Partida Rol por web

 Ha pasado una semana desde que entraron en la agencia, pero el día de su prueba o de lo que creían como una fue un lunes, iba hacer la medianoche y todos ustedes abordaban el tren 211 con diferentes destinos.

 Para Jareth y Jade: Jareth sentía que debían estar en ese tren, a esa hora y ese mismo día porque cosas muy malas pasarían no sabían a que se enfretaban

 Oriel: Iba en el tren como cualquier humano normal y corriente 

 Alessandra: Estabas en el tren porque un desconocido quería ayudarte a entrar a la agencia lugar donde sabias que estaba tu hermano

 Adrian: Eres tan friki y pasabas en tu habitación que un día jugando con tu computadora escuchabas a unos chicos hablar de un tren y de unas cosas que pasarían ese día. No sabes si por intriga o por saber como una conversación de ese tipo se metío en tu maquina intentas averiguar que pasa.

 Krista: Un compañero de vida te invito a salir y iban al cine a ver una pelicula y tomaron el tren para llegar.

 Los demas saben porque están ahí.

Ya falta menos... - pensaba intentando tranquilizarse, sentada en uno de los asientos del tren. 

La verdad es que, más que ansiar entrar a la agencia, esperaba poder recuperar la oportunidad de tener una relación con su hermano, y era eso lo que la ponía nerviosa. Si no contaba la vez que la había traído aquí, la última ocasión en que lo había visto había sido cuando era solo una pequeña. Y luego, las cartas... Realmente no se puede conocer a alguien por carta. Es tan fácil ocultar cosas cuando puedes borrar y volver a escribir la historia que quieras.

Seguro que nos llevamos bien... - murmuró.

¿Cómo se suponía que lo encontraría ahora? Tendría que confiar en que su hermano la encontraría a ella. Porque quién sabe dónde exactamente estaba él. Abrió su mochila y comprobó lo que había dentro. Además de todas sus cosas, como ropa y efectos personales, estaba un atado de sobres. Ya se había asegurado al menos 4 veces de que estuvieran ahí, pero es que eran su único gran tesoro. Cerró la mochila y la abrazó.

Sí, seguro que sí...

Jerry estaba nervioso, claramente las cosas no se habían dado como le habría gustado, el objetivo era imposible de rastrear, podía estar en cualquier lado, ser cualquier persona y lo más importante atacar en cualquier momento y desaparecer dejando tras de si solo un rastro de sangre inocente.

No nos queda otra opción...

Susurrando estas palabras buscó a sus compañeros entre los transeúntes y pasajeros que esperaban el próximo tren, rápidamente pudo detectarlos en una situación parecida a la suya, atentos, mientras más ojos mejor preparados iban a estar para lo que se venía.

Mientras Jerry pensaba en esto y vigilaba en todas las direcciones lo que el joven temía sucedió, el tren había llegado, si el objetivo entraba allí podría desaparecer con una facilidad asombrosa, decidido se adentró el el vagón sin mirar a sus compañeros y tratando de conseguir un buen asiento en caso de necesitar un lugar privilegiado.

Me vestí con mis botas, vaqueros y camiseta negra. Una chaqueta de cuero negro protege e impide que mi arma sea descubierta y mis gafas de sol cubren mis ojos.
Entro en el tren con mis compañeros sentándome en el asiento del pasillo justo al lado de la puerta para vigilar bien así todo el vagón y a mis compañeros, usando mi móvil en modo vídeo fingiendo que mando un mensaje y revisando a los pasajeros y trabajadores.

Algo me dice que este caso va ser mas complicado de lo que pensaba, el tren es un lugar con mucha gente que no sabe nada de lo que lo que ocurre y es fácil que alguien resulte herido.

“De nuevo… Que se supone que estoy haciendo aquí?”, pensó mientras se disponía a abordar el tren 211. Ya habían sido varios días de que Adrian había estado siguiendo el rastro a una extraña información que circulaba la red. Noticias alteradas, extraños asesinatos, rumores... La curiosidad de Adrian alcanzo su pico más álgido cuando una extraña información fue a parar a su ordenador. Una conversación que involucraba el tren 211.

“Eso esta increíblemente cerca de aquí…”, fue lo primero que había pensado Adrian antes de coger su gabardina y salir de su apartamento sin pensárselo dos veces para su sorpresa. Adrian dio un paso abordando el tren 211, celular en mano y se aseguro el cuello de su gabardina como una especie de tic, más para intentar cubrir su rostro nervioso que por el frió de la noche.

