Partida Rol por web

Es difícil pensar que pueda haber sido tanta coincidencia... Reordeno mis pensamientos, con paso firma hacia aquella casa, mientras me resguardo en mi chaqueta color marrón. Observo al niño y a aquel hombre de raza negra... ¿Estará buscando lo mismo que yo? Pienso unos instantes, y finalmente me acerco hasta quedar a unos pasos de él. 

- Sí... ¿Sabes si pertenece a alguien? - Mi acento suena extranjero, aunque hablo con seguridad. 

Sus ojos fueron hasta el niño que estaba con el hombre. Por un segundo perdió conciencia de todo lo demás, mil recuerdos inundaron su mente, mil sueños y mil proyectos que ya nunca se realizarían. Justo cuando el dolor comenzaba a materializarse en su interior, el desconocido hizo un movimiento de protección para su hijo, cubriéndolo con su cuerpo. Sirhan fingió no haberlo visto, pues era perfectamente normal. El habría hecho lo mismo.
-No saber nada- dijo mirando la casa una vez más-. No entendo porque venir- mientras más hablaba mas estúpido se sentía. Estaba por darse la vuelta he irse, pero ya había dejado de lado muchas cosas por rendirse rápidamente. Camino hasta la puerta y golpeo suavemente, ignorando por un instante a los demás.

La mirada que el negro mantiene en mi hijo me causa bastante nerviosismo, no parece peligroso, pero uno nunca sabe lo que puede esperar...

Se va a llamar a la puerta, y yo, de forma descarada, espero a ver si alguien le abre la puerta, al fin y al cabo he venido aquí por la casa.

Muestro cara de sorpresa o más bien de no entender muy bien a aquelo hombre... No sé por qué venir, pero... llama a la puerta...

En fin, yo también pensaba hacerlo de todos modos. 

Me pongo junto a él, de manera que se pueda intuir que vamos juntos, más que nada porque sino el dueño de la casa puede pensar que estamos haciendo cola. 

Echo una mirada a otro hombre que está con aquella pequeña criaturita... Desde luego, él también tiene interés en la casa. 

Todo esto es muy raro... 

La mujer se puso a su lado, por lo que Sirhan la miro de reojo sin entender. Se concentro en no prestarle atención, tratando de decirle a su mente que lo único importante era esa puerta que tenia frente a él. Le habría encantado poder presentarse como era debido, pero sentía sus nervios a flor de piel y eso sumado a su poco ingles solo provocaría que se trabara cada dos palabras. Tenia que controlarse, era lo único importante.

Abro la puerta y mira a las 4 personas que hay en el exterior, aun tenia que llegar alguien mas, pero parecia que eso era todo lo que conseuiria por el momento- Es un placer teneros aqui, por favor pasar-

Desde la acera miro con detalle al hombre que ha abierto la puerta.

-¿Quién es usted? - Pregunto con un tono de voz elevado para que me escuche a pesar de la distancia.

Confías en mi, confías en mi, confías en mi, confianza, confianza, ¡confianza!

El que alguien haya atendido su llamado lo sorprendió terriblemente, en verdad esperaba que nadie viviera allí, que solo fuera un simple coincidencia. Pero no lo era, esa personas los estaba esperando, no parecía temer o sentir curiosidad. Simplemente daba por sentado que llegarían. La pregunta se formo en su mente pero el hombre con el niño la efectuó antes: ¿Quien demonios era ese tipo?
Decidió quedarse en el umbral, esperando su respuesta, de todos modos aun estaba lo suficientemente confundido como para usar esos segundos para situarse y calmar su mente.

Enarco las cejas, y me muestro nerviosa... ¿Quién se supone que ese hombre? ¿Cómo me conoce, y a los demás? ¿Cómo ha podido contactar así conmigo? Mmmm... Si ha contactado conmigo por esos medios, no tengo duda que habrá echo lo mismo con los demás... 

Esto me huele mal, quizá no sea más que una treta para alejarme de mi objetivo. No pinta nada bien. 

Espero su respuesta, pero me encuentro guardia, preparada para huir si fuera necesario, o peor, para pelear. Esto no me gusta. 

- Se que tendreis muchas preguntas, pero este no es el lugar para hablar, podemos entrar dentro y os lo contare todo no os preocupeis se perfectamente quienes sois y tambien lo que sois capaces de hacer-

-¿Y cómo sabemos que no es una trampa? - Vuelvo a decir desde lejos, no tengo intención de entrar ahí sin saber nada más, y menos con Andrew.

Confianza sobre mi, confianza sobre mi...

Me imagino al hombre contándome todos y cada uno de sus secretos como si fuese su mejor amigo de toda la vida.

- Tus poderes no funcionan en mi Isaac, puedes intentarlo cuantas veces quieras-

Mi piel se torna más blanquecina de lo normal, como si me faltase riego de sangre.

¿Cómo coño se ha dado cuenta?

Le miro y frunzo el ceño, extrañada... Aunque contenta, efectivamente este era el mensaje que buscaba... He comenzado a encontrarles. 

Vuelvo a mirar a aquel hombre, y decidida me dirijo hasta donde el se encuentra. 

- Bueno... Yo soy Alisha, me presento aunque usted dice que ya sabe quien soy. Y usted es... - Dejo la frase en el aire, epserando su nombre. Mi acento suena extranjero, aunque sueno segura y convencida, casi hasta más alegre. 

- Me llamo Arthur Petrelli- digo solamente a la espera de que entren.

- Es un placer conocerle, señor Petrelli. - Digo mostrando una sonrisa, y esperando junto a aquel hombre, que parece dispuesto a esperar a los demás, deseosa de entrar dentro de la casa y conseguir más explicaciones e información sobre todo esto. 

Mi mirada se detiene en Andrew.

-¿Te suena de algo ese tipo?

Todo este tiempo se mantuvo en silencio. Al parecer ellos tenian poderes, como él. Bueno no como él, nadie tendria un poder como ese. Pero por un instante volvio a sentirse no tan solo. Se pregunto si su poder funcionaria en ese hombre, ya que el otro lo intento y falló. Pero no estaba dispuesto a hacer eso, quien sabe que consecuencias tendria...

-Ok, entremos- dijo simplemente, queria entrar de una vez y comenzar a echar luz sobre todo ese misterio que eran sus poderes.