Partida Rol por web

Estoy sorprendido por las últimas revelaciones de la reunión, pero cuando se escuchan los gritos y el follón en el exterior, salgo junto al resto para ver lo ocurrido.

La escena es bastante desagradable. De por sí ya es desagradable ver morir a alguien, pero verlo desangrarse delante de ti... lo es aún más.

Pero quizás, peor que eso es ver al niño agarrado por Lau y el mecánico, aunque las palabras de este último lo explican todo.

- Joder... - mascullo antes de girarme hacia el profesor - Me temo que ya sabemos qué les hicieron. Les pusieron algún organismo capaz de doblegar su voluntad. Recemos porque no puedan salir de ellos y entrar en algún otro... recemos - la mera idea de rezar se me antoja estúpida, desde luego, pero no se me ocurre otra forma de expresar que ahora mismo solo podemos cruzar los dedos.

Cambio de postura en el tocón incapaz de decir nada sobre lo que oigo, la última vez que nos enfrentamos a los extraterrestres ¡Ni siquiera teníamos un arma por persona! Y ahora quieren atacarles en su casa a la hora de comer – me rasco el pelo con las dos manos y después hago lo mismo con la barba. Si tuviera donde recostarme lo haría por desesperación.

La conversación que saca el otro militar me deja todavía más estupefacto, a ver si van a querer que llevemos a cuestas una bomba nuclear… Miro a los que estamos ahí reunidos, ¿Nadie va a decir nada?, dudo si hablar yo mismo porque el coronel seguro me dará un rapapolvo así que guardo silencio hasta que…

Los gritos interrumpen la reunión y salimos corriendo para contemplar a la joven estudiante de medicina agonizando en el suelo y un niño retenido, parecemos llegar tarde a una situación irremediable, una chica pelirroja que no conozco sujeta la cabeza de Amber, que balbucea y fallece. No es agradable verlo, pero menos aún para la recién fallecida, así que mantengo la compostura.

El coronel acelera y nada más llegar al cuerpo de la médica se gira amenazante para preguntar quién ha sido. Interrumpe la chica de los tatuajes y dice que esto que ha ocurrido es el virus, escudriño con mis ojos a la criatura que ahora parece un niño normal y corriente y de reojo miro hacia el doctor, el mismo que negaba la existencia. Joder, contagios, infectados, el puto Walking Dead – con gran esfuerzo decido no sacar esas palabras de mi cabeza al exterior. Presto atención a la guapa chica porque sigue, al oírla no puedo evitar suspirar, ¡Otra que quiere ir con palos y piedras contra los alíen! ¡Dios! ¡Qué ganas de morir tiene todo el mundo! – con los brazos en jarra maldigo en silencio desde mi sitio.

El otro mecánico señala al culpable que no podía ser otro que el niño que estaba retenido, explica un poco como funciona el virus, así que tras oírlo no puedo evitar dar un paso atrás quizá sea contagioso y no habría que sujetarlo así… – dejo caer. Y cuando continúa hablando no puedo evitar ya no sorprenderme, novedad, otro suicida.

Vaya panorama se nos vuelve encima, habría que localizar y retener a los otros niños, ¿Han venido más, no? – dirijo la pregunta en voz alta, no son más que unos chiquillos – quizá ni sepan que lo hacen.

Me remuevo inquieta al escuchar la conversación sobre el caza furtivo y las armas nucleares. Por suerte el coronel no parece dispuesto a recuperar las cabezas nucleares, pero lo cierto es que no estamos en condiciones de rechazar un arma nuclear. Quizás sea el único método para hacerles daño, podrían marcar la diferencia.

No me creo su argumento de que quizás las bombas estén dañadas. En el sesenta y seis tras un accidente aéreo cayeron cuatro bombas nucleares al sur de España y pudieron recuperarse, dos de ellas en perfecto estado. – Le comento al militar aunque quizás no le interese. No me corresponde a mi decidir la estrategia a seguir pero McKnight hasta el momento no ha destacado por correr excesivos riesgos.

