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Historias Secretas: Al encuentro de Latifa

Al encuentro de Latifa. Escena de Juego

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07/10/2016, 10:31
Mu'tammid ibn Ahru

Tu cuerpo quedó rígido, y apenas podías respirar sin dificultad. Estas ahora tras una gran estantería de madera, tras una esquina, que cubría todo tu ser de quien entrar por esa puerta. Fue entonces cuando un tipo entró con malas formas en la cocina, empujando a un par de sirvientas que intentaban negarle el paso al ser de malas maneras. Iba ataviado con turbante, arco y alfanje al costado. A su lado entraron unos seis o siete tipos. Tu veías todo ésto mirando de reojo, con la espalda apoyada en el lateral del mueble. Tragabas saliva, y aunque el buen siervo Abid se interpuso entre su brutalidad y Latifa, lo único que consiguió fue recibir un puñetazo que lo quedó tumbado en el suelo e incosnciente...

¡Irás conmigo a la almunia de tu padre! ¡Ja ja! -reía el tipo-. Amir-ibn-Dawud verá que soy el perfecto esposo y amante de su bella hija, ¡Vamos Latifa! ¡No hay tiempo que perder! -tras asentir, sus hombres la rodearon y la tomaron por los brazos, llevándosela por las puertas de la cocina-. La joven, que iba casi en volandas, pataleaba, mordía y gritaba, pero aquella resistencia era imposible ante un grupo entero de saquadores de la frontera, almogáuares musulmanes de pura cepa.

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08/10/2016, 02:55
Ali el-Nazir

Agradecí haber sido cauto. Un enfrentamiento directo con aquellos aguerridos soldados de Alláh que con gusto y bravura hacían la guerra al cristiano allende la frontera, sólo me hubiera valido para acabar ensartado en uno de sus alfanjes. Grabé bien la cara de ese perro asqueroso de nombre Mu'tammid, pues si se me presentaba la ocasión, sería él quien acabaría ensartado por mi bracamante.

Hubiera conjurado... de haber tenido más espacio para gesticular los pases. Hubiera conjurado... de no haber estado mermado de voz para no desvelar mi escondite. Hubiera conjurado... si, para convertirme en oscura sombra siniestra y silenciosa portadora de muerte que, cuchillo en mano, rajara la garganta de se malnacido que, de como si una flor bruscamente arrancada se tratara, se llevaba a la bella dama Latifa en contra de su voluntad.

Al menos sabía donde la llevaban; a la almunia de su padre. Más no pude hacer otra cosa que esperar que la tormenta amainara antes de salir del escondite y prestar ayuda al golpeado y aturdido criado.

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08/10/2016, 17:47
Director

Otras dos sirvientas entraron en la cocina (ya había cuatro en total), pues estaban alertadas de todo el vocerío del pretendiente, el cual había salido ya por la puerta con sus hombres y se había llevado a su futura esposa. Recios en la cabalgada, no dudaron en jalear sus caballos y poner al galope sus intenciones, con la bella joven junto a ellos. Las dichas sirvientas rodearon a Abid, que aún estaba inconsciente, y le colocaron toallas y almohadores bajo la cabeza, y paños frios en la frente, intetando hacerlo volver en sí. Una de ellas se giró hacia donde estabas y te rogó (como si en ello le valiera la vida) que salieras de allí a buscar a Latifa (y de paso, que no siguieras allí por que de volver aquellos maleantes te podrían matar y a ellas quien sabe si castigar).

El caso es que quedando allí al bueno del sirviente Abid, que cruzaste el patio interior y el zagúan de entrada, y saliste sin acompañamiento del gran palacio. Una vez afuera, te encontrabas de nuevo en la parte alta de la ciudad...

¿Encontrar a Latifa? -pensabas-. ¡Pero si el tal Mu'tammid la había llevado a la almunia del padre, afuera de la ciudad! Durante un momento pensaste en olvidarte de todo aquel asunto de damas, caballeros cristianos, almogáuares y padres tiránicos para volver a tus "buenos negocios" de latrocinio. Y mientras andurreabas por las calles ya casi decidido a volver a tu oficio, doblaste una esquina y ¡¡ZASSS!!, te chocaste con un tipo que venía a la carrera, como fuera de sí, como esos galgos de caza que una vez en carrera no piensan ni en su dueño ni en el cansancio ni en el dolor: sólo en su presa.

