Partida Rol por web

Luego de abandonar la taberna y recorrer las calles de Edoras, finalmente llegas al lugar de trabajo de tu padre, el cual se ubica relativamente cerca de entrada a la ciudad. Atando las riendas de Vilfar a un poste cercano, ingresas al lugar y encuentras a tu padre dándole heno a los caballos aunque al verte, se detiene y se apoya en la horquilla que estaba usando.

-Por favor, dime que no estás en problemas, ya tengo demasiados con todo este jaleo que hay en la ciudad -te dice Déorgar- ¡Bah, da igual! Me alegro de verte hijo.

Tras recibir un rápido abrazo de tu padre, comienzas a preguntarle como está tu familia pero Déorgar no tarda en interrumpirte y entregarte la horquilla, diciéndote que te lo dirá mientras le ayudas con el trabajo. Sabiendo que no tienes otra opción, comienzas a mover el heno mientras que tu padre agarra una segunda horquilla y empieza a trabajar a tu par, contándote todas las novedades. Según sus palabras, tu madre está bien y ahora mismo se encuentra en la casa mientras que tus dos hermanos se encuentran en la granja que la familia tiene fuera de Edoras, ocupándose de la caballada. Por otra parte, tu le cuentas todas las aventuras que has vivido pero por el gesto en el rostro de tu padre, es muy posible que no te crea ni la mitad de lo que has dicho.

Cuando finalmente terminas con tu trabajo, tu padre y tu se sientan en un banco cercano y bebes un poco del odre con agua que este te entrega.

-Dengal, has vuelto, me alegro de verte -te dice una voz.

Al girarte descubres que se trata de Haled, un chico de unos trece años algo risueño que también vive en Edoras y que ayuda a tu padre con el trabajo en la caballeriza. Dejando en un costado los cubos de agua que acarreaba, el muchacho se sienta junto a vosotros.

-¿Qué te trae a Edoras? ¿Vienes por el trabajo que ofrece el magistrado, verdad? -te pregunta Haled con bastante curiosidad- De seguro tu serás más que capaz de acabar con los ataques, y además hacer una buena canción sobre ellos -dice el muchacho con una amplia sonrisa.

Eothred observaba su jarra medio vacía y no decía nada. El Valle Sagrado y el Sagrario formaban parte de las tierras del Rey, asi que Eothred conocía los conflictos entre el segundo y tercer marshal de Rohan, pero nunca se había visto involucrado en ellas personalmente. el Valle Sagrado era relativamente tranquilo en este aspecto, al no se runa zona muy activa militarmente y donde las pasiones tendían a ser más sosegadas. En la granja de su padre no se hablaba bien de Fengel, el antiguo rey, aunque nunca frente a foráneos, y sabía que eso es algo que debia mantener. Aun siendo muy bocal en sus opiniones, había aprendido a coscorrones que incluso mejor callar en algunas ocasiones. Como el posadero, su familia consideraba que el rey Fengel habia hecho un triste servicio a Rohan enfrentando a sus marshalls entre si. Quedaba por ver qué hacia el nuevo rey, pero no se esperaba mucho de él, siendo medio estranjero. O al menos esa era la opinion de su padre y su tío. Eothred de momento queria formar parte de un éored y cabalgar luchando contra orcos. esperaba que su formación como jinete no significara que tuviera que enfrentarse a otros Rohirrims, ya que eso le pondria en una situación muy incómoda habiendo recibido una educación que le conminaba a ser fiel a Rohan y proteger a TODAS sus gentes de bien.  

Al ver la cara de angustia que pone el bueno de Inwine al escuchar mi pregunta hace que me arrepienta de haber soltado ese comentario por mi boca.

-Tienes razón, la verdad es que la tiranía no está en los lugares si no en las personas. Le digo al tabernero con un gesto amistoso. Luego le doy otro largo trago a la cerveza y de nuevo le pregunto a Inwine. -Perdonarás la ignorancia de este pobre extranjero pero ¿podrías darme algún detalle más sobre ese trabajo qué ofrece el magistrado?

-Supongo que ya habéis escuchado sobre los ataques a las granjas del Folde Oeste ¿verdad? -os pregunta el tabernero- A pesar de que el Rey está ocupado con los Mariscales, no quiere dejar de proteger a su gente y es por eso que le ha encargado a su representante en la ciudad que se ocupe de ese asunto. Debido a ello, el Magistrado de Edoras ha hecho un llamamiento y está buscando voluntarios para investigar los ataques y detener a quien esté detrás de ellos, espera a todos los interesados hoy al mediodía en su casa aunque ha aclarado que no contratará jinetes solitarios sino grupos de no menos de cinco guerreros para así evitar que cualquier joven alocado intente hacerse el héroe y se termine matando. 

