Partida Rol por web

Algo indignado por la actitud del agresivo Piet, Ian me acerco al médico tomándolo del hombro - Gracias, habeís hecho un buen trabajo con Sir Piet tal como lo hicisteís conmigo, es bueno contar con vuestros servicios - acto seguido miro con una decente soberbia a los ojos de Piet - Bien mi señor, si se presenta esa oportunidad, realmente espero que podamos trabarnos nuevamente en combate y sea tanto o más digno que el de hoy pero más importante, más duradero para darle gusto a los vasallos que esperan ver un buen espectáculo nuestro - después de decir esto inclino mi cabeza en señal de despedida y abandono la tienda para ir a ver los combates de mis hermanos

Ojalá así sea Sir Ian.

Inclino mi cabeza en señal de respeto, y de despedida.

Ian sale de la enfermería, con un semplante algo apesumbrado, aunque nada para alarmarse, y se dirige con sus hermanos, el combate todavía no empezó.

Al salir y encontrarse con sus hermanos, Ian empieza a escuchar que ya hablan de él, levanta su mano y sonríe al público galántemente y acto seguido se sienta junto a sus hermanos - Bien muchachos, ya he hecho mi parte, qué esperaís para hacer la vuestra?, o vaís a dejar que me lleve todo el crédito y aplausos hoy? - sonreía pícaramente a sus hermanos sabiendo que esto último los empujaría a combatir

-¡MI TURNO! -gritó a todo pulmón acercandose con ursa en mano y un escudo bien forjado en hierro. Bajó la voz y continúo hablando- Me gustaría desafiar a Sir Humberland si es que está disponible. Sino pues, lo que haya...

La verdad y para variar estaba algo ignorante de algunas cosas, no porque no se las hubiesen explicado, sino por despiste propio. No estaba seguro de si el mismo que le había derrotado ayer estaría hoy entre los presentes, pero no perdía nada con llamar a una revancha.

Obviamente que estoy disponible pequeño señor, ¿pero el recuerdo de ayer no te hace elegir otro contrincante?, no hay problema entonces, te volveré a derrotar... mira a Ursa algo afligido Pero espero que la intención no sea una Justa a muerte, no tengo ningún interés en darte salida de este mundo por mi mano, esto es combate por honor y gloria, no por sangre ni justicia.

En ese momento te das cuenta de que agarraste las armas de combate, tu escudo y tu nueva espada, se ve que ansías usarla, pero en el torneo solo puedes usar armas y escudo de madera.

-Lo mismo digo, ehh...esto lo traía para la suerte -comentó dandose cuenta de su acto. Dejó a ursa junto con el escudo cerca de sus hermanos, en el asiento que había estado ocupando y pasó a recoger las armas "de juguete" que estaban dentro de las reglas del mismo.

-Tranquilo, soy yo el que no tiene intenciones de lastimarte -demasiado- Sir Humberland. Con mi victoria hoy quedaré a mano contigo por el "favor" de ayer

Hablaba con una amplia sonrisa, se notaba confiado a redoble hoy. Aunque quizá solo fuera para intimidar.

Una vez listos, ambos caballeros pasan a la arena, es un día soleado, y la gente hace notar su calor, grita y aplaude, y es evidente que está del lado del James, parece que lo conocen.

Parece que el pueblo te quiere Sir James, ¿te consideran como a un igual?- Pregunto mientras camino en derredor tuyo, como estudiando tus movimientos.

Vos observas los míos, se nota la experiencia, en el porte del escudo, en la pocición de la espada, algo retrasada con respecto al cuerpo. Mis ojos no miran tus armas, miran tus ojos, pero ven tus movimientos.

En un momento, Humberland parece decidirse a atacar, apoya el pie trasero con fuerza, baja la espada, y cuándo se dispone a atacar, resbala con la arena, abriendo visiblemente la defensa.

El público exclama, y ríe.

-Pues hasta hace poco no era ningún caballero. No veo porque ahora, al serlo, deba haber distinción alguna.

James no se hizo esperar. Al ver aquel resbalón se adelantó esgrimiendo la espada de madera. Como había soñado la noche anterior que lo hacía con Ursa. Descargó sendos golpes en el hombro y el torso, dejando entrever su fuerza nacida de la voluntad de victoria que había demostrado hasta entonces. El escudo en el brazo opuesto al de su espada estaba practicamente de adorno para él.

Tras patinarme y quedar desprevenido, James me ataco demasiado confiado, y aunque me dá en el peto de lleno con su espada de madera, no logra tirarme, me salve.

Inmediatamente después de recibir el ataque, me lanzo como un bruto contra mi rival, las risas de la gente me ponían muy nervioso, y encima estaban todos de su lado. Ataco elevando mi espada y moviéndola en sentido decendente, pero James levanta el escudo, y mi espada de en él como una gota de agua, ni lo muevo, y quedo en desventaja nuevamente para un contragolpe.

Cruzó mirada por un segundo con su rival. No estaba enfadado con el caballero por haberle derrotado ayer, pero si algo enfurruñado por sus burlas. Sujetó la empuñadura con fuerza, y con el impulso de la misma  procuró propinar un golpe inicial para apartartle de si. Se adelantó a la par que Humberland retrocedía y propinó un golpe ascendente en el torso nuevamente, y un segundo en el mismo sitio con igual fuerza que el anterior.

Luego se apartó con agilidad, observando si Humbreland aún tenía ímpetu de seguir enfrentandole.

Me dá un segundo golpe, esta vez en el yelmo, haciendo girar mi cuello demasiado, produciendo un dolor insoportable, lanso un corto pero fuerte grito.

La gente aplaude el golpe, y grita por James, esto está casi perdido..

En un último intento por vencer al jóven caballero, tiro el escudo a un costado. Y agarro con ambas manos la espada, la elevo y ataco con todas mis fuerzas.

La multitud exclama exaltada.

Aquello tomó por sorpresa al aguerrido jovenzuelo. Aquel fuerte golpe, dirigido por la fuerza de ambos brazos de Humberland cayó cual guillotina sobre su hombro derecho y por poco le hace soltar la espada que sostenía en esa mano. Dio un traspié pero no cayó, manteniendose firme. Aferró la empuñadura del arma de madera tal cual un naufrago de aferra a una tabla y se impulsó hacia adelante, con la espada al frente a duras penas. Le daría el ultimo golpe para proclamarse victorioso a como diese lugar.