Partida Rol por web

Los ojos de Aaron se abrieron cada vez más conforme avanzaba con las cintas... su culo se cerraba a la misma velocidad, acojonado con lo que estaba presenciando. Los dedos comenzaron a tamborilear sobre la mesa, en un gesto nervioso que creía haber aprendido a controlar hace años...

Cuando la sangre comenzó a moverse se incorporó de un salto, tirando la silla en la que estaba sentado.

¿Qué cojones eso? ¿QUÉ COJONES ES ESO?

Señaló con el dedo a la pantalla, mirando a Danny, luego mirando a la pantalla y parpadeando varias veces. Lo de los infectados había podido asumirlo, más o menos, algún agente de arma química, pero... ¿la sangre comiéndose su propio cuerpo? No estaba preparado para algo así, ni de coña.

Respiraba mucho más rápido, y miró a la puerta que había dejado abierta, se acercó y la cerró de un fuerte portazo, negando con la cabeza.

Esto no está pasando.

Murmuró mientras rebobinaba de nuevo la cinta para cerciorarse de que lo que había visto era real, de pie...

Esto es un puto montaje... su actitud se volvió más agresiva cuando encaró a Danny ¿qué coño de broma es esto? era más fácil tener a alguien a quien culpar, a quien enfrentarse, había visto a los infectados con sus propios ojos, no sólo en las cámaras de seguridad, pero eso no era suficiente.

— Buena idea — Le digo a Duncan cuando me sugiere que me cambie de chaqueta, y me vendría genial en este caso la de algún preso si éstos que están aquí no se les ha ido también la olla por lo que me han contado estos dos. Mientras nos deslizamos con cuidado, yo me voy retirando la camisa quedándome momentáneamente en camiseta sin mangas de color blanco, de esas interiores y si encuentro alguna prenda cercana, aunque sea de un preso muerto me la pongo.

Lo que me interesa del vestuario es la posibilidad de que consiga un arma con el que defenderme — No — respondo en un susurro a la chica asiática en el tiempo que nos adentramos en el habitáculo destinado al descanso del personal de la prisión. No dudo en dirigirme hacia la nevera para ver qué nos podemos llevar porque si estamos en esta nefasta situación, lo primero que van a volar de los supermercados son los alimentos... en el caso que hayan más supervivientes claro, pero no me gusta arriesgarme. Voy guardando lo que encuentre, dejando así a Duncan y a Yu-ri a que continúen explorando el lugar. 

La ostia puta... dice Dani con los ojos como platos mirando fifamente las imagenes increibles que se sucedian en el monitor de vigilancia.

Que cojones es esto?

Vio junto Aaron las decenas de pases de las mismas imagenes. De aquella mancha de sangre que cobraba vida y fagocitaba a los cuerpos muertos.

Aaron parecia muy nervioso. Sin embargo, Danny estaba mas aturdido que tenso. Aquello era dificil de asimilar y desde luego, si era una broma, era la broma con menos gracia de la historia de las bromas.

No lo se tio - contesto a Aaron. Esto es la ostia...

Y tras un segundo continuo diciendo...

Igual la pregunta es, que demonios es ese polvo azul que cae del cielo y que parece ser el detonante de todo esto.

Estudio el plano de la prisión memorizando varias formas de llegar hasta allí, así como todas las salidas una vez dentro. Cuando estoy segura de que sabre llegar incluso aunque tengamos que cambiar la ruta, me vuelvo hacia Duncan y Steve esperando a que cojan lo que puedan necesitar, mientras ojeo en busca de cualquier cosa que pueda servirme si tengo que atender algún herido, o incluso comida.

Volvió de nuevo a mirar el video en un vano intento de tranquilizarse, pero las palabras de Aaron no ayudaban, aunque más que ponerlo más nervioso, lo que hicieron fue acojonarlo. Estaba aferrado con fuerza al respaldo de la silla, detrás de ella, sin sentarse, negando con la cabeza la realidad que tenía delante.

Estaba haciendo un gran esfuerzo por contenerse, por no liarse a golpear y destrozar todo lo que tenía a su alrededor.

!Joder!

Gritó finalmente liberando parte de la tensión a la vez que empujaba la silla hacia adelante, de tal forma que esta golpeó la mesa, quedándose a escasos centímetros del monitor.

He oído de agentes químicos que pueden volver locos a la personas señaló la pantalla drogas y cosas raras pero... suspiró sonoramente lo que hace esa sangre... por eso no hay ni un puto rastro.

Caminó por la sala, frotándose los ojos con la mano, sino se relajaba no iba a conseguir nada, aunque tampoco tenía claro que esperaba conseguir.

Su puta madre... esto... esto es una puta mierda.

Nunca había visto nada como esto, no sabía como reaccionar, no sabía que hacer, joder, estaba asustado, había que ser muy estúpido para no estarlo.

