Partida Rol por web

Llegaste a tu mansión, allí es donde habías quedado con Dan, los vástagos que trabajaban para vosotros estaban muriendo, y tú eras el elegido para buscar al culpable. Aunque realmente no era ese el motivo de vuestra reunión, sino que debía decirte como habíais quedado con el príncipe. La mansión estaba recién montada, con todos los muebles y con todas las cosas que se te habían antojado. Cuando entraste en la sala de estar viste que alguien se encontraba sentado en un sillón, cuando encendiste la luz pudiste ver que era Dan.

- Hola Jerom, llame a la puerta, pero como nadie me abrió no pude evitar entrar y esperarte. – Normalmente alguien le habría abierto la puerta a Dan, pero esta vez todos tus ayudantes se encontraban contigo, ya que al igual que tu acababan de llegar. – Creo que Deberíamos hablar de la visita al príncipe, quieres hablarlo ya, ¿O tienes algo que hacer antes?

Llegaste a tu mansión, donde se encontraba Violet esperando tu llegada, cuando te vio te mostró una de sus bonitas sonrisas y se acerco a ti con lo que parecía ser una carta.

- Hola Alexánder, un mensajero trajo esta carta para ti, dijo que si querías conocer al príncipe de la ciudad, encontrarías como hacerlo en esta carta. - Violet te ofreció la carta, esta era una invitacion a un bar, el cual era bastante conocido en la ciudad, su Nombre: La Noche es nuestra. Es un Club reconocido, el cual es un pequeño santuario para vástagos, o eso es lo que has escuchado, allí no tenéis por que esconderos.

Cuando veo a Dan ya en la sala de estar me sorprendo. Aunque mi rostro cambia rapidamente para reflejar tranquilidad, no era ninguna amenaza.

-Buenas noches Danio, no esperaba verte tan pronto, suponía que llegarías, como pronto, dentro de unos minutos, cuando hubiera podido echarle un vistazo a mi nueva casa. Sonrío divertido, era extraño que un invitado llegara antes que tu a tu nueva casa. Espero que encuentres acogedora mi humilde morada. 

Me siento en el otro sillón, frente a mi invitado.

-Ya que estas aquí no tiene sentido entretenernos, hablemos de la reunión con el príncipe, pero antes, ¿deseas tomar algo?

Llegaste a la habitación de tu Hotel, allí se encontraba Henry, sonriendo como siempre, cuando llegaste hizo una pequeña inclinación con la cabeza, y se acercó a ti para dirigirse a ti.

- Anne, llego una carta para ti, la trajo un mensajero, parece que es para que puedas acordar con el príncipe el día de tu actuación. Parece ser que debes ir a un club llamado La noche es nuestra. – Ya habías escuchado hablar de ese club, era una especie de santuario de vástagos, donde todos podían sacar sus instintos más llamativos, aunque se decía que cuando algún humano iba al lugar moría o pasaba a ser torturado, aunque no se sabía si eso también sucedía con los sirvientes de los vástagos.

Llegaste a lo que eran tus dominios, habías salido a cazar un poco, y por fin habías llegado a casa, llevabas unos días que cazabas y poco más, últimamente te encontrabas estancada en tu misión de encontrar a tus hermanas. Al llegar te encontraste con Cesare, el cual esperaba fuera de la puerta. Al verte se acercó y sonrió, era un viejo y buen amigo, el cual siempre procuraba apoyarte y/o ayudarte.

- Hola María, Te estaba esperando, quería invitarte al club de Marcelo, va a hacer una fiesta para los nuevos vástagos en la ciudad y todos estamos invitados, ¿Qué te parece distraerte un rato? – Cesare te ofreció una mano como para que le siguieras, la verdad es que solía ser bastante impaciente.

Llegaste a tu dominio, acompañado de Gideon y Jaques, que eran los que siempre solían acompañarte, en tu mansión se encontraba Katrina, la cual te esperaba, parecía ansiosa.

