Partida Rol por web

Entramos aquel lugar, inmenso, nos pidieron firmar un papel con muchas letras. Pero yo no quiero leer esto, que solo hay que firmarlo. Bueno. Cogí el bolígrafo y dibujé una tableta de chocolate, en la que ponía Buba. Hay lo tiene, ahora donde está el chocolate. Dije todo contento y frotándome las manos mientras, caía baba por la comisura de los labios.

Nos llevó a esa sala llena de dulces, que parecía un mundo aparte todo hecho de los dulces mas esquistos.

 Lo último que escuche de lo que dijo fue "Ojalá el gran Kyandi…” antes de descubrir el rio de   chocolate y empezar a tener hambre otra vez. Un rio de chocolate, un rio de chocolate, un rio de   chocolate, … Decía constantemente con la mente en blanco y mis ojos se podía ver reflejado el chocolate   en ellos.

Con un bailecillo extraño, me dirigí sin parar hasta la orilla del rio más próxima y saqué una pajita del bolsillo de chuches que tenía y empecé a beber chocolate, pare respirar. Oooooh, deliciosos. Me puedo quedar a vivir aquí.

Tyrion quedó varios minutos observando el lugar, era un lugar imposible, un lugar mágico sin duda producto de algún quirk absolutamente único y legendario que dotaba de vida al propio chocolate permitiéndole crecer. Se agachó para probar la hierba - Chocolate mentolado

Pensaba que tenía ganas de hartarse de chocolate mentolado hasta que al apoyarse sobre una piedra su mano quedó marcada de chocolate así que probó el pedrusco - ¡Chocolate almendrado! - Parecía de los pocos que estaban allí realmente para disfrutar del chocolate mientras el resto de esquizofrénicos competían por ver quién estaba más ido

Aquello era una fábrica de desequilibrados, Tyrion empezó a temer que aquella llamada era para encerrarles a todos ellos.... otra vez. Se acercó al río cogiendo una de las tazas y sirviéndose un poco de chocolate en el que mojó las nubes de azúcar que crecían de los largos tallos de regaliz. Así de un rincón a otro, Tyrion fue probando todo lo que encontraba a su paso, dejando unas largas manchas de chocolate alrededor de su boca y sus manos

Estando ya bastante lleno se acercó al grupo, volviéndoles a evaluar de nuevo... no parecían niños, ni parecían gente madura solo parecían lo que en un principio pensó - Una panda de taraos - El breve pice entre Maurice y Katsumatón tuvo entretenido a Tyrion mientras se sentaba en cuclillas cerca de Kusuri y empezaba a comerse lo último que había recolectado entre unos arbustos de caramelos rompemandíbulas.

A pesar de correr con toda su energía, la niña crusán con el adulto-niño encima parecían correr más que Tanaka. Pronto el resto de niños y el propio señor Womkat se acercaron a la puerta, por lo que la carrera no había servido de nada. Un poco decepcionada, la niña se acercó a Tooth y le dio una palmadita en su enorme espalda.

― Aunque no haya sido una carrera de verdad ha estado bien. ¡Espero que podamos correr juntas en alguna otra ocasión!

Finalmente entraron en la fábrica y, como muchos de los allí presentes, Tanaka se quedó maravillada mirándolo todo. Le parecía haber entrado en un mundo completamente diferente, un lugar solo reservado para la imaginación o los sueños. Sin dejar de mirar todas las maravillas que los rodeaban, Tanaka firmó en la pared sin pararse a leer lo que allí decía y cuando el señor Womkat echó a cantar intentó seguirle el ritmo a pesar de no conocer ni la letra ni el baile.

Pronto llegó la noticia de que los niños podían probar todo aquello que se les antojase y Tanaka se acercó rápidamente a una de aquellas plantas. El chico rubio gritón estaba cogiendo una y Tanaka iba a imitarle, pero cuando vio su reacción se asustó un poco. Ella no quería dormirse en un día tan especial.

