Partida Rol por web

^{DÍA ANTERIOR A LA SEGUNDA PRUEBA.}

Con toda la algarabía del momento, los cuatro concursantes son agasajados en un festejo que da mucho de que hablar. Un enorme y variado banquete los recibe más los aplausos de pie de todos los Colegios que unidos por la misma causa, celebran la victoria de los cuatro. Durante todo el transcurso de la cena, hay palabras alusivas de todos los Directores y muchos compañeros, sin importar la insignia, se desviven por conocer a estos famosos magos tan audaces. 

Finalmente la celebración termina de forma muy bonita y pueden tomarse un tiempo para estar con sus amigos o familiares en el caso de los magos que vienen de otro Colegio y para Lorelei, con su gente ya que de repente tiene más amigos de los que ha tenido en su momento. Sin dudas a todos en general les piden autógrafos y alguna que otra foto, siendo muy populares dentro del Castillo Inglés. 

Una vez la jornada termina sin mayores sorpresas y mañana les espera todo un día de investigación para descifrar lo que el huevo tiene para ofrecer. Claramente es una pista, igual que en el anterior torneo, pero no saben de qué se trata. 

[...]

Al comenzar el nuevo día, todos se encuentran desayunando en la mesa designada solo para los competidores del Torneo. El banquete es exquisito y se respeta las tradiciones de cada uno, al contar con varios platos típicos de cada país. 

Es hora de descifrar aquel misterio... ¿Que harán? 

Visna tenía una cara de cansancio un tanto mayor, pero su condición física y mágica había mejorado mucho más que antes, ella lo notaba en cada una de las partes de su ser. Markus la había estado sometiendo a un entrenamiento extra, aparte del usual que solían hacer todos los estudiantes de Durmstrang, quería que su estudiante estrella siguiese ganando.

Durante sus nuevos escasos momentos de libertad y distracción se sorprendía a ella misma leyendo más sobre dragones, parecía que el haber tenido a un dragón y el haberlo podido acariciar y "domarlo" la había fascinado. Y desde luego que su hermano Utz se pasase todo el día hablándole y recordandole lo épico que fue domar al dragón con "la nana de madre" era un factor que la hacía leer más, intentando aprender más de aquellas bestias.

Llevaba el huevo consigo a todas horas y en todo lugar, intentando encontrar alguna pista nueva para resolver aquel enigma ovalado. Durante un lluvioso día, tan típicos en Gran Bretaña, mientras mantenía la concentración con aquel estruendo de fondo, había jurado que escuchaba algo que tenía sentido dentro de aquel ensordecedor sonido que el huevo generaba cada vez que era abierto.*

(...)

De nuevo con sus compañeros y a la par rivales se encontraba comiendo en aquella mesa. Pese a que aquel día era un día relativamente frío, Visna se quitó su capa, dejando a la vista una camiseta de tirantes, los cuales dejaban sus brazos a la vista; estaban bastantes trabajados y lucían bastante estéticos dejaba claro que había estado entrenando bastante. Aunque la fuerza muchas veces para un mago no era realmente necesaria, ya que la magia podían lograr casi todo.

Poniendo bastante comida en el plato, más incluso que en durante la primera comida que compartieron, miró a los otros tres magos.

Bueno, ¿cómo ha ido vuestra preparación para la segunda prueba?

Curiosamente aquel día de lluvia donde todos los exteriores de Hogwarts eran un fangal puro, pudiste intentar el abrir el huevo a costa de quedar sorda nuevamente. Lo bueno de todo esto es que para tu sorpresa, el sonido no fue tan ensordecedor a medida que tanto el huevo como tú estaban empapados. Escuchas muy levemente, casi imperceptible una voz, pero ni por asoma logras precisar de qué se trata. 

Al menos has descubierto que gracias al efecto del agua, el sonido disminuye potencialmente y quizás sea mejor buscar un lugar para sumergirse y probar aquello. La idea está en tu mente, lo tienes muy claro y sea la vía directa para que puedas confirmar si el susurro era como tal o simplemente fue el viento que azotaba en medio de tanta lluvia. 

No obstante algo en tu mente y más aún por tu instinto, te dice que estás muy encaminada. 

Abrió los ojos como platos.

El agua

Dejando su entrenamiento a medio terminar corrió hacia el barco buscando a Markus, yendo directamente a su habitación.