Ambos caísteis al suelo por el impacto. Cuando te incorporástes un poco (estábais a medio camino entre el palacio de Latifa y el zoco de la tetería), víste que era un tipo de piel blanca, como oculto en prendas de capa y capucha, y se estaba levantando tamibén, llevándose las manos a la cabeza. Mientras te veía y se levantaba, sus prendas dejaron ver en un descuido que sobre su pecho y bajo la tela se encontraban los restos de cierta armadura, así como un sobreveste rasgado con una maltrecha cruz cristiana.

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08/10/2016, 17:58
Tipo

Ughh... -se dolía del golpe en la cabeza, pasándose la mano por la frente-.

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09/10/2016, 17:55
Ali el-Nazir

No pude evitar sonreír después de sobreponerme de aquel inesperado topetazo.

-Llegades tarde, christiano. -dije sonriente al caballero, que duda alguna debía ser el enamorado de Latifa, pues pocos cristianos, y mucho menos caballeros, se atreverían a venir a una peligrosa ciudad fronteriza como era Al-Ihiliya.

-Paresce que Alláh, o vuestro Dios, o puede que una mala chanza de ambos, dispusieran que nuestros caminos hubieren de cruzarse de tan brusca, empero oportuna manera. -aún sonriente, pretendía dejar estupefacto al caballero con mis intrigantes comentarios. -Pues nuestro cometido, aún por motivos de naturaleza diferente, paresce ser el mismo. Encontrar a la bella dama...

-La dama que responde al nombre Latifa. ¿Non est cierto?.

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09/10/2016, 18:34
Alwazires

El tipo abrió los ojos cuando escuchó de tu boca el nombre de Latifa. ¿Quién diantres serías tú? ¿algún tipo que pretendía enarmorarla? ¿un familiar? ¿un amigo? El tipo se puso de pie, y de dispuso a hablarte, pero enseguida llegaron un par de pasos a la carrera, vociferando al mismo tiempo, contra vosotros (procedentes de la misma calle por la que él venía, es decir, le estaban persiguiendo).

¡¡Aeeee!! -una voz jaleó para que os detuviérais en árabe-. Eran dos alwazires* que parecían perseguir al cristiano, pero que ahora, viéndote a ti, te vislumbraron como compinche... ¡ahora os perseguían a los dos! El caballero cristiano echó a correr, y quizá aquesto fuera lo más propicio y sabio.

Notas de juego

*Oficiales, como alguaciles de las ciudades cristianas.

Si intentas huir, haz una tirada de Correr (AGI) para no tropezar con elementos de la ciudad. También haz una tirada, en tal caso, de Saltar (AGI) (para elevarte sobre pequeños muretes, algún animal, etc., lo que haya). Si te quedas habrá un combate. El cristiano "huye que se las pela".

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09/10/2016, 18:47
Ali el-Nazir

Ya era lo que faltaba. Al parecer no era suficiente el lío de faldas que me traía; con caballeros cristianos de por medio, almogáuares enfurecidos y padres despóticos... Ahora se unía a mi cúmulo de despropósitos la guardia de la ciudad. Aquel fideputa cristiano acabaría metiéndome en un buen lío. Me apresté a salir por "patas" de allí y, mientras seguía la pista del caballero intentando despistar además a la guardia, llevé la mano a la empuñadura del terciado. Si la huida se torcía, no haría ascos a plantar cara a aquellos dos alwazires. No era la primera, ni sería la última vez, que ponía solución con el filo a lo que mis piernas no hubieran podido.

- Tiradas (2)
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09/10/2016, 20:49
Director

Corríste tras el cristiano. Que en tamaño lío de faldas habíaste metido sin comerlo ni beberlo. Y es que desde aquel maravilloso encuentro casual con hinchazón incluida, apenas tuviste tiempo para intercambiar palabra. Que la carrera era ahora la vida... Corriste y cruzaste las calles desde la parte alta de la ciudad hasta las calles aledañas al zoco y la alcaicería. Evitaste varias cajas, un carro que cargaba con alfombras y también cubos con especias dispuestas para ser vendidas. Incluso unas gallinas revolotearon en una esquina redondeada, donde estaba picando algo de grano, cuando pasaste como una exhalación por su lado. Claro que, tu ibas tras el cristiano, quien llevaba realmente el camino en la mente ¿O tal vez huía también sin destino?

