Partida Rol por web

El chico se mostraba muy tímido durante el baile, mucho más que cuando le había pedido salir a bailar cumpliendo las ordenes de su padre. En todo momento mantenía la cabeza gacha y evitaba mirar directamente a Lady Lylian. Se movía sobre el suelo del gran salón demostrando una increíble falta de coordinación, no lograba seguir el ritmo en ningún momento, y su mayor objetivo en esos momentos era no pisar a la dama. Su torpeza en el baile sólo era comparable a su torpeza con las palabras. Ante la pregunta de la dama, el muchacho tragó saliva, alzó la vista un breve segundo y la bajó de nuevo, carraspeó la garganta y comenzó a tartamudear antes de dar una respuesta no muy elocuente.

-Sí.. claro, ella es muy guapa. Q..quiero decir que no tanto como vos, bu...bueno, es guapa pero vos sois guapa, las dos sois guapas, quiero decir. Él está satisfecho... afortunado... no; eehmmm, quiero decir, que está, está... contento. Contento de... de ser... bueno, de ser el novio, prometido, que se va a... bueno, quiero decir, que se va a casar con ella y se alegra.

Lylian mostró en todo momento una sonrisa dulce. La torpeza del joven le hacía sentir una especie de ternura hacia él, casi como si fuera un niño pequeño y , gracias al trato con Grisel, a Lylian se le daban bien los niños. -Os agradezco que hayáis bailado esta pieza conmigo habéis sido muy amable al no permitirme pasar la vergüenza de bailar solo con mi tío. Esperaba que esas palabras ,con las que ella se hacía ver vulnerable, lo ayudasen a relajarse un poco.-Podríamos, si os place, dar un pequeño paseo.

-Gra... gracias, mi señora. -Dijo apartándose de ella respetuosamente para devolverle el espacio que sentía que había invadido durante el baile. -Quiero decir, que no hay de qué. Bueno, claro que os he sacado a bailar, quiero decir que así no os quedáis sola.... no, bueno, cualquiera os sacaría a bailar, cualquiera no, claro, vaya, quiero decir que no os faltan pretendientes, bueno, que no sé si alguno querría, vos... Bueno, que... que el placer es mío, mi señora. -Darren fue volviéndose cada vez más rojo conforme se metía, con sus palabras, en un embrollo cada vez mayor. Cuando al fin encontró las palabras adecuadas tragó saliva esperando no haber ofendido a la dama con su torpeza en el uso de la palabra.

Ya estaba comenzando a relajarse y recuperar su tono de tez habitual cuando la dama le sugirió dar un paseo por los alrededores. El joven Darren se quedó mudo y se puso rojo cual tomate de nuevo, pensaba que su torpe manera de expresarse alejaría a la dama, por lo que se quedó tremendamente sorprendido por a invitación.

-Cla... claro. Sí vos no tenéis que atender otras labores... yo... yo os acompañaría encantado. -Darren se sintió estúpido en el mismo momento que dijo eso, ¿qué otras labores tendría que atender la dama si estaba en una cena de bienvenida? -Po... podríamos ir a los establos y os enseñaría mi cosita. -Dijo animado de pronto, sin darse cuenta hasta que terminó la frase de las segundas connotaciones que la frase podría despertar. -¡Oh! No, no, no es nada malo, quiero decir, no es mi cosa... bueno, esa cosa, bueno que... quiero decir que... en los establos... mi Cosita es... es el nombre de mi caballo. -Darren sintió que estaba a punto de desfallecer, su frente se perló de gotas de sudor por la angustia que estaba pasando y su garganta se volvió tan áspera como el esparto.

Ser Kevan Manning afirmó con la cabeza agradeciendo las palabras de felicitación que Normand le brindaba, sin embargo, a su padre le llamaba más la atención la situación en la que se encontraba Lord Serf en aquellos momentos.

-¡Por los Siete Dioses! -Exclamó el Lord incrédulo. -¿Y qué hace el resto del tiempo, observar como las gallinas ponen huevos? Que vida más tediosa para él. Espero que al menos salga de su castillo y que vuestras tierras tengan las suficientes distracciones.

Lord Artur cogió la jarra de vino y rellenó su copa de nuevo, después ofreció llenar la de Normand.

-Al menos vos no tenéis que soportar la carga que supone ser el Señor de vuestra casa. - Señaló hacía su hijo. -Es lo que le intento explicar a Kevan, las responsabilidades y sacrificios que debe hacer por el bien de sus gentes. Tenéis suerte de haber sido un segundo hijo, Normand Serf. -Dijo ignorando todos los sacrificios que Normand había hecho por voluntad propia en favor de sus sobrinas.