Asiento en respuesta al reconocimiento de el guardia y sigo a mis compañeros intentando hacer el menor ruido posible. Al igual que Yu-ri, voy fijándome a mi alrededor por si veo algo que pueda serme de utilidad, en particular componentes electrónicos que pueda usar para comunicarnos.

- ¿Los guardias usaréis walkies, no? - le pregunto en voz baja a Steve, pensando en la potencia necesaria para recibir señales en distintas frecuencias. - Es probable que encontremos alguno también los vestuarios - digo sabiendo que quiere ir allí para buscar un arma.

Ostras!!! Pifia brutal! No me dejes ciego en un apocalíp`tico, por favor!!! :D

Danny compartía la frustración de Aaron, aunque no lo exteriorizaba de la misma manera. Miraba los monitores buscando inútilmente algo que a Aaron se le hubiera podido escapar. Nada. Nada llamaba su atención.

Debemos tranquilizarnos - dijo en un susurro, como intentando no alterar más a su compañero.

Busquemos un lugar caliente y seguro donde pasar la noche. Mañana cogemos algunas provisiones y nos largamos de aquí. El movimiento es vida.

Quiero revisar esto más a fondo.

No iba a poder dormir demasiado con lo que había visto dándole vueltas por la cabeza.

Intenta comprender aquello que temes.

Joder, recordar frases de un puto yonqui no tenía que ser una buena señal, en absoluto, pero el caso es que era lo único que se le ocurría. Se había despejado de golpe con lo que había visto, y además se había pasado gran parte del día amodorrado.

Además, este es un buen sitio, es lo más defendible, podemos traer alguna colchoneta y sacos de dormir.

Al menos se quedarían hasta el amanecer, eso parecía claro, y eso le daba tiempo para revisar de nuevo las grabaciones.

Se estaba esforzando en asimilarlo, y por primera vez, se alegraba de no estar a solas. 

El joven escritor venido a menos echo un vistazo a su alrededor. Ciertamente, el sitio parecia seguro, pero era tambien una ratonera. Sin salida. Si por alguna casualidad eran atacados por alguien o ... ... algo, aqui no tendrian via de escape. Pero en realidad, la situacion les superaba. Lo que quiera que estaba ocurriendo escapaba a su comprension y ciertamente, no parecia haber lugar seguro en ninguna parte. Asi que Danny decidio no discutir con Aaron.

Me parece buena idea. Voy a por unos sacos de dormir y algunas provisiones.

Vuestro revisionado de las grabaciones no aporta nada nuevo. Solo encontráis nuevos ángulos y tomas de lo que ya habéis visto, una masacre rápida que termina con casi todas las personas que había en el centro comercial. Sabéis que hubo supervivientes porque sois vosotros.
Hay muchos puntos ciegos, las cámaras no graban la totalidad del centro ni el interior de las tiendas, lo cual deja un área enorme sin poder observar.

Danny se marcha armado con un taser, puede que no sirva de mucho si aparece una de esas cosas pero es mejor que ir desarmado.

Aaron se queda solo, volviendo a ver algunas escenas de la noche anterior y vigilando el avance del escritor a través del desértico centro comercial.
Tras unos minutos observa algo moverse en la entrada principal, sobre las puertas derribadas se abre paso un animal. Parece tratarse de un perro, avanza torpemente siguiendo algún tipo de rastro. Puede que perciba un olor a comida que vosotros no sois capaces de oler, el caso es que el animal comienza a merodear por la planta baja del centro.

Vuestro revisionado de las grabaciones no aporta nada nuevo. Solo encontráis nuevos ángulos y tomas de lo que ya habéis visto, una masacre rápida que termina con casi todas las personas que había en el centro comercial. Sabéis que hubo supervivientes porque sois vosotros.
Hay muchos puntos ciegos, las cámaras no graban la totalidad del centro ni el interior de las tiendas, lo cual deja un área enorme sin poder observar.

Danny se marcha armado con un taser, puede que no sirva de mucho si aparece una de esas cosas pero es mejor que ir desarmado.

Dejas a Aaron revisando una vez mas las grabaciones. Posiblemente te vigile a través de las cámaras, aunque no parece que sea necesario en vista de lo vacío que está el lugar.
Visitas una tienda de pesca y aventura donde no tardas en hacerte con un par de sacos de dormir bastante buenos.
Después subes hasta la planta de restauración en busca de algo de comida, por puro ahorro de tiempo optas por un par de cubos de pollo. Incluso frío seguirá siendo comestible y no tiene nada que se pudra si no lo coméis de inmediato.

El centro comercial, o al menos la parte por la que te mueves, continúa en completo silencio. El leve zumbido de la calefacción, algo que con clientes no se oye, es lo único que suena además de tus propios pasos.

