Partida Rol por web

Continuaba la noche afuera cuando la joven pelirroja se despertó de un sueño que mas haya de todo había sido muy relajante en especial cuando lo comparaba a la pesadilla que la había despertado esa mañana. Eso le daba cierta esperanza que la noche no seria tan sombría como esperaba.

Tardo pocos segundos en darse cuanta que no se encontraba sola ni en un agujero sucio como en la mañana, sino que Lord Konrad parecía dormir casi abrazada a ella en una cama que no era la mejor que había estado pero servia apropiadamente su propósito.

Observando a ese hombre no podía evitar recordar lo que habían hecho antes no solo esa vez sino antes en circunstancias que en principio pintaban todo menos placenteras pero ahí estaba ella ahora recuperándose de la experiencia que no había sido mala pero para nada como se la imaginaba.

Mientras pensaba en ello y lo observaba detenidamente, Konrad abrió los ojos oscuros de él para contemplarla también. Él continuaba apoyado sin prisa en la cama mientras la observaba lanzándole una sonrisa tranquila que no despertaba ninguna preocupación en la joven. “Buenas Noches Leonor.” Le saludo mientras tomaba una de sus manos y la besaba con dulzura. “Puede que tengas mucho que hacer a la noche pero recuerda lo que te dije antes. No tienes que volver a dormir sola.”

La jovencita había estado tan cansada con todo lo que había ocurrido en un solo día y con el miedo que había pasado, que calló profundamente dormida una vez que la pasión que le había entregado el hombre que ahora era su dueño, terminó. No recordaba haber soñado nada en particular. Tan solo fue un descanso tan reparador y reconfortante, que se encontró a sí misma estirándose como un gatito en la cama de aquella pequeña habitación de posada, hasta que fue consciente de que estaba siendo abrazada con cariño por el mismo Vampiro que la había traído hasta este lugar.

Durante unos segundos permaneció en silencio, observando aquel rostro que ahora le suscitaba una mezcla de sentimientos muy difíciles de clasificar, sin pode evitar pensar lo apuesto que le parecía. ¿Por qué todo tenía que ser tan complicado? Camila se lo había dicho una vez, aunque refiriéndose a Dante en lugar de a Konrad: Cualquier mujer pobre como ella debería sentirse extremadamente afortunada de poder “cazar” a un noble adinerado como aquel, e incluso la animó a que aceptara una cita, afirmando que era un buen partido al ser tan joven y apuesto ¿Por qué entonces le era imposible pensar de aquella manera a pesar de que su corazón latía fuertemente cada vez que le miraba? ¿Acaso era su condición de Vampiro lo que le causaba tanta suspicacia a pesar de lo que experimentaba su cuerpecito al tenerlo tan cerca?

Quizá fueron sus pensamientos los que causaron que se sorprendiera inevitablemente ante los oscuros ojos que se abrieron ante ella para contemplarla. No obstante, se repuso lo suficiente como para mirarle amorosamente al sentir esos dulces labios en el dorso de su mano. Acariciando uno de sus mechones azabache de forma distraída, le respondió con una pícara sonrisa – ¿Os he despertado? No era mi intención, aunque me guste escuchar el sonido de vuestra voz. ¿No tengo que volver a dormir sola… o quizá es que no queréis que lo vuelva a hacer? Algo me dice que si por vos fuera, me ataríais a vuestro brazo para que no me escape nunca más. Aunque creo que nuestros horarios de sueño so algo… incompatibles – Le chinchó ligeramente justo antes de preguntar con algo más de seriedad - ¿Puede que tenga mucho que hacer a la noche? ¿De qué se trata?

Sin duda la pregunta sobre si lo habia despertado genero una pequeña sonrisa luego de un segundo de sorpresa, incluso parecia que le responderia pero guardo silencio mientras la joven seguia con sus palabras que el vampiro no veia con nada mas que humorada. "Puede que lo haria, pero no creo que fuera algo que odiaras...completamente." dijo con algo de confianza en sus palabras aunque termino negando a sus propias palabras. "Creo que te conosco lo suficiente para saber que no eres una mujer que se quede quieta facilmente, si no es para ayudar a la gente parece que tu curiosidad es tan buen motivo para ir de un lado al otro." comento dejando salir un pensamiento que tenia con ella y su forma de vivir.

"Es por eso que digo que seguramente tengas mucho que hacer esta noche." le aclaro tal vez dandole permiso para moverse como ella quisiera o aceptando en parte lo que era inevitable con ella. "Igualmente hay un tema que ambos sabemos que no puedes retrasar mucho tiempo. Tu reunion con el principe de Venecia." se iba notando el campio de tono en el hombre yendo a uno de molestia en especial cuando tuvo que nombrar a principe de la ciudad que estaba.

