Partida Rol por web

Ambos te miran, sonrientes.

- Pues decidido. Pasas a ser miembro de esta banda - dice Shizuka, muy alegre y abrazándote. Podías sentir el cariño de la gata en su abrazo. Pero al separarse, mira a Satoshi, con cara de circunstancias - Si se queda aquí... ¿Le has comentado lo de las habitaciones mixtas? - entonces, Satoshi se queda frío y sonríe, tímidamente. Es una expresión que solo veías en películas, de las personas que temen por su vida... Un poco.

- Eh, no, jeje - Wanabe alza la mirada hacia ti, sudando - Si... Si te quedas... Tendrás que compartir habitación con uno de los chicos. Con Rinko-kun - su cara pasa de culpable a arrepentido - ¡Pero claro, si decides quedarte en la habitación rosa! 

- ¡Sato-kun, bakka! - la gata le tira la toalla al perro, enfadada. Aunque intenta relajarse respirando - Calma Shizu, calma. ¿Ha cometido un error? Desde luego. Pero cuando tu cometes errores él los perdona. Perdónalos tu también - se aclara la garganta y te mira, algo avergonzada - Es un detalle que aún lo estamos hablando, pero bueno, qué le vamos a hacer. Él piensa que, así, el grupo llegará a conocerse mejor - Satoshi está sentado, cabizbajo y con los índices tocándose las puntas.

Al oir que acababa de ser aceptada, alcé mis orejas y abracé a Shizuka con mucho fervor. Me hacía tanta ilusión empezar aquel camino que no veía el momento de empezar. Pero parecía haber algún tipo de mala noticia, cuando vi a la gata separarse un momento para preguntarle al can. - ¿Eh? - Pregunté confundida en mitad de toda la conversación que tenían ambas figuras famosas.

Por lo visto, la noticia no era para tanto. Hablaban de compartir la habitación con un chico, ante lo cual incliné la cabeza con total inocencia y desconocimiento de causa sobre las posibles consecuencias, hasta que al final simplemente solté un - No me importa - mostrando una total e inexistente falta de percepción sobre el problema que ellos si veían, y es que a sus ojos podía parecer un tanto ingenua, más diciendo mi razón - He compartido habitaciones con mis hermanos, no me importa compartirla con otro chico - Lo que si que no tenía, era experiencia con personas ajenas a la familia, y claro... gracias a aquellas razones tanto Satoshi como Shizuka podrían comprender que ningún mal pensamiento pasaba por mi cabeza.

-A mi no me parece un problema Chika-san. De verdad - Aseguré una segunda vez llevada por mi inocencia e ingenuidad - Pero si supone un problema no me importa ver de una solución - Aunque tampoco iba a negarse a solucionarlo si ellos querían

Era media mañana cuando Mitsu se encontraba viendo un reportaje sobre las últimas tendencias de j-idols, ensimismado con la narración de una de las jóvenes felinas sobre sus orígenes. Se acomodó sentado sobre la mullida cama cuando la alarma le avisó de que era la hora. Satoshi le había dicho que tendría una sorpresa a lo largo de la mañana, así que se puso en pie y guardó el dispositivo para ir al baño y acicalarse un poco.

Casi una hora después estaba satisfecho con lo que su reflejo le mostraba: un pelo sedoso y rasgos afilados. Escuchó sonidos provenientes del estudio de música, así que se encaminó hacia allí, contento, moviendo la cola, preguntándose qué estaría preparando WanaBe. Desde luego no dejaba indiferente, aunque en todas las posibilidades que pasaban por la mente del coyote, lo que estaba a punto de descubrir no estaba ni cerca...

Acababa de cantar para ellos, era muy probable que lo que se escuchara desde fuera del estudio hubiera sido mi voz en aquellos momentos. Pero tras mi "prueba" lo siguiente que hubo fueron aquellas conversaciones donde recibía por una parte elogios y por otra criticas, aunque tenían mucha razón.

Pronto vino la conversación de aquella noticia que me habrían de dar y yo más bien me enfoqué en calmar a ChikaChika, quien pareció alertarse de más donde yo no veía un problema real - A mi no me parece un problema Chika-san. De verdad - Aseguré una segunda vez llevada por mi inocencia e ingenuidad - Pero si supone un problema no me importa ver de una solución - Aunque tampoco iba a negarse a solucionarlo si ellos querían

Por ese momento, no sabía que alguien más estaba acercandose al lugar donde estabamos o incluso a punto de entrar. Tan solo continué con la conversación - Como ya os he dicho, he compartido habitación con muchos chicos. Quizás si creeis que es un problema, con saber quien es Rinko-kun o si tiene algo de malo, sería suficiente ¿No? - Intentaba por todos los medios solventar la situación pero ahora se acercaban más curvas

Llegó a la sala sólo para escuchar las últimas palabras de la coneja. No sabía bien qué pasaba, pero la muchacha tenía una duda y era su deber resolvérsela. Con un gesto se atusó las orejas antes de entrar para que parecieran un poco más altas y afiladas antes de abrir la puerta y hacer su aparición.