- Por fin Llegaste señor Ruv, llego un mensajero y trajo esta carta para usted, dijo que como era nuevo en la ciudad quedaría bien que fuese a saludar.- En la carta ponía que fueses al club nocturno conocido como: La noche es nuestra, era un club para vástagos, el cual permitía a estos ser como ellos querían, se decía que humano que entraba era devorado o asesinado, aunque no se sabía nada de los criados de los vástagos.

Anne cogió la carta sonriente "Gracias Henry". La leyó con atención. "Sí, parece ser que debo ir a verle. He oido que es muy apuesto" dijo arrugando su pequeña nariz. Luego se dirigió tarareando una cancioncilla hacia el inmenso armario de la suite. "Humnnn...¿qué te parece esta capa azul?, pegaría bastante con el traje celeste ¿no crees?". Acto seguido abrió el joyero. "Sí, a juego con esta gargantilla y estos pendientes...definitivamente, sí...ayy mira Henry y con esta pulsera de zafiros, quedaría fantástica ¿verdad?". Se fue al baño y dejando la puerta entreabierta para que Henry pudiera escucharla bien, y siguió hablando. "Henry, querido, supongo que esta noche también me pondras escolta, pero con ocho son suficientes ¿de acuerdo?. Un par de coches solo. Lo justo para mantener a los paparazzi a raya. ¡Ah!, y recuérdales que bajo ningún concepto deben pasar al local. Ya sabes por qué te lo digo" Al poco tiempo salió del baño ya vestida. La verdad que la joven Anne estaba deslumbrante."¡Tachaaan!. Y bien, ¿te gusta?" No esperó a la respuesta del hombre. Se acercó y le dio un beso en la mejilla como una hija a un padre. "Está ya la limusina abajo supongo ¿no?...bueno, te veo a la vuelta. Chaooo". Salió por la puerta, momento en el que los dos guardaespaldas trajeados, comenzaron a seguirla. Subieron con ella a la limusina. Ella dio la orden al chofer de dirigirse a LA NOCHE ES NUESTRA. Los guardaespaldas dieron la dirección por el "pinganillo" a los tres guardaespaldas que les prececian en el coche de alante y a los tres que les seguía en el coche de atrás, y salieron rumbo al local.

Huan se acerco a ti, habían llamado a la puerta de tu casa y ella había ido a abrir, cuando volvió lo hizo con un sobre, el cual te ofreció para que leyeses. 

- Han traído esto para usted, parece ser la invitación a alguna fiesta. - Cogiste el sobre y lo leíste, al verlo pudiste comprobar que si, que era una invitación, el cual era para que fueses al club llamado: La Noche Es Nuestra, este club era conocido por ser un santuario para todos los vástagos, en el local podían actuar como auténticos asesinos, es mas, mortal que entraba mortal que sufría durante mucho tiempo o moría en el acto en el mejor de los casos. Parecía que hacían una fiesta para los nuevos vástagos, en esa fiesta estaba el rey, así podías presentarte y quedar bien con el.

...Rutina y estancamiento. Esos son los peores enemigos de un Vástago - Mientras volvía en dirección a mi casa, le daba vueltas a estos conceptos, como tantas otras veces había hecho en el pasado - Un vástago que cae en la rutina y se deja llevar por ella hasta el estancamiento, se convierte en un vástago débil, acomodado y prescindible. Tan prescindible que la mayor parte de los que empiezan ese camino acaban durmiendo las "largas noches" hasta el punto de despertar en una época que no comprenden. Entonces sólo les queda volver a dormir - Me detuve para observar con gesto apático un escarabajo volador que zumbaba en torno a una de las farolas de la calle. En el número y tipo de insectos se podía distinguir fácilmente que ya había entrado en las afueras de la ciudad, donde mi dominio me esperaba.

Por otro lado, un vástago que caiga en la rutina y desee evitar el estancamiento, estará ansioso de cualquier tipo de actividad o emoción. Se volverá temerario y arriesgado. En ese caso, no durará mucho, a no ser que sea muy poderoso. Un vampiro inquieto es casi tan malo para su propia salud como un vampiro estancado. A ese vampiro le queda poco para hallar su definitivo reposo - Me detuve y me puse alerta al distinguir una silueta a lo lejos, cerca de la entrada de mi casa. Al reconocer la silueta como Cesare, recuperé la tranquilidad. Confiaba en el viejo Gangrel, era lo más parecido que tenía a un amigo en aquella ciudad.