Markus, necesito un barreño donde pudiese caber, una bañera profunda o algo. Creo que he resuelto lo del huevo

El director confiaba en ella y se marchó a buscar lo que le había pedido, no habría venido tan acelerada y empapada directamente hacia él si no estuviese en lo correcto.

En Durmstrang solían tener los baños al aire libre, o en caso de que el tiempo no lo permitiese, unas duchas muy rudimentarias. En cuanto le trae el barreño su director y con magia lo llenó. Visna se metió dentro del agua aún con la ropa empapada y sudada, esperaba que su instinto no le fallase, y allí dentro abrió el huevo.

Por favor que funcione como antes y no haya sido una mera ilusión

Claramente tu director te había dicho que estaría a tu disposición lo que has pedido en unas horas, justamente tras el desayuno. Así puedes experimentar con el huevo y verificar si estabas en lo cierto. 

Tu hermano te acompañaría en cuanto lo requieras ya que alguien debe estar contigo en el drakkar mientras Markus sigue con sus labores diplomáticos junto al resto de los directores. 

Sabía que la segunda prueba iba a ser dura, y también que no podía dormirme en los laureles si quería descubrir el misterio del huevo dorado antes de que se acabara el tiempo, pero ese día nada iba a interponerse entre mi y la celebración.

Y de eso no iba asegurarme solo yo: Todos mis compañeros dieron buena cuenta de ello. Me moví de aquí para allá, hablé con todo el mundo, incluso algunos de otras escuelas, corrí, salté, creo que hasta bailé un poco y sobre todo me reí. Dejé que toda aquella presión que había tenido encima se disipara porque, verdaderamente, lo necesitaba más que nada. Para cuando volví a la sala común de Gryffindor, estaba molida y dormí al instante primera vez en muchísimo tiempo.

Aunque la mañana siguiente llegó demasiado pronto para mi gusto.

Aún así, disfrutaba de la compañía de los otros tres campeones. Sabía que hasta que terminara el torneo no dejaríamos de ser rivales, pero cada uno de ellos me resultaba agradable e interesante a su manera, y quizá una vez hubiera terminado incluso podríamos llegar a ser amigos de verdad.

—Si te soy sincera... No he tenido mucho tiempo para pensar en ello —confesé, con una sonrisa desvergonzada—. Recuerdo la solución que tuvo la última vez... Y habrá que probar, pero seguro que algo han cambiado, porque de ninguna manera nos lo vayan a dejar tan fácil.

Como Visna, yo tampoco me corté en llenarme el plato. Después de la prueba, mi ya de por sí voraz apetito se había disparado más todavía.

Hiro celebró el banquete manteniendo la educación y elegancia que había demostrado a lo largo del torneo. Aceptó las felicitaciones de sus compañeros con formales inclinaciones, sin ningún tipo de contacto y habló de forma escueta con miembros de las demás casas solo cuando éstos se dirigieron a él.

No se le pasó por lo alto lo desinhibida que parecía Lorelei, bailando, riendo y disfrutando con gente de su colegio e incluso con de Mahoutokoro. Al parecer, Hiro era de los pocos que seguían las estrictas etiquetas por las que se regía la directora Suki. El chico observó a la Gryffindor en silencio, sin opinar, sintiendo una punzada de envidia que jamás admitiría.

Al día siguiente, se sentó en la mesa con las demás aspirantes. A diferencia de lo que tomaron las dos chicas que ya estaban sentadas, Hiro optó una vez por una austera cantidad de comida equilibrada y sana. Estuvo tentado por coger platos Japoneses, pero optó por probar lo que la gastronomía francesa tenía que ofrecer, cogiendo un plato de sopa de cebolla, otro de ratatouille y unos crepes de postre. Todo vegetariano.

Itadakimas. Dijo, antes de empezar a comer. Yo tengo dos ideas en la cabeza, pero aún tengo que averiguar más sobre la prueba. Esbozó una sonrisa ante el comentario de Lorelei. No, no creo que sea nada fácil, pero mejor. Así cuando lo consigamos el mérito será mayor.

Echó un vistazo a los músculos de Visna con disimulo. Tenía mucho más músculo que cualquiera de su instituto. Aquello demostraba que la chica no era ajena al trabajo duro. Habría que tener cuidado.