Fue en una de éstas que te propusiste saltar un cánido de los que habías visto en la entrada de Al-Ihiliya; perros que los almogauars solían llevar, de vez en cuando, en sus cabalgadas para el rastreo. O tal vez fueran de alguno de los comerciantes del zoco. Sin poder evitarlo, saltaste poco fructuosamente sobre sus lomos, pero por no pisarle te trastabillaste y caíste en redondo y hacia delante... Cuando te levantaste, tus nuevos amigos te estaba esperando: Los tipos, rápidos guardias a punta de larga nimcha, te increparon y no dudaron en querer trocearte al momento.

- Tiradas (1)
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09/10/2016, 20:52
Alwazires

¡Ven aquí! -te gritó uno de los alwazires-, ¡se os van a quitar las ganas de robar nada, malnacido!

- Tiradas (1)
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09/10/2016, 20:56
Tipo

Creyendo que aquellos dos tipos te tomarían la medida con los puños y las armas, pensaste qué diantres podías hacer tú. ¿correr o enfretarse? Instantes antes habías pensado en lo segundo si se daba el caso. Terciado en mano (Alláh quiso que no se te clavase durante la fatigosa marcha y caída) viste que de tu lado emergía una figura, un tipo. Era el cristiano, que lejos de haberse marchado (en verdad desapareció de tu vista y había huido), volvió (y sólo su dios sabía porqué). Tenía una espada levantada, la misma que llevaba a la carrera.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Iniciativas:

Alí: 29 --> Declara 2 acciones o 1 extendida. Estás a distancia "normal". Declara melé es 1 acción (por si acaso), y en esta partida no repercute en la posición de la iniciativa.
A1 y A2: 25 y 24 --> A1 ataca a cristiano y parada / A2 lo mismo.
Tipo: 19 --> Ataca a A1 con espada y hace parada al primer ataque que venga.

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10/10/2016, 01:25
Ali el-Nazir

Me sorprendió, y para bien, el comportamiento de aquel extraño caballero cristiano. Había vuelto a prestarme su brazo, más sabía yo que lo hacía por interés propio, pues debió quedar intrigado por las palabras que le hube de dedicar momentos antes que mentaban a su pretendida Latifa.

Pedí a Alláh que el cristiano fuera tan diestro manejando la espada como lo era enamorando bellas doncellas. Yo, por mi parte, y aprovechando que los alwazires parecían haberla tomado únicamente con aquel extranjero, acometí con repetida furia contra uno de ellos.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Hago dos ataques contra A1.

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10/10/2016, 12:44
Director

Resumen turno 1:

Mientra que Alí cargó directamente contra el primero de aquellos guardias de manera infructuosa, éstos se envalentonaron con el cristiano, y sus nimchas hubiéronle de causar problemas. Pero la de uno rozó el aire, mientras que la de otro entrechocó con el filo de la suya espada. El cristiano, acto seguido, quiso devolvérsela y así lo hizo, pero el alwazir tamibén le paró la agresión. El pleno duelo se estaba formulando en plena calleja muy cerca de la alcaicería y del zoco.

- Tiradas (7)

Notas de juego

Iniciativas:

Alí: 29 -- > Declara 2 acciones o 1 extendida
A2: 20 --> Ataca a Cristiano con la nimcha y parada
Cristiano: 18 --> Ataca a A2 con la espada y parada
A1: 18 --> Ataca a Alí con la nimcha y esquiva un ataque

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10/10/2016, 17:43
Ali el-Nazir

Arremetí nuevamente contra los alwazires, empero esta vez lo hice contra el otro de aquellos. Quizá Alláh propiciera mejor aquel lance que el anterior, más pronto vi que no fue así. Me moví con rapidez, cual serpiente, esquivando cuando envite pudiera venirme. Entonces miré al caballero, haciéndole gesto apremiante.

-¡Caballero! -dije entre estocadas. -más nos valdría... -esquivé la nimcha. -...dejar aqueste lance para otro momento.

Que andábamos en medio de la calle, formando no poco llamativo espectáculo; un servidor, harapiento ladrón, y un caballero temeroso de un falso Dios, luchando a muerte contra dos protectores de la ley. Si no finiquitábamos aquel asunto con presteza, no tardarían en llegar más alwazires o, para peor aún nuestra suerte, unirse algunos de los villanos allí presentes.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Por poco pifio el ataque... :(!

Intento darle a entender al Caballero que más vale echarnos otra carrerita. Si lo "capta", seguramente en el próximo asalto mi acción sera Huida.