- La verdad es que es un tipo desdeñable, Rinko -el tono era jocoso, más digno de un mafioso que de la estrella que realmente aspiraba a ser-. Tiene una mirada inquisitiva y ocupa más de medio armario.

Llegó hasta estar frente a ella. La diferencia de altura era realmente notable, siendo él un animal realmente alto y espigado y ella... no. Se inclinó un poco hacia delante y su tono pasó a ser confidencial.

- Además tiene comida escondida por todos los rincones de la habitación, desde chocolatinas hasta bolsitas de galletas picantes -asintió para darse más la razón a si mismo-. Suele meterse donde no le llaman y como tengas un problema no te dejará en paz.

Su actitud pasó a ser una más cortés y reverencial, inclinándose.

- Soy el coyote. ¿Con quién tengo el placer y honor de hablar?

Lanzó una mirada de soslayo a sus benefactores, pero no dijo nada. No pudo evitar sonreír y mostrar sus dientes de depredador, aunque por algún motivo no se veían amenazantes, más bien invitaban a algo, pero era difícil saber a qué. A esa distancia ella podría notar que algunas gotas de humedad adornaban el cabello del muchacho y un olor como a pimienta y roble.

Al escuchar al coyote que acababa de entrar, me puse tensa en un momento por la simple sorpresa. Le miré y atendí a sus palabras, aunque más bien mi cerebro no paraba de preguntar quien era el. Según se acercó no podía evitar mirar hacia arriba por la diferencia de altura y mis orejas fueron tendiendo a flexionarse como sintiendome atrapada por un depredador.

Finalmente cuando dejó de explicar quien parecía ser Rinko-kun, parte de mi cerebro lo enlazaba a el y otra parte buscaba la manera de sacarme de esa sensación de miedo sin serlo. Todo para al final tratar de decir mi nombre - A... Asami... U-Ukari... - Y dandome cuenta que me lié sola me puse roja agitando la cabeza. Por suerte o desgracia, mi rubor se veía notable entre mi blanco pelaje - Qui-quiero decir... Akari Usami... U-un placer... Rinko-kun... Supongo. - Dije con un tono interrogante ya que no sabía si me equivocaba o no.

Entonces de forma inconsciente empecé a olerle desde la distancia, siendo que me sorprendí frente al olor que desprendía - Tienes un olor... un tanto peculiar. - Y volviendo a darme cuenta que hablaba sin pensar me puse roja para luego desviar la conversación - Todo eso que... has dicho d-de ti es... ¿Cierto? Es decir... No lo veo tan mal... Bueno, salvo por lo del armario. Yo también quiero espacio - Intentaba sacar fuerzas de valor, pero por mis orejas se daba a entender que tenía un cierto deje de miedo. De la misma forma que en mi habla, había un deje pueblerino.

Agitó el hocico mientras ella iba poniéndose más y más roja. Se le notaba divertido, pero a la vez los nervios de la muchacha ante el coyote le hicieron preocuparse un poco. Retrocedió un paso para devolverle espacio, libertad y tranquilidad. Alzó ambas manos.

- Sí soy. No te preocupes, no muerdo... -no pudo evitar relamerse- Salvo que me lo pidan, claro.

Le guiñó un ojo, su tono era más sugerente que amenazante, bajando las manos. Aquel nivel de buen humor era algo inusual en él, pero también lo era encontrarse una coneja como la que tenía enfrente. Carraspeó tratando de ponerse serio.

- Es un placer conocerte, Usami-san. Creo que las notas picantes y amaderadas realzan mi olor natural y encajan bastante conmigo ¿no te parece? Por cierto... buen olfato.

Reconoció. Las últimas palabras le hicieron pensar unos segundos.

- ¿Vamos a compartir habitación? -esperó un suspiro por si ella asentía, pero siguió igualmente- Tengo mucha ropa, pero puedo comprar algunas cestas para hacer un poco de espacio a mi compañera, si le parece bien. Si encuentras toda la comida que tengo escondida... -se lo pensó- Te recompensaré.

Sus orejas se movieron, claramente había notado algo.

- Deberíamos conocernos mejor. ¿Qué te gusta hacer?

Vio de reojo cómo gata y perro se marchaban rápido y sin llegar a entender bien lo que decían. Alzó una mano y la llevó a su pecho antes de inclinarse del todo, comprendiendo cuál era su papel.

- ¿Me permitirías hacer de anfitrión?

Al escuchar que no mordía, mis orejas se levantaron con calma, aunque no esperaba la siguiente afirmación medio comica que hizo, lo cual hizo que le mirara con sospecha, pero fui calmandome poco a poco relajando los nervios y dejando que se fueran sin más.

-Igualmente, es un placer para mi Rinko-san. - Parecía que realmente el tono de conversación se había rebajado un buen tanto y ya podía encontrarme más comoda para hablar, no obstante tenía que tener cuidado con sus salidas comicas que podía no vermelas venir.

