eternos y, si su intención había sido crear expectación, lo había conseguido. Tenía toda su atención cuando Oliver abrió la boca.

Nos han prometido.

¿Qué queeé? Incluso retrocedió un paso, preso de la impresión. ¿Tu.... y Carrie? ¿Carrie Lewis? Se vio en la necesidad de confirmarlo. Se llevo una mano a la cara, resoplando, ahora algo más agobiado. ¿Y como estas, tío? ¿Quieres hablar de ello? Entonces... ¿Lo de Kath? Señaló hacia atrás con el dedo pulgar, mirando un segundo hacia atrás, y volviendo la vista hacia Oliver.

¿Es definitivo? Cogió aire, negando con la cabeza Oliver, para nosotros siempre serás nuestro cuñado, y te ayudaremos en lo que sea posible. Si hay solución, la encontraremos. Para ti... y para Kath. Además de estar flipando con mayúsculas, estaba al borde de un ataque de nervios.

Kaitlin:-Hasta luego, Kath... - echaron a andar mientras Kaitlin acariciaba de manera incesante a Bikkel.-Oliver... ¿Va todo bien? Antes... hemos visto la bofetada de Carrie y cómo te empotraba una carta contra el pecho y... La verdad, estamos preocupados por ti... ¿Por qué ha hecho eso?

Leonard:- Hablando en plata... Estamos preocupados por lo que pasó en el Gran Comedor. Nunca había visto a Carrie tan cabreada... ¿Qué ha pasado? ¿Estas bien?

Oliver:- Estoy bien Kaitlin... son las cosas las que no están igual.- se paró en seco captando aún más la atención de los dos chicos.-Nos han prometido. Carrie y yo estamos prometidos.

Leonard:-¿Qué queeé? Incluso retrocedió un paso, preso de la impresión. ¿Tu.... y Carrie? ¿Carrie Lewis?- se llevó una mano a la cara, resoplando, ahora algo más agobiado. -¿Y como estas, tío? ¿Quieres hablar de ello? Entonces... ¿Lo de Kath? -Señaló hacia atrás con el dedo pulgar, mirando un segundo hacia atrás, y volviendo la vista hacia Oliver.- ¿Es definitivo?- Cogió aire, negando con la cabeza.- Oliver, para nosotros siempre serás nuestro cuñado, y te ayudaremos en lo que sea posible. Si hay solución, la encontraremos. Para ti... y para Kath.

Le devolvió la mirada a Zac aunque parecía que no reparara en ello. Así siguió durante un largo minuto antes de emprender el camino de regreso al túnel secreto que les había llevado a Hogsmeade. Pero no bien hubieran andado veinte pasos por el lúgubre pasillo cuando Carrie se detuvo y se tapó los ojos durante un momento.

- Necesito pensar y calmarme antes de volver - se puso en cuclillas, apoyando la espalda contra la pared a la par que apartaba las manos de su rostro. Parecía cualquier cosa menos tranquila -. Esa prenda que tengo por prometido no ha perdido el tiempo, ¿sabes? - soltó al cabo de unos segundos de meditación silenciosa -. Sólo salir del Gran Comedor ha aprovechado para explorar la boca de Lestrange y ahora se lo está contando a sus amiguitos de Gryffindor. No llevamos ni una hora prometidos y ya me está engañando - pretendía bromear con ello pero en realidad estaba demasiado cabreada con lo del compromiso como para que sus palabras sonaran a otra cosa que a puro veneno. Se miró las manos, con sangre seca bajo las uñas -. No pienso casarme con ese imbécil  - añadió con enfado antes de levantar la mirada hacia Zac -. Tú mismo has visto que he intentado cancelarlo sin resultados. Y por más que yo me niegue y renuncie a mi familia, a mi apellido y a mi herencia, mi padre va a obligarme a casarme con él, aunque sea bajo imperius - negó con la cabeza. Parecía seriamente preocupada por cómo había cambiado su vida en la última hora -. He intentado hallar otra solución, pero no pienso casarme con él. Si no me quedan más recursos le mataré.

Me mantuve en silencio mientras mis amigos reaccionaban ante la noticia. Sabía que necesitaban unos segundos para procesar la información. En el fondo, yo mismo los había necesitado. - Prefiero... no hablar de ello, Leo - comento, contestando a su pregunta. Me refería al compromiso, aunque perfectamente podía aplicarse al asunto de Katherine. - Y sí, parece que es definitivo. Aun no he leído mi carta - entonces, saqué lentamente de mi bolsillo el sobre arrugado que había caido en mis manos justo antes de recibir el mediático bofetón. - Pero conozco a mi familia. No lo harían público si no fuese definitivo.