Se alejó de Hijö y se quedó mirando el panorama; había un grupito alrededor de Maurice que no generaba muy buena energía y Tanaka arrugó el rostro, no queriendo acercarse a ellos. Finalmente localizó al chico de pelo blanco que se había presentado como Tyrion y se acercó a él, imitando su postura.

― ¿Ese chocolate no te duerme? -observó a Tyrion actuar con normalidad después de probar el dulce, así que lo imitó-. ¡Wow! ¡Realmente es delicioso!

La furro verde llegó a nuestro lado mientras amenazaba al tal Maurice y ofreciendo me compartir su canuto mientras instigaba a mantener la calma, le dedique una sonrisa, relaje mi postura y tome aquel cigarrillo liado de olor tan perfumado.

Le di una honda calada que acompañe con unas toces posteriores y luego una segunda para asegurarme que aquello hiciera su gracia.

Gracias Kusuri, soy Kat. Y tienes razón poco sentido tiene que me ponga así por este asqueroso tipejo.

Me apoye sobre un tronco o una piedra que me hiciera de asiento y respire hondo para captar las fragancias artificiales de todos los dulces del lugar. Pronto los colores y los sonidos adquirirían brillos propios y me perdería un poco en disfrutar de todo aquello, dejando de lado el caos de los milagros y el palabrería de Wii Wormhat.

Esto es bueno Kusuri, gracias. Si alguien te molesta en algún momento no tienes más que llamarme y te protegeré!

Extiendo mis manos y cojo la manzana que me da Usagi y le doy un mordisco. Estaba super dulce y super jugosa, ojala tener mi mochila para llevarme algo a casa luego.

Gracias, vale, hare caso, le haré caso al señor womat. 

Mire al monstruo con curiosidad, no parecía malo, igual no era un monstruo y era un peluche feo o algo así. Además los demás ocultaban cosas como los adultos, pero el me contestaba las preguntas. Quizá pueda escaparme a que me responda mas cosas

Háblale a la mano nene, aunque ni a ella le importe lo que tengas que decir. Eres como muy grande para tu edad, seguro que no me pegas por miedo a la represalia de tu agente de la libertad condicional. ¿Por qué te condenaron? ¿Abuso de menores? ¿Contrabando de tranquimazin? ¿Posesión de anabolizantes? En aquel punto la sonrisa de Maurice era de lado a lado.

El gato green-Hippy-happy-flower ya era demasiado para Maurice, al mirarla a los ojos se le ocurrieron tantos chistes, comentarios despectivos, hirientes y en definitiva cuchilladas entre amigos, que no afloraban de su garganta y se quedaron atrapados en su tráquea. 

Mmmmm, ¿Grande, duro y drogado... el nombre de tu película nopor?

Luego observó como la bruja le daba una manzana a la niña inocente con apellido de onomatopeya por coscorrón.

Niña, yo no comería la manzana envenenada de la reina bruja... Quien sabe, igual el espejito mágico le ha dicho que no es la niña más hermosa del reino...

Luego miró hacia el epicento de las vibraciones sísmicas. ¿Es que nadie va a decirle nada al chico de los microterremotos?¿Nadie va a decirle que no se bañe en el rio? 

Mire la manzana que acababa de morder y tragar con algo de miedo y ojitos de cachorro.

¿En- Envenenada? Mire a Usagi con miedo. Es mentira ¿Verdad?, no hay veneno en ella.

Se que había dicho que no iba a escucharlo mas pero decía muchas cosas que parecían verdad así que ahora tenía un poco de miedo.

Usagi le sonrio y le dio un mordisco a la manzana.

-Claro que no esta envenenada pequeña.

Dijo con paciencia.

-Es solo una de las muchas tonterías que ese hombre es capaz de soltar por su boca.

Suspiro mientras miraba a Maurice.

-Que te metas conmigo es una cosa, y que las confundas con cosas que no llegan a comprender, me molesta, pero sigue siendo pasable, pero te agradecería que no las asustaras con tonterías.

Volvió a acariciar la cabeza de la niña.

-Tu no te preocupes,  y aprovechemos esta oportunidad para pasarlo bien, ese señor solo quiere amargarnos la diversión, supongo que olvidó como ser feliz sin intentar hacer infelices a otros.