Frente a lo de su olor ladeé la cabeza un poco confundida - Bueno... No lo sé. Es decir, es un olor peculiar, pero... Sin conocerte, no sé si es el olor que más te pega. - Y aún así, si se esforzaba por oler un poco mi aroma, vería que era algo más simple, suave y dulce. Se podía notar el olor de briznas de hierbas y flores silvestres, casi como si estuviera en un campo o una pradera. - A-aunque bueno... tampoco es que haya usado demasiados perfumes en mi vida... - Empecé a contar mirando al vacio cuantas veces usé alguno, y realmente las podía contar con los dedos de mis manos. - Pero gracias por lo del olfato, mi infancia me hizo desarrollarlo, aunque solo un poco.

Por otro lado, moviendonos a un tema más importante, asentí sin problemas ante su pregunta sobre la habitación - Eso parece. Espero que no te suponga ningún problema. Para mi no lo es ya que he compartido habitación con muchos chicos, pero si es problema para ti, podemos intentar arreglarlo - Aunque parecía no serlo pues el mismo ya trataba de plantar soluciones para la convivencia - Bu-bueno a ver... somos dos personas, si lo hablamos podemos distribuirnos bien el espacio, seguro. - No quería que usara cestas para toda su ropa, me hacía sentir egoista aquella sensación... No como la de su comida que me hizo fruncir los labios en mi hocico - No soy un sabueso. - No obstante, me causó curiosidad, mucha, tanta que al no soltar la pregunta que me rondaba la cabeza, empecé a golpear el suelo repetidamente con el pie, como nerviosa de querer sacar aquello que por orgullo no quería preguntar.

-¿Eh? - Pero con otro cambio de temas, me pilló por sorpresa siendo que miré hacia el techo pensando - A-am... Pues... Esto... Cantar... bailar, supongo a-aunque... no se me da bien... Y esto... - Por una vez que me preguntaban por mis hobbies, me quedaba bloqueada, era normal teniendo en cuenta que durante mi vida poco tiempo tenía para mis hobbies, si no los hacía ayudando a mis padres. - T-también v-ver cosas en la tele - ¿Eso cuenta? - Me estaba poniendo más nerviosa por pensar que por responderle.

Aunque la ausencia de Satoshi y ChikaChika dieron al punto con la calma de dejar de pensar - Supongo que se han ido para hablar de mi... - Me rasqué la nuca - ¿Eh? Bueno... - me volví a sonrojar, pero esta vez por lo extraña de la situación, que se comportara como un caballero, no era lo que solía ver - l-lo agradecería. A fin de cuentas, si saliera a explorar la ciudad, seguro que me perdería, jeje... - Sonreí preocupada - O-oh, cierto, n-no soy de aqui. Vengo de un pueblo a las afueras de Osaka

- Normalmente uso Sakura en vez de roble, pero se me acabó y no he tenido tiempo de comprar.

Explicó. Era una coneja cauta y eso podría salvarle de situaciones peliagudas, que estaba seguro que iba a vivir más de una y de dos, incluso aunque ella no quisiera. Ladeó la cabeza cuando mencionó que le obligó a desarrollar el sentido del olfato, pensando que o bien había tenido una infancia relacionada con la comida o una opción bastante más desagradable. Él mismo olfateó de un modo inconsciente, pero prefirió guardarse su opinión, si bien memorizó aquel olor dulzón y lo que había por debajo.

- Claro que no, fue idea mía que fuesen mixtas. Será más divertido y daremos una imagen más moderna. ¿No crees?

Prefirió no entrar en discutir sobre el espacio o ser o no un sabueso, no era el momento ni el lugar, además usar unas cestas para parte de la ropa no era nada raro para el muchacho. Ella podía notar fácilmente que las ropas que usaba eran extravagantes o pasadas de época o hasta de siglo, sin embargo las llevaba con estilo. Soltó una ligera risa mientras le guiaba hacia la cocina para preparar un te verde denso.

- Creo que en esta casa necesitaremos reponer líquidos.

Explicó mientras hacía de anfitrión.

- Si quieres aprender a bailar, Hayato-kun es una de las personas que mejor he visto bailar en mi vida, incluso aunque es una enorme masa de músculos afable. También yo puedo ayudarte. Uno de los mejores consejos para empezar a hacer algo que no se te da bien es, precisamente, haciéndolo. Tienes una buena complexión.

Añadió, a modo de cumplido. Él mostró su móvil.

- Yo uso más el streaming que la tele, así que seguro que ahí tienes mucho por enseñarme -sonrió entrecerrando los ojos y poniendo el agua a calentar-. Yo tampoco soy de aquí, te acompañaré estos primeros días en todo lo que necesites, es mi deber cuidar de mis compañeros ¿no te parece? -su sonrisa lució genuina- ¿Quieres contarme más de ti? Tienes toda mi atención.