Adrian paseo lentamente por los vagones deteniéndose de vez en cuando intentando no llamar demasiado la atención del resto de los pasajeros. Sin estar muy seguro de que se suponía que debía buscar, se aseguro de estar grabando con su celular intentando documentarlo todo. Adrian alterno un par de veces entre mirar los vagones revisándolos a ojo y volver a la pantalla de su celular.

- Uf… - suspiro – Esto si que ha sido una estupida idea…-

-¡No vayas tan rápido!-se quejó mientras intentaba seguir los pasos del joven rubio,esquivando gente por la calle y al entrar en la estación.

El bolso (o más bien pozo sin fondo ni retorno) golpeaba contra el muslo al andar y en más de una ocasión lo habría perdido de no ser porque lo tenía sujeto por la correa,evitando quemarse la piel de las palmas al tirar de la misma gracias a aquellos guantes sin dedos ridículos que parecían preguntar "¿Dónde te has dejado la bici?".

Paró un instante frente a un vending y la superficie del cristal devolvió la imagen de una jovencita de enormes ojos zafiro, camiseta de tirantes de color cris y unos pantalones vaqueros cortos,deshilachados y con la bandera de estados unidos estampada en la tela.

-¡Espera, Rey de los goblins!-exclamó mientras llevaba ambas manos al culo, palmeando los bolsillos hasta notar la forma de una moneda que acabó en el vending a cambio de una bolsa de patatas-¡Nyam!

Giró sobre sí misma y la trenza rosada que pendulaba a lo largo de su espalda describió un arco hasta caer sobre su hombro.

-¿Dónde...?-entornó los ojos buscando a Jareth.

¡Me ha hecho lo mismo que en Praga!

Echó a correr buscándole por la estación, empujando a aquellos que la veían venir pero no se apartaban. Tras un rato corriendo de un lado a otro (las indicaciones de ciertas estaciones apestan) llegó al andén con la piel perlada por el sudor y respirando agitada. Miró a un lado y a otro.

¡Me ha dejado sola el muy... tarado!

Jareth caminaba por la estación con las gafas de sol de cristal azul puestas, y observando todo como si estuviera buscando algo en concreto que no era capaz de ver con precisión.

La voz de Jade pidiéndole que la esperara hizo sonreír a Jareth, que estaba a unos segundos de dar unos pasos hacia atrás para asegurarse de que la chica estuviera bien. Se paró un momento, pero sin que ella le pudiera ver de forma fácil, pues quería seguir poniendo a prueba la resolución de la chica, que a cabezota no la ganaba nadie, eso había que otorgárselo.

-Rey de los goblins, será... -musitó mientras se reía, se había esperado cualquier cosa menos ese mote, y se buscó un sitio donde esperar sentado a que se moviera, pero entonces parecía que la había perdido, y en un momento había empezado a correr- ¡Está tarada! -pensó mientras comenzó a seguirla, corriendo un poco para no perderla de vista, y entonces la vio que se paraba en el andén, mirando para todos lados.

Se paró en seco, se sacó un pañuelo para secarse el posible sudor del rostro y lo volvió a guardar, inspiró profundamente para recobrar la compostura y apareció caminando tranquilamente, pasando por su lado y dándola un toque en el hombro- Vamos, que te me pierdes -dijo sonriendo ampliamente- que no, que te tenía controlada, tranquila. ¿Subimos?

-...- se giró y ahí estaba. Como si hubiese salido de la nada.-Ya ya, querías escaparte ooootra vez- le acusó encabezando la marcha de ambos al subir al tren, dando toquecitos en los laterales de los asientos segun pasaba por su lado en su paseo por el pasillo.

-¡Me pido ventana!- y, sin preocuparse más se coló en uno de esos compartimentos de dos asientos enfrentados por parejas y se sentó junto a la ventana, curioseando el exterior apoyando en el cristal los dedos como si de un gato curioso se tratase.

-¿Y por qué dices que tenemos que coger este? Seguro que aquí salen cada poco muchos trenes...

Ya estaba decidido. Iba a dejar la ciudad atrás, era demasiado peligroso. Camino con mi mochila al hombro. No tengo muchas cosas, la mayoría las perdí en el incendio. Todavía siento ese olor a azufre. Malditos. Sacudo la cabeza para intentar olvidar esos pensamientos y me siento en un banco a esperar el tren...cualquier tren en realidad. 

Al andén llega el 211. 

-Pues, espero que seas mi número de la suerte- Murmuro para mi. Subo y me siento cerca de la puerta, por si las moscas.