Se acomodo para ponerse de costado en la cama mirandola a ella. "Hay una costumbre entre nosotros donde cuando un principe llega a la ciudad debe reunirse con el Principe de esa ciudad y presentarse a si mismo dejando los motivos de su visita en claro. El principe puede aceptar la visita o rechazarla, aceptando las consecuencias de cada acto. Pero a pesar de ello quien verdaderamente se encuentra en prueba es el invitado cuando tiene la aceptacion del principe." le comenzo a explicar algo que bien no tendria que ver con ella, aunque entendia en parte porque lo mencionaba en ese momento. "Un vampiro puede no presentarse en ante el principe, pero eso sera mal visto por este junto con los demas vampiros que habitan la ciudad. Incluso es posible que el Principe lo señale como un invasor o un asesino, pudiendo luego pedir una caza de sangre que es la autorizacion a todo vampiro en la ciudad a acabar con el invazor en su nombre." concluyo mirandola con seriedad pero al parecer sintiendo que eso era algo necesario para que supiera.

"Tu no eres una invasora, eso esta claro." agrego un poco mas tarde con una sonrisa divertida mientras pasaba cariñosamente su mano por las mejillas de ella.

La jovencita no sabía si el Vampiro sonreía porque estaba contento con la situación, porque sus comentarios le parecían graciosos o por las dos cosas a la vez. No obstante no tenía ganas de luchar contra él en aquella noche tan bonita, por lo que se limitó a disfrutar del calor que sentía al estar abrazada a él antes de responder con cierto aire juguetón.

-Deberíais sentiros afortunado de que a pesar de todas las veces que he huido de vuestro lado, aún hayáis podido volver a encontrarme... Aunque sigo sin saber por qué soy tan especial para vos. - afirmó mirando con aire soñador esos dos pozos se oscuridad, justo antes de entrecerrar los ojos ante sus últimas palabras.

-Esperad... ¿Estáis dándome libertad de movimientos? ¿No tenéis miedo de que vuelva a escaparme y meterme en algún lío? ¿Podéis ser sincero y decidme qué ha cambiado? ¿Es porque he bebido de vuestra sangre? - preguntó algo intrigada, sabiendo que aquel líquido carmesí le producía una atracción difícil de rechazar.

No obstante, la mención del príncipe y la seriedad con la que Konrad le explicaba las costumbres de los Vampiros, hizo que se esforzara en prestar la mayor atención a todo cuanto escuchaba. Ella sabía que el noble intentaba prevenirla de cualquier peligro, aunque seguía sin entender el malestar que mostraba ante un hombre que no sólo había mostrado unos modales impecables, sino que la había tratado con una educación extrema, pudiendo haber ejercido su derecho de gobernante de la ciudad y haberla matado o algo peor.

Pero Leonor sabía que había algo más que no veía, tanto en las acciones del príncipe, como en la actuación del que ahora era considerado como su señor ante esa sociedad de criaturas de la noche, por lo que agudizó sus sentidos para tratar de intuir el juego político que se le mostraba, correspondiendo a su caricia en la mejilla con una amorosa sonrisa.

- Pero yo pensaba que tendría que esperar a que el príncipe requiriera mi presencia antes de presentarme ante él, ya que se encontraba ocupado... O es que acaso ya os ha comunicado que desea verme - Preguntó algo confundida - ¿Puedo saber por qué no parece gustaros demasiado el gobernante de Venecia? Y.... ¿Tenéis algún consejo que darme para dicha reunión?

“Si supongo que esos re encuentros he sido afortunado…” comento pareciendo pensar en ellos y como cada uno había sido generado con una suerte que se inclinó del lado del vampiro. Pero entonces las palabras de ella lo devolvieron frente a ella en parte. “Supongo que te mereces una respuesta. La verdad es que me recuerdas a alguien que quería…mejor dicho que amaba.” Se expresó empezando a liberar un poco del misterio relacionado con la obsesión por ella.

Sus siguientes preguntas le hicieron sonreír mientras negaba un poco. “Pienso que luego de este incidente que serás más cuidadosa para no meterte en un lio como este de nuevo. Me equivoco?” pregunto dándole una larga mirada sin parecerle necesario contestarle sus demás preguntas que se podían sacar sus respuestas en las pocas palabras de este. Aunque finalmente agrego. “Aunque admito que la sangre me da cierta seguridad, aunque no es nada seguro en especial si no lo deseas.” Contesto.

El vampiro a pesar de las reglas que estaba dejando a los pies de la joven parecía cómodo en aquel abrazo que tenían mientras ella respondía bien a sus caricias. “A mí no me comunico nada, no es probable que sepa dónde estamos ahora mismo.” Le comento dando una mirada a la pequeña habitación, que habían conseguido no hace mucho tiempo y de una forma bastante inesperada. “Aunque sin duda deberíamos comunicarnos nosotros o vos con Vinay para conseguir una reunión hoy.” Le explico dejando algo de urgencia en el tono de sus palabras.

