- No, pero siempre es divertido ver como no puedes parar de darme placer-
-Me gusta hacerlo- Digo echándome en el sofá... había echado de menos eso.
- Alan todo el viaje has estado muy preocupado, ¿era por lo de aquel hombre?
Me incorporé y asentí -Me obstruía el paso... le advertí, me rodeé de llamas para que no em atacaran y me dejaran pasar. La ira... me cegó, estaba tan cejado en volver a estar contigo que cualquier retraso me ponía furioso, entonces él me atacó, se volvió de piedra y me atacó con un martillo que antes había sido su mano... creé un tornado de fuego y la mano... se la fundí, y depués absorvió el fuego... se volvió fuego y presa de la ira lo manejé y extinguí casi todo lo que era... cuando volvió a su estado humano... no quedaba casi nada de él, tuvo surte de seguir con vida. Suerte con la que acabé en un segundo.- La voz se me quebró y aparté la mirada de la suya.
Podia comprenderle no del todo, pero podia entenderlo solo queria salvarme y puede que no tuviera otra opcion aunque yo no le abria matado le abria dejado tirado en el suelo herido para que lo salvaran, aun asi no puedo juzgarlo yo misma habia tenido ganas de matar usando mi poder y poco habia faltado para que lo hiciera- Creo...creo que te entiendo-
-¿Me sigues amando?- Pregunto mirándola, eso era lo único que me importaba.
- Claro que si, lo que has hecho no cambia eso-
La abracé y la tumbé en el sofá abrazándola con fuerza. Cómo si la necesitara para vivir -Pasaremos la noche aquí mi amor... tengo que hacer una llamada y saber donde podeos instalarnos, es muy probable que tengamos que irnos a Nueva York-
- Mientras este con tigo me da igual ir a Nueva York o a donde sea-
-Verás- digo sacando el teléfono y la tarjeta de Petrelli -Ellos me dieron la información sobre donde estabas tú a cambio de qu luchara en su bando... quieren que todos los humanos tengan poderes, que no nos tengamos que esconder nunca más, que no tengamos que escapar- Le die, ella siempre había odiado escapar por cómo era.
Aquello no sonaba nada bien - Pero si todos son como nosotros el mundo podria destruirse en cuestion de dias, seria como si cada persona fuera un ejercito -
-Para eso me quieren a mí- Contesto -Para poner orden, para que nadie pueda hacer ningún mal- No estaba muy emocionado por aquello, pero era loq ue me había tocado para estar al lado de Carla.
-Yo y unos cuantos- Termino -Tú también podrías ser muy útil si quisieras, pero ya dije que la decisión era tan sólo tuya, de nadie más... nadie te obligará-
Me quede pensativa un momento sin decir nada, entonces volvi a mirarlo fijamente - Entonces lo que seriamos es policias-
-Sí... así es- Contesto -Tú decides mi amor...- A mi me daba igual donde vivir, pero ella siempre había deseado un mundo donde no pudiera esconderse... quizás por eso había aceptado, cómo todo por ella.
- Ahora mismo solo quiero que vengas aqui y te tumbes a mi lado, mañana ya tendremos tiempo para pensar en esas cosas-
Suspiré -Sabes que yo también quiero... pero antes debo llamar y debo saber tu respuesta- Insisto con ternura acariciándole una mejilla -Todo esto lo hago por ti... y sólo por ti- Susurro.
- Pero ahora mismo no tengo una respuesta, yo no quiero ser ninguna policia, siempre e queria ayudar a la gente, ser enfermera o medica- le abrazo un poco - No se que responderte-
-No respondas... dime mi amor ¿Crees que hago bien al estar con esa gente?¿Que hacen lo correcto?- Pregunto mirando un número marcado en mi móvil.
- No lo se, creo que eso podria destruir el mundo, pero tambien puede que sea la solucion, lo que nos permita vivir tramquilos-
-Eso...- Digo apretando el botónde llamada y poniendo dos dedos en sus labios para que sepa que no tado nada en llamar a Petrelli -Dependerá del trabajo que haga tu novio-