Los descubrimientos de Hiro le facilitaron la primera parte del puzle. Sabía que se desarrollaría bajo el agua, en el lago que se encontraba en los terrenos de Hogwarts. Tras varios intentos fallidos con el huevo, intentos que consiguieron que estuviera durante todo el día con un desagradable pitido persistente, dio con la solución.

Sobre las instalaciones que se encontraban en el inmenso dragón de Mahoutokoro se metí en su habitación personal y se dio un baño con el huevo. Una vez allí, se sumergió en el agua y lo abrió, esperando que así encontraría la respuesta que esperaba.

Horas antes del desayuno...

Decidido como estabas a descubrir lo que esconde aquel misterio en relación con el huevo, decides darte un buen baño en la tina que se encuentra en la habitación. Si bien estas al tanto de que tiene relación con el agua, el lugar en donde te encuentras te dificulta un poco la acción ya que también debes sumergirte para lograr descubrir lo que sucede una vez abres el huevo. 

La verdad es que fueron muchos intentos, no lograbas escuchar del todo bien y por momentos creías que era un canto de sirena, por otros que era solo un sonido parecido al de un arpa y a veces sólo el pitido más leve que fastidiaba un poco la tarea. Lo bueno es que tu persistencia es única, eres un chico muy astuto, sabes lo que quieres y por esa razón aquello da sus frutos. 

De nuevo te sumerges tras haber llenado la tina por tercera vez y logras adoptar una postura que no es incómoda para ti, además de que tu rostro está cerca del huevo. No hay forma posible de que aquello pase desapercibido, si o si tienes que escuchar y lo haces:

Esas frases se repiten a través de una melodiosa voz, un canto de sirena en verdad que dejan un misterio por resolver. Tras escucharlo tres veces, el huevo se cierra de repente y ya no lo puedes abrir más. No sabes si es por haber ofrecido el mensaje o por alguna cuestión especial, el asunto es que no funciona más. 

Amelie se presentó para desayunar con su sonrisa de siempre, habiendo pasado el día anterior celebrando con los alumnos de su colegio, y luego desapareciéndose por algunas horas. Había estado revisando el huevo dorado del dragón, buscando marcas o inscripciones que pudieran ayudarle a descifrar lo que contenía en su interior. Se había sentado junto a los otros tres, dedicándoles un saludo amable, y fijándose que Hiro tomaba de la comida francesa sonrió. -Me gusta tu idea, Higo. Apgovechag la opogtunidad paga pgobag otgas cultugas.- Dijo, dulcemente. Y decidió entonces tomar un bol de ramen, cortes de sashimi y rollos de sushi, con un toquesito de wasabi, pero sólo para probar.

Le costó tomarle el truco a los palillos, riéndose más que comiendo cada vez que lo que lograba atrapar con aquellos curiosos cubiertos resbalaba y caía de nuevo en su plato. -No es sencillo, no.- Admitió divertida. Pensó la pregunta de Visna, y asintió a las respuestas de Lorelei y Hiro. -También tengo un pag de ideas. Segá integuesante compagtig luego como llegó cada uno a su guesolusión, ¿ne c'est pa?-

Antes del almuerzo...

La curiosidad ante este desafío está en su esplendor y te has tomado un tiempo bastante considerado en revisar el huevo de arriba hacia abajo. Por las dudas no lo has abierto sin más ya que no estabas para la labor de replicar lo que Visna hizo dentro de la Carpa del Torneo. No obstante luego de cansarte prácticamente de mirarlo, donde descubres cada detalle de su grabado pero en sí no te da a entender absolutamente nada. 

Hay símbolos egipcios y otros que no, creados para despistar a quien intente desentrañar el misterio. Aún así, al hacer un pequeño click de pura osadía sin abrir del todo, descubres que en su interior hay una esfera donde se encuentra el sonido en verdad. Pero claro, es aturdidor y de alguna manera imposible de tolerar, así que la opción es escucharlo de otra forma. 

No lo dudas, es a través de un lugar con agua. 

Poco a poco el Gran Salón va mermando su afluencia de gente, como todo hay un montón de cosas para hacer y los alumnos tras el desayuno deciden aprovechar el tiempo libre para vagar por el castillo o estar un rato al sol en los exteriores. También se escucha el rumor de que hay un Torneo Clandestino de Quidditch, aunque no hay certeza de ello. Hogwarts es una fiesta y como tal, se percibe en el ambiente. 