Dicho aquello, mientras el agua empezaba a humear tras ellos, se sentó mirando hacia la coneja y poniendo un platillo con unas pastas de chocolate blanco, con leche, negro, con frutos secos y con pasas. ¿Cuál cogería ella?

De nuevo y con sorpresa, mis orejas se extendieron al escucharle - El sakura tiene un olor muy agradable. Es una pena que florezcan tan poco - Dije mostrando así uno de mis gustos olfativos y sintiendome un tanto más comoda delante suya. - Otro olor que me gusta mucho es el de un campo lleno de dientes de leon. Es muy relajante - Realmente y haciendo un repaso mental, los olores que más me gustaban estaban destinados a ser Zen.

En cuanto a lo de las habitaciones solo pude ladear la cabeza al escuchar su razonamiento - A-ah... - Pensé mirandole extrañada. No sabía como responder a aquello sin dejarle mal en cuanto a su idea. - Bueno... - Así que opté por hacerme la loca - No es algo que haya pensado mucho, la verdad. - Y de nuevo, me rasqué la nuca - Como he compartido mi habitación con muchos hombres... no es que pensara que fuera algo moderno... - Aunque claro... si pensaba mejor en lo que decía, sonaba incluso peor...

-Oh, pues agradecería un vaso de agua aunque sea. Con el viaje en tren no he tomado nada desde el desayuno - Le expliqué riendo un poco como rompiendo el hielo - Uy... eso me recuerda que tengo que subir mis maletas - Solo llevaba una maleta y una mochila, además de la ropa puesta que constaba de vestido sencillo y plano de color rosa palido con una chaqueta burdeos por encima*, y el bolso que estaba con las maletas.

No obstante el cambio de tema al baile hizo que se le olvidara pronto aquello - A-ah... N-no si... S-se q-que es cosa d-de ponerme a practicar pero... - Negué con la cabeza con cierto rubor notable - N-no e-es por el fisico, qui-quiero decir. Es que... so-soy un poco... torpe... - Dije nerviosa y bajando la cabeza, llevando mis orejas a ocultar mi rostro.

Pero cuando volvieron a los temas de ocio volvió a tranquilizarse - Oh... Yo también uso plataformas de Stream. Supongo que he dicho tele porque la veía con mis padres y hermanos. Pero cuando cada uno estaba a la suyo, en mi caso me ponía streamings, casi principalmente de todas mis Idols favoritas. - La sonrisa aumentó en mi rostro como un rayo de luz apareciendo entre un cielo nublado y abriendose camino hasta la tierra - Conocer a ChikaChika y a WannaBe es... un sueño hecho realidad.

Luego, asentí ante su pregunta de acompañarme - Lo agradecería, pero tampoco te sientas obligado. También me tendré que conocer la ciudad, aunque tarde un poquito, no es lo mismo que un pueblo pequeñin. - En cuanto a mi - Pensé en cuanto me preguntó - ¿Que le puedo contar para que no se aburra? Seguro que si le explico mi vida se aburrirá un monton pero... Bueno, el ha preguntado, y está esperando - Bueno... Como te he dicho vengo de un pueblo pequeño, a las afueras de Osaka. Es un pueblo pequeñito y pudiente, con algunos campos y trabajos rurales. Soy la hermana mediana de mi familia y tengo ocho hermanos que son unos trastos cuando todos se ponen de acuerdo... Aunque bueno, gracias a ellos estoy aquí. En casa hacia las tareas de casa, cuidaba a la familia y ayudaba a mi padre cuando lo necesitaba y... Durante algunas tareas mis hermanos me grababan cantando o "bailando" - Enarqué las comillas con mis manos para luego tomar algo de chocolate con leche sonriendo y tomandolo con tranquilidad - Lo solían grabar para hacerme sonrojar pero... Recopilaron todos y se lo enviaron a Shizuka y Satoshi sin yo saberlo y... bueno, ahora estoy aquí y... parece que me quedo. Lo he hecho bien cantando para ellos, jeje. Aunque bueno... Aún tengo muchas cosas que corregir.

Viendo que solo estaba hablando y hablando sin cortarme ni un pelo, me detuve por un momento como sorprendida - Uy, perdona, te he contado casi mi vida entera sin parar, jeje. ¿Que hay de ti?

Estaba contento de compartir el gusto por las flores sakura, y asintió ante el comentario de los dientes de león. Era curioso, ese olor a él le hacía como cosquillas en el hocico, agradable sin duda. Prestó atención a sus comentarios sobre la habitación compartida, ahora era ella quien tenía la atención del coyote completamente. No quiso preguntar sobre los detalles de su pasado, ella no parecía incómoda pero seguro que era algo personal.

- Te ayudaré con las maletas.

Declaró, no sabía cómo de cargada venía y esperó no arrepentirse de la oferta, pero si de veras iba a necesitar tanto armario... sí, necesitaría ayuda.

- Hay que comer bien si queremos rendir.

Le recordó, cuando vio el poco equipaje que llevaba y suspiró, definitivamente no sería necesario a corto plazo que necesitase espacio adicional para sus prendas.