Por eso debo evitar la rutina con un propósito firme, pero cuando mi búsqueda no avanza, empiezo a desesperar. Por suerte, hoy tengo algo que romperá el circulo vicioso de la rutina. ¿He dicho algo? Más bien debería decir alguien... - Buenas noches - Le dije interrumpiendo mis pensamientos al llegar a su altura. Él me contestó con una invitación que internamente agradecí, pero, según tengo por costumbre, no dejé que este sentimiento se exteriorizara. Enarqué una ceja, incliné ligeramente la cabeza y miré al Gangrel entre curiosa y divertida. - ¿Esa es tu idea de una cita, Fiorno? Ya te dije más de una vez que me gustan con más experiencia... y peluditos - Dije, en tono jovial, como tantas otras veces, en referencia a su aspecto lampiño. Solíamos bromear el uno con el otro con nuestro aspecto joven comparado con nuestra verdadera edad. La sonrisa con la que acompañaba el comentario dejaba claro que se trataba de una nueva broma y el tono amigable no dejaba ningún lugar a dudas acerca de que me agradaba su visita. En cualquier caso, por si no dejaba suficientemente clara mi intención de conversación amigable, acepté su mano y le seguí, dejando claro que iba con él, contrariamente a lo que decían mis palabras - ¿O acaso quieres mostrarme a nuevos vástagos jovencitos y con el cutis fino como el culo de un bebé para demostrarme tu madurez?

Con la gente que me cae bien, siempre me he mostrado bromista. Mis palabras suelen ser poco serias, incluso a veces soeces en contraste con mi aspecto, y acostumbro a ponerles motes. A Cesare siempre le he llamado Fiorno, al principio con respeto, al final con camaradería.

Entré despaciosamente por la casa y no pude evitar sonreir de vuelta a Violet aceptando la carta que me tendía. Así que una Presentación ante el príncipe. Leí con detenimiento la carta satisfecho. -Así que es una invitación para poder ver al príncipe, o mejordicho unas instrucciones- Musité en voz alta. Inmediatamente después miré cándidamente a Violet.¿Te apetece que vayamos a un bar que parece estar de moda?, Sí podrás divertirte un poco. Te lo mereces. Vé a cambiarte así pasaremos una buena noche.

Definitivamente me interesaba. Claro que no acudiría sin más Tenía que haceralgunas llamadas y tener cerca a algunos chicos, aunque fuera bebiendoy haciendo número por si acaso. No quería provocar ni amenazar, pero tampoco iba a exponerme en solitario.

-Gracias, Katrina. -Dice Ruv mientras abre la carta para leerla-. Mmmm... parece que alguien esta enterado de mi llegada a la ciudad.

La paranoia natural de Hamishagos lo hace preocuparse. No le gustaba que nadie estuviera enterado de sus idas y venidas, aun cuando estaba en el papel de Ruv Spiuni. Después de pensárselo bastante decide que lo mejor sera acabar con eso esa misma noche.

-Gideon, Jaques, prepárense. Ustedes me acompañaran. Vayan armados.

Personalmente, a el no le gustaba cargar armas de fuego, esa tecnología siempre lo hizo sentirse incomodo. Ademas, las pistolas no eran particularmente efectivas contra vástagos.

Ruv se miro al espejo antes de salir, confirmando que la ilusión de su rostro estuviera perfecta. Así era.

Subió al auto, conducido por Jaques y se puso en camino al club.

Miro el sobre y leo atentamente lo que pone.
-Una invitación a una fiesta,nunca me gustaron las invitaciones inesperadas ni las fiestas.
Aunque si el príncipe esta habrá que hacer una rápida presentación y finiquitar la burocracia .
¿Que buscaran enviándome esto?.Tengo que salir. Allí donde voy solo dejan entrar vampiros ,bueno quédate al cargo del dojo Huan que Zhi te ayude a recoger todo y manteneos alerta por si acaso.