Los problemas nunca terminaban, siempre había criaturas acechando en la noche. Pero ya era algo a lo que me había acostumbrado, incluso me había hecho a su horario haciendo que las horas de luz fuesen para estar únicamente metida en mi cama y prepararme para los peligros que encontraría al despertar. Nos informaron de una nueva misión, una no muy diferente del resto que salíamos llevar a cabo. Lo único que me llamaba la atención era el lugar en el que se haría el "encuentro". Cuando la hora llegó me preparé con mi equipo normal: botas militares, pantalón ancho y un top de tirantes. Como arma agarré un cuchillo de un material un tanto especial, diseño de la agencia para... tratar con los indeseables.

Una vez estuvimos en la estación pocas fueron las palabras que no dirigimos, no había nada de que hablar. Esperamos hasta su llegada y entonces sin esperar más tiempo nos metimos en su interior. Comencé a fijarme entonces en sus pasajeros, puede que alguno de ellos fuese nuestro objetivo o puede que no fuesen más que simples desgraciados viviendo sus aburridas y tristes vidas. Casi sentía lástima por ellos. Tomé entonces el asiento junto a Joseph y alcé la pierna apoyando la planta contra el delantero.

- Acabemos rápido con esto, no tengo ganas de pasar toda la noche dando vueltas en un maldito tren - comenté casi para mi misma mientras tomaba uno de los asientos, viendo como el tren comenzaba a moverse - ¿Veis algo sospechoso?

Levanté una pierna una vez me encontré sentada, apoyando la bota en el asiento de delante y levantándome el pantalón para acomodar bien el cuchillo que llevaba atado a mi pierna. No debíamos llamar la atención, no en un lugar con tanta gente a nuestro alrededor. Por ahora poco más podíamos hacer que esperar a que se delatara.

Jerry que no se encontraba muy lejos de Riley hizo un leve movimiento con su cabeza.

No veo nada, pero no puede estar muy lejos.

Sus ojos parecían pelotas de pin-ball, se movían de un lado al otro buscando actitudes sospechosas.

Tenemos que hacerlo rápido, si nos demoramos esto puede volverse un cáos.

No habia entrado hasta luego de que la nueva patrulla lo hiciera, me sente a un lado de ellos y los quedaba mirando. -Si se comportan como novatos no los cazaremos vivos chicos. Luke es un soldado conocido por su fama de maltratar a los mas inferiores, aunque es el mejor cazador soldado nadie sabe porque no sube.

-Bueno pequeña Riley hora de mostrarte como lider

Ya estoy en ello, comento sutilmente mientra continuo "mandando mensajes" y saco una ligera sonrisa cuando la imagen ha pasado por las firmes piernas de Riley y ese pedazo de culo volviendo sin mas distracciones nada mas que esa en mi búsqueda con el vídeo de nuestro objetivo.

Al escuchar el comentario de Luke la primer reacción de Jerry es responderle, pero rápidamente cambia de estrategia y se aleja un poco entre la multitud del trén.

Si puede estar en cualquier lado no tiene sentido estar tan juntos.

Krista caminaba paciente y con una sonrisa en su rostro. Su amigo Paul estaba a su lado, hablando de todo tipo de incoherencias para tratar de impresionarla o algo, pero ella permaneció impasible y sin percatarse de ninguna de las indirectas (aunque a veces algo directas) que este le lanzaba. No es que fuese tonta, ¡nada más lejos de la realidad! (ejem...) Simplemente le costaba darse cuenta de cosas que otras personas pillarían al instante. Lo que en la mente de Paul era una cita en toda regla, para ella no era más que una noche de cine con un buen amigo.

Su compañero seguía parloteando mientras que ella sonreía y asentía fingiendo algo de interés... Aunque más bien se podría decir que estaba más atenta a la gente con la cual compartía vagón. La mayoría parecían serios, nerviosos o estresados. - Bueno... Es lógico. Con la hora que es seguramente más de uno esté volviendo tras un duro día de trabajo. - Le llamó la atención una muchacha de pelo rosa bastante energética. Tenía una voz chillona algo irritante, pero nada a lo que Krista no estuviese ya acostumbrada (en fin, su tono de voz era parecido).

Paul y Krista escogieron un asiento cercano a un hombre que hacía cosas extrañas con su teléfono, llamando un poco la atención de la rubia. - Me pregunto a qué estará jugando...

La miro y antes de salir observó a Joseph. -Quedas a cargo de ella, espero que hallan traído plata para matarlo o dejarlo incapacitado, por cierto un tiro al corazón los mata Me levanto del asiento para ir a investigar.

Para que tengan más imaginación. Los vagones se dividen en 6.

En el 5 ven a Riley, Joseph, krista.
En el 6 ven a Jerry
En el 1 a Oriel
En el 3 Jareth y Jade
En el 4 a Adrian
En el 2 a alessandra.