Suspiré cansado y descendí la mirada hacia el suelo, mientras guardaba de nuevo la carta. - Sobre Katherine... no puedo explicarlo. Al menos no por el momento. - continué, llevando mi mirada hacia el castillo. Entonces, me volví hacia Kaitlin - Tienes que saber que yo no quiero engañar a tu hermana así.

Me quedé sencillamente petrificada al escuchar a Oliver. Prometido. Con Carrie. Prometido. Aquello era... surrealista, como poco.

Me costó trabajo no dejar caer a Bikkel, estupefacta como estaba por la noticia.

-Oliver... - susurré, mirandolo casi con tristeza. Porque ya no era el hecho de que fuera o no a dejar a mi hermana, ni siquiera el hecho de haberlo pillado con Kath. El problema iba mas alla. A partir de ahora, tendria que compartir su vida, quisiera o no, con Carrie Lewis. Y estar el resto de tu vida junto a una persona a la que no quieres es algo que no le desearia a nadie, mucho menos a mi cuñado.

-Pero... tiene que haber algo que se pueda hacer para anularlo o... -dije, mirándolo, con cierto agobio. Habia que evitar aquello a toda costa. Sin embargo, de repente una pregunta cruzo mi mente, una tan obvia que tenia que preguntarla- Porque... vosotros no quereis ese compromiso... ¿Verdad?

No, definitivamente no los veia juntos. Y, sinceramente, veia antes a Leo con Carrie y a mi misma con Oliver que a una pareja formada por Carrie y Oliver juntos. Hasta ahi llegaba la cosa.

Fue entonces cuando llegó aquella justificacion por parte de Oliver. Y, antes de que pudiera decir nada mas, negue, con una diminuta sonrisa en los labios. Una sonrisa de comprension, y de apoyo.- Oliver, Deirdre es mi hermana y, a pesar de todo, la quiero. Pero créeme. Despues de dieciséis años a su lado, puedo entenderte. Sé quién es Deirdre y sé cómo es Deirdre y no, no puedo culparte.

¿Como iba a culparlo? Deirdre era una niñata malcriada e insoportable con delirios de grandeza y una enorme obsesion por ningunear a todo el mundo, incluido su propio novio. Sin embargo, otra pregunta brotó entonces de mis labios- Pero... ¿Desde cuando...?- en mi tono no habia reproche. Solo habia... curiosidad.

La pregunta de Kaitlin me dejó tan fuera de juego que mi abatida expresión fue sustituida por un alzamiento de cejas y una carcajada sarcástica. - ¿Tengo pinta de querer pasar el resto de mis días junto a Carrie Lewis? O de que ella lo quiera - completé para mi. En realidad, la slytherin había dejado más que clara su postura en el desayuno.

- Desde nunca Kaitlin - completé con rapidez negando con la cabeza. Elevé mi brazo intentando parar su pregunta, que acabó posándose sobre su hombro con delicadeza. Sin malas intenciones, solo como un gesto de amigo. - Es... la primera vez que nos besamos. No sabía lo que Kath sentía... - desciendo la mirada y rompo e contacto entre nosotros - aunque echando la vista hacia atrás, no puedo decir que no me sorprenda. En cuanto a mi - continuó. No me gustaba hablar de mis sentimientos, pero sabía perfectamente cuál iba a ser su siguiente pregunta. Entonces, ¿por qué no ahorrárnoslo? - todavía no estoy seguro de qué significa todo esto. Lo único que sé - concluyo, esbozando una cansada sonrisa mientras miraba a los dos - es que tengo un grave problema.

Zac paró metiéndose las manos en el bolsillo y mirando cómo Carrie hacía grandes esfuerzos por tranquilizarse. Observó la sangre seca en sus uñas, tal y como la chica acababa de hacer y de inmediato apretó con fuerza la mandíbula. Sentía rabia en su interior. Él mismo sabía que los padres de familias de sangre pura miraban más para sus propios asuntos que a los de quienes pertenecían a su familia, pero no pudo evitar, allí, cerca de la víctima de todos aquellos tratos superficiales, notar cómo un intenso odio hacia David Lewis le apoderaba.

Y, aún así, por encima de todas aquellas sensaciones negativas se encontraba la sensación de ansiar proteger a Carrie. No soportaba verla así y mucho menos imaginarla con un tipo tan patético como Oliver Carrow.

