Partida Rol por web

Por alguna ley no escrita que no entendía la barquita no había sido derribada, como si esa fuese una norma que no pudiera alterarse. El barco no parecía estar proteguido por esa suerte de norma. Ni su capitán. Horrible. Demasiado realista para ella.

—¿Has visto el tamaño de eso, Beanny? Es como una mezcla de tren de mercancias y pececillo con muy mal rollo.

Arrugó el rostro. Eve e Ismale estaban varados, a su merced.

—Escucha, Beanny. Tengo un plan, es en dos partes. ¿Entiendes? Primera parte. Voy a disparar a esa cosa. Voy a atraerla hacia nosotros. Es la primer parte del plan, evitaremos que se coma a Eve y a Jonathan —guardó el arco, le parecía ridículo. Sacó las pistolas, puede que no hubiera una oportunida mejor —. Respecto a la segunda parte del plan. Esa te toca pensarla a ti.

Estiró las manos, apunto, disparó a la cabeza. Una criatura tan grande era un blanco fácil.

Los cañonazos parece que no se me dan tan mal como imaginaba, pero la gran bestia devora al capitán y destruye nuestro barco. Al salir despedidos del barco caemos Eve y yo a merced de la gran bestia.

Levantándome con gran dolor en todo mi cuerpo colocándome con estilo mi sombrero Salacot, y una sonrisa tratando de simular que no estoy tan dolorido me coloco delante de Eve, princesa pregunta a Ramsey si puede tomar un cuerpo, es una momia y algunas pueden hacerlo... tenemos que ganar tiempo.

Indy había acertado con uno de los cocodrilos que perseguían a la delfina, volándole la tapa de los sesos de forma extremadamente grafica para el gusto de Bastian. Y sin embargo, no era suficiente porque en lugar de comerse a su congénere que estaba ahí sangrando, los reptiles que los seguían, continuaban yendo a por la casa de la Delfina, Winterina. Maldita sea. ¿Cómo podía enfrentarse a todo esto? ¡Como era que la delfin no aventajaba a los cocodrilos! ¡Donde estaba la lógica en todo esto! Aquí ocurrían cosas, que sobrepasaban cualquier expectativa de videojuego. Era… era demasiado. Durante varios segundos, Bastian se sintió sobrepasado, abrumado. - ¿Por que? ¿Por que pasar por todo esto…?- Y una voz, lejana, tranquila, llena de seguridad, le respondió con una voz, ligeramente socarrona. - Fama y Gloria, Muchacho, Fama y Gloria – En ese momento, uno de los saurios fue a por winterina, mordiéndola y haciéndola perder sangre y algo de carnita. El salió volando, para caer completamente dado vuelta… lo que en cierta forma era mejor para poder defenderla. - Adios, deberias haberte extinguido despues del paleozoico!.- Dijo, y le disparo al Saurio mas cercano, acertandole, acto seguido, le disparo al otro, al que estaba herido, tan rápido que no supo si había acertado. Y fuera cual fuera el resultado, le dijo a la Delfina. - No se porque estas aqui, pero mis amigos estan alli atras, asi que vamos a ir a ayudarnos los dos juntos o ire solo y lo que me pase estará en ti! -

El bote no quería ir adonde yo quería llevarle, ¿o era yo el que no sabía donde llevar el bote? El caso es que dábamos vueltas como una peonza en el agua y la corriente nos arrastraba hacia algún lugar lejos del barco. Lara disparaba flechas como una auténtica experta, alcanzando a algunas bestias prehistóricas. Pero todo se torció. Una de aquellos monstruos, de un tamaño bestial, se zampó de un bocado al pirata risueño; también hirieron de gravedad a la delfina; y para rematar, el papá de todas aquellas criaturas emergió para lanzar de un pestañeo el barco pirata y mandarlo a hacer gárgaras. Éste rompió con estruendo en la selva, dejando tirados en la playa a Jonathan y Adéle. La supercriatura se acercó a ellos para merendárselos. ¡Pobrecillos!

-"¡Pi pirupupú pipapipú!" Le dije a Lara cuando ésta me habló de su plan.

Indiana estaba intentando sostenerse en la delfina, los otros dos estaban tumbados al sol del final boss. ¡Solo quedábamos nosotros! Intenté remar más fuerte y en dirección a la playa, pero la corriente era muy fuerte. Además, que las vueltas en redondo se hacían más rápidas y me estaba mareando, así que finalmente dejé de remar. Miré a Lara, alta, esbelta, poderosa...

-"PUM, PUM." Resonaron los disparos.

Si la criatura iba a venir a por nosotros, qué mejor que nos arrastrara la corriente hacia lo desconocido. Aunque un ruido terrible resonaba allá a lo lejos. ¿Qué sería? Bueno, me daba igual, total, si estaba aquella mujer, aquella heroína a mi lado, nada me pasaría. Miré a Lara con adoración. ¡La idolatraba!

