Partida Rol por web

-Hola Helmuth... No sé de quien ha sido la idea de traerte aquí... Pero creo que desearás marcharte muy pronto.

Mi cara denota mi enfado y odio por el lugar. Además no acabo de entender lo que ha pasado. Porqué se ha ido Verona y ha entrado helmuth? Qué narices está pasando?

- Qué... ¿qué ha pasado? - pregunta Yannick, confuso.

-Ya se lo he propuesto, y no solo eso, le propuse algo bastante más... radical para tomar nosotros las riendas de la situación, pero no quiso, no quiere acabar con la vida de nadie ni dejar que nadie se quede en ese lugar de la muerte porque tengamos que resucitarle a él y a mi, porque os aseguro que me siento atado a él de tal forma... que no creo poder aguantar verle morir.

Miro directo a Yannick.

-Es demasiado bueno para cómo lo estáis tratando todos, y espero que os arrepintáis por ello.

-¡¿Pero qué coño?! - Exclamo muy confundido - ¿Qué haces tú aquí?

- ¿Y dónde está Verona? - dice Yannick, completando la pregunta de Valfar.

Un instante después, Yannick comienza a reír a carcajadas. Su risa es de buen humor, incontenible, de auténtica alegría.

- ¡Sé lo que ha pasado! - dice - ¡Sé lo que ha pasado, y es la mejor noticia que podríamos tener! Valfar... creo que vas a correrte de la alegría, pero hazlo hacia otro lado, anda. - pide, sin dejar de reír.

-¿Por fin el necrófilo y el chuloputas han consumado con la colaboración de Domino?

Miro con desconfianza a Yannick. -Habla, porque esto no me gusta. Sigues sin caernos bien Yannick, así que no te cojas esas confianzas con nosotros.

-¡Malditos sean! Han cambiado nuestros poderes. Estoy seguro de ello, Ahora es Verona quien tiene mi poder y yo el suyo. ¡Rata infecta!. Azhariel ya conozco al General.-Me miro las manos con odio.-Era Verona. -Estaba realmente furioso por jugar con él.

- ¡Mejor aún! - exclama Yannick sin dejar de reír, acercándose a Valfar y poniendo una mano en su hombro - Ay... te vas a mear cuando te lo explique.

-Suponía que algo así había sucedido - Digo mirando a Helmut - Y la verdad es que estaba bastante claro que lo era Verona, la verdad.

Me giro entonces hacia Yannick con un gesto serio esperando sus palabras.

Entonces, con la reacción de Helmuth, Yannick extiende los dos brazos señalándolo.

- Y... ¡ahí está la explicación! - dice sin dejar de reír - Dios mío... esto es lo mejor que podía pasarnos. Azhariel, estoy seguro de que Verona te dejará total libertad, te lo aseguro. Casi puedo garantizarte que eres completamente libre. Y ella dejará de culparse. Esto es genial, en serio. No os hacéis una idea.

-¿Y qué va a impedir a Helmut terminar el trabajo que empezó Verona? - Digo dejando claro que no es tan buena noticia.

Helmuth estaba en un bando que no deseaba, lo tenia todo y ahora estaba encerrado. A pesar de ser él ahora el General. Callado busco calmarse alejado del resto. No le necesitaban ya habían echo planes ellos solos.

Me vuelvo hacia Helmut.

-Por cierto, siento que estés aquí, la verdad es que no me gusta nada que estuvieses doblegando la voluntad de Azhariel, pero te estoy agradecido por haberlo devuelto a la vida.

- En primer lugar, que acabaremos antes con los traidores, ahora que podemos confiar todos en todos otra vez. Y en segundo lugar, que a él no me importa tanto que lo matemos. - dice - Sin rencores, Helmuth, supongo que lo entiendes, siendo Verona.

Es cierto? Será verdad? Soy... libre! Miro alrededor y de repente algo lo confirma. helmuth ha desaparecido y en su lugar Verona ha aparecido para tomar la cadena. Bueno, no tan libre al fin y al cabo... Veo como se aleja Helmuth, mi antiguo señor.

No puedo evitar hablar con algo de alegría. Si es verdad que Verona ha sido la causante de esto, es porque es buena y sospecho que me dejará libertad.

-Voy a hablar con Verona, valfar. Le preguntaré lo mismo que le pregunté a Helmuth. Puede que me deje libre y podamos estar juntos al fin.

Le abrazo. A diferencia de él, yo siento que todo puede salir bien. Todo va en la dirección adecuada.

- Ha sido cosa de Nybras. Lo ha hecho para intentar liberarnos a todos de aquí. - anuncia Yannick entonces a la gente en la que más confía.

- Y, por cierto, si está atento, Helmuth oirá lo que digamos.

- Azhariel, estoy seguro de que serás libre. Ella misma quería liberarnos a todos de aquí, estaba buscando cómo. Tú no serás una excepción. Si necesitas que hable con ella, dímelo.