Eothred presta atención. ¡Una actividad donde puede mostrar su valía como jinete! Este nuevo rey parecía distinto al anterior, que estaba más preocupado por sus cofres que por sus gentes. Si es el magistrado de Edoras quien hace el llamamiento, no entra tampoco en las luchas entre mariscales que les acaban de explicar (y que él más o menos ya conocía), asi que no hay conflicto alguno en el que verse envuelto. Excepto con malhechores. Y con malhechores Eothred no tiene problema en tener un encuentro. 

Eothred ya iba a gritar su lealtad a Rohan y a levantarse para salir corriendo a ver al magistrado cuando la ultima frase le cae como un jarro de agua fría. No porqué se considere a si mismo un joven alocado (nada más lejos de la realidad! por los Mearas!), sino porque sabe que a veces da esa impresión a terceros. Helm sabrá por qué... Mira con cara ansiosa a sus compañeros de mesa y mesurando sus palabras les interpela. Me parece una gran iniciativa esta del magistrado y el nuevo rey. No se debe permitir que las gentes desválidas de las granjas sufran a manos de malhechores, ya sean bandidos, orcos o dunlendinos. Me gustaria participar en esta noble empresa, y parece que el magistrado considera que no es tarea menor si ha hecho una convocatoria como la actual. Me gustaria contar con vosotros para apuntarnos a esta empresa. ¿Os prestais a ello? Sé que algunos de vosotros seguro querreis hacerlo, pero al tener que ser un grupo de 5 me gustaria asegurar que es del agrado de todos. Yo no dejod e ser un escudero, asi que el grupo dirá. Gracias. 

Inwine haciendo gala de su incontinencia verbal nos comenta también que el magistrado está buscando gente para investigar el asunto de los ataques a las granjas. Seguramente sea un buen trabajo y una buena distracción.

• Inwine, por favor, me puedes servir un aguardiente, orujo o licor de hierbas?- Le digo al tiempo que izando mi mano derecha le indico que quiero un vaso pequeño

Cuando el posadero se vaya a por la copa, me giro al resto y digo:- Me parece un buen trabajo, yo pienso ir a aceptarlo. Quedan un par de horas largas, así que me quedare en la posada descansado un rato, y nos vemos allí, si es que alguno tiene asuntos que tratar.

"Gondor también tiene sus problemas de política." Pienso, mientras como. "Pero no se lo contamos a los extranjeros".

- Es una lástima que esta tierra hermosa esté tan llena de problemas.- Digo.- Orcos a un lado, hombres ambiciosos al otro... Las víboras rodean a las gentes de bien, señor Inwine.

Parece que la paz nunca es duradera y tarde o temprano la barbarie llega a todas las tierras, después de estos meses conviendo con la gente de Rohan me ha enseñado a respetarlos y a apreciarlos, por lo que pondré mi pequeño granito de arena y les apoyaré en este conflicto.

Cuando escucho las palabras de Eothred me vuelvo hacia él. -Yo me apunto a esta empresa, tengo una deuda de gratitud con el pueblo de Rohan por la hospitalidad que me han brindado desde mi llegada a estas tierras asi que bañaré la punta de mi lanza con la sangre de sus enemigos, solo espero que vuestro magistrado tenga a bien prestarme un caballo porque no me apetece ir de paquete de Harot todo el viaje.Suelto una sonora carcajada y siguiendo el ejemplo de Aldor tomo un poco de licor. -Hay que aprovechar este momento antes de partir, puede que estemos largo tiempo sin pisar de nuevo una taberna.

Tras intercambiar un par de palabras más con tu padre, te despides momentáneamente de tu familia y te marchas en dirección a la posada. Avanzando por las ajetreadas calles de Edoras a lomos de tu caballo, finalmente arribas a la Casa de Cépa, un edificio de madera construido como cualquier otra casa comunal de Rohan pero con pilares y paredes reforzadas, seguramente para resistir cualquier pelea de borrachos que pudiera haber. Bajando de tu montura y dejándola al cuidado de uno de los mozos de cuadra que trabajan en el lugar, ingresas en el establecimiento y comienzas a buscar a tus compañeros con la mirada, algo que no resulta tan sencillo ya que el lugar está atiborrado de comerciantes, lugareños y jinetes que comparten unas jarras antes de regresar a su labor. Luego de una breve búsqueda, logras localizarlos aunque para tu sorpresa Dengal no está con ellos.