-"Laraaaaa." Dije despacio y en voz baja.

La acción se reveló frenética y aturdidora para los monos aulladores, testigos apostados en las copas de los árboles. Inaudito lo que veían sus grandes ojos. Una Lara Crof que abría fuego con sus dos pistolas contra la inmensa Bestia marina que pretendía comerse a sus dos amigos. Mientras que BastianJones usaba a su alter ego como un acróbata circense, volando, cabriolando en el aire denso de la jungla sobre el río, impulsado hacia la Cosa del Río, por la cola de la delfina. ¿Qué había sucedido? Que Winterina no estaba dispuesta a dar media vuelta ni por el delfín más atractivo del mundo, pero sí que impulso a Indy con la cola por el aire, justo después de que este diese buena cuenta del último perseguidor del mesozoico. O algo de eso.

Las cristalinas aguas verdosas del ancho río se teñían de rojo. 

Fue desmedido el movimiento y dinamismo trepidante y tremendo que se dio en esos pocos segundos en la orilla. Larita, animada por su alelado novio, descargó tres tiros contra Gozzila del Monster Hunter o del God of War, que se abalanzaba sobre Jonathan y Adèle. Nina debía de estar activando las teclas de manera frenética. De aquella garganta colosal surgieron aullidos de dolor y  a la vez grotescos rugidos de satisfacción cuando levantó sus zarpas para aplastar a periodista y caballero.

-¡Yo no soy hechicero, ella tiene ese poder!- gritaba la momia hacia el mujeriego, ladronzuelo, catador de whiskis y cazador de tesoros. 

Los ojos rojizos del megaboss estallan en rojizas ascuas por los impactos de la pistola y también dejaron marcas en su cutis y poco más. Enfurecido hasta la indecencia lanzó un zarpazo que no acertó a nadie. Y otro.  Muy rápido y vivaz brincó Indy, trepó con la ayuda de látigo fiel, sin miedo le disparó a bocajarro una bala en plena frente. De allí salto una piedra rojiza. Pero Indy fue tragado por el bicho, desapareció, engullido por las fauces del pequeñín. La gema que brotó de la testa del dragón saltó hasta caer en las manos de la ex primer oficial, un tanto atontada por la situación. Se trataba de un rubí del tamaño de una pelota de ping pong y con aroma y textura de gominola de fresa.

El monstruo estaría cegado pero sin duda se guiaba por otros sentidos. Parecía acabado, el cerebro hecho añicos, pero todavía en pie.

-¡Corred, corred, insensatos! gritó, apurado, Ramsey, incitando a la carrera hacia las entrañas de la selva

Y vosotros, Adèle y Jonathan, por pura inercia, y para salvar el pellejo, a correr selva adentro, comiendo ramas, hojas, raíces y bichines insectoides voladores, perseguidos por los bramidos y quejidos del boss molón y comilón.

Lara y Mr Bean se alejaban, arrastrados en su bote, aumentando la velocidad, más adelante de ellos, la delfina. Tras Wimperina se extendía una ligera mancha de la sangre que soltaba por la herida. Y más atrás se observaba más escarlata…quizá de los monstruos monstruosos. El cetáceo se sumergió saltando con un picado en las profundidades del río. Más adelante, aquel ruido sin duda es el fragor de las endemoniadas cataratas que ya se atisban...Y, ¡plof! , Indy reaparece en medio del bote, despistado, atolondrado, enterito, algo aturdido tras la experiencia de ser masticado y tragado por una criatura de leyenda. En su antebrazo quedaban una sola franja de color verde (y el equipo completo).

Las cataratas llegan. Mejor dicho, vosotros a ellas.

Y antes...Terrible embestida de un reptil marino a la barca, Indy Y Lara aguantan, sin embargo el debilucho inglés al agua que se va, un nuevo baño, que Teddy ya está harto. Mr Bean ve pasar la parca de cerca, traga agua y se encoge su cuerpo a la visión de los brazos envolventes del enorme salto de agua.

Su primer instinto fue correr. Correr y correr y luego seguir corriendo. Eve sabía que su personaje nada podía hacer contra esa criatura, tan solo sería un estorbo para sus amigos. Se adentró unos cuantos metros en el bosque, lo justo antes de que la falta de aliento la obligara a pensar en lo que hacía. Miró a sus manos, tenía una gema con forma de corazón ¿qué era esto?

-Ramsey te paso una cosa, a ver si sabes qué es...¿qué quien tiene qué poder?- preguntó recordando de golpe las extrañas palabras de la momia en su mochila. Sin duda la cabeza de cecina había tragado demasiada agua y no sabía lo que decía. Adéle mete la gema en su mochila y permanece atenta a lo que su antediluviano acompañante pudiera contarle pero entonces se percató de que sus compañeros no les habían seguido.

