Partida Rol por web

El camarero mira al cielo, se marca la cruz en su pecho y junta las manos.

¡¡¡Jimmy!!!

Isabella oía como en sueños los lamentos del camarero mientras su pensamiento estaba centrado en salir de allí cuanto antes, pero parecía que ninguno de los presentes tenía mucha intención de moverse de allí y ella tenía miedo de salir sola a la calle, ¿y si los asesinos aún andaban por los alrededores esperando la oportunidad de acabar con todos?

Salió de sus cavilaciones al oír una nueva voz en aquel macabro escenario. Por lo visto alguien, al que el camarero daba por muerto, estaba con vida. Isabella se giró lentamente y sus ojos se posaron en el rostro de aquel elegante hombre que tanto le había llamado la atención hacía escasamente unos instantes, aunque para ella podía haber sido hacía días, pendiente de lo que él les pudiera explicar. De repente una pequeña idea empezó a rondar por su cabeza, todo sucedió al poco tiempo de entrar él en el local, así que seguramente era a él a quien buscaban. Pero ¿por qué? Tiene que explicarnos por qué motivo Arthur acaba de morir.

Así que uno de ellos seguía vivo. Apartando al inútil camarero, Sabena se acercó hasta el tal Jimmy y le tendió una mano para ayudarle a levantarse. Mientras, le examinó para ver si tenía alguna herida.

Mike sonrió y se acercó a la escena. Buscaba en las estanterías algo de ese alcohol que ahora no se podía consumir delante de la barra. Seguro que tenían algo aquí, oculto para fiestas privadas.

Al final se acercó al camarero y le ofreció la mano para levantarse.

—No es muy querido por aquí, amigo —dijo mientras le ayudaba a levantarse—. A mi su comida no me pareció tan mala.

Miró a su alrededor y sonrió con cierto pesar.

- Acabo de llegar a este pueblo... espero que no todos sus días sean como este.

Después se volvió hacia Sabena. Parecía un tipo curtido.

- ¿Hay algo que podamos hacer?

Esperó su respuesta mientras seguía observando a la pelirroja. Parecía intranquila.

El camarero, ante el empujón de su, otrora, cliente y desupués de agradecer la mano tendida por aquel sonriente joven, decide levantar la mesa volcada y colocar una silla para que, el aún vivo Jimmy, pueda sentarse.

Tras ello y, después de que Jimmy le haga un gesto con la mano, el camarero abandona la escena murmurando un escueto me voy a cerrar el restaurante.

Al sentarse en la silla, se hace patente para todos los presentes que Jimmy ha recibido un impacto de bala a la altura del abdomen. A pesar de que trata de apretarse la herida con la mano, no puede evitar que su camisa se empiece a teñir de rojo y que algo de sangre se escurra por sus dedos.

uffffffffff, resopla Jimmy mientras trata de ponerse cómodo. Gracias caballeros. Mientras se acomoda en la silla os mira detenidamente y posa su mirada en la dulce pelirroja... Y gracias querida... Habeís sido todos muy amable. Ahgggg. El dolor se hace patente en la cara de Jimmy.

Mi nombre es Jimmy Bonomo y joder, los hombres de Moretti me han jodido una buena mano... Jimmy separa un poco la mano de su herida, aunque rápidamente vuelve a apretársela con más fuerza. Después de unos segundos recupera el aliento y dirige la mirada a sus compañeros de mesa.

Al parecer... Jimmy en una mueca, intenta reprimir el dolos mordiéndose el labio inferior ... han hecho un buen trabajo. ¡Malditas sabandijas! Ouchhhh. El dolor se hace patente cuando Jimmy trata de levantarse de la silla, prácticamente no consigue levantarse más que unos centímetros antes de caer, derrotado de dolor, en la silla.

Cuando Benny ofrece su ayuda, Jimmy le mira y asiente con la cabeza mientras se aprieta, aún con más fuerza, la heridad.

Tienen que ayudarme..., por favor... he de encontrarme con unos amigos en el muelle... a medianoche... en el tinglado número dos... con el coche..., por favor...., vayan al tinglado... es... importante.... mis amigos y yo les estaremos muy agradecidos

Al mirar a Jimmy, tienes un pálpito o llámalo sexto sentido. No tienes mucha idea de medicina ni de primeros auxilios pero la herida parece bastante grave. De hecho, a medida que avanza la conversación le ves palidecer...

Crees que está perdiendo mucha sangre y que, no tardará mucho en caer inconsciente....

La herida, en tu opinión, parece bastante fea y debería ver a un médico de inmediato...

Al mirar a Jimmy, tienes un pálpito o llámalo sexto sentido. No tienes mucha idea de medicina ni de primeros auxilios pero la herida parece bastante grave. De hecho, a medida que avanza la conversación le ves palidecer...

Crees que está perdiendo mucha sangre y que, no tardará mucho en caer inconsciente....

La herida, en tu opinión, parece bastante fea y debería ver a un médico de inmediato...

—Déjese de pamplinas. ¿Alguien tiene un coche para llevar a este hombre a un hospital? —dijo Mike torciendo el gesto en el momento en que Jimmy separó las manos de la herida.

Se acercó a él y le dio un par de palmadas en la cara.

—Aguanta amigo, nos ocuparemos de tu asunto pero tu ocúpate de vivir, ¿de acuerdo? —decía mientras palmeaba la cara del hombre para mantenerle consciente.