Algo fue superior a sus fuerzas cuando ella se cubría con las orejas hablando de su torpeza. Inspiró sonoramente y...

- ¡Kawaii!

Sacudió la cabeza para centrarse un poco.

- Quiero decir... está bien ser honesta pero si vas a ser una estrella no puedes dejar que eso te detenga. Si te pasa en una entrevista, añade algo como "aún no he encontrado mi estilo", por que todos tenemos uno, te lo aseguro, sólo hay que buscar el tuyo.

Sonaba más a una promesa o una amenaza que a un consejo.

Mientras preparaba la bebida escuchó cómo ella hablaba de sus sueños, de las idols y se sintió identificado con la coneja. Cuando habló del pueblo y de su pasado se volteó hacia ella para prestar atención. Asentía de vez en cuando, pero no hizo ademán de interrumpirla en ningún momento. Sonaba ensoñadora y eso despertaba cierta morriña en él. Tanto hermano explicaba lo de compartir habitación con chicos. Terminó por sonreír afablemente, ya sentado frente a ella y fijándose en el dulce que tomaba.

- Tienes suerte de tener una familia que apoye y luche por tus sueños.

Respondió honestamente.

- Sobre mi... -tomó una pasta de frutos secos y la masticó con calma, ganando así unos valiosos segundos- Soy de un pueblo que se alza sobre la silueta del monte Fuji. Siempre he sido diferente -rió-, no hay más que verme. Hace unos años el que se convirtió más tarde en mi mentor me escuchó cantar y decidió entrenarme... todos los días, lloviese o nevase. Después me mandó aquí a través de sus contactos, estuve trabajando en unos baños termales para pagar mi estancia en Osaka antes de conseguir la cita con ChikaChika y WanaBe. No hay mucho más destacable.

Bebió un trago de la infusión con una calma bastante pasmosa.

- ¿Decepcionada?

Le sacó la lengua.

- Iba a llevarte de compras, pero también podemos empezar la búsqueda. ¿Qué prefieres?

-N-no es necesario. - Le dije para que no se molestase con la ayuda - Tengo poco equipaje la verdad - Aunque no fue necesario decirle cuanto traia conmigo, ya que al llegar al pasillo de la entrada se veía aquellos tres bultos que tenía conmigo - ¿Ves? Es poco. Espero que no les importe a Satoshi y ChikaChika que tome una de las camas de la habitación rosa - Al no haberle visto allí, no sabía que vivía allí, pero al menos sabiamos que debiamos subirlas allí.

Lo que si que no esperaría, era la reacción del coyote cuando mencioné que era muy torpe... Aquello hizo que toda mi cara se pusiera roja. Como consecuencia intenté cubrirme más. - ¿E-es tan Kawaii ser torpe? - Pensaba internamente para mi tratando de discernir que le había parecido tan Kawaii. - Bu-bueno... N-no es que... ha-haya realizado una entrevista c-con WannaBe y ChikaChika pero... lo re-recordaré, aunque ya estoy con ellos. - Claro que para mi el hablaba de entrevistas de trabajo. Nunca llegué a pensar en entrevistas de medios noticiarios, ni siquiera había pensado en que si seguía por este camino, cientos de camaras me enfocarían... Pero sin que me lo hicieran saber, estaba tranquila. - P-por lo menos... me consuelo c-con que solo dos personas hayan visto "los videos" - intentando calmarme un poco, abrí mis orejas para mirar entre ellas siendo que finalmente me atusé el pelo para dejar bien tanto el pelo, como mis orejas.

Que hablando de ello, cuando hablé de mi familia mencionaría aquellos videos que me grabaron mis hermanos. - Si... - Asentí con una mirada melancolica hacia el te - Muchas veces son unos trastos, o unos caprichosos, pero... En el fondo mis hermanos son unos soles. - Acabé reconociendo mostrando quizás mi lado más debil pues mi mirada destellaba un cierto brillo de cariño hacia ellos aún sin estar presentes.

Su historia fue mucho más sorpresiva de lo que esperaba. Su estetica parece de ciudad, pero su origen es de un pueblo del Fuji. Era increible, no distabamos mucho en cuanto a origen y eso me agradaba. No obstante su trayecto empezó mucho antes. Lo mio era puro talento sin entrenar, y el probablemente tuviera más de medio camino hecho para un amateur. Al final le miré incluso más interesada que al principio y frente a su pregunta respondí honesta - Guau. Eres de pueblo como yo, pe-pero tienes mucha más experiencia que yo. E-es increible. Que suerte has tenido ¿Puedo pedirte consejo si me pierdo? - Casi viendolo como un senpai, ya empecé a pedirle cosas que no debía, pero realmente si nos teniamos que ayudar no era tan malo.