Los gritos de los niños atraen mi atención.

En un principio creo entender que algo le ha pasado a uno de los niños pero cuando veo a Amber me quedo confundida.  

¿Qué? oh Dios ¿Pero qué ha pasado aquí?- Pienso mientras me acerco al ver todo el follón. Amber… -Murmuro en tono apenado mientras me acerco a ella. Acaricio el pelo de la chica mientras le cierro los ojos y la boca, en unos minutos estará tiesa, por lo menos que conserve algo de dignidad.

No conozco a la chica de pelo anaranjado pero le tiendo un paquete de toallitas húmedas que guardaba en el bolso. -Límpiate cielo.

Al escuchar a Tim niego con la cabeza -Si eso es contagioso ya debemos de estar infectados - Digo señalando a David, a Cass y a Vincent- Hemos convivido con esos niños durante días y llevamos más de veinticuatro horas con vosotros. Cualquier medida para contener la enfermedad llega días tarde. 

Me quedaría mirando a David en total silencio cuando hablo de su deseo de venganza, dentro de quienes quería vengar estaban Victor y Bryan,  no apartaría la mirada de el hasta que escucharía la voz de Samantha -No creo que sea tan viral, seguro es a travez de sangre o algo por el estilo, pero si creen que es por contacto directo me ofrezco a una cuarentena, si empiezo a convulsionar, tomad las medidas que consideren necesarias, no va a agarrar a nadie desprevenido, esta vez sabemos que esperar, primero convulsiones, cosas negras peleando por tomar el control en nuestros ojos, luego técnicamente morimos y volvemos a la vida en plan ninjas zombies asesinos. Estar armados será un arma doble filo, lo mismo no estarlo- Buscaría con la mirada a los dos niños que faltaban, nosotros no sabíamos si estábamos o no infectados, pero ellos si -Ahora creo que tenemos que tomar una decisión nada simple ¿Que vamos a hacer?- 

 Sus aportaciones eran tomadas como completamente innecesarias, y no podía culpar a nadie de aceptar que no eran libres, de aceptar que ahora imperaba otra clase de ley que aparentaba estar por encima de las leyes naturales. Cuando todo ocurrió salió junto a los demás, y observó con la misma impotencia los acontecimientos de los que había sido indirectamente responsable. Allí estaba la respuesta, en las manos de David.

 Si juntos tenemos alguna posibilidad, separarnos es lo más lógico.

 Una vez más Vincent veía demostrada su teoría de que no eran diferentes a otros ejércitos invasores. Nuevos instrumentos viejos trucos. Volver a etnias enteras unas contra otras o crear desobediencia dentro de una comunidad, separar a los que se unen para hacerlos más débiles. De uno en uno, desprotegidos, ¿dónde buscarían refugio? Lejos, en los bosques o las cuevas, donde las amenazas son más que los animales salvajes. Y si un ser humano se cruza con otro, entonces pensará en matarlo.

 - Cordyceps unilateralis.

 Musitó junto a los que venían, como él, de la reunión. Pero no explicó porqué. De poco servía intentar contribuir con algo, y se limitaría a responder si alguien le preguntaba o buscaba información. Hablar de zombies, no cinematrográficos pero sí reales o filosóficos, les resultaría menos contundente y pragmático que hablar de bombas o de atacar a ciegas.

 Vincent sentía una profunda tristeza, pero el profesor no tenía sed incontrolada de venganza. No era el momento, y aunque todos lo deseasen, no podían suicidarse. Tal vez, era eso, precisamente lo que los alienígenas buscaban, que no fueran prudentes, que se expusieran.

 - Les habían inyectado algo. - añadió a las observaciones y conclusiones de Cass. 

 Entonces cayó en la cuenta.

 - Sam. - llamó, buscando su atención. Admiraba su capacidad de ayudar a las personas. No se acercó a ella, la miró fijamente buscando respuestas. - ¿Tuco desapareció de tu vista, verdad?