Además de comida busco también un arma cuando veo a la chica asiática fijarse en la l plano del edificio y Duncan me pregunta sobre walkies.
- Sí, y esos mal nacidos también me lo quitaron - le respondo con la l mismo tono de voz baja pero se me nota irritado cuando recuerdo lo ocurrido. - Debe quedar alguno en alguna taquilla, no podemos tener tanta mala suerte. - digo siguiendo con la exhaustiva búsqueda. No soy muy delicado buscando pero intento hacer el menor ruido posible.

Mi siguiente movimiento es dirigirme a los vestuarios para ver si vemos algo de utilidad.

Danny tiene la tentación de bajar al parking, de explorar la zona de escaleras, de buscar en los recovecos del centro comercial algo de vida. De buscar respuestas... Pero el solo hecho de recordar lo visto en las imágenes de las cámaras de seguridad le hace cambiar de opinión.

Déjate de hacerte el héroe...

Lo que no puede evitar es visitar los baños. En su cabeza imagina la cantidad de metros cuadrados abandonados: cines, tiendas, supermercados... Se siente agobiado por la inmensa soledad y en su interior agradece estar acompañado por el misterioso Aaron.

Vuelve con las provisiones lo antes posible al lugar de origen.

Al entrar en los baños no puedes evitar mirarte en los espejos. Tu aspecto es el de alguien cansado, preocupado y algo nervioso. Si bien no dista mucho de tu imagen habitual durante los últimos meses es evidente que los motivos han cambiado por algo que te sobrepasa considerablemente.

Mientras sales de los aseos escuchas un ruido. El eco te impide conocer su procedencia exacta, pero no suena muy lejos. Cuando se repite confirmas que se trata del ladrido de un perro, y no uno pequeño precisamente.
Es entonces cuando eres consciente de la cantidad de animales domesticos que hay en Anchorage, pero lo que realmente representa peligro son aquellos que habitan en el bosque y que no se adentran en la ciudad por la presencia humana, justamente eso que ahora se ha perdido.

Procurando no llamar la atención registráis la sala de descanso y los vestuarios del personal. En una mesa, sobre una serie de cargadores, hay media docena de walkie talkies con una pegatina que identifica el aparato con un numero.
De la pared cuelga un botiquín, su contenido apenas sirve para pequeñas heridas y daños menores. En caso de necesitar asistencia medica hay una enfermería completa en la prisión.

La revisión de las taquillas es una tarea difícil. Las puertas son metálicas y forzarlas sin herramientas es muy difícil. Se puede hacer palanca con algo pero el ruido sería considerable, sobretodo teniendo en cuenta que el silencio reina en la cárcel.

Los pocos ruidos procedentes del despacho del alcaide han cesado. Desconocéis si siguen allí los dos hombres, se han marchado o simplemente no están formando tanto alboroto.

Por un momento Torrance valora la posibilidad de acercarse al sonido y comprobar la identidad del emisor.

Es un perro seguro... Igual puede sernos útil.

Danny no pertenecía precisamente a esa corriente que tan de moda estaba que igualaba el status de los animales con el de las personas. Si el perro estaba herido o tenía hambre no dudaría en morderle. Y lo último que necesitaba ahora era una mordida infectada de un animal. Cuando por su cabeza pasó la posibilidad de que en vez de un perro doméstico se tratara de un lobo salvaje... no dudó en salir de los baños rápidamente en dirección al lugar donde estaba Aaron. Tenía que informale del hallazgo. Si la situación era esa, necesitarían un refugio mejor.

Mientras regresaba, intentando no alertar al animal que emitía los ladridos, sopesó la posibilidad de realizar una parada en una farmacia o parafarmacia. No estaría mal meterse en los bolsillos algunas vendas, agua oxigenada, paracetamol y algún antibiótico de amplio espectro... Busca en su cabeza si le suena haber visto algún establecimiento de ese tipo en el Centro Comercial.

"¡Al fin", pienso al ver los walkies. Los cojo, junto a algunos cargadores y le doy uno a cada uno de mis compañeros. Guardo tres en la mochila y me cuelgo un tercero en el cinturón tras comprobar que está en silencio. - Luego tendremos tiempo parar probarlos - les susurro a Yu-ri y al guardia.

Observo un momento las taquillas, sabiendo que mi compañera no tardará en impacientarse para ir a buscar a su hermano. Los mecanismos de esas cerraduras suelen ser bastante sencillos, pero mi conocimiento teórico sobre ellos es muy diferente a mi habilidad para forzarlos. - Puedo intentar abrir alguno, si queréis... - susurro sin demasiada convicción. - Aunque no deberíamos entretenernos demasiado.

Espero a que los demás decidan qué hacer mientras miro el walkie con atención, comprobando si tiene batería para ser utilizado.