No le agrado que ella lo nombrara o tal vez era el tipo de pregunta que había hecho ella. “No es nada personal con este, creo que ha hecho un buen trabajo con Venecia desde que asumió. Pero siento que terminara decepcionándote al ver como pareció interesarte su persona solo por sus buenos modales.” Le respondió mientras sus ojos viajaban al techo y se la acercaba con delicadeza de nuevo a hacia él. “Si, trata de no ponerte tan emocional que necesitas pensar en frio. Luego no vuelvas a decir que quemaste el Libro de nod, créeme aunque no lo parezca es un hombre muy creyente en el libro y tu acto le habrá molestado mucho más de lo que muestra. Complácelo como puedas, si es necesario no hables bien de mi.” Fueron los consejos cortos que iba dando a la joven aunque nada más específico que lo del libro de Nod. “Te diría que tengas cuidado con las sombras pero en verdad no sabría cómo podrías hacer eso.” Concluyo algo enigmático aunque podias adivinar con terror que el vampiro poseía control de ellas.

Leonor sabía que existía una mujer que se parecía a ella y que esa era la razón por la que el vampiro se había sentido interesado la primera vez. El aspecto físico podía ser un factor importante al principio, pero ella sospechaba que más temprano que tarde, Konrad se daría cuenta de que no podía comparar a su amor perdido por otra mujer, por muy similar que fuera físicamente a la dama de sus sueños, y en ese momento la desecharía como si de un muñeco viejo se tratase.

Dichos pensamientos hicieron que su semblante se entristeciera momentáneamente, aunque decidió no compartir su pesar, puesto que primeramente tenía que analizar en su interior qué era lo que realmente significaba para ella que sus suposiciones se cumplieran. –Yo… siento despertar viejas heridas… ¿Qué le ocurrió a vuestra dama? – Fue lo único capaz de preguntar, totalmente consciente de que los vampiros no envejecían y temiendo la respuesta que le daría.

Tras recibir su respuesta, la joven de cabellos de fuego tan solo asintió ante la petición de no meterse en un lío como el que se había metido, a pesar de no poder estar segura de que cumpliría su promesa – Yo… lo único que no deseo es alejarme de Venecia. ¿No podéis quedaros aquí conmigo para siempre? – preguntó de forma ingenua, sabiendo de antemano cual sería la respuesta de su nuevo señor.

Pero de nuevo volvieron a retomar el asunto del príncipe, y Leonor tomó nota mental de todo cuanto le decía, a pesar de arquear un poco la ceja de forma inquisitiva ante la mención de las sobras – Pero… ¿Acaso no estaría mal visto que hablara mal de mi señor delante de otros? Siempre he intentado ser respetuosa con vos en público, contendiéndoos toda la autoridad que estaba en mi mano, a pesar de que no os lo merezcáis por tratarme tan bruscamente a veces – Afirmó, con un claro tono de humor al final de su frase – Aunque haré como digáis delante del gobernante de la ciudad… Y no os preocupéis que trataré de no mencionar el libro maldito en la medida de mis posibilidades e intentaré mantener la cabeza fría.

Tras la pregunta sentías que el vampiro dio un largo suspiro pero parecía no ser posible para este hacerlo y solo se lo vio mirando casi perdido hacia otro lado antes de responder. “Fue asesinada. Por vampiros salvajes que vivían al norte de mi hogar, solo que de vez en cuando juntan el valor para bajar y atacar a la ciudad.” Comento con una clara mueca de ira en su rostro mientras mas hablaba de ellos e incluso parecio que diría mas pero las palabras no salieron de su boca dejándolo en un estado casi perdido.

Aunque termino saliendo de sus recuerdos al escuchar la pregunta de Leonor. “¿Es simplemente por tu hermano que no quieres irte? ¿Que tal si lo encuentro y convenzo a que venga con nosotros?” pregunto sin responderle a ella, aunque esta debía saber la respuesta a su propia pregunta.

Su respuesta si bien pudo ser en broma dejo al noble con un rostro no muy complacido, pero no genero nada mas que eso mientras este la examinaba. “Siento las veces que te he tratado con brusquedad. No es quien soy yo, aunque admito que es una parte de mi pero no es algo que busco que se repita.” Comento regalándole un beso en los labios a la joven mientras su caricia se internaba en su pelo. “Yo te ofrecería todo mi cariño ahora mismo y en el futuro también, haciéndote sentir tan bien como ahora. Solo no quiero perderte.” Le devolvió con algo de tristeza y la vez parecía que había cierta resignación. “Respecto a hablar mal de mi solo seria para quedar bien frente al príncipe, como cuando estuvimos en el juicio. Donde lamentablemente parte de tus palabras no fueron tan acertadas como pensabas.”

Una pequeña sonrisa apareció cuando nombraste el libro maldito. “Espero que te refieras así al libro por la supuesta maldición en este y no por su contenido. Porque ahora que lo pienso es posible que el príncipe te pregunte lo que pensaste de este luego de leerlo y ahí tendras que ser tan sincera como le prometiste.” Le comento agregando un posible tema que se encontraría en su reunión con el príncipe.

No pudo evitar mirarle fijamente tras escuchar el horrible suceso sobre su amada. Aquello que narraba era terrible y tampoco estaba segura de qué significaba eso de "Vampiros salvajes", inquietándola ligeramente el hecho de que se tratase de criaturas parecidas a las que la habían perseguido a ella y a Imanu en el refugio de los sectarios.