Dan hizo una breve pausa hasta que hablo.

- No tenía intención de llegar antes, pero mis negocios acabaron antes de lo esperado. – Hizo una breve pausa y se levantó, después te miro durante unos segundos como evaluándote. – Por cierto, prefiero que me llames Dan, es más cercano.

Después estuvo callado mientras te sentabas y le comentabas lo del príncipe.

- No gracias, ahora mismo no estoy hambriento. Será mejor que hablemos del príncipe. Tendrás que ir a un famoso bar llamado La Noche Es Nuestra, un vástago, que llego nuevo a la ciudad monto una fiesta para vosotros, los nuevos invitados. Es un bar donde no deben ir humanos, ya que son asesinados rápidamente. El príncipe os pera ahí para conoceros. Los demás vampiros no saben que vienes a la ciudad para investigar los asesinatos de nuestros hombres, es más, no saben que perteneces a la mafia, debería ser útil para ti, esta será la última conversación que tendremos en vivo. En teoría, asique dime… ¿Qué quieres saber?

El viaje fue muy tranquilo, nada digno de mención paso mientras te llevaban, los dos coches de tus guardaespaldas te seguían, aunque cuando llegaste al club donde ibais a conocer al príncipe pudiste comprobar que no había prensa, que no había nada, era posible que fuese cosa del príncipe, o puede que fuese por ser un bar de vástagos, el tema es que nadie te molestaría.

-Muy bien, te llamare Dan si así lo prefieres.

¿Nadie sabe que pertenezco a nuestra "organización"? ¿Tampoco los mas allegados al príncipe, ni el propio príncipe?

Hago una pausa.

-Lo primero que necesito saber es que habéis descubierto, por poco que sea, sobre la muerte de nuestros hombres, y que sospechosos habéis descartado. Bueno, todo lo que se sepa.

Respecto al príncipe me gustaría saber si tiene alguna manía cuando se dirigen a el, o algo así.

También me intriga ese vástago que organiza la fiesta, ¿porque preparar una fiesta para unos desconocidos que acaban de llegar a la ciudad? ¿Se sabe algo de él?

Anne esperó a que uno de sus "gorilas" le habriese la puerta, y con elegancia, bajó de la limusina. Dos acompañaron a la joven hasta la puerta del local, momento en que se detuvo y se dirigió a ellos "Gracias por acompañarme, pero continúo sola desde aquí. No se preocupen, aquí son todo amigos. Espérenme en los coches. No creo que tarde más de un par de horas. De ser así se lo haré saber" brindándoles una amplia sonrisa. Observó unos instantes como se retiraban y se dispuso a entrar al local.

Cesare seguía sonriendo ante los comentarios de la "jovencita", los cuales le hacían bastante gracia, la chica tenía unos comentarios  bastante curiosos.

- Si sabes mis trucos como voy a llevarte a semejante lugar, si ya sabes mis intenciones. – Te guiño un ojo mientras seguía andando hacia el lugar. – La verdad es que vinieron bastantes antiguos, igual no somos ni los más viejos del lugar. Seguro que lo pasamos bien. Además igual hay suerte y te presento a alguien que te pueda interesar, pero si no viene no sabrás quien es, no vamos a destruir la emoción de si lo conocerás o no. – Volvió a guiñarte un ojo y te guio hasta su coche. – Móntate anda, iremos en mi coche.

Violet se marchó como le habías dicho a arreglarse. Después llego con un vestidito bastante mona, la verdad es que era una buena acompañante, cuando llego te mostro su bonita sonrisa y dijo.

- Ya estoy lista, ¿cuándo quieres que vayamos? ¿O tienes algo más planeado antes de salir hacia el club? – Violet se quedó quieta esperando ver que le decías, siempre tan callada y buena ella.

Fuisteis en el coche sin demasiados problemas, el viaje fue tranquilo, llegasteis a tiempo y no pasó nada, en la puerta del local no había mucho movimiento. Aparcasteis cerca de donde estaba el sitio, ya quedaba menos para conocer al príncipe.