-¿De compras? - Pregunté ante su propuesta - ¿Busqueda? - Y aun más confundida pregunté sin saber a que se refería - ¿Que es eso de busqueda? ¿Te refieres explorar la ciudad? Si es esto último, sería mejor. A fin de cuentas, me gustaría buscar un sitio cercano donde comprar frutas y verduras frescas - Y ya dejaba salir un poco de mi toque pueblerino - E-es decir, a-algo de cocina se y... supongo que no siempre cocinará uno solo y... ha-habrá que comer y... e-eso ¿No? - Intentando hacer que no se notase tanto desvié el tema.

- Sin problema. Mi cama es la más cercana a la ventana.

Le indicó, para que pudiese acomodarse en la habitación como desease. Posiblemente le enseñaron la casa mientras él se estaba preparando y como le gusta tener la habitación bien recogida ni lo notó. Amplió un poco su sonrisa.

- Seremos compañeros, Usami-san.

Más tarde cuando dijo que estaba con WannaBe y con ChikaChika, alzó una ceja extrañado y negó.

- Sí, la verdad es que es increíble estar con ellos. Si nos esforzamos lo suficiente estaremos a la altura de lo que esperan de nosotros. ¿Te imaginas? Brillando bajo los fotos de los mejores escenarios y con miles de personas coreando nuestros nombres.

Me coloqué detrás de ella y puse mis manos como un altavoz, aunque hablé en voz bajo.

- Usami-chaaan ~~

- ¡Canta como los ángeles!

- ¡Fírmame la camiseta!

- Aaah... me desmayo...

- ¿Quieres salir conmigo, bun-bun?

De Bunny, conejo en inglés, estaba seguro que algún fan la llamaría así. Posiblemente él mismo unos años atrás lo hubiese hecho. Se puso frente a ella y suspiró.

- Quizá algún día podamos ser tres.

Tenía mucha curiosidad, más de la que querría reconocer, por ver esos vídeos de ella cantando y bailando, pero lo vería en persona en cualquier caso. Asintió cuando hablaba de sus hermanos y no pudo evitar sentir una punzada de envidia. Sonrió y se terminó la bebida.

- Sí, soy de un pueblo donde el sol sale bajo tus pies y las tardes son frescas a la sombra del monte Fuji. Y no te preocupes, mi maestro fue mi estricto, pero ahora mismo estoy muy lejos de que nadie conozca mi nombre. Nunca he actuado para más de diez personas, ahí creo que tú me ganas -sonrió amable y cordial, poniendo una mano en su cabeza para acariciarla-. Lo importante es que si ellos te han aceptado, tienes potencial. Y que contarás con grandes compañeros que te harán más grande. Puedes acudir a mi para lo que necesites.

Y sin darse cuenta ya había hablado mucho. Aunque no iba a mentir... le encantaba hablar. Se puso en pie tras las últimas palabras de ella. Quería cocinar, y la verdad era que él también tenía hambre y seguro que a la parejita también le daría hambre después del ejercicio.

- Vamos a comprar. Pero no olvides que en algún momento tendrás que buscar tu estilo de baile.

Finalmente recogió las tazas para limpiarlas y salir a comprar con su nueva compañera.

-¿Oh? ¿Compañeros? - Pregunté sorprendida y feliz antes de pensarlo por segunda vez - Espera... es un chico... y ha escogido la habitación rosa... Iban a ser mixtas, hasta ahí lo entiendo pero... ¿La rosa? - puse entonces cara de circunstancia - ¿Te gusta la habitación rosa - ¿El? ¿Por qué? Eso solo puede ser de un tipo de persona... - Y muy bajito solté por lo bajo un leve - Ecchi... - En señal de que me sonaba raro... Ahora tendría que explicarse para que lo entendiera mejor.

Cuando planteó el posible escenario de brillar como estrellas al principio mostré una total y complete ilusión inocente, pero según iba explicando más, mi rostro se volvió un poco menos confiada, y fui decayendo más y más cuando puso voces como de fans haciendo que me imaginara a miles de personas a mi alrededor y por tanto bajando las orejas. Se notaba que necesitaría ayuda también con el panico escenico. - ¡¿BUN BUN?! - pero de entre todo resaltó eso en mi cerebro mirandole ya casi al borde del panico de no saber que hacer en una escena similar. - ¿Co-como que bun bun? - Ni siquiera pensé de donde venía, mi mente tan solo procesaba como lidiar con tanta gente... y encima eran ficticios.

Para más Inri, más rojez se veía a través de mi pelaje al mencionar lo de ser tres con los videos. Negué rotundamente - No no y no. Su-suficiente e-es que ChikaChika y WannaBe, dos de mis idolos, me ha-hayan visto hacer el ridiculo. - Igual exageraba, o igual no... La cosa es que lo que hubiera allí en esos videos me ponía tan nerviosa y avergonzada.