Leonor quiso preguntarle si su amada era un vampiro como él o algo diferente, o incluso regalarle algunas palabras de consuelo por su pérdida. No obstante tan solo se inclinó ligeramente para besar su frente dulcemente, demostrando con su cariño cuanto le importaban los recuerdos que había compartido con ella sin que realmente tuviera que hacerlo.

Ante la nueva propuesta de Konrad, la jovencita permaneció unos segundos meditando el ofrecimiento que le hacía, justo antes de responder - No es solo por mi hermano, aunque es la razón principal. Yo amo Venecia por todo lo que significa para mi, a pesar de estar casi segura de que no es mi ciudad natal y de que posiblemente tenga que alejarme de ella. Igualmente vuestras tierras parecen frías y más duras, y yo necesito sentir la luz del sol en mi rostro para ser feliz - le confesó sin darle una negativa rotunda pero siendo totalmente sincera con el hombre que acariciaba sus cabellos con dulzura.

-Por alguna razón no puedo enfadarme demasiado con vos... Aunque aprecio muchísimo que os disculpéis porque sé que no tendríais por qué hacerlo. Igualmente yo... creo que... deseo que.. forméis parte de mi vida de una forma u otra. - afirmó con mirada ensoñadora mientras se dejaba mimar por sus caricias.

Pero cuando Konrad mencionó que no había estado tan acertada como había pensado durante su conversación con el príncipe, la jovencita le preguntó algo aturdida y temerosa de que su hacer tuviera repercusiones - ¿A qué os referís? ¿Qué fue lo que hice mal?

Tras escuchar su respuesta, Leonor volvió a atender bastante interesada a lo que le decía con respecto al libro de Nod, hasta que no pudo evitar preguntar con algo de curiosidad - Decidme ¿Vos lo habéis leído? Si no es así podría satisfacer vuestra curiosidad sin problemas. Conozco hasta el último borrón de tinta de ese ejemplar. Aunque no os preocupéis que aunque desearía estar aquí con vos hasta que amaneciera, acudiré hasta la biblioteca tal y como me habéis dicho, para hablar con el sabio Vinay. - Declaró finalmente algo inquieta por aquel encuentro y sin saber muy bien qué significaba la ultima advertencia que le había dado con respecto a las sombras.

La mirada de la joven no fue ignorada por el vampiro y ella lo sabía, aunque no dijo nada aun pareciendo aun distraído en sus pensamientos. Pero entonces el gesto dulce de la joven lo saco de aquel mundo para mirarla con una sonrisa placentera y calmada.

Aunque no todo podía ser fácil para el vampiro y a pesar del esfuerzo de la joven, la negativa fue sentida por lo que era. Procurando una expresión seria en el vampiro. “El sol también brilla en mis tierras, que bien pueden ser algo mas frías y duras que estas. Pero es solo cuestión de tiempo para que mis tierras se civilicen como estas pero la diferencia será que no tendremos un enemigo poderoso cerca como aca.” Le devolvió aunque parecio guardarse palabras en su boca. “Además yo estaré ahí para protegerte y quererte todo lo que quieras.” Agrego volviendo a acariciar sus mechones rojos.

“No sabes lo que me alegra escucharte decir esas palabras de tus labios Leonor.” Dijo mirándola fija de nuevo calmado en ese espacio que habían hecho para ellos. Acercándola hacia él haciéndola temer de que ese momento la castigaría, aunque en ese momento Konrad le probó lo contrario. “Tu forma de hablar aunque muy educada y de respeto conmigo, termino admitiendo que no sabias mucho de lo que estaba pasando en esa habitación, que no conocias los términos y que al final del dia preferías no irte de Venecia.” Le informo con un tono neutro que se volvia mas lento cuando señalaba sus errores. “Esto ultimo no tiene nada de malo, pero ambos sabemos que no deseara dejar sola a quien amo en este lugar de intrigas lejos de mi hogar. Ese deseo tuyo demuestra que no estas tan sumisa como ellos esperaban.”

Entonces finalmente el libro de Nod se volvia el tema de la conversación, algo que el vampiro habría querido que fuera mas pronto que hoy. “He leído pedazos de este. Asi que tomare tu propuesta de que me cuentes mas.” Le respondio seguramente preparando un próximo encuentro en su cabeza. “Pero me sorprende que tengas tanta buena memoria…hablando de eso como te sentiste tras escribir esa hoja del libro de Nod. Parecías algo palida.” Comento preocupado e interesado a la vez de nuevo viéndose ansioso de haber querido preguntar esto antes.

Asintio. “Es lo mejor, para ambos. Ademas debes acostumbrarte a nosotros, es nuevo mundo que puede parecer abrumador al principio pero estoy seguro que podras sobrevivirlo.” Declaro con una seguridad mayor a la que tenia ella.

La sonrisa que el vampiro le dedicó fue tan dulce que Leonor se encontró sonriendo como una niña ante aquel gesto tan entrañable. No obstante la respuesta que le dio no fue tan comprensiva como hubiera cabido esperar, por lo que la huerfanita tuvo que hacer de tripas corazón para no replicarle duramente cuando él mencionó que en sus tierras tanbien salía el sol - ¿Esos vampiros salvajes siguen en vuestras tierras? - Fue lo único que preguntó, haciéndole ver que ella también podía ser asesinada como su amada si se lo proponían.

