Partida Rol por web

algo especial, realmente lo unico especial era poder estar de nuevo a su lado disfrutando del momento, lo demas era sencillamente un regalo, hicieramos lo que hicieramos ese dia seria fantastico asique que importaba que fuera.

- Podemos pasear y ver la ciudad no necesito nada mas-

-En ese caso sigamos caminando, vayamos a algun parque o lugar despejado, esperemos al anochecer y miremos las estrellas- o simplemente se quedaria mirandola siempre, pues no habia nada tan hermoso como su rostro.

Aquella era una ciudad enorme de metal y cristal, llena de gente de todas las clases que durante todo el dia no hacia mas que ir y venir a todas partes siempre con prisa, era un lugar hermoso y a la vez terrorifico, en cada esquina siempre alguien te miraba con desprecio, aunque tambien habia gente que te sonrreia, chicos jovenes que pasaban a tu lado corriendo y riendo era un lugar extraño pero me gustaba aquel lugar, aunque solo fuera por que lo recorria junto a el.

- Podemos entras alli - dije señalando una tienda de antiguedades.

Todo era tan raro, mucha gente, mucho ruido, todos apresurados, sin gozar del momento, sin disfrutar de esas pequeñas cosas que te hacen feliz. Sirhan lo estaba haciendo justo en ese momento, sintiendo el tacto de su esposa, alegrandose con cada sonrisa y mirada de sorpresa. Normamente estaba siempre trabajando, asi que no tenian mucho tiempo de "disfrutar", luego ella murio y el tiempo dejo de tener sentido. Por eso cuando ella le propuso entrar en la tienda de antiguedades, Sirhan sonrio complaciente.

-Por supuesto, vamos a ver- y la acompaño con paso lento, sin apresurarse, despues de todo ahora que estaba a su lado no tenia prisas para nada.

Era una tienda pequeña pero repleta de cosas, casi no se podia caminar dentro de ella gracias a todo lo que tenia en su interior, pequeños relojes de bolsillos, antiguos telefonos de antes de la guerra, maquinas de escribir, cuchillos, broches, collares, casi todo esta distribuido de forma que pudiera verse perfectamente todo el contenido.

Por un momento me senti como si fuera de nuevo una niña rodeada de cosas brillantes y objetos precioso.

- ¿Te gusta algo amor mio?-

-Solo tu- dijo con una sonrisa. Miro a su alrededor, habia muchas cosas que sencillamente le llamaban la atencion y otras que ni sabia que eran. Se acerco al dependiente de la tienda, sonriendo con respeto, busco en su mente las palabras en ingles antes de pronunciarlas con la mayor correccion posible-. Buenas noches. Quisiera saber, si tiene algo para mi esposa. Un adorno o collar...- la miro-. Aunque ya es bella asi como esta.

La verdad que preferia regalarle una flor, una tarde solo para ella o cosas utiles... pero ahora sentia que todo era poco.

- tenemos una amplia colección de joyas antiguas, ¿que busca exactamente? -

-Pues una pulcera o brazalete, que signifique algo...- dijo con una sonrisa timida. No le interesaba que algo sea de oro o que tengan joyas, sino que represente algo en si. Que cuando lo mire le recuerde algun momento hermoso y calido-. ¿Tiene algo con motivo de un pajaro?

El hombre saca una pequeña caja de debajo del mostrador y te la muestra.

- Es lo unico que tengo con un motivo de pajaro, labrado en oro y creado a mano hace mas de 100 años -

-Me encanta- dijo admirando el objeto. Se dio al vuelta, invitando a su esposa para que se acercara-. ¿Te gusta? - a pesar de lo hermoso de la joya, Sirhan no podia apartar los ojos de su esposa. Como la luz iluminaba su pelo, como su sonrisa inundaba su alma de regocijo. No entendia como habia logrado soportar vivir sin ella. En realidad lo sabia, fue un cobarde que no se atrevio a matarse cuando el dolor fue intolerable. Pero ahora estaban juntos y nada ni nadie iba a separarlos.

Mire aquel colgante pasando mi mano con cuidado por el, no queria dañarlo no era mio, pero era realmente bonito antiguo y a la vez con un toque extraño.

- Es precioso, pero no creo que podamos permitirnoslo .-

-Tengo trabajo ahora- le sonrio, aunque tampoco estaba seguro de que cubriera el precio de la joya. Le dio un suave beso a su esposa y se acerco al vendedor preguntando con voz baja, para que ella no escuchara-. ¿Cuanto cuesta?- no queria tampoco endeudarse con la empresa, pero habia hecho bastante por ella, asi que un pequeño gusto no haria mal.

El hombre te mira unos segundos y despues mira a tu esposa por un instante parece que sonrrie ligeramente entonces vuelve su mirada de nuevo hacia ti.

- Quedeselo, se lo regalo, pero prometame que lo cuidara -

-¿Qué?- dijo Sirhan completamente sorprendido. ¿Desde cuando un vendedor regalaba algo asi a un desconocido? No entendia que estaba pasando, pero se sentia algo mal ante ese gesto-. Por favor, no poder llevarmelo asi como asi. Debo pagarle por su trabajo.

- No por favor, insisto quedeselo la proxima vez recuerde que si tiene alguna antiguedad de la que desacerse yo estare encantado de quedarmela, con eso es suficiente para mi -

-Usted sera la primera persona que vere si tengo algo antiguo- puso su mano en el pecho, en su corazon agregando-. Muchisimas gracias...

Era raro, pero acepto el obsequio. Estaba seguro que si podia devolverle el favor lo haria sin dudar, pues se consideraba en deuda con este desconocido.

-Me llamo Sirhan Daren, tenga por seguro que no lo olvidare- se acerco a su mujer y le coloco el brazalete-. Tu eres mi verdadera joya, el verdadero tesoro que tengo, la luz en mi vida y mi mayor felicidad.

Era extraño encontrar alguien como aquel hombre que entregaba un regalo sin esperar nada a cambio, sin buscar absolutamente nada que no fuera simplemente su propio veneficio, pero aquello demostraba que aun existia gente honrada en el mundo y que la bondad realmente exista.

- No necesito joya alguna mientras tenga tu corazón -

-Desde que te conoci- dijo con una sonrisa radiante. Era como cuando recien se habian casado. Vivian en una casa pequeña y casi sin muebles, pero eran felices... Al menos un tiempo. Es por eso que Sirhan queria aprovechar cada segundo con ella, pues nunca se sabia si podria hacerlo mas tarde-. Vamos, sigamos caminando.

Al salir miro al cielo, tratando de imaginar que hora era.

Salimos de la tienda tras ponerme aquel colgante con el Pajaro que nos habia regalado el hombre de la tienda, la ciudad seguia rebosante de personas, aunque para mi solo habia una persona cercana y esa era la que tenia a mi lado.

La abrazó con fuerza mientras caminaban, sin rumbo aparente. Con su brazo cubrio el brazalete, para que no atrajera miradas de personas con malas intenciones. Si bien, Sirhan podria acabar casi con cualquier personas que se le cruzara, el usar su poder sobre alguien afectaria a su esposa y eso era algo que no queria. Le habria gustado poder ser como Gabriel, tener mas control, aunque si para eso tenia que ser un asesino desalmado preferia quedarse como estaba.

-Todo es perfecto-murmuro mirandola con una sonrisa-. Estoy contigo y estamos felices. Fue por lo que vinimos a america... Solo hay algunas cosas que debemos arreglar para que todo sea ideal. Pero lo lograremos.