Por suerte con el resto de la conversación, todo se calmaba por momentos, siendo que le prestaba atención a lo que decía, sonriendo con cierta felicidad y envidia sana. - La familia no cuenta... E-es decir, cuenta pero... Se suele decir que las personas que te quieren te apoyan incondicionalmente ¿No? - Me infravaloraba... Al menos en ese punto. Sabía que mi familia había visto un don en mi, o sino no estaría aquí, pero siempre veía la meta de las Idols en la pantalla como muy lejos... Miles se quedaban cortos como expuso antes... Más bien eran cientos de miles... Pero... tampoco era algo que me preocupara. Eso si, cuando dijo que tendría su apoyo le miré con ojos brillosos - Muchas gracias. Espero que tengas razón y tenga tanto potencial, jeje. Y aunque no sea muy profesional, cuenta conmigo también, para lo que quieras Rinko-san. - Dije con una amplia sonrisa y un leve rubor de felicidad que asomaba timido entre mi pelaje.

Finalmente, ibamos a salir a comprar. Me parecía un buen plan, pero el tema de buscar mi estilo... me resultaba imposible siquiera plantearmelo... Así que dije - ¿Quizás un estilo estatico? - sonriendo de medio lado como para quitarle importancia... Obvio, no dejé que lo hiciera solo, le ayudé como pude a lavar las cosas y antes de salir trasladar las maletas a la habitación para salir tan solo con mi bolso.

Una vez preparada le miré con una sonrisa - Estoy en tus manos Rinko-san. Te sigo - Le dije dejandole la responsabilidad de que me protegiera en Osaka

Se encogió de hombros con tranquilidad, claramente no estaba molesto por que le llamase pervertido. Suspiró.

- Cuando nos enseñaron las habitaciones, a nuestros compañeros les generó rechazo. Aunque WannaBe dijo que podríamos pintarla... -su tono se tornó reflexivo y su mirada se perdió en algún punto en el vacío- Era la habitación de Shizuka ¿sabes? Seguro que tiene muchos recuerdos en ella. Me daría mucha pena que ella vuelva y sea incapaz de reconocerla.

¡QUIETO! ¡Te estás abriendo de más! Sacudió la cabeza para centrarse y sonreír ampliamente, su tono volvió a ser el de siempre.

- Además, imagina lo que dirán los medios y los fans cuando se enteren que comparto una habitación rosa. Jeje.

...

Aquella reacción mientras fingía voces de los fans era algo que no se había esperado, al menos no tan exagerado. Era algo inevitable, como Thanos, era algo que sucedería más temprano que tarde.

- Sí... podría hasta ser tu nombre artístico. Creo que te pega, es suave, contundente y pegadizo, podría hasta usarse en alguna letra. ¿Te gusta? ¿O ya tienes un nombre pensado?

Si lo hacía por pincharla o en serio era algo difícil de discernir. Cuando se negó a mostrar los vídeos tuvo una idea. Una que posiblemente no fuese la mejor... mientras ella seguía hablando, él buscaba algo en su móvil, en el drive... finalmente dio con ello. Puso el móvil frente a ella con un video parado a falta de darle a play.

- Fue uno de mis primeros entrenamientos. Ahí llevaba ya dos horas bailando casi sin descanso, aún no había dado con un estilo que encajase con mi complexión...

Si ella le daba a play podría ver a un coyote unos años más joven, en un gimnasio cerrado y las ventanas mostrando que era de noche, quizá con los primeros rayos de sol. Estaba sudado y le costaba mantenerse en pie, sus pasos eran torpes y sus movimientos aunque podrían parecer fluidos para alguien que no estuviese en el mundillo, la coneja podría distinguir fácilmente que resultaban mecánicos, artificiales. Una voz de un hombre resonaba corrigiendo con dureza al joven. Eran unos cinco minutos donde finalmente el aspirante tropezaba con unos aros de entrenamiento y probaba el suelo. Y justo en ese instante, Rinko se reiría muy fuerte al lado de Usagi, dejándola sin escuchar los últimos segundos.

En cualquiera de los casos hablaría con calma tras un par de minutos.

- ¿Sabes qué me dijo mi maestro después de todo eso? No existen los fracasos, sólo las lecciones. Este video me permite seguir mejorando. Estoy orgulloso de él.

Asintió.

- Y claro que cuento contigo para levantarme cuando me caiga.

Le guiñó un ojo. No lo encajaba de otro modo en su mente, serían un equipo, una familia. Y mientras fregaban y ella comentaba lo del estilo estático lo dejó unos segundos pensativo antes de chasquear los dedos, como si tuviese una idea.

- ¡Es genial! Hayato-san podría ayudarte al principio, hay muchos pasos que se hacen estando en el mismo sitio. Pero ¡Si vas a cantar todos van a querer que les mires y proyectes tu voz hacia ellos! Como comienzo está bien, pero tendrás que mirarles y señalarles, incluirlos. ¿Me entiendes?

Finalmente terminaron y se prepararon para salir a comprar y cuando ella dijo que estaba en sus manos, cerró el puño y lo alzó.

- ¡Yosh!*

No llevaba mucho en aquella zona, pero el perro le había mostrado un sitio, un pequeño mercado en las galerías de un edificio, donde los mercaderes locales iban a vender sin pasar por grandes compañías. Para un sibarita de ciudad aquel lugar y sus verduras tendrían un aspecto desdeñable, y los vendedores parecerían pasas resecas y gruñonas, pero el coyote estaba seguro que alguien como la coneja sabría valorar la autenticidad de aquella gente y el sabor que había tras aquella agricultura natural. ¡Y encima por unos precios más que decentes!