- Está claro que aunque lograras anular ese matrimonio Carrow no te lo pondría fácil. Ya ves que necesitan ese enlace, incluso más que vosotros.- comentó para mostrar su acuerdo ante la decisión de matar a Oliver.- Si bien hay algo que quiero decirte, Carrie.- Se agachó hasta ponerse a su altura y le sostuvo las manos, mirándola directamente y decidido.- Cásate conmigo antes que con él. Si aceptas ser mi prometida me podría encargar fácilmente de que anulen el matrimonio y aunque Carrow intentase "recuperarte", su propia familia lo pagaría con él. Es un buen comienzo para una venganza y un buen comienzo para tu liberación. Así pues, Carrie Lewis, ¿quieres ser mi prometida?

Oliver:- Prefiero... no hablar de ello, Leo. Y sí, parece que es definitivo. Aun no he leído mi carta - entonces, sacó lentamente del bolsillo el sobre arrugado- Pero conozco a mi familia. No lo harían público si no fuese definitivo.- Suspiró cansado y descendió la mirada hacia el suelo, mientras guardaba de nuevo la carta. - Sobre Katherine... no puedo explicarlo. Al menos no por el momento. - continuó, llevando mi mirada hacia el castillo. Entonces, se volvió hacia Kaitlin - Tienes que saber que yo no quiero engañar a tu hermana así.

Kaitlin:-Oliver... Pero... tiene que haber algo que se pueda hacer para anularlo o... -dijo, mirándolo, con cierto agobio. - Porque... vosotros no quereis ese compromiso... ¿Verdad?Oliver, Deirdre es mi hermana y, a pesar de todo, la quiero. Pero créeme. Despues de dieciséis años a su lado, puedo entenderte. Sé quién es Deirdre y sé cómo es Deirdre y no, no puedo culparte.Pero... ¿Desde cuando...?- en su tono no habia reproche. Solo habia... curiosidad.

Antes de responder Oliver saltó en una carcajada de lo más sarcástica.

Oliver:-  ¿Tengo pinta de querer pasar el resto de mis días junto a Carrie Lewis? Desde nunca Kaitlin - completó con rapidez negando con la cabeza. Elevó su brazo intentando parar su pregunta, que acabó posándose sobre su hombro con delicadeza. - Es... la primera vez que nos besamos. No sabía lo que Kath sentía... - descendió la mirada y rompió el contacto entre ellos - aunque echando la vista hacia atrás, no puedo decir que no me sorprenda. En cuanto a mi - continuó.- todavía no estoy seguro de qué significa todo esto. Lo único que sé - concluyó, esbozando una cansada sonrisa mientras miraba a los dos - es que tengo un grave problema.

Estaba claro que a pesar de su perspectiva de pasar un día aburrido como el resto, aquel estaba siendo el día de las noticias. Los labios de Carrie se despegaron con estupefacción mientras le tomaba las manos con una suavidad inusitada en ella. Incluso se permitió sonreír, y no era una sonrisa de burla, de diversión o de desdén.

- No voy a casarme con Carrow pero por el momento tampoco voy a casarme contigo - dio especial énfasis a la temporalidad de la segunda afirmación -. Posiblemente sea una persona fría y egoísta y sin grandes sentimientos, Zac, pero no quiero acabar en un matrimonio como el de mis padres. No creas que hablo simplemente de amor - posiblemente Carrie se hubiera conformado con algo más práctico, un marido que la mantuviera y que le proporcionara diversión, alguien con quien se llevara bien -, pero tampoco quiero casarme sin más contemplaciones, simplemente porque lo decida mi padre o porque me vea entre la espada y la pared - de forma repentina la chica se inclinó hacia él, quedando a escasos centímetros de su rostro -. Sabes que me gustas, Zac. Más que eso, hubiera ido contigo al dichoso baile de Halloween sino fuera por seguir con el plan. Pero no voy a casarme contigo movida por una primera buena impresión, la atracción o la preocupación. Vamos a seguir con esto, voy a engañar a Carrow para que piense que la escena del comedor ha sido puro teatro y que casarme con él no me importa. En realidad, se lo creerá, me valora tan poco como persona que espera lo peor de mí. Seguramente también esperará que acabe con su vida así que por el momento, no haré nada. Y si no hay nada que hacer y sigues queriendo casarte conmigo, te aseguro que aceptaré.