No obstante, cuando el Vampiro la aleccionó sobre su forma de actuar, la joven pelirroja le miró algo confundida antes de responder – Es que… realmente no se mucho sobre lo que estaba pasando en esa habitación, no conozco los términos y no deseo irme de Venecia. Yo…. Siento no ser tan sumisa como esperaban pero es que… realmente no deseo ser alguien dócil. ¿Acaso queréis que lo sea? Yo… espero no ofenderos pero pensé que una de las cosas que más os gustaba de mi era precisamente mi personalidad difícil, aunque puedo cambiar si así lo deseáis.Haré lo que sea por vos –Respondió deseosa de complacer al hombre que la abrazaba con dulzura, a pesar de que una parte de ella se resistía a aceptar todo cuanto estaba ocurriendo.

Cuando escuchó sus palabras de preocupación con respecto a lo ocurrido con el libro, Leonor no pudo evitar sentir la misma preocupación que su señor ante lo vivido en aquel momento – No… no se qué es lo que tiene ese libro que me provoca unos sentimientos difíciles de explicar. De alguna manera me siento identificada con lo que le ocurrió a Caín, y sinceramente espero que los temores del padre de todos los vampiros sean infundados – Le confesó antes de asentir ante sus recomendaciones sobre que debía sobrevivir cuanto antes todo cuanto tenia que aprender sobre el mundo de los vampiros.

-Intentaré acostumbrarme cuanto antes a este nuevo mundo. Deseo que os sintáis orgulloso de mí cuanto antes. - Finalizó, deseando complacer al hombre recostado frente a ella.

Pareció morderse el labio ante la pregunta que hizo ella en respuesta a sus palabras. “No están más, yo no soy su único enemigo ahí hay otros condes y señores que sufrieron con sus incursiones también. En parte por lo que paso nos hemos vuelto mas unidos y ellos ya no se animan a venir como lo hacen los animales salvajes con las ciudades.” Le respondio con plena seguridad. “Ademas nosotros aun no perdonamos lo que nos hicieron y nos hemos internado muchas veces en sus territorios acabando con muchos de ellos cada verano.” Agrego con su rostro ensombreciéndose mientras cerraba con fuera uno de sus puños.

Sonrio divertido ante su respuesta y su mirada confundida. “Eso lo sabia yo y lo averiguo todo el resto en la habitacion rápidamente Leonor.” Pero sus sonrisa se achico cuando hablaba la joven hablaba de su poca sumisión, incluso llegando a negar. “No es lo que quiero, pero es algo que se espera en nuestra sociedad. Es algo que podrias ocultar al menos un poco en la presencia de ellos, mientras que frente a mi lo mostrarías sin restringirte. Esa seria mi sugerencia.” Le volvió a aleccionar con un tono casi paternal ignorando en cierta forma el comentario sobre Venecia.

“Ese libro es muy antiguo y si Vinay te ha advertido antes de que empezaras a escribir entonces debes tenerlo en cuanta. El hombre es sabio, muy sabio. Conoce mucho más de lo que a veces expresa pero es que su problema es que no es bueno en su interacción con otros. Aunque supongo si le caes bien seguro podrá recomendarte un buen libro que piense que necesitas leer.” Le comento no viéndose ningúna emoción especial cuando hablaba de aquel hombre cadáver, ni siquiera el desagrado pero era claro que Konrad ya estaba acostumbrado a su aspecto al igual que el principe. “Yo también espero que no sean reales sus miedos, pero lamento que no veo otro destino por el momento.”

“Hazlo por favor. Ya veras que pronto lo veras con normalidad.” Le dijo mientras se levantaba para sentarse en la cama. “¿Deseas preguntar algo mas?”

La jovencita sabía que hablar de esos seres salvajes conseguía remover heridas difíciles de cerrar. Por alguna causa, odiaba hacerle daño, por lo que se sintió culpable por preguntarle, a pesar de lo extraño que le resultaba toda está situación en la que se encontraba.

-Me alegra que contéis con aliados en vuestras tierras, y espero que algún buen amigo. Tenéis que hablarme de cómo es el lugar donde vivís y las gentes que lo habitan, aunque no hay prisa para ello. Es solo que… me gustaría conocer un pedacito más de vos si me lo permitís.- Comentó cambiando de tema a algo más alegre que si que le agradara a su compañero.

-Bueno, no pensé que deseabais que fingiera que conocía todo lo referente a vuestras costumbres ¿Y si me hubiera pillado en medio de una mentira? – Razonó ante el comentario sobre que el resto de la habitación había notado que era una ignorante en lo referente a Domitor – Ghoul, y algo molesta por la forma condescendiente con la que estaba hablando. – Igualmente os trataré con el mayor de los respetos en público, tal y como siempre he hecho, con el añadido de que obedeceré todo cuanto digáis y actuaré como si tuvierais la razón en todo delante de otros – se comprometió, esperando que Konrad no se aprovechara del contexto para ponerla en situaciones difíciles.