—Diablos, ¿nadie tiene un puto coche? ¡Se va a morir! —gritó.

Aquel hombre estaba herido y aún así intentaba charlar con ellos como si no hubiera pasado nada. Isabella se llevó una mano a la boca al ver como la camisa empezaba a teñirse de rojo.

- Eso parece... grave. -La herida desde luego no tenía muy buena pinta y si no hacían algo rápidamente aquel hombre moriría, pero parecía que nadie tenía intención de llevarlo a un hospital.- Ayudarlo... en el muelle a medianoche... Ah no... conmigo no cuenten para eso... yo quiero irme a mi casa y olvidarme de lo que ha pasado. -La voz le temblaba por el miedo que aún sentía.

Miró a Jimmy y fijó sus ojos en la herida.

- Lo que vamos a hacer es llevarle a un maldito hospital o encontrar un médico. Eso no tiene nada de buena pinta y creo que la mejor forma de ayudarle es intentar que siga con vida. 

Se encogió de hombros.

- No sé quien coño es ese Moretti ni que puede haber hecho usted para haberle cabreado tanto, pero si a sus amigos les tiene el mismo cariño no creo que debamos asomar el pescuezo por ese tinglado.

Aunque por supuesto, había una manera de convencer a Benny, pero de momento no dejaría claras sus intenciones y menos en presencia de una señorita.

¿Una reunión a medianoche? Eso no podía implicar nada bueno. Los asuntos de la gente de a bien se hacían a la luz del día, no en los almacenes de un muelle a las horas en los que los honrados trabajadores del muelle duermen la mona o siguen bebiendo. Le daba mala espina, pero aún así, la curiosidad le podía.

-¿Quienes son esos amigos, Jimmy? - le susurró mientras le ayudaba a incorporarse del todo.

¿Una reunión a medianoche? ¿Tiroteos en el restaurante? Aquello apestaba a la mafia por todas partes. Pero a Sabena se le había jodido el caso y ya no había nada que perder.

-Si hacemos lo que usted dice ¿cuánto sacaremos en limpio? -preguntó con frialdad. Que se estuviera muriendo ese tipo le importaba una mierda. No le conocía y tampoco tenía pinta de ser un buen samaritano.

Jimmy se lleva su mano izquierda al interior de su americana. Por un momento parece que aquel hombre herido va a echar mano de la culata del revolver que asoma por debajo de su sobaco pero rápidamente os dais cuente de que su mano se introduce en el bolsillo interior de la americana, del cual extrae las llaves de un vehículo, que rápidamente se escurren de su mano…

Por favor....

En menos de un segundo Jimmy cae inconsciente… justo en el momento en el que el camarero aparece por la puerta, presumiblemente después de cerrar el restaurante.

¿Y bien, que piensas hacer? He escuchado parte de la conversación…

Os mira a todos y su mirada se detiene en Scott… Miren caballeros y señorita, los amigos de Jimmy son personas influyentes en esta ciudad y estoy de sobra convencido que ellos les agradecerán generosamente la ayuda y, les puedo asegurar que, cuando se lo proponen, pueden ser muy generosos…

Lentamente se acerca al cuerpo inconsciente de Jimmy y tras un rápido vistazo asiente con la cabeza, mientras mira a Mike.

Tenía usted toda la razón, Jimmy está muy grave, pero no tienen de que preocuparse, yo mismo lo llevaré al médico.

Scott parece pensarlo un momento antes de agarrar las llaves del suelo.

-Está bien, iré a esa reunión -mira a Benny- ¿Qué me dices chico, todavía quieres ponerte a trabajar conmigo?

- Acabas de leerme el pensamiento - contestó convencido. No le inspiraba mucha confianza, pero era una apuesta poco clara... y esas suelen ser las que tienen el premio más gordo.

- Pongámonos en marcha - miró a Jimmy y a Frank - en cuanto terminemos iremos a hacerle una visita. Ánimo, aguante...

Personas influyentes... generosos... Umm... eso no suena nada mal. A pesar del pánico que aún sentía aquellas palabras sonaron a gloria en los oídos de Isabella, esa podía ser la oportunidad que estaba buscando.

- Eh... no me dejarán aquí ¿verdad? Yo también voy con ustedes, tengo miedo volver a mi casa sola... -Puso uno de sus típicos mohínes esperando que de esa forma no se deshicieran de ella apartándola de una buena oportunidad para medrar.

—¡Qué remedio! —exclamó.

Algo le decía que esa era la gente que estaba esperando encontrar en ese lugar.

Se ajustó el abrigo y se colocó el sombrero sobre la cabeza.

—¿Cuanto tiempo tenemos? Me gustaría arreglar unos asuntos antes.

- Tranquila, echaremos un vistazo y luego la podremos dejar en casa... después de lo que ha pasado creo que ninguno podremos estar tranquilos - respondió a la pelirroja.

Secundó la pregunta de Mike. Era importante saber de cuanto tiempo disponían, aunque en el fondo, daba bastante igual, tampoco es que fueran a prepararse de alguna forma en concreto.

- Deberíamos irnos ya.

-Sí, venga, salgamos de aquí. Estamos perdiendo el tiempo -entonces Sabena se abrió la chaqueta y sacó una pistola automática de aspecto peligroso. Comprobó el cargador y la recámara. Sonriendo satisfecho, volvió a guardársela- ¿Quieres conducir, Benny?