Una vez las mesas quedan libre de todo resquicio del desayuno, los cuatro concursantes quedan prácticamente solos, salvo por un joven Japonés que espera impaciente cerca de la puerta del Comedor. Hiro lo conoce, así que al surgir ese intercambio visual entre los dos, su amigo lo invita a que lo acompañe. Por otro lado Beauxbatons se moviliza en grupos y hacen largos recorridos por el Castillo. Si bien es inmenso, está lleno de misterios. 

Hiro sonrió cuando Amelie intentó usar los palillos, de forma algo torpe. Mañana probaremos la comida nórdica. Le dijo, dedicándole una mirada a Visna. ¿Tendrían comida vegetariana? 

Cogió él mismo unos palillos para enseñarle a Amelie como usarlos. Tienes que posar el primer palillo sobre el dedo pulgar y después coger el otro como si fuese un lápiz. Le dijo, haciendo él mismo el gesto para que pudiera verlo.

Después, se llevó a la boca una verdura del ratatouille que había cogido y le inclinó la cabeza a la francesa, animándola a intentarlo. La verdad era que le había gustado mucho que Amelie hubiera escogido la cocina japonesa, indicaba que tenía buen gusto, como cabía esperar de una estudiante de Beauxbatons.

Tras comer y ver que se encontraba el comedor casi vacío, Hiro se limpió la boca de forma disimulada con una servilleta y se levantó. Con vuestro permiso, tengo que ultimar los detalles de la prueba. Nos vemos en el lago. Añadió, antes de irse.

Hiro tenía la frase en la cabeza. Quien descubra dónde se guardan las perlas en el mar sabrá descifrar mi canción. En grandes moluscos, ¿verdad? Son los que crean las perlas y donde están guardadas hasta que alguien las saca. Hiro estaba pensativo. ¿Necesitaría un molusco? ¿Una ostra? Pensaba darse un baño después para encontrar una en el lago.

También quería encontrar, o comprar, las branquialgas, que el anterior torneo habían dado mejores resultados que el simple hechizo de la burbuja de aire. Sin embargo, tenía una tercera idea en mente. Un artilugio mágico que había visto usar a su directora, Suki*. Lo había creado ella para investigar los fondos marinos de Japón, aunque no sabía si podrían adecuarlo a él, o si era mejor que las branquialgas. Lo habaría con Suki, pero primero tenía que hacer algo más importante.

Hola Akira. Saludó, formal como siempre, con una inclinación. Me alegra verte por aquí, he estado muy ocupado copn las pruebas y no he tenido tiempo. ¿Te encuentras bien? Te veo impaciente.

Yo... Debo probar algo, ya que el otro día bajo la lluvia... Creí haber escuchado algo de sonido entendible digamos, pero he de hacer algunas pruebas antes de poder deciros algo.

Bebe un poco de agua para bajar la comida

¿Habéis encontrado algo los demás?

¡Cuando queráis! Le responde animada a Hiro.

Se echa hacia delante un poco

Aunque allí nos dejan beber cerveza incluso siendo pequeños, pero creo que aquí no podremos, son más exquisitos con la edad parece. Es verdad que la primera siempre sabe mal, pero ya a la segunda y a la tercera... 

Ya terminando se despide de Hiro, sabía que también se tendría que ir hacia el Drakkar junto con Utz y con Markus, los cuales le habían dicho que la recogerían en el Gran Comedor al terminar.

El tiempo pasaba, mi estómago se llenaba y el comedor se vaciaba.

Después de toda la marcha de ayer, agradecía ese pequeño momento de calma para tranquilizarme y recargar las pilas. Y la compañía siempre resultaba agradable. Aunque eramos muy diferentes, me daba la sensación de que habíamos encajado bien, y pequeños detalles como Hiro probando la gastronomía francesa llevaban una sonrisa hasta mis labios. El motivo del torneo podía ser elevar el estatus de la escuela, pero se podía sacar mucho más de él que eso.

—Cada uno nos enfrentamos al dragón de forma muy diferente, y seguro que no será muy diferente ahora. ¡Estoy deseando ver vuestras ideas! —sonreí, asintiendo a las palabras de Amelie.