Ante la recomendación con respecto al libro, la jovencita asintió a pesar de que no sabía como podía tener en cuenta las advertencias del sabio Vinay sin incumplir su promesa de transcribir el libro que había destruído de forma íntegra. No obstante, Aquello no parecía ser el principal asunto de esta noche, por lo que Leonor guardó silencio, deseando en su fuero interno gustarle a aquel hombre con el rostro cadavérico.

-Tan solo si he de acudir como Leo o como Leonor. No tengo ningún vestido y aun no he podido darme un baño, aunque espero dejaros en buen lugar – Respondió ante la última pregunta del vampiro sobre si deseaba preguntar algo más antes de su inminente reunión de esta noche, la cual la inquietaba mucho más de lo que estaba dispuesta a admitir.

Nego rápidamente cuando ella comento de sus aliados y un buen amigo. “No son necesariamente aliados, pero muchos sabemos que si nos encontramos divididos los de afuera nos acabaran. Es una cuestión de supervivencia.” Le aclaro con algo de frialdad no haciendo comentario sobre los amigos. “Mi hogar es uno muy antiguo en un castillo, que se encuentra rodeado por una naturaleza hermosa que aún no ha sido dominada por el hombre. Es muy diferente a los reinos de aca, alla el tamaño de la tierra es aún más extenso en especial comparado a lo que tienen las ciudades estados. La gente como nosotros piensa en la supervivencia pero no por eso suelen ser gente dura sino todo lo contrario. Hay costumbres antiguas que aseguran que alguien que es invitado a la caza de otro no será echado en la noche y será tratado lo mejor que pueda ofrecer el dueño. Incluso a pesar de que el cristianismo fue traidor recientemente a esas tierras, no hay un conflicto con las demás religiones como ocurre ahora en el reino de Francia.” Le empezó a contar pensando mas o menos en lo que podría interesarle y dándole una mejor luz a esas tierras que solo había escuchado como duras. “Pregúntame algo mas especifico y podría contarte mejor.” Sugirió.

No puedo evitar sonreír ante su razonamiento y el compromiso que había hecho luego. “No habría sido fácil fingirlo, hiciste lo que pudiste que fue bueno. No estoy enojado con vos.” Le aclaro mientras pensaba en el compromiso de ella con una sonrisa casi divertida. “Lo agradecería mucho, aunque no por eso quisiera que lo hagas mas de lo necesario. Quiero que aun te expreses como haces siempre, aunque tenga que regañarte mas tarde. Comprendes?” pregunto volviéndola a ver con esos faros negros.

“Supongo que de mujer seria mas correcto. Me extraña que lo que me dices de un vestido, pero tal vez podría pedirle al posadero si una de sus hijas te presta uno o te va a comprar alguno sino te gusta ninguno de los que tienen. Pedire un baño ahora mismo.” Dicho eso se separo con cuidado de su abrazo y se fue donde habían quedado sus pantalones y jubón para salir a pedirlo.

Leonor volvió a sentir que había metido la pata al notar como el rostro del Vampiro se endurecía antela mención de amigos o aliados. No obstante, prefirió escucharle hablar de sus tierras antes que lamentarse por su desafortunada suposición, tratando de imaginar cómo sería aquello y si le gustaría vivir en un lugar aparentemente tan solitario y separado de la civilización, por muy hermoso que este fuera… La respuesta era obvia, aunque por alguna razón intentó buscar el lado positivo a aquella posibilidad, a pesar de que seguramente no sería feliz en un entorno como aquel.

-La Republica de Venecia también mantiene una ideología de no conflicto. Siendo uno de los pocos lugares en el que la religión no es un impedimento para el comercio. Asimismo, la hospitalidad es una regla fundamental en nuestra cultura – Respondió, orgullosa de sus tierras y de lo que estaban consiguiendo artística y culturalmente gracias a su política de neutralidad.

-Seguramente tendré muchas preguntas que haceros, desde la magnitud de vuestros dominios hasta como es el día a día en vuestra región, pero creo estar en lo cierto al afirmar que ahora tenéis prisa porque concluya mis deberes para con el príncipe – Le recordó, a pesar de que se encontraba increíblemente cómoda recostada junto a él.

-Aun me sorprende que no estéis enojado conmigo. Parecía todo lo contrario cuando estabais mirándome en aquella sala. Además de que el príncipe parecía no querer permitiros hablar mientras me interrogaba – Afirmó ante la mirada divertida que le dedicó – ¡Ah no! ¡Eso si que no! Si me vais a regañar después, mejor actúo de la forma más sumisa posible ante los demás. Tampoco soy devota de los castigos, como comprenderéis. – Le reprendió poniéndose de morros.

-No tengo mi vestido porque el sirviente de Vinay me atrapó disfrazada de chico. Podría ir a por él, pero está un poco sucio – Se disculpó sintiéndose mal por hacerle gastar dinero para algo tan trivial. No obstante, cuando él afirmó que iría a buscar un vestido para ella, la jovencita se apresuró a taparse con las sabanas mientras sus mejillas se coloreaban ante el miedo a que alguien la viera justo cuando él abriera la puerta.