Tras regresar con los pedidos que le habéis hecho, Inwine se dispone a sentarse nuevamente con vosotros pero antes de que pueda hacerlo, escucháis como le gritan desde una mesa de la esquina.

-¡Inwine! Te pago para que trabajes, no para que charles con los clientes.

Quien grita es un hombre algo mayor con claro aspecto de mercader y al cual Aldor y Harot reconocen como Goldred, un comerciante que en su momento tuvo el favor del fallecido Rey Fengel y que ahora es el dueño de la posada en la que estáis.
Haciéndole caso a su jefe, el tabernero vuelve a su puesto de trabajo tras la barra pero no sin antes dedicaros unas últimas palabras.

-Si necesitáis cualquier otra cosa, ya sabéis donde encontrarme -os dice con simpatía y una amplia sonrisa.

Poco después de la partida del tabernero, la puerta del establecimiento se abre y al girar vuestra mirada hacia allí veis que quien entra es Heruwyn, la cual tras una rápida inspección del lugar finalmente os localiza.

Llegamos a la casa de cepa, donde después de dejar el caballo a buen recaudo mis compañeros y yo nos disponemos a llenar el estómago con buena comida y bebida, nada que ver con lo que habíamos comido durante el viaje a Edoras, el bueno de Inwine nos atiende y no tarda ni 5 segundos en sentarse a la mesa y soltar carrete acerca de la llamada del rey de rohan a sus caballeros A medida que Inwine va hablando mi rostro se va tornando más desagradable, no me gusta nada el cáliz que está tomando este asunto, pensé que veníamos a matar orcos y no a convencer a un Mariscal de que no derrame más sangre de hijos de rohan...ese asunto me inquieta, si Cenric no atiende a la petición del rey...puede que esto acabe muy mal
Apuro mi jarra de cerveza mientras asisto sin decir nada a las preguntas de mis compañeros y las respuestas del bueno de Inwine, de pronto una voz bastante conocía resuena por el comedor de la posada, es la del viejo de Goldred, ese maldito tabernero únicamente preocupado de ganar dinero, aunque no puedo decir que sea un mal hombre en verdad, casi hasta diría que me alegro de escuchar su voz y verlo después de tanto tiempo... Pego un último bocado de mi comida y un buen trago de cerveza y me levanto de la mesa

-Tendreis que disculparme caballeros, hace tiempo que no veo a mis padres, nos encontraremos en el castillo del rey directamente,hasta pronto

Deje unas monedas en la mesa para cubrir mi parte de la comida y salí por la puerta rumbo a la herrería de mi padre, espero que aún siga tan fuerte como para continuar fabricando espadas y armaduras

-Haled, me alegra verte. Has crecido bastante, cuando me fui parecías un renacuajo y ahora me llegas hasta la barbilla, jeje- le digo, gastandole un broma -¿Trabajo del Magistrado? Podría decirse que fue el llamado del rey lo que me hizo volver, no se dijeron los motivos por los que lo dio, creo que la curiosidad pudo más y me hizo venir para averiguar. Además, las noticias de ataques a granjas en el Folde Oeste me parecieron demasiado importantes para contartelas personalmente, padre- le digo más seriamente a mi padre, para luego tomar un sorbo de agua.

-Al llegar pude escuchar de la disputa entre los Mariscales, ¿en verdad es tan seria la pelea?

-Sabiendo como son Éogar y Cenric, cualquier disputa por superficial que sea puede terminar en algo grave. Sin embargo, esta vez están involucradas las muertes de varios familiares suyos y por eso temo que si el Rey no interviene a tiempo todo esto puede desembocar en algo muy grave, incluso una guerra civil… -te responde seriamente tu padre.

-No creo que haga falta preocuparse tanto, el Rey Thengel logrará ponerle fin a todo esto -interviene Haled con su característica alegría- Además, Dengal, si se lo pides de seguro tú podrás formar parte de su escolta.

-No digas tonterías, Haled -dice Déorgar- El Rey solo ha convocado a jinetes veteranos y de su entera confianza, lo cual no incluye a Dengal ni tampoco a Eoden, de hecho ese es el motivo por el que él no ha venido a Edoras y sigue en la granja. Ahora, se ha acabado el descanso para ti, continua con tus tareas que todavía te falta traer cuatro cubos más.

Lanzando un bufido, Haled se despide de ti y continua con su trabajo.

