Partida Rol por web

No se cuanto durare...

Esto ultimo si que lo hizo preocuparse. Joder, no era característico de su padre estar tan preocupado. Incluso paso por alto el hecho de que cualquier esclavo podría hacer perfectamente lo que su papá ordenaba.

Así que tomo los recipientes más grandes que encontró y se dirijio a toda prisa al lago. Pensando todo el camino lo desastroso que seria para la familia perder a su padre ahora. Era muy pronto, tenían demasiados enemigos y muchos encargos por terminar.

¿O es que acaso era una prueba? Rolakos se detuvo en seco de camino al lago.

¡Me esta probando! Esto tiene que ser una prueba. Se convencio Rolakos. Y asi, su mente inquisitiva se puso a trabajar, preparandose para el examen de su padre. Cualquiera que este fuera.

Continuo hacia el lago por el agua.

Muchacho,¿Como te llamas?- te dice uno de los guardias de una edad algo mas avanzada- ¿y donde piensas buscar ese trabajo?

Los guardias ves que dudan cuando hablas, mas uno de ellos el que parece el capitan, mira a Lornack- ¿Ha sido este?. Este sin dar un apice de tiempo que alguien dijiera algo mas te señala con el dedo - si, ha sido el ademas me ha amenazado con matarme si le delataba, menos mal que habeis llegado. y despues de pone justo de tras de ellos, el capitan desenfunda su espada-Bien acompañanos por las buenas o tendre que ver como eres por dentro.

Tal como empiezasa  correr, esculchas un salmo y de repente todas pierdes todas tus fuerza cayendo semi insconciente, notas los pasos de la mujer acercandose a ti juntos a los de los guardias, entonces ella junto al semiorco se acercan mas a ti y ella te dice medio susurrando -Thanathos estar orgulloso de tu sacrificio.- Despues de eso notas un golpe en la base del cuello que hace ver todo negro.

Cuando llegas al lago, ves que estas como siempre y rapidamente llenas la botella e intentar volver lo mas rapido posible entonces cuando llegas justamente pasa lo de tu historia.

Cuando te fijas en los cadaveres muchos son elfos o semielfos. Y el ermintaño se empieza a alejar con paso decidido hacia el distrito humano.

Heldalel observa al prepotente guardia, creyendo que su rango lo hacía mejor que el, pero el estaba seguro de que no era así. Solamente los entrenaron para obedecer y no cuestionar.
- Esta bien, no hace falta ponerse violento. Ademas, yo estoy desarmado como verán.
- En cuento a tí gusano. Observando a Lornack.
- Vas a perder tu empleo por mentiroso, pues las mentiras tienen patas cortas y siempre salen a la luz. Y tu joven mensajero, pudiste ser un héroe aquí, enfrentandote a la mano que te azota, pero te has acobardado.
Luego me dirijo nuevamente a los guardias.
- Si no le hes mucha molestia, me gustaría pasar a que me revisen esta herida, pues no quiero ser victima de la infección que me produjo esta rata. Levantando el animal que tenía en la mano.
- Luego los acompañare donde quieran. Puede ser por favor.
 

En las mazmorras te la miraran- luego al redededor tuya se te pone un guardia y te escoltan hasta las mazmorras del distrito de cristal donde alli un elfo, te mira la herida, con cara de extraño te pone una venda y te da una planta. Despues te dice que poco estaras bien.

Al principio parece un poco reticente a darle su nombre y menos decirle donde va, pero la cara del guardia le daba confianza para hablar con él.

- Ehm... me llamo Christopher, y me han dicho que puedo encontrar algo de trabajo en el gremio de guerreros. -

Durante los días que Rolakos paso recuperándose sus recuerdos no habían estado claros, le costaba trabajo pensar. Pero ahora, parado en el lugar exacto donde todo había sucedido, los recuerdos le regresaron súbitamente. Su cabeza empezó a darle vueltas y el estomago se le revolvió.

Acabó de rodillas, vomitando sobre el suelo manchado aun de sangre seca.

-Mi padre sabia lo que iba a pasar -dice, levantando la voz para que el ermitaño, que ya se marchaba, pudiera escucharlo-. Me lo advirtió. Puede que solo este vivo por él.

Muchacho, tendrias que tener un padrino para poder entrar, si quieres puedo hablar para que puedas entrar - te dice justo antes de que llegaran dos guardias que tal como llegan dice - Detenlo es un asesino, ha matado a varios vagabundos.- y desenfundan sus espadas.

A lo mejor es porque ya conocia a sus enemigos- mientra sigue andando.- Asi que desaparece ya que si sabes que estas vivo podrian intentar terminar su trabajo.

Instintivamente Rolakos se acomodo la capucha, asegurándose que le cubriera la parte superior de su rostro.

El único que sabe que estoy vivo eres tú, ermitaño.

El movimiento inteligente era acabar con la vida de aquel extraño que salvo la suya, Rolakos lo entendía perfectamente. Lo que no entendía era por que dudaba en hacerlo, por que quería evitarlo. Como le dijo antes, no le debía nada.

Pero sentía que si le debía algo, sin embargo. Y no podía deshacerse de ese sentimiento.

Lo vio alejarse mientras ignoraba sus pensamientos homicidas.

-Gracias por todo -se obligo a si mismo a decirle, como para confirmar definitivamente su decisión de perdonarle la vida. No había vuelta atrás.

-¿Si hay algo que pueda hacer por ti, dilo ahora? De lo contrario comenzare mi búsqueda. Pero estoy seguro de que nos encontraremos de nuevo.

Rolakos nunca le pregunto su nombre, aunque lo pensó. No quería saberlo, no quería crear ningún tipo de relación si podía evitarlo.

ten cuidado, son grandes los peligros que te puede acechar por venganza solamente.- Cuando de repente un grito sordo salio de la boca del ermitaño que estaba en el marco de la puerta mientras alzabas la cabeza ves como este da un par de paso hacia atras y en el estomago vez clavada una daga con la empuñadura de un ciervo, despues del par de paso se desploma y ves entrar a tu primo, cual creias muerto.- Bien, bien, y yo creyendo que me iba a quedar con todo el pastel familiar y estas ahi vivo todavia.- mientra saca otra daga-Pero eso lo voy a arreglar. Para eso me han pagado.

Rolakos, sobresaltado por el grito, solo alcanza a ver como el ermitaño cae con la daga clavada en su estomago. Ningún sentimiento lo aqueja al verlo ahí tirado.

¡Zerron! ¿Esto... esto fue obra tuya? -Rolakos hace un gesto indicando la escena de la matanza-. Siempre fuiste muy idiota para entender; no hay nada con que quedarse; la riqueza de los Karras es el conocimiento alquímico y tú siempre fuiste muy imbécil para entender siquiera las formulas más simples -Rolakos le lanzo insulto tras insulto con la esperanza de que perdiera la cabeza y así fuera más propenso a un error-. Sin la alquimia no hay nada más, mataste el negocio con el que querías quedarte.

Pero primo, me han prometido muchas monedas de oro por la muerte de todos ustedes. Pero no te preocupes moriras pronto y se lo podras contar a -se pone la mano en la boca- oh, a nadie ya que estaras muerto.