Partida Rol por web

Conforme la compañía entra en las ciénagas, dirigir el bote se vuelve más difícil, puesto que ramas colgantes y raíces sumergidas actúan como obstáculos inesperados: el personaje que dirige el bote (el guía) tendrá que hacer una prueba de Atletismo cada día. Fracasar obliga a todos los compañeros a perder 3 puntos de aguante, puesto que deben entrar en las frías aguas para liberar el bote de donde quedó atascado en el fango, o en una maraña de ramas muertas.

El vigía tiene derecho a dos tiradas de Alerta cada día.

Todos los héroes que actúen como exploradores tienen derecho a dos tiradas al día, utilizando Explorar o Buscar, para intentar encontrar signos del paso de Balin. Explorar las ciénagas es una acción prolongada, que requiere cuatro tiradas con éxito para completarse. Cuando se han llevado a cabo con éxito cuatro tiradas, se considera que los compañeros siguen una senda que acabará por llevarles hasta el último campamento de Balin.

La zona era extraña... opresiva... y por todos lados se podía sentir un peso que oprimía el alma de manera constante. En la Compañía, mi misión era la de explorar y sobre todo, cazar para poder alimentarnos. Mi fiel compañero estaba a mi lado, no se separaba de mi ni un sólo instante...

Pero ahora tenía que realizar mi trabajo.

Y por el bien de todos, tiene que ser perfecto.

Mata caminó un par de pasos hacia la derecha y se agachó.

Cogió entre sus dedos una especie de roca partida en dos y se la acercó a su nariz, oliendo profundamente antes de sonreir.

- Huele a humo, humo de pipa. - Dijo sin más y le dió un par de palmadas en el lomo a su compañero.

Seguían sin gustarle los botes, eran inseguros y desagradables.

Pero cuando alcanzaron las zonas pantanosas, Akin vio que llevar el bote ya no era cuestión de pericia, sino de pura fuerza para arrastrarlo y hacerlo superar los obstáculos que iban encontrando. Así que sin decir nada tomó el remo y se puso a hacer el duro trabajo.

Los brazos no parecían fallarle, pero algo que no supo definir parecía querer llevar la barca a mal puerto. A pesar de todo, y sabiendo que los brazos le pesarían aquella noche, su gran esfuerzo consiguió llevar el bote a través de aquel sucio laberinto sin más incidentes.

Fredegar estaba fascinado por lo que iba descubriendo; las ciénagas eran un lugar lóbrego pero  la vez fascinante. Se fijaba en los árboles y los manglares que intentaban impedir el avance del bote a la vez que tapaban el sol para desorientar a Akin y enfriar los ánimos de la compañía; se fijaba en las aguas que se habían oscurecido y amenazaban con helar al que quisiera perturbarlas a pie...pero después del almuerzo su curiosidad dejó paso a la cautela y comenzó a percibir las sombras de algunos animales, el movimiento del agua al paso de peces de tamaño considerable...en definitiva cualquier cosa que pudiera ser una amenaza.

Mata encuentra un rastro de paso. Es tabaco de pipa, reciente (pocos días), de manufactura enana.

Fredegar interpreta un movimiento casi imperceptible al límite de la visión: alguien os sigue.

Ioli no pierde detalle a lo dicho por Mata. Ese hombre de los bosques tiene los sentidos tan afilados como su lobo, al parecer, y el joven hombre del Lago no quiere perder la oportunidad de aprender una cosa o dos de este viaje.

Eurainon se acercó con lentitud al lugar en donde Mata había olido el humo de la pipa, y susurró quedamente unas palabras en antiguo quenya, mientras con enorme suavidad tocaba las piedras del camino, con la mirada fija en las mismas, concentrado en un sonido que, solo el, parecia percibir

- Varios hombres de pequeña altura, y recia complexión, pisaron este camino, y se sentaron aqui a descansar. ¿Cuantas veces has notado el rocio de la noche empaparte tras eso, piedra? ¿y en qué camino marcharon? - pregunta en una lengua que ninguno de sus compañeros es capaz de reconocer

Eurainon no consigue sacar nada en claro de las piedras del camino.

Fredegar interpreta un movimiento casi imperceptible al límite de la visión: alguien os sigue.

¿Tenéis pensado hacer algo al respecto?

Fredegar intenta discernir la forma que les sigue.

¿Has visto algo, pequeño mediano?

Dice Ioli, quien se fía de la buena vista de esa raza. Inconscientemente, reacciona a la suspicacia del hobbit vigilando también la zona.