Ya viajando en subidon de aquellas caladas escucho aún los intercambios de Maurice con el grupo de niñas y ante la respuesta de Usagi, aplaudo como una foca amaestrada y lanzó algunas carcajadas muy sonoras.

Eso es, el monstruo se olvidó como divertirse sin intentar amargar al resto. Ojala no gane ni de coña pues es capaz de cerrar la fábrica de dulces solo para disfrutar como los niños se amargan sin sus chuches.

El habla lo tenía pastoso, las palabras salían de mi boca pero parecía como si les costará, como si me dijeran "5 minutos más en la cama, por favor"

Cerise se presentó con tal sonrisa y alegría que por un momento Yasuko se sintió iluminada por una luz bendita. Entre esta experiencia mística y que no conocía a nadie más, se mantuvo a su lado durante la presentación de la fábrica. Claro que mientras los otros niños corrían a por dulces y chuches, Yasuko se mantuvo serena, sin probar nada, preguntándose cuantos muchos millones podría ganar si ganara aunque fuera solo una porción de lo que estaba viendo. ¡Incluso un solo árbol debía valer mucho!

Aparte de Maurice, también se les acercó un chico enorme, al que Yasuko echó un vistazo bastante descarado a su físico. No era a lo que estaba acostumbrada, pues Akio era todo lo contrario, pero debía reconocer que entre su actitud y su cuerpo, el chico le parecía atractivo. Y le hacía especial gracia la manera en la que quería liarse a hostias con todo el mundo. Claro que todo esto no lo reconocería ni muerta.

-Solo estamos negociando. Dice que me va a dar todo su dinero y "tierras".-le explicó como si nada a Katsumoto extendiendo la mano hacía Maurice, esperando que se las diera. No tenía ni idea de lo que eran, pero no perdía nada por intentarlo. El niño monstruo, a su vez, preguntó si Katsumoto era su guardaespaldas.

-Ya no hago "grupitos", sé cuidarme sola.

Mire a mi amiga contenta de que no me hubiera mentido, si, ella era la realmente buena lo sabía. Me gire al monstruo/ peluche feo.

Eres un mentiroso, creía que siempre decías la verdad pero ya no...

Le saque la lengua para hacerle la burla. Ya no te creo mas, esa mentira fue muy fea. Ella es  mi amiga  no haría eso.

La respuesta de Katsumoto le arrancó una pequeña carcajada. —Por cómo te habías presentado, creía que tu motivación era apalear a todo aquel con el que te cruzaras— aun así, seguía estando mal... Aunque debía admitir que hasta a ella le daban ganas de arrearle una buena colleja a Maurice por su forma de llenarle la mente a pequeña con ideas raras... ¡Pero eso estaba mal! La justicia no se repartía pegando a quien considerases que lo merecía.

—Señor Womka, ¿y si esto no se lo comiese nadie, no se pondría malo?— no había nada que detestara más que desperdiciar comida, ¡ya no digamos dulces!

Viendo que Yasuko parecía apañarse bien sola, se mordió el labio y le indicó por señas que estaría justo al lado, degustando un árbol de algodón de azúcar.

Se giro para mirar a quien le había advertido sobre los trabajadores no sindicados.
-Pero él ha dicho que no se pueden comer, eso no significa que no sean comestibles... -Hablo poco antes de la propia advertencia de womkat.

-Ah vale... son personas. -Respondió no muy convencido, pero tenia claro que no eran parte del mundo comestible construido dentro de la fabrica. Y menos convencido se quedo al escuchar como no podía usar un gorra multiusos para beber ese rico y grasiento néctar. -¿Esta cosa para recoger el chocolate? -Miro con poco interés pero no pensaba contradecir a alguien que pegaba a niños con billetes falsos. -VALE. -Acepto tan pronto como volvió la mirada de nuevo al rio donde ya se le habían adelantado con pajita y todo. Asi que tocaba probar las frutas dulces de los arboles de caramelo.