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11/10/2016, 14:15
Director

Resumen turno 2:

El tipo que se encaró con el cristiano le engarzó la nimcha al caballero en el abdomen, hiriéndole y apretando el acero contra su armadura de cuero:

Daño: 11 (-3 por Gambesón reforzado): 8 puntos de vida*

El caballero gritó un instante debido al tremendo dolor, pero luego tomó fuerzas y quién sabe si encomendándose al falso dios cristiano le endosó un espadazo al alwazir que lo quedó seco en el acto:

Daño: crítico (daño máximo e ignora armadura): 13 puntos de daño**.

La hoja le cortó el pecho de parte a parte, rompiendo costillas y músculos, y un terrible aullido hizo silenciar aún más aquella calleja. Acto seguido se desmayó allí mismo, manchando la piedra del suelo con la sangre. Finalmente, el otro tipo encarándose a tí giró magistralmente la muñeca, pero tu te escabulliste y por muy poco logra abatirte...

- Tiradas (11)

Notas de juego

*Secuela cristiano: Fea Cicatriz
**Secuelas A2: Daños internos: El ataque provoca la rotura de huesos y músculos, que no consiguen curar de forma adecuada. Reduce en 1 punto la Resistencia del personaje.

Fin del Combate.

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11/10/2016, 14:36
Tipo

¡Va... Vámonos! -el cristiano aceptó tu propuesta (aunque ahora teníais superioridad numérica)-. No obstante, cuando el alwazir vio que su compañero yacía ahora desmayado, no hizo sino dar dos pasos hacia atrás y echar a correr, pues tal y tan tremendo había sido aquel embiste cristiano que se quedó estupefacto. En pocos instantes, el caballero se encontraba limpiando su espada en las vestimentas del desmayado y guardándola en la vaina.

¡Hemos de irnos! -dijo temeroso-. ¡El zoco! ¡Es día de mercado! ¡Escondámonos entre la multitud!

Notas de juego

Te dejo un post de transición ;)

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11/10/2016, 20:30
Ali el-Nazir

Brutal fue el golpe que, como si de justicia divina se tratara, hubo de impartir el cristiano al desafortunado alwazir cercenado ahora por la mitad. No pudo ser la mano del falso Dios de aquel la que intercediera en tal mandoblazo, sino la del mismísimo Alláh. Que Latifa; la bella dama, debía ser salvada de su aciago destino. Alláh así lo disponía, pues lo demostraba usando como instrumento de su voluntad a aquel hombre quien, enfundado en curtida armadura blasonada con roja cruz, pronto iba a unir su destino y el mío en pos de la anhelada muchacha.

Asentí con la cabeza a modo de respuesta. Enfundé el filo, sin pronunciar palabra alguna, y me encaminé junto a mi nuevo "amigo" hacia el zoco...

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11/10/2016, 20:55
Tomás de Valpomeda

¡Andad! ¡apresuráos! -te decía, instándote a que guardaras de una vez el filoso tuyo y caminaras como si nada, aunque a paso firme, hacia el zoco-. Y ya oíais el jolgorio de las voces, las ofertas, las charlas y el buen ambiente de aquella pequeña villa fronteriza. Almogauares se apostaban a un lado de la plaza, mientras pequeños esportilleros aguardaban a cuidar sus monturas a la espera de encontrar algún recado que le proporcionaran mejores monedas; el olor de las telas recién traídas, dobladas y transportadas en viejos carruajes de madera se mezclaban con los humos procedentes de alguna herrería cercana. Y el sabor de las hierbas se dejaba notar en el ambiente, siendo traídas y llevadas y compradas y vendidsa por doquier (incluso de las teterías y lugares donde su consumo era fumado y no bebido). El caso es que el cristiano, enfundado ya en capa y capucha, caminaba y te hablaba sin mirarte al rostro, sino más bien observando inquieto en derredor, a izquierda y derecha constantemente.

Os introdujísteis entre los puesto, en sobre vuestros turbantes y capuchas las prendas, telas , cuerdas y tenderetes os rozaban el cogote, mientras que el Sol dueño de la Tierra imperaba allá arriba, bien alto. De Latifa, por supuesto ni rastro.

Mi nombre es Tomás de Valpomeda -te dijo en bajo, mientras hacía como que se interesaba por unos jarrones de cerámica tocándolos y pasándoles la palma y los dedos-. Vengo de más allá de la frontera -evitó decir la palabra mágica... "cristiano"-. Y por alguna razón sabéis de la persona a la que busco, sin yo decíroslo... -ciertamente, había una clara diferencia entre las buenas palabras del bueno de Abid, cuando te contactó, de las de aqueste tipo, que no parecía estar agradado de hablarte dada quizá tu condición religiosa-. ¡Hablad, joven! -ahora si se giró para mirarte, por primera vez, directamente a los ojos-. ¿Dónde está ella? ¿Cómo osáis mencionarla? ¿o esque sois pariente suyo?

