- "El segundo en hablar ha esperado demasiado. Ha perdido esta oportunidad y se encuentra un paso más cerca de su disolución final sin reencarnación.
Es el turno de elegir del tercero en hablar." -
La Muerte se dirige a Caraculo y le mira fijamente con sus cuencas vacías.
Se ve la imagen de un legionario veterano presa de un ataque de furia. Parece estar en una tienda grande, volcando mesas y destrozando cosas. Incluso hiriendo de gravedad a varios de sus compañeros.
- "Dime, tercero en hablar, ¿querrías regresar con esta forma?" -
"Vaya, ¿así que fui yo el segundo en hablar?. De todos modos, creo que prefiero esperar aquí un tiempo, debo recapacitar... y esperar a ver si aparece por aquí una cara que me es familiar. Por supuesto que luego querré reencarnarme, pero sólo si me lo permitís", dicho esto se apartó y aguardó a ver la elección de su verdugo.
Mis disculpas por el retraso...
La imagen que había visto, se le repetía una y otra vez en la mente, veía a un tipo furioso y fuerte, pero en lo que mas se fijó Caraculo era en que tenía un rostro normal, volver a la vida, estaba decidido a hacerlo, de eso estaba seguro, pero ahora que tenía la oportunidad le asaltaban las dudas.
Esperaba tener mas tiempo, para pensarlo, pero el hecho de que por causa del silencio del que le tocaba el turno de decidir, le había llegado de improvisto la hora de decidir.
Se quedó en silencio unos instantes calculando los pros y contras, devanándose los sesos si eso era lo que quería realmente, finalmente lo decidió.
- Estoy preparado, que he de hacer...
- "Ese hombre se llama Tito Pulo y es un legionario veterano de la Legión XIII, la que protege la Provincia del Escoriae.
A estas alturas debería de ser al menos decurión, pero la vida no le ha sonreído y siempre ha tenido facilidad para meterse en problemas.
De hecho, el destino está apunto de jugarle una mala pasada.
Despídete de tus compañeros, pues tu encarnación pasada está a punto de desaparecer definitivamente y para siempre." -
Heheh...rió el tieflin No pienses que no volveremos a encontrarnos. Sea en esta vida o en otra, nuestro destino está marcado. Volveremos a luchar, y entonces no saldrás tan bien librado...
Hasta entonces,procura entrenar, pues nuestro combate debe ser apoteósico para que los espíritus me concedan el descanso final en las Tierras de la Caza Eterna...
La Muerte se lleva a Caraculo, a quien no volvéis a ver más por estos lares.
- Transcurre un periodo de tiempo indeterminado.
- "Bien, la Rueda está girando y vuestro compañero camina de nuevo entre los vivos. La Reencarnación ha sido un éxito.
Cuando termine de girar, si el Destino nos presenta una nueva alma heroica, volveréis a escoger en el mismo orden que antes." -
"Bien, bien, a ver si en este tiempo se cumplen mis expectativas", rumia en voz baja el callado semielfo.
- "Vaya, mis queridas almas en pena, parece que el Destino os sonríe. Percibo la proximidad no de una, sino de dos almas heroicas... Tal vez pronto se pongan a mi alcance..." -
La imagen de la Muerte cambia y se ve a un eladrin corriendo y saltando por un bosque, perseguido por los terribles espectros de la Cacería Salvaje y sus Sabuesos. De vez en cuando se detiene para arrojar llamas de fuego verde a sus perseguidores, pero eso apenas les detiene.
En un momento dado llega a un claro siniestro y vacío en el que hay unas antiguas ruinas. Un antiguo Portal mágico crepita con energía arcana.
Los perseguidores están muy cerca y el brujo parece indeciso.
La imagen cambia de nuevo y se ve un enano en una tienda rodeado de cachivaches, parece que está llevando a cabo una sesión de espiritismo para unos nobles humanos. De repente uno de ellos golpea la mesa, mostrando que todo es un truco, los dos guardaespaldas de los nobles se avalanzan sobre el enano, dispuesto a pegarle una mortal paliza. El enano estampa una redoma alquímica contra el suelo y todo queda envuelto en humo blanquecino cegador.
Sale corriendo de su tienda, sólo para caer en brazos de un hombre calvo enorme y musculoso, parece un cazador de recompensas.
El semielfo se mantiene a la expectativa, aún algo confuso, pero algo más frustrado porque, al parecer, no va a encontrarse con la persona que esperaba.
El alma yaciente de Dientes comienza a emitir un leve ronroneo reconociendo la que puede convertirse en su nueva existencia. Un recipiente que le permitiría proseguir su lucha contra humanos y hombres lagarto por igual, pero sin ser tan dificil infiltrarse entre ellos. Un duro y resistente enano...
Flacucho reconoce en el Eladrin su nuevo recipiente, al verlo sonríe y se da cuenta de que es perfecto para él y que no difiere tanto. Siente afinidad, todo lo contrario que por el bruto legionario.
-Ese, ese cuerpo es en el que mi alma debe habitar.
- "El primero en hablar elige al Brujo eladrin. En pocos días reuniré la energía suficiente para hacerte volver." -