 Por norma general aquel tipo tenía el don de desaparecer, hacer que ellos mismos ignorasen su presencia. No aportaba nada y aprovechaba que nadie le prestaba atención para sacar provecho. Tuco podía haberse perdido en las alcantarillas, y podía haber sufrido un destino similar al de los niños. No podían dejar ningún cabo suelto.

 Desde luego, el profesor, asumía que él sería puesto en duda. Y así debía ser.

 Miré hacia el coronel.

 Él era el líder. Llevaba el peso sobre sus hombros. ¿La rabia le llevaría a encarcelarlos? ¿Mandaría sacrificarlos? Sólo podía esperar que sacase su pistola en aquel momento y apuntase a uno de nosotros para culparnos. Por otra parte, cabía esperar que supiera comportarse con algo más de dignidad. Vincent estaba dispuesto a sorprenderse y no tenía intenciones de salir corriendo, aunque ahora mismo, su sentido común trabajaba en estudiar una forma de salir de allí antes de que fueran llevados a una hoguera.

 Buscó con la mirada a su alrededor en busca de los niños y de Tuco. Si no los encontraba de esa forma, deberían empezar a moverse. Ya. Tim tenía toda la razón.

Al ser el crío reducido tanto por el mecánico, como el cámara, tarea que no fue nada difícil teniendo en cuenta la diferencia de cuerpos y fuerza, el verdugo de la chica regresó a la normalidad. Sus ojos también. La negrura abandona su mirada. Una suerte que el chaval no fuese consciente del crimen cometido. Mejor así. En cualquier caso, Lau no cesó en su presa, ni un miserable ápice, incapaz de no verle como una amenaza. Lo que se convirtió, o le convirtieron.

El coronel hizo su aparición, al igual que el resto de los que estuvieron en al reunión. El militar clama venganza a juzgar por su tono. Clamó con rabia por la vida de la doctora, que se escapó en su propio charco de sangre que fluyó de la rajada garganta de la chica. Una gran pérdida sin lugar a dudas. Y de qué modo.

“Mierda. Tenía que haberlo evitado, ¿cómo no lo vi? Ostias.” Se maldijo a sí mismo en su mente. Sin embargo, imposible salvarlos a todos. Algo que aprendió, y por las malas. Mencionaron un virus, además de otras teorías.

Es como dice la pelirroja. – Dijo el chico con referencia a las palabras de la mujer aún con el crío inmovilizado. – Así que será como dice el empollón. Es un parásito. Vi algo en sus ojos moverse. – Y la segunda referencia fue para Austin. Lau guardó silencio con el ceño arrugado, y después suspiró con un par de movimientos de su cabeza a ambos lados.

Me cago en la puta. Hay que aislarlo, puede que le pase de nuevo. Y a los otros dos. Cada uno por separado. – Sugirió con tono grave debido al cabreo de la situación. Y otro pensamiento se le pasó por la cabeza, se grabó a fuego. - No les basta con masacrarnos, ¿y para esto quieren al viejo y a la antipulgas? Mierda. – Masculló de mala gana. Y esperó equivocarse. De verdad. Que tuviese razón no le ayudó a quedarse más tranquilo.

“Niños. Tienen que utilizar a unos jodidos y malditos niños. Como si no tuviésemos bastante mierda encima. Son unos cabrones malnacidos.” – Tácticas sucias de guerrilla. Malditos hijos de la gran puta. -  Y de nuevo masculló con rabia, rabia y odio.