En un primer momento pienso que mi improvisación, pero creo que no acaba de estar convencido y seguramente les preguntara a mis sobrinas, o a nuestros servidores. Tengo que hablar con los demás, no podía decirle la verdad, y alguna cosa tenia que contestar delante de su pregunta directa.

– Las distracciones sencillas de una pequeña Casa. Yo por lo menos aprecio esta tranquilidad, ya tuve bastantes emociones aquellos años en nuestra juventud. – Mirando al primogénito de los Manning. – Ser Kevan vos, como prácticamente todos los jóvenes soñaréis con demostrar vuestra valía con las armas. Yo también lo soñaba mientras pensaba en torneos. Después la guerra me hizo dejar de tener ganas de participar en torneos. Es muy difícil, por lo menos para mí, en el primer torneo después de la guerra estuve a punto de matar a mi adversario. Ya que por un momento en medio del combate pense que volvía a estar en medio de un combate real por mí vida.

No tenía la intención de beber más, mejor estar despejado, aunque no puedo no aceptar que llene mi copa sin la posibilidad de que se ofenda.

Comienzo asintiendo a las palabras del padre, pero sin ser consciente, hasta que lo hago, acabo negando. – Todos tienen un papel en sus casas si quieren servirla, y servir implica más sacrificios que ganancias en el aspecto material, aunque, – mirando ahora a Lord Artur y su primogénito alternativamente. – ¿Qué puede satisfacer mas que asegurar el futuro de tu Casa? Nosotros seremos ya polvo y si Los Dioses Antiguos y Los Nuevos así nos recompensan, nuestras Casas seguirán existiendo. – Levanto la copa para brindar por ello.

Mientras levanto la copa intento cruzar mi mirada con mi sobrina Lylian para indicarle que debemos hablar cuando pueda.

- Vaya, he de disculparme con vos, "ser" Ethan. Debéis ser muy hábil para haber sido nombrado caballero a vuestra edad. - anselminus se disculpaba sinceramente, pero al mismo tiempo no le había gustado como sonaba aquello de "parias" por mucho que el muchacho solo intentase hacer una broma. Intentó olvidarse de esos pensamientos sacando otro tema de conversación.

- Y hablando de caballeros. ¿Creeis que nuestro anfitrión organizará una competición amistosa? Tal vez sea mucho pedir para una simple celebración, pero a nuestra llegada no pude evitar fijarme en que muchos practicaban con entusiasmo. De ser asi, ¿Participaríais? -

Sonrió con un resoplido nasal de asentimiento a las palabras del Maestre, cabeceando un asentimiento tácito a esas palabras.

-Justamente lo comentaba con ser Ethan…. Parece que fuera de él y ser Kevan no hay buenos contendientes en esta ocasión. +dijo sin cortarse. + Supongo que la mayoría solo vinieron a beber, comer y pasar un buen rato con las chicas, en lugar de competir. En verdad debí pedirle una armadura buena a Lord Serf; pudo animar las cosas, porque con tanta morralla… no van a lucirse.

El comentario fue hecho sin moderar el tono para el resto de la mesa. No era su intención tampoco. Solo una pequeña retribución por la forma en que había sido recibido.

Lylian se rió tímidamente mientras se agarraba del brazo de Darren y le animaba a caminar, -Será un honor acompañaros hasta los establos para que podáis enseñarme vuestro caballo. Estoy segura de que será sin duda un excelente ejemplar. Y de camino hacia allí, si queréis, podéis contarme cosas sobre vuestro viaje hasta Cimera. Esperaba que se relajase lo suficiente como para dejar de avergonzarse ante ella y que le hablase libremente, tal vez podría darle alguna información útil sobre los asistentes al evento.

-Sois un joven muy sensato. -Le dijo a Normand, pese a que ya rondaba la cuarentena a ojos de alguien que ya peinaba canas desde hacía tantos lustros seguía siendo un chiquillo. -Habríais sido un buen lord.

Lord Artur Manning alzó la copa para seguir en el brindis que Normand había propuesto, después dio un largo trago y posó con delicadeza su copa sobre la mesa. El tono amistoso de su rostro se había desvanecido mientras lo hacía y, cuando alzó la vista hacía Normand, su mirada se había vuelto dura como la piedra. Se acercó a Normand y le habló en un tono más bajo.