Cuando se quedó sola, su subconsciente pensó durante un segundo en huir de allí. No obstante fue incapaz de hacerlo y en lugar de eso se encontró a sí misma echando de menos el cálido abrazo de aquel hombre y sus hermosos y seductores ojos azabache.

“No niego ninguna de esa cosas que me impresionaron bastante la primera vez que visite la ciudad, pero la hospitalidad sigue siendo algo mas sincero en mi cultura aunque no digo que la de ustedes sea mal.” Comento usando con cuidado sus palabras para no ofenderla. “Puede ser, pero es algo que siento deberías acabar rápido luego podemos hablar toda la noche hasta que finalmente cuando cierres los ojos podras verlo.” Respondio a su insinuación sin negársela pero notándose que no deseaba que esto terminara.

“Leonor, si el príncipe no quería que yo hable es por una razón que deberías ya darte cuenta. Respecto a mi enojo es algo que simplemente no pude evitar, pero que lamentablemente solo pude apuntar a ti porque no corresponde que lo hiciera al príncipe aunque lo deseara.” Le explico con un tono cansado aunque reponiéndose ante el tono de la joven, incluyendo una sonrisa picara. “No eres devota, pero hace poco comprobamos que no te molesta recibirlos en cierto modo.” Dijo haciendo una clara referencia a lo que habían hecho en esa cama.

“Ni te molestes, te conseguiré otro.” Fue su respuesta antes de marcharse, cerrando rápido la puerta para no dejarla tan a la vista.

El tiempo en solitario no fue tanto como ella había pensado, volviendo aquel extranjero que le comentaba que seguirían el viaje a su posada. Por lo que le pidió que empezara a vestirse mientras él terminaba de hacerlo. Pronto partieron hacia la posada donde todo el grupo de Konrad se había hospedado, llegando no con la actitud de amantes sino con la de conocidos no demasiado cercanos.

De nuevo en la habitación de Konrad el tiempo paso sin demasiada emoción, mientras la joven se bañaba probando de nuevo esa agua caliente que hace tantos días no disfrutaba para luego vestirse en un vestido que el Noble había podido conseguir de una de las hijas del posadero. El vestido tras unos ajuste le quedo comodo, aunque se notaba a quien prestara mas atension que tenia una medida mas gran de la suya.

Terminado todo el ritual, la joven se vio mas hermosa que lo que había hecho en muchos días y sin duda había dejado ese mal olor en las aguas de las bañeras. Al bajar bajar unos pocos pasos se encontró con Josef que le miraba mas serio de lo acostumbrado, con pocas palabras Konrad le confirmo que seria su escolta por ese viaje a la biblioteca donde esperarían el mensaje del Principe para la reunión. Aunque mas tarde seria él quien la iria a buscar. Sin que parecía opción para uno u otro de argumentar partieron finalmente a la biblioteca Donde Vinay les estaría esperando.

El andar fue aburrido y frustrante para la joven que a pesar de un par de intentos no pudo sacar dialogo del norteño que se reusaba a hablar con ella, ni siquiera para darle una razón ante esta conducta. Por suerte el andar por la ciudad fue suficiente distracción todo yendo como lo planeado.  Al menos hasta que escucho unos fuertes gritos viniendo desde una de las esquinas cercanas a ella, los gritos parecían de varias personas aunque en su mayoría parecían mujeres. Josef se detuvo por un momento llevando su mano a su hacha y mirando con algo de duda a la joven.

La jovencita se dejó arropar ante las últimas explicaciones de Konrad, asintiendo a su deseo de posponer ciertos asuntos. Después de lo ocurrido durante la noche, no deseaba luchar más contra él… al menos por hoy, por lo que no dijo nada mientras él continuaba hablando, ni siquiera cuando hizo alusión al castigo que había recibido, el cual, durante unos instantes en particular, no había sido tan placentero como él pensaba.

Por todo ello, cuando su nuevo señor volvió con un vestido de la hija del posadero y salieron de aquella habitación pequeña que ahora mantendría el secreto de lo que ambos habían hecho allí, Leonor se mantuvo en un discreto y respetuoso, silencio mientras caminaba por las calles de camino al lugar que el vampiro había escogido para pasar su estadía en la ciudad de Venecia.

Al llegar, la dama de cabellos de fuego no pudo evitar deleitarse más de lo debido ante el placer que el agua caliente le producía en su tersa piel, al tiempo que la mugre se desprendía de ella, mostrando un blanco casi inmaculado pincelado por el rosado de sus tersas mejillas.

La damina pudo volver a sentirse hermosa portando aquel vestido, a pesar de que resultaba ligeramente más grande de su talla, y agradeció las atenciones del Noble con una sonrisa, sabiendo que no tendría por qué realizar personalmente aquellos menesteres tan solo por ella.