-Maldita sea. No debemos separarnos. Tenemos que volver, vamos a la orilla, no podemos abandonarlos.- le apremia a Jonathan. Todo sucedía demasiado deprisa, no tenía tiempo para observar la situación ni de pensar un plan...¿qué rayos iba a hacer? Pensaba mientras volvía sobre sus pasos en pos de sus amigos y de una manera de ayudarles para que no cayeran a las cataratas. Busca una soga, tal vez un trozo de tabla del barco, lo que sea que pueda lanzar al agua y atar a un árbol o...lo que sea ¿una liana?

-Ramsey si tengo poderes es un buen momento para decirme cómo se usan ¿sabes?- le reprende a la momia con un poco de acritud.

—Cuanto más grandes son, más ruido hacer al caer. ¡Yaaaaaajuuuuu!

Habría sido una victoria completa si esa cosa no se hubiera comido a Indy. Un solo bocado, adiós. Sintió un nudo en el estómago. No quería estar allí, ella no era intrépida, ella no era valiente. Vio la cascada. No podrían remar, tampoco nadar. Detalles, prestó atención a todo, especialmente al miedo que sentía galopando sobre su pecho. Detalles; el corazón, el monstruo, la aparición de Indy, seco y repleto.

Una vida. Una vida y… ella no era valiente, no era esa clase de chica. Ella siempre se escondía detrás de tipos grandes, la cuidaban como a un trofeo. Siempre era una comparsa, bailando las mismas canciones, cantando las mismas letras. Los pompones siempre con la misma cantinela. Pero más allá de su miedo se encontraba su preocupación por Bastian. ¿Cómo debía sentirse? Ella querría un abrazo y escuchar que todo saldría bien.

—Todo saldrá bien —difícil de creer con esa cosa tratando de hundirles y la cascada tan cerca —. ¡Beanny, tu plan ha funcionado! ¡¿Pero por qué te has caído al agua?!

Celebró, luego miró a Indy…no a Bastian, a los ojos, colocó su mano sobre su hombro.

—Saldremos de aquí. No te preocupes —dijo acariciando la línea de su brazo —. Aunque pierdas tu última vida el amor verdadero puede darte una nueva oportunidad. O sea, ¿He dicho yo eso? ¡No me lo puedo creer! Es fuerte, fuerte, de veras. No es cosa mía, ¡Promesa! Me lo dijo esa señora tan desfasada con un problema para elegir colores que conjunten. También tenía un problema con el juego, estaba obsesionada con las cartas. No me dejó en paz hasta que elegí una. Y…valeeee, no es el momento.

A Beanny se lo llevaba la corriente. Y tiro porque me toca.

—Las líanas, Indy.  Puedo lanzarte, ¡Puedes alcanzarlas! Si luego me lanzas tu látigo podré subir yo también. Entonces solo tenemos que ir deslizándolos elegantemente hasta quedarnos sobre Beanny. Yo puedo descolgarme y atraparle si tú me sujetas*.

No me da pena para nada que se coman al monta peces, pero si me da pena que le pase algo a Lara, mister bean o Adèle. Saber ahora que Eve es una bruja me hace sonreír, claro bruja, le respondo positivamente con animo ante su valor y que asume un riesgo por ayudar al resto. ç

Tratamos de distraerle y pasamos, cogiendo una piedra del tamaño de un puño la lanzaré a un lado del dinosaurio para captar su atención mientras intentamos reunirnos con nuestros compañeros. Dame la mano que no nos separemos, le ofrezco la mano que no llevo la roca de distracción para no separarnos y llegar los dos con mas seguridad.

Indiana respawneo en un bote a toda velocidad hacia una cascada… bien podía Jumanji haberlo dejado en un lugar más seguro o haberle dado unos segundos de invulnerabilidad. Sin embargo, no parecía que eso fuera a ser posible.
Tomo un remo, pero se dio cuenta de que no sería posible desviarse del curso del rio.

Había decidido lo que había hecho, era su deber y además había querido hacerlo, Indy había querido hacerlo y Bastian también, Ambos se preocupaban por los amigos. Y estaba satisfecho de pagar el precio por salvarlos.

- No estoy preocupado, y tampoco tengo miedo. – Era verdad, en los ojos de Bastian- Indiana había una extraña serenidad, confianza. No quería decir que se había rendido, solo que si pasaba lo peor, estaba listo para afrontarlo.
- Buena puntería con el monstruo por cierto. No entendí nada de lo que dices, pero seguro tendrá sentido si me lo explicas con calma. Si me disculpas, pondré mi atención en salvarnos. – asintio al plan -Muy bien, es un plan. Voy a por ello. -

Se puso de rodillas en la barcaza, para coordinar con Lana el momento de saltar a las lianas. Y otro ojo en Mr Bean, para poder agarrarlo con las manos o sacarlo del agua, o algo. Pero para poder rescatarlo, ahora tenia que priorizar agarrarse a una liana el primero.