Mi mente bulle de pensamientos y cuando todos empiezan a conectarse me giro asustado hacia MacKnigth.
—Tenemos que irnos de aquí. Ya. El ataque no ha sido aleatorio, han buscado uno de los pilares fundamentales y que fuese accesible al asesinato, lo cual implica que los parásitos tienen capacidad de análisis o que reciben órdenes. Han puesto un parásito en los niños, y no sabemos si el parásito tiene capacidad de comunicación, por lo que los aliens pueden saber dónde estamos. Y si no es así, los aliens comprenden nuestro sistema neuronal y nuestros cerebros como para manipularlos, así que tanto Carmen como cualquiera del otro grupo si lo han cogido preso, puede delatar nuestra posición.
No hay tiempo para más discusiones, y espero que el militar comprenda la gravedad del asunto. Por suerte para mi el profesor y Tim también están presentes, además de que Lau no es para nada tonto, así igual que Emma. Si cualquiera de ellos no habían caído en el peligro que corremos, espero que mis palabras les hagan reaccionar.
La idea de nuestro particular resultado de leer a Albert Camus de que la radio atrae aliens es bastante absurda dadas las evidencias, pero esto es totalmente viable, de hecho ahora mismo podría haber naves dirigiéndose hacia aquí dispuestas a bombardearnos. Espero que nuestro líder comprenda la gravedad de la situación y actúe en consecuencia.

Observo como muere la chica indiferentemente, aunque en respetuoso silencio. Me preocupa más el haber perdido a la doctora del grupo que otra cosa, apenas llevo unos días con ellos, Amber solo era una cara conocida, demasiado poco como para que su trágica muerte me afecte en demasía.

Ahora, que no soy la única. 

Viendo que Austin está completamente sereno pongo los ojos en blanco en gesto de exasperación. -Después va y arma la de Dios por ver como mato a un desconocido – Pienso al contrastar sus reacciones, la que tuvo cuando maté a aquel psicópata del collar de orejas humanas con la que tiene ahora, sin hacer ni puto caso cuando la que fallece es una, supongo, conocida suya.  

-¿Ves cómo eres una reina del drama?- Estoy a punto decirle en tono desenfadado, pero lo que dice el empollón es lo suficientemente serio e importante como para que me quede escuchando en silencio.

Se lo debemos a Hank y a Carmen -Comento en voz bajita, apoyando la corriente mayoritaria de ir a combatir. Pensaba insistir más y hacer presión pero viendo que casi todos están a favor de pelear, excepto la salchicha peleona, considero oportuno quedarme callada. No tengo mucha voz y voto en el grupo, ni siquiera me dejan llevar armas, nada de lo que yo diga afectará la decisión del te.co.

"- Les habían inyectado algo. "     Comenta el tal Vincent.

"algún organismo capaz de doblegar su voluntad. "   Comentan los demás. Y seguidamente empiezan a buscar guerra. Quieren venganza, quieren atacar... 

*Es un... niño...  que vamos a hacer.. matar humanos infectados?... Un niño  acaba de matar a Amber... Y cuando no sean niños? Usarán armas de fuego? - la situación es horrible y no había sido tan consciente de la realidad del virus como hasta ahora que lo estábamos presenciando con nuestros propios ojos. Si hubiera sucedido ésto durante la noche, habría sido una masacre, porqué ahora??? 

Con la mirada busco a Jackie. Como pudo cambiar tanto algo de la noche a la mañana, era algo que no podiamos preveer. Pero desde luego la idea de marcharnos de aquí cuanto antes era la que más buena idea me  parecía. 

Y los niños...  ... *Que hacemos con los niños?... y Vincent no vino con ellos? como sabe que les inyectaron algo? - había demasiadas dudas cuya respuesta no tenía. Lo único que podía hacer era esperar la reacción de McKnight

Los militares os permiten aprovisionaros.  Si alguien quiere coger algo, corta&pega esta lista tachando o quitando lo que coja.