Una vez bajaron, de nuevo sintió el rubor en sus mejillas al saber que sería Josef quien la acompañaría. Pese a lo bien que le caía, había supuesto que el Vampiro la pondría al cuidado de un hombres que conociera su verdadera naturaleza al ir a escoltarla hacia una reunión con las criaturas de la noche. También trató de buscar a Imanu con la mirada para asegurarse de que se encontraba bien, a pesar de saber que no la reconocería, pero todo fue tan frio e impersonal, que pronto se unió al silencio del rubio extranjero mientras caminaban por las calles… Hasta que el grito de unas mujeres les detuvo.

-Creo que voy a necesitar una daga – Afirmó al tiempo que echaba a correr hacia el callejón sin esperar respuesta, para tratar de ayudar a quien fuera que lo necesitara, y sin prestar atención al hecho de que ahora no la protegían sus pantalones.

El norteño rubio la miro sorprendido ante su propuesta y parecio que se la daría sin mucho pensar, pero como la joven había empezado a correr hacia el peligro no pudo hacerlo en cambio la siguió donde iba.

Tras la corta carrera hacia el origen de los gritos se encontraron con lo que parecía el final de una batalla callejera. En el piso habían dos hombres encapuchados que no quedaba claro si estaban desmayados o muertos, aunque la joven que conocía la violencia de su ciudad se inclinaba mas por lo segundo. No muy lejos de los hombres había otro sujeto encapucha con un estilete en mano con su mirada fija en dos damas que se refugiaban en un rincón, aunque por suerte para ella había un hombre viejo teniendo las piernas del encapuchado en ese momento.

El hombre viejo al parecer usaba su última voluntad para sujetar al hombre, eso era algo que Leonor podía especular ya que no le era difícil notar las múltiples heridas de apuñaladas en la espada y demas partes del cuerpo, además de la sangre que brotaba sin pausa debajo de este. Entonces al revisar la cara de este se dio cuenta que ya lo había visto en la Taberna de Facciolo con esas dos mujeres encapuchadas.

Sin embargo a pesar del mejor esfuerzo un par de patadas al rostro libraron al encapuchado de cualquier retención. La joven en ese momento noto que no estaban solo esas tres personas en ese lugar, sino que habían demás personas que miraban con terror la escena y no hacían nada aunque superaban en numero al encapuchado. No veía ningún guardia.

“No hagas estupideces.” Le recrimino el norteño que tomaba su hombro y la empujaba hacia atrás, pero sin quedarse como la demás gente se lanzo a la pelea con el encapuchado. “Ey idiota!” le grito con tal fuerza que aunque no veas su cara sabias que eso había sorprendido mucho al encapuchado. Aunque pronto empezaron a chocar acero con el encapuchado probando ser rápido en sus movimientos.

La jovencita corrió hacia el callejón donde se escuchaban los gritos, para tratar de ayudar a quien fuera que lo necesitara. Al llegar, la escena que encontró consiguió que su semblante se llenara de una mezcla entre ira e impotencia por lo que veía.

Unas damas habían sido asaltadas por unos encapuchados que de seguro no solo querían robarles, sino posiblemente asesinarlas o algo peor, y el único hombre que había tratado de defenderlas yacía moribundo en el suelo mientras que con sus último aliento de vida intentaba impedir lo inevitable.

A pesar de que había dado buena cuenta de dos de los enmascarados, aun faltaba otro que continuaba dispuesto a finalizar lo que empezó, sin importarle lo más mínimo el público que le miraba horrorizado sin hacer nada para ayudar a las mujeres. Y cuál fue su sorpresa al reconocer a aquel anciano como uno de los asiduos de la taberna de su querida Camila.

Josef, por su parte, se preparó para atacar al malhechor, no sin antes empujarla hacia atrás y decirle de muy malos modos que no se metiera en la pelea. Pero el norteño no contaba con la testarudez de la joven huérfana, por lo que, desoyendo sus advertencias, se acercó rápidamente a los enmascarados caídos, para registrar sus pertenencias y tomar un estilete, daga o cualquier otra arma que le sirviera para ayudar a su compañero.

Desoyendo las advertencias del norteño la joven se acerco aun mas en ese campo de batalla callejero. No era el primero que la joven veía aunque generalmente era hecho por duelistas que peleaban en iguales condiciones o duraba demasiado poco para que alguien tuviera tiempo. Sin embargo esta vez la joven se encontraba en un escenario algo raro que le dio la oportunidad de intervenir y asi lo hizo acercándose a uno de los muertos para sacarle un estilete que poseía. El arma se encontraba manchado no solo en el filo sino en el mango.

Al levantar la vista para fijarse como se encontraban las cosas se dio cuenta que tanto el extranjero como el encapuchado seguían en su duelo, aunque el acero comenzaba a sonar menos que antes por un cambio en la estrategia del encapuchado que había comenzado a esquivar los golpes en vez de atajarlos con su estilete.

En un momento la joven parecio reconocer un momento donde meterse, pero a pesar de que no anuncio su llegada el encapuchado parecio notarla antes de que el acero lo atravesara. “Una dama peleadora, que curioso.” Afirmo el encapuchado con una burla en su tono. “Me pregunto si seras la amante de este hombre.” Dijo para un instante mas tarde atacarla de forma decisiva y rápida a la joven. Oiste como Josef maldecia y se acercaba mas a ti que al hombre.