-Como quieras... - digo, me acerco a él y le susurro - ¿no te convence esta camarera?
- ¿no crees que eso no es asunto tuyo? Además, ahora mismo no estoy buscando eso. – Klaus llama de nuevo a la camarera. – Nos tomaremos algo mas aquí.
-Sí, un té... necesito tener paciencia... - dice guiñándote un ojo - seguro que no... - susurro.
Me acerco a la mesa con una taza de Té- Tener creo que queriais esto-
- Si, muchas gracias, también me gustaría que a mí me pusieras una caña a ser posible, no me apetece mas café. – Que chica mas adivina… ¿por qué sabrá lo que queremos?…
- Por que os estoy leyendo la mente a los 2-
Klaus abrió se quedo con la boca abierta unos segundos y miro a la camarera, después miro a su compañero y otra vez a ella. - ¿Perdona? ¿Qué has dicho?
- No e dicho nada- digo algo sorprendida- Entonces una caña, enseguida se la traigo-
Klaus se da cuenta de lo que está sucediendo, parece que la camarera lo hace involuntariamente, pero le está proyectando sus pensamientos. Interesante… parece que no soy el único bicho raro del lugar. Pero, ya que se que me oyes, deberías tener cuidado de a quien proyectas tus pensamientos.
- entonces escuchas lo que estoy pensando, por eso tu y tu compañero estais juntos, ambos teneis habilidades-
klaus sonreía, ahora estaba mirando por la ventana. Yo si tengo algunas habilidades curiosas, pero la verdad es que mi compañero no sabría que decirte, le he conocido hoy y dudo que tenga alguna habilidad, sería algo muy curioso cuanto menos
- leo la mente, creeme ambos teneis habilidades-
Tienes razon, lo voy a hacer, vamos a reirnos.
Klaus deja de mirar por la ventana y mira a el chico que estaba con el tomando algo. – No creo que esta pregunta te suene rara, aunque te sorprenderá que lo sepa ¿Qué tipo de poderes tienes?
-Bueno... - digo sonriendo - pues vamos directos al grano - me concentro y consigo que me salga en la frente un tercer ojo, con el que lo miro fijamente.
-¿Sorprendido?
Klaus sonríe ante el ojo que había mostrado su nuevo amigo. – No me sorprendes en exceso. – Saca la cucharilla que se había guardado antes y la absorbe hasta que su mano se vuelve de metal, se la muestra al otro chico. - ¿Te gusta?
-Espera... - digo concentrándome de nuevo y convirtiendo mi cuerpo entero en una masa con ojos.