-Asegurar el futuro de nuestras Casas. -Repitió la frase de Normand, repetida como un mantra por cientos de casas nobiliarias a lo largo de la Historia, aunque no muchos como Lord Manning conocía realmente lo que aquella frase suponía en la realidad. Había sido todo un superviviente. -Acertadas palabras, Normand Serf. Y eso es lo que hacemos aquí. Esta boda significa la unión entre dos casas enemigas. Vuestro deber es lograr que así sea. Que no haya ningún incidente desagradable. Pero no dudéis que haré lo que esté en mi mano para asegurar el futuro de mi Casa.

-Pfff... Ser Kevan... -Se mofó el joven. -Si se enfrentase a caballeros de verdad caería como la fruta madura. No es más que un bruto. 

El comentario de Ser Yoren hirió algunas sensibilidades entre el resto de caballeros que se sentaban en la mesa, el resto de caballeros comenzó a burlarse de él y aseguraron que con armadura buena o no, no podría durar ni dos envites contra cualquiera de ellos. Ser Etan también logró herir algún orgullo entre quienes servían a los Manning. "Cállate, Mocoso" fue una de las contestaciones más leves que recibió.

-Bah, olvidadlos. -Dijo haciendo un ademán despreciativo con la mano. -Mañana estarán tan borrachos que no sabrán ni como se sube al caballo. Mi señor, Lord Harte, tiene previsto un torneo para después de la ceremonia. ¿Participaréis, Ser Yoren?

-Bueno, mi señora, ha sido un... un viaje corto. Quiero decir, que... que nuestras tierras son vecinas con los Harte. P...pero según he oído, vu...vuestro séquito... vuestro... bueno, vos y los vuestros, sus... sus familiares... sufrieron una emboscada en el c...camino. Habrá sido horrible.

Pese a su tartamudeo el joven se mostraba algo más tranquilo, todavía seguía haciéndose un lio al construir las frases pero al menos ya mostraba más soltura hablando. Se había sorprendido de que la dama aceptara ir a los establos a ver su caballo, pero le tranquilizó ver que no se había horrorizado con su mala elección de palabras en la propuesta.

-M... me hubiera gustado estar para verlo. N... no para ver como os pasa algo malo. Q... Quiero decir que.... que os hubiese defendido. -El joven comenzaba a agobiarse de nuevo, pero logró encontrar una distracción al llegar a la puerta del gran salón. Dio dos rápidas zancadas adelantándose a la dama y le abrió la puerta con caballerosidad para que ella pasase primero. Lylian echó un último vistazo al salón, donde muchos bailaban y otros conversaban. Vio a su hermana pequeña hacerse amiga de la menor de las Harte y a su tío, que seguía hablando con Lord Manning. Normand Serf también la miraba a ella. Parecía que le quería decir algo, tal vez le suplicaba que le librase de aquella compañía o le advertía de algo. No sabía muy bien cómo descifrar aquellos ojos suplicantes.

Hago una pequeña reverencia ante su elogio de que habría podido ser un buen Lord, aunque después no acabo de tener claro si no tendrá información de nuestra Casa, aunque sin saber mi posición de apoyo a que la heredera sea mi sobrina Lylian. Lo usual es que yo fuera el heredero al no tener hijos varones.

Me quedo algo sorprendido a su referencia a un incidente grave pero afortunadamente continúa hablando dándome tiempo a recuperar una calma aparente.

– Disculparme Lord Artur, pero no pensaba que pudiera haber ese riesgo que indicáis, solamente he venido con mis sobrinas y unos pocos sirvientes. No he traído soldados, ya que no suele ser nada usual presentarte en una boda con ellos.

Resoplo con la nariz desdeñosamente al resto de los así llamados caballeros en la mesa. Era un trato esperable de semejante basurilla. Como le habría gustado retrucar sus palabras con hechos, pero…

-Desgraciadamente, no vine “vestido” para eso. Mi deber es estar cerca de las señoras y velar por la seguridad del enlace y de ellas, no divertirme… +suspira, dándole un ultimo sorbo a la copa+ Aunque admito que si hubiera traído una coraza al menos les pediría su permiso.

Justar en armadura de cuero, además de ser descortés con los anfitriones y humillante al nivel de caballero, acabaría dejándolo lleno de morados dolorosos cuando menos, si es que alguno de aquellos infelices no tenia suerte y le causaba algo peor. No podía darse el lujo de heridas estando en el deber.

-Sera en otra ocasión, lo prometo. Pero lo que si puedo es animar desde las gradas que el novio aprenda una lección de humildad. +sonrió en complicidad, para luego incorporarse+ Bien, ha sido una comida estupenda… pero creo que también he de estirar las piernas. No vine a apoltronarme. Gracias por la charla, ser Etan. Es bueno ver que algún que otro caballero todavía queda por estos lares.