Mientras el resto corrían y jugaba, yo miro en silencio. Demasiado ruidosos, demasiado estrafalario. No puedo evitar una sonrisa al ver todo el paraíso de dulces, pero si corriese como una loca perdería todo el glamour que me acompaña. Soy de las últimas en bajar por el lugar

Mientras el resto permanecen gritando, busco un lugar donde sentarme... que no deje mi ropa pringosa, sino lavarla puede ser una odisea, y ya no tengo sirvientes. Busco un rinconcito, y sin que nadie me vea, empiezo a comer setas de gominolas. No quiero que vean como de gorda me pongo, bueno, no tanto, pero si más de las dos chucherías que me hubiese dejado mi padre.

Vamos a ver, niños del mundo y más concretamente de esta fábrica, yo solamente digo que no cojáis los dulces de un extraño, por muy apetitosas que sean, aunque sea otra niña de aspecto inocente. ¿No os han enseñado a desconfiar de la gente? Cogiendo los ulces de un extraño es la forma de acabar en una furgoneta con un colchón lleno de lágrimas. Maurice suspiró con mucha desidia. 

No pretendo ser el padre de nadie, aunque parece que al gordito nadie lo para y se va a meter en el chocolate haciendo la bomba, yo si fuera el responsable lo detendría con un sedante flojo, uno para elefantes quizás...

Además, no os preocupéis por mi integridad física, si el treintañero me pone la mano encima le haré lo que Limp Bizkit a la música a finales de los 90, destrozarlo.

En ese momento miró a Katsumoto, no lo intentes nen, soy una máquina de matar, bebo monster y soy un monster. En algunos países eso puede ser considerado canibalismo.

Maurice se dio la vuelta y ahora mirando a Hana ai: Además Hana Ay, algunas de las mejores historias de amor comienzan con un homicidio, te recomiendo la película de Deadpool.

Luego con cansancio miró a la drogada, pero no a la peliverde que parecía el grinch, si no a la que parecía vivir debajo de unos cartones en el callejón trasero de la fábrica (Yasuko Tone). Si quieres dinero gánatelo, si quieres tierras haberlas heredado como yo, si quieres trabajo puedo proporcionártelo.

En cuanto a mi actitud, os lo voy a decir clarito... 

¡Arruinar situaciones hermosas es lo que da sentido a mi vida! ¡Era lo único que se me daba bien en preescolar, aparte de la siesta! ¿No has visto mis cuernos? ¿Te crees que me llegué a comer algún bocadillo en el patio del colegio? A mi me parecía normal beber de los retretes...

Y antes de que preguntéis dónde está mi interruptor de apagado... se encuentra justo al lado de mi próstata.

Tal y como Womkat esperaba, los niños se calmaron solos, más o menos. Y lo más importante, ya ninguno bebía del río ensuciándolo con las manos, contaminándolo con cajas, ni nada de eso. Pajitas, tacitas, o cualquier utensilio limpio bastaba para poder probar el chocolate. Cerise Sakurai le preguntó sobre la duración de todos los dulces: "Hace falta Oompa-Loompas para mantener y cuidar el jardín, pero aún así éste aguanta bastante. Parte del motivo por el que hemos tardado diecisiete años y medio en construir esto era evitar que se echara a perder." contestó con calma. "Encontrar estabilizantes y conservantes que no fueran tóxicos en pequeñas ni grandes cantidades era casi una búsqueda de lo imposible, pero el señor Kyandi Poppu no se rindió. ¡Y aquí estamos!" señaló todo el lugar con orgullo, y al río. "Cuarentamil quinientos litros por hora. ¡Y fíjense bien en la cascada! Es lo más importante." aseguró. "¡Está mezclando y batiendo el chocolate! ¡No hay ninguna otra fábrica en el mundo que use una cascada para batir el chocolate!" y casi como les estuviera contando el mayor secreto de los dulces de Kyandi Poppu, añadió en un susurro cómplice: "Pero es la única forma si uno quiere que salga perfecto..."

...O tal vez no se calmaron, porque justo cuando estaba enviando este mensaje Maurice Perv arruinó de nuevo la calma y la situación hermosa. Ay, señor... llévatelo pronto...