La vida en Al-Ihiliya era muy activa ese día de mercado.

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11/10/2016, 22:15
Ali el-Nazir

La actividad comercial era espléndida. Aquel ambiente me transportó: cerré los ojos deleitándome con la algarabía de las calles atestadas, las plazas robosantes y el palpitante sonido de la actividad, el traquetear de los carros, las gente sudorosas afanándose enderredor de cuanta mercancía allí se vendía. El griterío del zoco, dulce melodía para mis oídos, pues aquel era el lugar ideal para desempeñar mi "oficio".

Entonces la voz de aquel desagradecido cristiano me increpó sacándome de mi fugaz parsimonia.

-Guardad vostras altanerías, caballero. -le respondí sereno. -Que non sode vostro enemigo. -Y jugándomela evité su mirada para, como hizo él momentos antes, hacer como que me interesaba en alguna de las muchas mercancías allí expuestas mientras le respondía. -Me necesitades si queredes ver a la hermosa dama nuevamente, pues mis habilidades et saberes muchos son. -entonces fui yo quien lo miró, directamente a los ojos -pues como bien decides, se quien sodes et a quien buscades sin necesidad de que hubiéres de dezirlo.

-Vostra pretendída. -sonreí -Se halla en la almunia del su padre retenida por un peligroso almogauar de nombre Mu'tammid. Aqueste pretende desposarla, ansí que si non queredes que tal enlace se lleve a fin, habremos de obrar prestos.

-Los motivos et razones  que albergo para ayudarvos míos et sólo míos son. Tomad la mi ayuda et saberes agora, o marchad en soledad en busca de vostra dama. 

Estaba caminando sobre una línea muy delgada: podía muy fácilmente con mis palabras desatar la ira de aquel caballero capaz de partir a un hombre de un golpe pero, aunque era una jugada arriesgada, en mi favor jugaba que el cristiano se encontraba sólo en tierra lejana y enemiga. Si éste era inteligente, mi ayuda se hacía inestimable para su causa.

-Decid pues... ¿que va a ser estonce senyor de Valpomeda?.

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13/10/2016, 10:35
Tomás de Valpomeda

Tomás de Valpomeda te miró con sorpresa al saber todos esos datos (nefastos, por cierto) de la joven Latifa (cosas que ni él mismo sabía). Comprendió por fin que intentabas ayudarle, más no entendía las razones por las que un moro osaba ayudar a un cristiano en lides de amores (ni más ni menos). El Cielo se le cayó encima al de Valpomeda al escuchar que un almogauar pretendía desposarla. Fue como si los infiernos se desataran en sus ojos, pero la impotencia de no poder hacer nada en esos momentos fuera (y lo era) mucho más grande.

Vos lo agradezco, aunque espero que me digáis, cuando todo esto acabe, qué sacáis vos con todo aquesto -aquella cosa no era ni más ni menos que lo que tu te preguntabas-. ¿Vos sabéis ir a esa almunia? Puesto que yo no...

Notas de juego

Dos cosas:

Uno. Es día de mercado, por lo que si quieres y deseas, en el zoco puedes comprar algo o hacer de tu oficio un sayo para satisfacer algún capricho ;) Sólo dime qué podrías querer (en caso afirmativo) y veremos si está en esos momentos en el zoco.

Y dos. No sabéis, ninguno de los dos, dónde está la tal almunia ni a qué distancia. Habréis de averiguarlo.

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14/10/2016, 17:05
Ali el-Nazir

El cristiano había rebajado sus "humos", lo cual me complacía. -Sólo se que Amir-ibn-Dawud, el padre de la vostra pretendida est un rico comerciante, et que aqueste fizo la su fortuna por propio esfuerzo. Ergo alguien fabrá en aqueste zoco, entre tanto mercader e comerciante, que sepa donde se halla la su almunia, que si se encuéntrase en las afueras. -dije informando así al caballero de lo poco que sabía.

Tras la breve charla miré en derredor, buscando el puesto de mercancías más rico y exquisito con intención de preguntar a quien lo regentara por el tal Amir-ibn-Dawud.

Notas de juego

La idea es preguntar en el zoco por el padre de Latifa, intentando no perder el tiempo con otras distracciones.