[color=#FF0000]Armas de fuego:[/color]

2 pistolas Beretta M9 (9mm)

1 revólver Colt (10mm) incautado a Vincent

3 fusiles M16 (5,56mm)

1 fusil M4 (5,56 / Granadas de 40mm)

1 rifle de francotirador Springfield M1A (7.62mm)

1 lanzacohetes M72 LAW1

 

[color=#FF9000]Armas cuerpo a cuerpo:[/color]

6 Cuchillos-balloneta

1 Katana, incautada a Lin.

 

[color=#00AA00]Munición:[/color]

130 Cartuchos 9mm

100 Cartuchos 10mm

750 Cartuchos 5,56

75 Cartuchos 7,62

 

[color=#0000FF]Otros:[/color]

x10 Cócteles Molotov
x5 Granadas de fragmentación
x10 Granadas de 40mm
x2 Cascos de combate
x2 Chalecos antibalas

Al salir y ver los coches no podría evitar una sonrisa boba, pero casi enseguida había empezado el caos, al escuchar que nos darían armas buscaría rápidamente al soldado y tomaría una de las pistolas Beretta M9 (9mm), aun tenía la mía conmigo, pero en este mundo jamas vendría mal tener una extra, y 1/3 de los cartuchos por si alguien mas lo necesitaba, no los iba a acaparar todos, aunque estaba tentada y al ver el chaleco antibalas lo agarraría con dudas, los había visto arrancar cabezas como si nada, dudaba que los fuera a detener pero me vendría bien un poco de seguridad extra, mientras me colocaba el chaleco antibalas me pondría en la linea del coronel, todo lo que sabía de disparar había sido a suerte y verdad y aprender sobre la marcha, pero estaba segura que no era la unica

No muchos reaccionamos para ayudar a la chica pelirroja, solo Samantha se acerca. Los demás... estamos ya empezando a no alterarnos con algunas cosas, demasiadas situaciones horribles vistas. Todos comentamos qué es el virus y qué hacer.

Lau habla y nos cuenta lo que vio, algunos parecen tener dudas pero yo desde luego no, hay que encerrarlos. Veo gestos nerviosos, y el mío es uno de ellos, no se sabe qué haremos y la tensión se puede cortar.

En nuestro grupo todas las decisiones fueron consensuadas... excepto cuando hubo engaños. Pero ahora decide el coronel, y por una vez estoy de acuerdo con él. Ordena partir inmediatamente, sin más. No podía esperarme esta reacción. A decir verdad llevo conmigo todas mis pertenencias, mi teléfono móvil que hace días que no enciendo y estará sin batería y poca cosa más. Me aproximo a un camión. Busco rápido con la mirada... Lau, Emma, Austin, y un poco más allá como un muerto viviente Jon, estamos todos, así que voy a echar pie al camión pero entonces vuelve a suceder.

Da igual no ir a la batalla porque la batalla viene a uno, no necesito que el coronel me diga que he de atacar o defenderme, sé que he de hacerlo. Nos ofrecen todo un arsenal, pero yo decido coger un arma discreta, un arma que he empuñado y me da algo de confianza, una Beretta. Tomo también algo de munición (30). Por último reviso las armas de cuerpo a cuerpo, la katana de Lin... cojo un cuchillo que me puede venir bien, y un casco, como cuando partí la otra vez, lo hago más por superstición que por otra cosa.

Una vez elegido mi armamento, aprovisiono el arma y quito el seguro, un sudor frío me recorre la frente y tengo la boca tan reseca que la saliva casi no puede pasar. Ahí vamos de nuevo - me digo a mi mismo. Cierro un ojo para apuntar mejor como me han enseñado estos días y agarrando con las dos manos apunto y disparo.

El Coronel da la orden, y todo el mundo empieza a moverse. Los vehículos se preparan y todo el mundo va tan rápido como es capaz... y entonces... una bengala roja. Seguida de explosiones de plasma.

*NO!!! - Austin... tenías razón!! - le grito ante el caos que empezaba a formarse. Mucha gente corre, mucha gente se arma. McKnight da la orden de armar a cualquiera que pueda empuñar un arma... miro hacia quien se dirige y Jackie (Champann)  se apresura para entregar todo lo posible gritando y dando órdenes sin parar. 