-En cuanto al trabajo del magistrado, es justamente por los ataques a las granjas del Folde Oeste -te comenta tu padre- Como el Rey no quiere dejar de proteger a su gente mientras se ocupa de los Mariscales, le ha encargado a su representante en la ciudad que se ocupe de ese asunto y por eso el Magistrado de Edoras ha hecho un llamamiento y está buscando voluntarios para investigar los ataques y detener a quien esté detrás de estos. Por lo que he escuchado, espera a todos los interesados hoy al mediodía en su casa aunque ha aclarado con mucho énfasis que no contratará jinetes solitarios sino grupos de no menos de cinco guerreros, seguramente para evitar que cualquier joven alocado intente hacerse el héroe y se termine matando. 

Herywyn entra en la posada saludando a casi todo aquel que se cruza en su camino. Los que cuentan más inviernos con el consabido "¡Cuánto has crecido!; los que se acercan más a su generación recordando a la chica que no se apabullaba frente a los chicos. Busca con la mirada a los hombres con los que había realizado parte del camino. Los ve y levanta la mano a modo de saludo. Camina hacia ellos y tropieza con Harot.

- ¡Harot! ¿Te vas? - pregunta la escudera - Traigo noticias que quizás te interesen... Bueno, realmente interesarán a todos.

Eothred mira a la muchacha. Le interesan las noticias, pero más aun saber si se une al grupo. Tienen que ser 5 para ser admitidos en la mision! Sin embargo es una chica echada para adelante, y siempre le han cohibido un poco esas mujeres...

-No te preocupes, padre, de camino a Edoras un grupo de jinetes nos agrupamos ya que respondíamos al mismo llamamiento. Iremos juntos seguramente- le digo para que entienda que no me rechazaran por alocado - Bueno, seguramente ya deba irme, no quiero que mis nuevos compañeros se atrasen por mí. Luego de ir con el Magistrado, pasaré por la granja a ver a los demás- me levantó y saludo a mi padre para luego dar la vuelta hacia la posada tratando de alcanzar a Haled antes de que se aleje demasiado, pero me detengo al recordar decirle algo a mi padre -Una pregunta antes de irme, ¿te acuerdas del nombre de la niña que siempre le ganaba a Eoden y sus amigos en cada pelea que le buscaban?

-Mmmmm, era la hija del buen Horngrim si no me equivoco, creo que su nombre era... Heru, Heru... Heruwyn, si ese. ¿Por qué la pregunta?

-Por nada, solo curiosidad, je- le digo con una sonrisa y me voy tratando de alcanzar a Haled.

Al llegar con el chico, pongo un brazo sobre su hombre y le digo en voz baja para que mi padre no lo alcance a escuchar.

-Estuve sobre la pista de Léothere Cinco-Dedos, según había escuchado estaba por el norte, pero no pude encontrarlo, espero que se encuentre en el Folde Oeste, ¿te imaginas todas las historias y canciones que debe conocer? Algo me dice que no se perderá esta disputa entre mariscales, asi que abre bien los ojos y oídos, eres mi vigía en Edoras, jeje.

Luego de separarme de Haled, tomo rumbo a la taberna a reunirme con los demás.

No me ha pasado desapercibida la orden del dueño del local. Con el ceño fruncido, echo una indiscreta mirada al hombre. Solo un segundo, antes de posar mi atención en nuestra compañera.

- Hoy es día de nuevas, parece. ¡Aguarda, Harot! ¡Cuéntanos, Heruwyn!

Oh Heruwyn! Iba a ver a mis padres pero me intrigan las noticias que portas, adelante, sentemos a la mesa

Volví tras mis pasos juntos a la joven rohirrim y me senté en el sitio que anteriormente ocupe

Cuando Inwine parece que va ha continuar contandonos los hechos acaecidos en los últimos tiempos, escuchamos las voces de un hombre, que parece ser el dueño de la taberna, metiendole prisa por lo que, tras disculparse, continua con sus labores.

Me quedo extrañado por este suceso, ¿se deberá a que Inwine es un poco flojo en el trabajo o qué el otro hombre no quiere que nos de más detalles?

Mientras pienso en esto aparece por la puerta Heruwyn y parece que viene con noticias frescas.

-Dudo que Léothere aparezca por aquí, después de todo sigue habiendo una recompensa por su captura -te responde Haled- Sin embargo Dengal, estaré atento a cualquier noticia que haya, puedes confiar en mí.

Tras despedirte también de Haled, te marchas en dirección a la taberna.