Iba llegando el momento de que nosotros nos despidieramos también. Al final, yo también me levanté.

—Va a ser mejor aprovechar el día, sí. Todavía estoy en blanco con el huevo... Y no os lo quiero poner tan fácil. —guiñé un ojo.

Y con eso dicho, terminé de despedirme y me dirigí a la puerta del comedor.

La leyenda sobre la última solución era bien conocida: Había que sumergir el huevo bajo agua. Sabía que no iba a ser tan fácil esta vez, pero no perdía nada probándolo, total, no debería ser algo que me llevara demasiado tiempo. Así que rápidamente volví la sala común de Gryffindor para recuperar el huevo dorado, y después... Me preparé para ir a los baños.

Hasta donde sabía, bastaba con sumergir el huevo bajo el agua, aunque no recordaba los detalles. ¿Tenía que sumergirme yo también? Mejor estar preparada por si acaso. Quién sabe. Quizá la solución no tenía nada que ver, pero...

El rato compartido con el resto de los competidores había sido encantador. Siguiendo las instrucciones de Hiro, Amelie logró comer usando los palillos al menos los trozos más grandes de sashimi y algunas otras cosas, sintiéndose más confiada. Asintió divertida a su propuesta de probar la gastronomía nórdica, y rió a lo que decía Visna sobre la cerveza. -A nosotgos nos pegmiten tomag una petit copa de vino blanco algunas noches. Hm, habgá que pgobag lo que dices.- Sonrió luego a Lorelei, era una chica muy activa y enérgica, sin duda una gran oponente. Todos allí habían demostrado hasta el momento ser los mejores, pero aún quedaban dos pruebas que superar.

Los estudiantes fueron abandonando las mesas y pronto también lo fueron haciendo los otros competidores. -Bonne chance á tout!- Les deseó la rubia, mientras terminaba de beber su jugo y se preparaba para comenzar su propia investigación particular.

Una vez abandonas la mesa, aquel muchacho de cabello azulado sonríe al saber que estás acercándote a él. Un tanto pensativo por lo que has dicho, desvía la mirada hacia los alrededores mientras muerde su labio inferior un tanto nervioso. 

—Estoy muy bien, echando de menos nuestras charlas—confiesa. 

También te saluda de forma muy protocolar y te indica el camino a seguir si te apetece, pensando que los exteriores pueden ser un buen lugar para disfrutar de una pequeña charla o tal vez, tener ayuda de alguien que te aprecia mucho desde siempre. Una vez se encuentran en la puerta del Castillo, el hermoso paisaje de Hogwarts embellece cada rincón, donde los colores verdes y marrones, hablan de una belleza común para ustedes pero especial para los Ingles. 

—¿Podría ser peor, no crees?—pregunta divertido—¿Cómo llevas esto del Torneo? Cuéntame Hiro, es más si necesitas mi ayuda, ni lo dudes. Estoy para ti. 

Te despides de tus compañeros con la intención de continuar la investigación sobre el huevo, claramente existe esa semejanza con el Torneo anterior y al menos es otra cosa más que no ha cambiado tu director. No obstante mientras te encaminas hacia la Torre de Gryffindor, lugar que siempre está lleno de gente en las escaleras caracol, dando a entender la inquietud constante que tienen los alumnos de la insignia del dragón. 

Muchos te saludan, abrazan y hasta crearon unas bonitas insignia contigo, se nota que eres la favorita de Hogwarts y las asperezas del pasado con otras casas han pasado ya a ser parte del pasado. Y en medio de tanto ir y venir de gente, saludos, abrazos y palabras de aliento. No obstante llegas a la Sala Común y cumples con el objetivo, tienes el huevo, un traje de baño debajo del uniforme. ¡Nada falta!

Sólo que en medio de aquel camino, una mano sujeta tu brazo y rápidamente lo descubres, es tu hermano Hayes. 

—¡Joder tía! No puedo seguirte el rastro hoy, pero ya te he pillado. ¿Cómo estás hermanita?—pregunta sonriendo—. He llegado hoy, no quería perderme esto. 

No lo puede evitar y te abraza muy fuerte, muy orgulloso de tu labor. 

—Pequeña, es inexplicable la alegría que me das. ¿En qué puedo ayudarte? Lo que sea.