La mirada que Lord Artur tenía clavada en Normand se tornó en decepción después de que el tío de las herederas de la casa Serf reconociera que no había venido preparado para un encontronazo entre dos casas históricamente enemigas y rivales.

-Entonces, me temo que estamos perdiendo el tiempo. - Dijo girándose hacia su hijo mayor. -El Rey nos está tomando el pelo. - Le dijo a ser Kevan.

-A sí que ya os han puesto al día...comentó con un deje de pena en su voz, miró a su tío y creyó entender lo que este le quería decir.-Y, si no es indiscreción, ¿ quién os contó nuestro entretenido viaje?continuó hablando mientras salía al exterior, -Si me lo decís tal vez yo pueda saber si os contó la verdad o no.Le sonrió de forma abierta, -No dudo de que, de haber estado allí, me habríais defendido a capa y espada.

La actitud despectiva de ser Ethan y ser Yoren hacia el resto de caballeros comenzaba a hacer mella en el maestre, que miraba con nerviosismo a los aludidos temiéndose alguna represalia. - A saber de qué han estado hablado estos dos antes de mi llegada. - Casi agradeció que ser Yoren decidiera irse en aquél momento.

- Si, creo que es momento de retirarnos. De nuevo, encantado ser Ethan. Y si decidís competir en ese torneo contáis con mi apoyo. - las palabras de apoyo de Anselminus fueron apresuradas, intentando darse prisa en alcanzar a Ser Yoren que ya se iba sin él.

- Estarás orgulloso. Habrás hecho enfadar fácilmente a media docena de personas con esa charla. Como si necesitásemos más problemas. - susurró entre dientes hacia el caballero, más temeroso que enfadado con Ser Yoren.

-Era exactamente lo que pretendía, maestre. +respondió con aplomo en el mismo tono, mientras salían.+ Cuanto antes salten las chispas, mas fácilmente podre descubrir quienes son bocazas y quienes un verdadero problema. Aunque entre esa morralla dudo que halla nada de que preocuparnos.

En verdad, la única preocupación parecía venir por el mismo ser Etan, pero no dijo nada al respecto. Solo ojeo la pista de baile y miro por última vez que sus señoras estuvieran bien, antes de salir al patio a tomar aire.

-Ah, bueno... yo... -La pregunta, tan directa, había incomodado de nuevo al muchacho, si es que alguna vez había llegado a relajarse. -E... es lo que se comenta entre... entre la... los... los invitados. Dicen q... que unos bandidos os atacaron y que por eso vu...vuestro amigo... quiero decir, vuestro... ese hombre que... que está herido. Os... os vimos al llegar... mi hermano entrenaba cuando cruzasteis la... las puertas de Ci...Cimera.

Lady Lylian recordaba haber reparado en el caballero que justaba contra otros en una especie de entrenamiento. Había logrado derribar a su rival nada justo cuando ellos entraban en la fortaleza.

La reacción de Lord Artur Manning me sorprende y me hace volver a pensar porque mi hermano no ha destinado ni siquiera a un pelotón de sus soldados para acompañarnos, en lugar de su mayordomo que ahora está debatiéndose entre la vida y la muerte. Habrá decidido por algún motivo no enviarlos a pesar de que se lo pidieran en la petición real, No me niego a creer que conscientemente haya puesto en peligro a sus hijas. O estaba completamente convencido de que no habría problemas, ni en el camino, ni en la boda.

- Lord Artur, os aseguro que no tenia ni idea que pudieran ser necesarias.

Espero a que me mire para decirle en voz baja. – Os juro por los Antiguos y los Nuevos Dioses que si hubiera tenido la más remota idea de que mis sobrinas podrían verse implicadas mis sobrinas en el tipo de incidente que se necesitaran las espadas para solucionarlo se habrían quedado en nuestra casa. Si sabéis alguna cosa decírmelo y hare lo que este en mi mano para que la boda se celebre, pero si no se nada, poco podre hacer.

-Ah si, ahora lo recuerdo. Disculpadme pero la verdad es que venía bastante alterada y no presté demasiada atención cuando al fin alcanzamos la ciudad.Miró un momento hacia el horizonte como si estuviera recordando su llegada hacía apenas unas horas,-no esperaba que la gente comentase el suceso, la verdad. Deberían estar cantando las alabanzas de los novios y de sus familias, al fin y al cabo estamos aquí para celebrar un enlace.y, siendo como sois, vecinos de los Harte habrá aquí muchas de vuestras gentes.Siguió caminando despacio hacia los establos.