Partida Rol por web

Armando Bulla intenta coger la espalda de uno de los guardias, del que no apunta que es el que está ahora mismo más cerca suya. El otro sigue apuntando de forma temeraria a su acompañante. El guardia estaba de espaldas pero aún así los policías sabían hacer ciertas artes marciales para cuando se econtraran en esa situación, por lo que no será sencillo neutralizar al guardia.

Una vez neutralizado el guardia saca la pistola de este y apunta al otro usando al guardia como escudo humano.

-Vamos, baje el arma y dejela en el suelo- para luego hacer un movimiento de la cabeza para indicarle a Nicco que la tome.

El guardia mira de repente al Armando, y ve como ha cogido a su compañero... apunta nervioso a los dos, moviendo el arma de un lado a otro junto con su cuerpo. Entonces con un rápido movimiento veis que baja una de sus manos para coger algo de su bolsillo rápidamente...

Nicco desenfunda rápidamente las dos pistolas y apunta al policía a la cara sin pestañear y sonríe de nuevo.

- Ah, ah, ahhh... quieto allí, poli, o te dejo la cara como una máscara de hockey. Suelta el arma y acompáñanos dentro.

El policía finalmente coloca su pistola en el suelo.- ¡No me mates!.- Dice mientras pone las manos arriba. El otro policía sigue inmóvil aunque forcejea para escapar. Armando nota que el hombre es fuerte, y que tendrá que hacer algo para inmovilizarlo mejor, o acabará escapándose

Armando nota que el policia le forza mucho, parece ser mas fuerte que el, por lo que logra soltarse.

-Maldita sea, ¡Nicco la pistola!- Sin perder el tiempo apunta la pistola que le ha quitado al guardia a este - Un paso mas y ese sera tu ultimo paso...- apuntando al centro de su pecho.

Ahora que el otro poli está desarmado Nicco apunta ambas pistolas al que se intenta liberar.

- A ver, pedazo de mierda, ¿te pone el alcalde una medalla al valor póstuma o sueltas el arma de una puta vez?

Con un toque da la punta del pie el gangster aparta la pistola del suelo de los pies del poli, acercándola a Armando. Su mirada ahora es cruel y fiera porque le jode que la gente no sepa cuando ha perdido.

- Entra en el el vagón con tu compañero y todos llegaremos a casa con los mismos agujeros en la camisa con los que salimos esta mañana.

Cuando dijo eso último Armando, el policía le asestó un fuerte codazo en las costillas. Armando cayó de espaldas al suelo retorciéndose en el suelo, pero ya era demasiado tarde, los estaban encañonando. Finalmente los policías se rinden y obedecen. Al entrar en el vagón los policías se sientan en unos sillones. La gente mira alarmada las dos pistolas de Nicco, que apunta a los policías de forma abierta.

Finalmente la puerta se cierra y el tren comienza a tomar velocidad. Nicco puede ver que una chica que corre alarmada hacia ellos, huyendo de algo... es una mujer bastante guapa y muy arreglada, desentona en ese ambiente...

Dirigiéndose a los pasajeros Nicco apunta la pistola al aire mientras que con un gesto le indica a Armando que se ocupe de la extraña mujer y se la lleve de allí mientras él habla con los polis.

- A ver, damas y caballeros, todo aquel que quiera compartir vagón con Nicco Farelli y Armando Bulla que se quede para una buena balasera, los demás que se vayan al vagón de al lado ¡Vamos, fuera todo el mundo!

El mafioso aguarda a que la gente despeje el vagón y luego se sienta y sonríe a los agentes de la policía.

- Joder agente, menudo golpe le has soltado aquí al compañero. Muy buena. Por favor, identificaos, nombre y número de placa. Tenemos que comprobar una cosa antes de seguir.

La cara de Nicco ha cambiado, dulcificándose para volver a ser Bob Landiss, el joven criado en una granja que creía que podía comerse el mundo antes de acabar en la CIA. Una vez que los agentes se identifican y confirman que son polis de verdad les enseña su propia identificación de la Agencia Central de Inteligencia.