Pasaban demasiadas cosas a mi alrededor y mi cerebro fundido no daba a basto para asimilarlas todas. Pero a lo lejos destacaban el niño enorme gordo rosa, el otro gordo con la gorra, y el grupo que se estaba formando en medio de una semi discusión extraña con el niño peludo marrón en el centro. 

Bastante lentamente me acercaba y intentaba decir - tranquilos... tooodos... y comed un poco... del suelo... veréis que todos os sentís...muucho mejor... después... - aunque entre tanto rifi rafe no creía que fuesen a oírme. 

Por suerte el señor Womkat distrajo un poco la atención de los demás hacia aquella cascada de chocolate que batía el río. -Es...impresionan...te..... - dije admirándola como un bobo. Quería acercarme al río pero no me fiaba de caer dentro y relajarme tanto que me dormiría y ahogaría en el acto.

Entonces Maurice hizo una aclaración dramática sobre su actitud y personalidad. Por dios pobre niño, que clase de atrocidades habrá vivido para tener que comportarse así y hablar tan directamente y sin ninguna clase de filtro. -Jamás había conocido... a algo como tú... - no pude decir "alguien", simplemente no cuadraba en mi mente esa palabra con Maurice - Maurice, toma una... fruta.... - le extendía con la mano la otra mitad de la fruta que había mordido - y reláaaajate.... - por una extraña razón miré a la chica del pelo verde, como sintiéndome en sintonía con ella, y le hice el gesto del pulgar arriba, con una sonrisa lenta. 

Sería mejor que comiera lo mínimo dulce posible ahí, o todos los demás me iban a ganar en esta especie de concurso-carrera para poder heredar la fábrica.

Me quedé asombrada ante lo que veía, había dulces por todas partes. Había el acuerdo sin prestarle mucha atención, después de todo nos esperaba un lugar de ensueño. Y desde luego, el señor Womkat no había exagerado al describir el lugar. No sabía a donde dirigir mi atención, mirara donde mirara había dulces. Estaba impaciente por probarlos, pero no sabía si se podía. Por suerte, nos dieron permiso y me acerqué a un árbol de nubes de algodón.

Una chica (Usagi Shiroi) que había estado haciendo trucos de magia me dio una fruta y le sonreí.

- Gracias - le di un mordisco y un sabor celestial inundó mi papilas - qué rico, en el orfanato no tenemos nada como esto - aunque me paré un momento asustada por el comentario del peluche sobre estar envenenada, pronto me tranquilicé - Me llamo Michiko, encantada.

Después, nos dijeron que no le hiciéramos caso al chico peludo (Maurice). Era raro, sí, y hablaba raro, la verdad, no le había entendido mucho. Lo único que me había quedado claro era que le gustaba hacer tratos.

- ¿Porqué es una mala influencia? ¿No puedo intercambiarle una de esas cosas que quería cambiarle a la chica pelirroja (Yasuko Tone) por una nube de algodón? Yo también quiero probarlo.

Mientras, compartí mis nubes con Usagi y con Hana. 

Gracias. anda mira, creía que era la única aquí, todos son muy mayores. Cogí las nubes y me las lleve a la boca. Luego mire a Maurice otra vez. 

Además Hana Ay, algunas de las mejores historias de amor comienzan con un homicidio, te recomiendo la película de Deadpool.

En el orfanato no esta esa peli... El amor empieza con un homi... ¿que? No se como empieza pero se que acaba con los papis separados, saliendo con mucha gente después yéndose a dormir y no despertando nunca mas un día.

Agache la cabecita con lagrimas casi saliendo de los ojos. Tenía que dejar de pensar en eso, sacudí la cabeza para volver a mi yo alegre habitual.

Wonca, había dejado su punto de tomar todo dulce, la verdad sin dudarlo, inicie a tomar los dulces. Vivir en los barrios bajos de Chicago, es una pesadilla, con pilicias Mexicanos golpeando a la gente pura. 

Mmmmm mmmmmm ¡Mmm mmmm!