Partida Rol por web

Percy se apresuró a salir de la vista de quien pudiera pasar por el caminillo entrando en el patio trasero de la casa. Pues entramos ¿no?, dijo a Harry. Tira tú del armamento, por favor, que a mi me da la risa, añadió con un encomiable humor cáustico. Lo suyo eran los cartapacios de la facultad de derecho y, en lo nocturno, las fiestas y las calaveradas.

John asiente y decide seguirle el juego a su camarada.

-¡Oh!, desde luego, amigo mío-dice John-este es un barrio residencial bastante tranquilo y total, que aquí en Danvers todo queda cerca. A penas a 20 minutos andando del centro.

Paseáis mirando las casas del vecindario. Lo cierto es que alguna gente os mira con curiosidad. John reconoce a alguna que otra persona a la que conoce de vista. Alguno incluso le dirige un saludo con cierto desdén. De casualidad encontráis una casa que tiene un cartel delante que pone "se vende" y os ponéis a fingir interés en ella.

-Descuida-contesta Harry descubriendo su pistola bajo su chaqueta-Siempre la llevo conmigo, aunque espero que no nos haga falta.

Agachado Harry se acerca hacia la puerta trasera e intenta abrirla.

Harry gira el picaporte de la puerta que cede sin problemas. La puerta se abre. Tras ella hay una mosquitera que se abre con solo empujarla, dando acceso a una especie de pequeño vestíbulo trasero. Apoyado sobre la pared izquierda hay algunos aperos de labranza, unas botas sucias y un impermeable. A la izquierda parece que está la cocina y a la derecha, una especie de salón-biblioteca. Un corredor sigue de frente hacia lo que parece la puerta principal de la vivienda. Desde donde estáis podéis ver que desde allí, unas escaleras suben a la primera planta.

-¿Has escuchado eso?-dice Harry en susurros mirando a Percival-Parece como una tos, en el piso de arriba.

Percy niega haberlo escuchado agitando la cabeza. Hace un gesto a Harry para que sigan avanzando con mucho cuidado.

Llegáis al vestíbulo principal y subís por las escaleras que nacen a vuestra derecha, y recorren el limite izquierdo de la vivienda de forma ascendente hasta llegar a la planta de arriba. La escalera da lugar a un rellano del que nace un pasillo que cruza la vivienda. Hay tres puertas a la derecha y tres a la izquierda. 
 

Rick se inclina sobre el cartel y apunta los datos de contacto en el periódico, luego observa las características de la casa y se las va indicando a John -No sé Doc, creo que esta casa necesita una buena mano de pintura y unos cuantos arreglos ¿Estás seguro de que es un buen barrio?- Se gira y observa la calle señala con el brazo en una dirección -El ayuntamiento está por allí ¿no?- Se gira en dirección contraria y señala con el otro brazo -¿y la estación cae por allá?- Con cada movimiento la vista del detective se fija en la gente que hay en la calle y tras las ventanas...

Percy se paró a escuchar. Había procurado subir sin hacer ruido.
 

John le seguía la corriente a su compañero. De hecho, el barrio era realmente un buen barrio para vivir, si uno estaba dispuesto a mudarse a Danvers.

-Efectivamente. Y el hospital por allí. La zona comercial por allá. Todo a un paso. Es un barrio tranquilo y con muchas zonas verdes; ideal, ya le digo.

Todo es aparetemente normal.

La calle sigue tranquila aunque ahora mismo, con bastante movimiento. La gente parece que está llegando a casa después de la jornada de trabajo. Se ve gente saludándose por la calle con una sonrisa, pero sin detenerse demasiado.

Un coche se detiene poco más allá y un hombre con un maletín se se baja de él y abre la cancela de la que parece su casa.

Más cerca, puedes ver a través de una ventana, a una mujer que saca un pastel a la ventana para que se enfríe.

El aroma de comida os llega y os hace acordaros de que vosotros mismos, no habéis comido todavía.

Un muchaco aprovecha el momento para intentar vender los últimos periódicos que le quedan al grito de -¡Prensa!, ¡Prensa!

Harry sigue con Percy con su pistola desenfundada, preparado por lo que pudiera pasar. Cuando ve que éste se para a escuchar, él mismo hace lo propio.
 

Escucháis proveniente de la habitación del fondo a la izquierda, lo que parece el ruído que haría una persona que respira con dificultad. Y de cuando en cuando, una tos bastante fea. Por lo demás, el resto de la vivienda parece que sigue en calma. 

El siguiente paso es comer algo, que estoy canino Rick se gira al chico de los periódicos -¡Eh chico! Dame uno.- Le tiende la moneda de rigor y cuando está lo bastante cerca añade -Después de todo, antes de venirme a vivir aquí quiero estar al corriente de lo que pasa, que el doctor me ha recomendado tranquilidad...- Cuando el chico está a su altura le pregunta -¿Dime chico, este barrio es bueno para vivir? ¿Sabes algo de los vecinos?-

Percy señala la habitación del fondo a la izquierda, asintiendo. Va poco a poco. Cuando llega a la puerta mira a ver si puede espiar por el ojo de la cerradura o algo similar.

Puede que si que esté resfriado, maldición. Qué mala suerte, piensa.

-¡Ahí tiene señor! Son 50 centavos-dice el chico poniéndote una ensayada sonrisa mientras te entrega un ejemplar del Heraldo de Danvers-.

Cuando le echas un vistazo te das cuenta de que es el mismo que leísteis por la mañana, como no.

-¡Ya lo creo, señor!-contesta el muchacho a tu pregunta-Es una buena zona. Tranquila y eso...además aquí la gente tiene dinero y dan buenas propinas. Ahora si me disculpa...es mi oportunidad de vender unos cuantos ejemplares más, aprovechando que la gente llega a comer a casa.

John sonríe al ver al niño y le paga el periódico con un billete de dólar.

-¡Quédate el cambio!-le dice sonriendo-.

-¡Oh, gracias, señor!-contesta el chico abriendo los ojos como platos ante semejante propina-.

Pasáis de largo todo el pasillo asegurándoos de que las habitaciones previas están vacías. La casa parece muy pulcra pero quitando los ruidos que provienen de la habitación del fondo, parece que está vacía.

La puerta de la habitación está entreabierta. Os asomáis a mirar. Las cortinas están corridas, por lo que la habitación se encuentra en penumbra. Veis un tipo que está tirado en la cama, apenas consciente.
Ni siquiera se da cuenta de vuestra presencia. El solo hecho de respirar parece que le cuesta una barbaridad.