- Lamento el contratiempo agentes, pero tratándose de una labor secreta no podíamos permitirnos que se nos descubriese frente a toda esa gente. Eso sí, si están por la labor, podrían ayudarnos con la charada y lanzarnos fuera del vagón como a vulgares maleantes cuando lleguemos Londsale Masion. Ustedes quedarán como héroes de cara a los pasajeros y nosotros seguiremos con nuestro papel. Por cierto ¿a cuento de qué estas medidas de seguridad excepcionales? No nos las esperábamos al bajar al metro.

Obedeciendo a Nicco, Armando toma del hombro a la mujer la empuja suavemente para alejarla de los policias, mientras la va alejando tranquiliza con un tono suave de voz.

- Tranquila, si a los pasajeros no les haremos ningun daño mientras hagan lo que decimos- aunque aun intrigado por la extraña mujer, le mira cara y pregunta- ¿de que tiene miedo? porque parecia algo asustada ¿O me equivoco?

La mujer mira desesperada a Armando, y entonces ve algo evidente. Tiene síntomas de violencia, un ojo morado y el labio roto. No es capaz de hacer otra cosa más que temblar y temblar en los brazos de Armando, incapaz de gesticular una palabra.

Los policías se miran entre ellos.- ¿Y dime? ¿Qué necesidad tiene una persona de la CIA de utilizar un tren para ir a un lugar? .- Francamente si fuera falsa la placa estaba muy bien hecha, pero hoy en día hay muchos falsificadores. Pensaban los guardias sin llegar a decirlo.

- A ver caballeros, vamos a llevarnos bien porque los dos sabemos quienes tienen la sartén por el mango y no son ustedes. El comisario Huckabee creo que preferirá recibir una mención de colaboración por su parte que una de obstrucción a la Central de Inteligencia ¿me equivoco agentes?

Robert les devuelve la pistola a los policías y se relaja en el asiento, si aquellos dos querían hacerse los difíciles entonces tendría que recordarles quienes eran los que mandaban y quienes eran los perros.

- El qué hagamos o cómo es cosa de la Agencia, ahora ¿me van a contar a cuento de qué venían las inspecciones en los tornos del metro?

Armando se alarma al notar estos signos de violencia, le sigue empujando suavemente para sentarla en un asiento. Cambiando a su cara seria, se aleja de la mujer para acercarse a Nicco, una vez cerca de Nicco dice seriamente:

-La mujer parece haber sido golpeado o algo asi, podrian haber otros criminales en el tren - y da una pausa para revisar detras suyo, al acercar nuevamente su rostro continua -Seria buena idea ir a investigar si es que alguien mas puede estar en el tren, algun otro criminal

Para luego acercarse a la mujer nuevamente para ver si en ese momento puede responder, hablandole con el mismo tono suave de antes.

Nicco tuerce el gesto ante el comentario de su compañero.

- Podemos hacer una de dos, o dejarle la labor a nuestros compañeros policías u ocuparnos nosotros como mafiosos metomentodo, pero no podemos ir polis y mafiosos de la mano investigando un caso de maltrato ¿qué prefieres?

Los policías finalmente hablaron.- Precisamente es eso lo que estábamos intentando evitar, cada día hay más delincuentes que van al barrio donde vosotros estáis, por eso nuestra misión es velar por la seguridad en este tren. Estamos confiscando las pistolas y todo lo que pueda ser un arma, debido a los últimos homicidios que se han producido en este tren. Pero ya se nos ha colado alguno.- Dice uno de los guardias con gesto molesto y sin mirar a nadie.

De repente la puerta se abre y aparece un hombre de unos 2 metros, muy robusto que dice furioso.- ¿Dónde está esa zorra?

Entonces ve que no hay nadie allí y que hay 2 policías que parecen estar bajo custodia de dos hombres que visten de chaqueta. Entonces ve la mujer que está al lado de Armando, que está sentada.- ¿Con que este era el tio ese del que te habías enamorado no?.- Y de repente saca un revólver y le apunta a Armando, importándole un carajo que lo molieran a balas allí. Quería matarlos a todos