Por un momento pierdo de vista a todo el mundo. Hay tanta gente corriendo... y me parece ver correr a los 3 niños... *TENGO QUE HACER ALGO. - corro hacia Chapmann que me mira dos veces antes de darse cuenta que soy yo. Prácticamente sin pedirlo verbalmente, agarro un fusil M16, el mismo tipo de arma que usé en las apalaches, y unos cuantos cargadores hasta donde sea capaz de cargar. 

Antes de darme cuenta, Jakie me coloca un casco y me entrega un cuchillo. Nos miramos a los ojos, y antes de poder decir nada, un torrente de manos llegan y empiezan a cogerlo todo. Sin dejar de mirarla, asiento con la cabeza con preocupación y una mezcla de orgullo . *Tenemos que salvarnos. Tenemos que luchar... - me giro antes de que empiecen a humedecérseme los ojos con lágrimas y salgo corriendo hacia las lineas de defensa, preparada para hacer todo lo que sea capaz de hacer.

*Si no ganamos ahora, no importa lo que hagamos, no llegaremos a mañana... . Me coloco junto a Tim, y empezamos a disparar.

  El semblante de Vincent era una oda a lo inesperado esperado y al terror a aquello que sabes de antemano que puede llegar a ocurrir. Él no compartía las ganas de luchar, ni podía pararse a pensar en algo parecido a un enfrentamiento. ¡Los niños! ¡Tuco! Todo pasaba por su mente como fotogramas amarillentos, y se detenía en la sonrisa de Sam, en la mirada de Cass y oía, de fondo, la serenidad de David. Todo eran recuerdos.

 Se llevó las manos a la cabeza, encogiendose, me movía sin saber hacia donde, huyendo de la misma muerte. Explosiones, sonidos extraños que había deseado olvidar, la muerte de nuevo acechándolo. Jadeos y un dolor intenso en el costado. Ni siquiera se sentía descansado. La adrenalina lo arreglaría. Tenía que hacerlo.

 No...no...¡NO! ¡Otra vez NO!

 Se dijo con furia. Estaba harto de las sorpresas, de las emboscadas, de la guerra. No había diálogo, no había opción a un acuerdo, no podía hablar, ni con los suyos ni con aquellos invasores. ¿Cómo podía resolver aquella situación? La respuesta, automática, era simple. No podía, él no podía hacer nada para detener o solucionar aquello. De poco servían las reflexiones sobre causas o principios, sobre la realidad que ahora los golpeaba con proyectiles de plasma o alguna clase de tecnología fuera de su alcance.

 De nuevo la imagen en su cabeza de Vanessa siendo despojada de su cráneo y su espina dorsal justo en frente de él. De nuevo la muerte, avanzando a gritos de guerra y explosiones, como tambores ensordecedores. Vincent gritó, gritó fuerte mientras se sostenía la cabeza y temblaba, no temblaba de horror, aunque podría haberlo hecho, temblaba porque todo escapaba a su control, porque no encontraba la solución, y su cabeza estallaba ante la limitación de las posibilidades.

 Corriendo como alguien que se cubre de la lluvia, siguió sin explicarse como a otros con más templanza que él. 

 Las armas.

 Nunca fueron una respuesta para él.

Pero ahora...

 - Resistir. - se dijo en un susurro ahogado sin sentirse bajo refugio, observando con los ojos temblorosos las armas del arsenal.

 - Sólo podemos resistir.

 Y no era un mensaje que se diese a si mismo en vano, un mensaje pesimista, al contrario, era trementamente optimista. No tenían más remedio. Por eso, lo harían.

 Sin explicarse como, su reacción natural fue escoger aquel rifle de francotirador.

 Busca un sitio seguro. Y protegelos.

 Grité de nuevo, como cuando uno grita para espantar el miedo. El cuello alzado y la vista en busca del mejor lugar entre cascotes y escombros. Recogía munición en los bolsillos del abrigo que Sam le había devuelto. Tengo que hacerlo.

 Se convenció.

 Era el momento de defenderse, no de atacar. No quieres luchar. 

 Pero...¡tienes que hacerlo, maldita sea!