Me sorprendí ante lo que dijo y pronto pensé mal para mi misma. Yo solo escogí dormir allí porque nunca habia tenido una habitación que fuera lo suficientemente femenina para mi. Pero al ver las razones que daba agaché levemente la cabeza - Tienes razón... No pensé en ello hasta ahora que lo has dicho. - Sonreí entonces alzando la mirada y cambiando por un momento lo que acababa de pensar de el - Entonces me alegro que ambos dos protejamos la habitación de ChikaChika. 

Aunque claro que sacando el tema de los medios y lo que dirían le miré mal aunque solo medianamente molesta antes de responder directamente a su hipotesis imaginativa con un - Ecchi* - Lo pronto que podía limpiar su imagen, y lo pronto que la ensuciaba...

Más tarde respondiendo a mi pregunta sobre lo de Bun-bun, poco a poco fui tranquilizandome sobre todo el asunto de estar rodeada de fans, para luego sustituirlo por una preocupación al recordar que muchas Idols tenían nombre artistico. Sin ir más lejos, Shizuka era ChikaChika. Que además lo aderezara con elogios incluidos en el nombre al dirigirse así a mi me hizo sonrojarme pero esta vez para bien - ¿Eh? Bu-bueno... Es que... No he pensado en ello nunca. E-es decir, ha-hasta ahora. - Respiré hondo para tratar de tranquilizarme - Es cierto que debería buscar un nombre artistico pero... No se me ocurre ninguno. Bun-bun - Me quedé unos segundos pensando - No queda mal, creo... Suena a una Idol adorable ¿No? Aunque supongo que también hablaremos de ello con Shizuka y Satoshi.

Luego al ver como me ponía frente mia un video en el movil explicando lo que era, me quedé unos segundos parada sin hacer nada, no sin entender lo que quería decirme y por supuesto el tema de reproducir el video, pero esperé a ver si lo hacía el. Como no lo hizo, lo hice yo con calma. Al verlo entero, me daba pena por lo mucho que tenía que sufrir en aquella epoca... pero al contarme lo que le inspiraba ese video, recordé los mios - Supongo... que tienes razón... - Suspiré - Pero en todos mis videos... no hay mejoría cuando bailo en ellos... Siempre acababa besando el suelo por una u otra razón - Dije avergonzada - O me tropezaba con el palo de la fregona al motivarme y querer bailar con ella... O cuando era una de mis canciones favoritas y trataba de bailar me tropezaba con mis propias piernas... - Incluso agaché la cabeza buscando ocultarme de aquellas avergonzadas escenas - El canto... sin embargo... se me da bien... - De nuevo, me infravaloraba... pero en ese momento ni siquiera sabía todo el potencial que veía el resto en mi. - Solo espero... no retrasaros mucho a los demás por mi patosismo... - Y ya de primeras incluso pedí perdon a Rinko allí presente.

En cuanto al baile estatico, yo misma iba por otros derroteros, no esperaba que Rinko lo sacara por la tangente diciendo que era buena idea, y mucho menos que tratara de incluir al publico - ¿E-eh? - De nuevo el nerviosismo volvió. No me quedó más remedio que asentir lentamente y con miedo preguntar - ¿Crees q-que será un buen camino ese? - Mencioné, no sabiendo que esperar del baile en el punto donde estaba el micro. Había visto muchos videos donde los cantantes apenas se separaban del micro y apenas si bailaban, pero no llegaba a hacerme a una idea de yo imitando esos estandares.

Cuando ya salimos y llegamos al mercado donde me llevó Rinko, una ilusión nacio dentro de mi que me hizo ponerme de puntillas, abrir la boca y que mis ojos brillasen con entusiasmo mientras veía todas las tiendas. Estaba super emocionada viendo todo allí alrededor. - Guau, es increible. Es como en mi pueblo. Voy a comprar un buen puñado de verduras y frutas para la ce... - Muy ilusionada iba a encaminarme a las tiendas de este estilo, cuando me acordé... Ya no era una casa llena de conejos. Ahora, por el momento, había un Coyote, una Gata, un Perro y una coneja. - Ah... se me olvidaba... Vosotros sois carnivoros en mayor parte ¿Verdad? - No era el mismo tipo de alimentación pero a la hora de cocinar, podía adaptarme - Humm... Podría hacer unos variados de Tempura - Al ser un plato algo más generico, podría buscar el punto de cocinar carnes o pescados desde un inicio y así tenerlo presente para futuros platos - En ese caso... - Agarré a Rinko de la mano con plena confianza y empecé a tirar de el con pequeños tirones más que con fuerza real, pues casi estaba dando botes con mis pies - Hay que comprar verdura, carne y pescado. Vamos Rinko-san