Dejo sonar el telefono, indecisa no se si responderle falto a la cita que teniamos pero tal vez fuera por alguna razón importante, finalmente decido responderle- ¿si?-
-Buenas tardes, señorita. Lamento haber faltado a la cita que teníamos pero... - Hay un silencio de unos segundos - Tuve un contratiempo. Lo lamento mucho.
Por un segundo me plantee si colgarle pero decidi darle una oportunidad - Espero que no fuera nada grabe -
-Supongo que le parecerá grave que mi hijo haya desaparecido.
Me quede completamente sin palabras ante ese comentario, no sabia muy bien que decirle a eso ni que esperaba de mi - Yo... yo... - estaba atonita.
-Ahora mismo lo más que puedo hacer es ayudarla a usted.
- No se muy bien que decirle - había querido hablar con el para saber como le habia dio despues de aquello pero no imagine que su hijo hubiera desaparecido - Podemos vernos si quiere ahora mismo estoy libre -
-En tal caso podremos encontrarnos. Iré allí tan pronto como pueda.
- Entonces te espero en la universidad, estare en el laboratorio pregunta en recepción por mi y te diran como llegar-
-Estaré allí tan pronto pueda, adiós. - digo colgando.
tu diras tienes el coche en la puerta.
vale si vas a la universidad y demas di que haces alli.
Voy directo a donde me ha dicho.
cruzas la universidad preguntas en recepción y te dicen como llegar al despacho, esta en la ultima planta en una zona muy apartada pero tambien silenciosa, una de las mejores para lelvar una investigación sin tener que aguantar el ruido, te situas frente a la puerta, ahora es todo o nada necesitas a la chica si quieres cumplir tu parte del trato.
Llamo a la puerta y espero que ella la abra. Se puede observar que mi gesto ahora es totalmente diferente a la otra vez que nos vimos, antes estaba perdido, confuso, triste, pero mi hijo estaba a mi lado dándome vitalidad y fuerza. Ahora tengo un gesto decidido, desesperado y se ve que soy capaz de hacer cualquier cosa. Dicen que un animal salvaje acorralado se vuelve el doble de peligroso, y dicen que cuando uno no tiene nada que perder, se vuelve el doble de peligroso... En tal caso yo sería cuatro veces más peligroso.
-Buenas tardes.
Desde luego aquel hombre parecia preocupado, era comprensible si realmente habia perdido a su hijo como me habia dicho, pero no lograba entender en ese caso por que venia a verme, tendria que estar buscandolo no aqui.
- Buenas tardes, pasa por favor - el despacho estaba repleto de papeles como siempre pero bastante ordenado.
Paso sin tardar demasiado y voy directo a la mesa.
-Iré directo al grano, señorita... - Digo esperando que me diga su nombre.
Inconscientemente trato de hacerla confiar en mi.
- Puede llamarme Alisha, continue por favor -