Partida Rol por web

Llevabas mucho detras de una pista fiable sobre la desaparecion de esa niña rica. Tu unica pista fiable te llevaba al numero de una clinica muy exclusiva dedicada al tratamiento de adicciones.

El lugar era tan hermetico que la unica solucion para averiguar algo consistia en hacerse pasar por uno de sus pacientes. Un plan secillo que podia funcionar, con suerte aquella chica se encontraria alli o al menos podrias encontrar alguna pista mas que seguir.

Conseguir una plaza fue complicado, pese a la generosa asignacion que la familia de la chica te dio para pagar el ingreso, pero al fin lo conseguiste.

Era hora de hacer las maletas y pensar una tapadera fiable.

Samuel tiró el periódico sobre el lavabo mientras terminaba su visita al baño matutina, y se dirigió a vestirse. La tarde anterior había estado de compras con su amiga Maggie por algunos de los sitios más esclusivos de la ciudad para conseguir ropa adecuada, y esperaba de todo corazón que el dinero invertido valiera la pena, porque odiaba gastar dinero en ropa. Si quería hacerse pasar por un niño rico, adicto a la cocaína, tenía que aparentarlo, y no le valía con sus camisas y pantalones vaqueros.

Se miró al espejo y se rascó la barba de dos días. Si a eso le añadía su palidez, y las ojeras que arrastraba desde hacía años por juntarse con contactos en fríos callejones y bares de alterne, tenía el aspecto perfecto de un heredero que se había esnifado el dinero de papi.

Sería Albert O´Connely, hijo bastardo de un tipo muy rico del que no podía dar el nombre, que recibía una jugosa asignación para mantener la boca cerrada. Como últimamente se estaba llendo demasiado de la lengua, los abogados de su padre le habían aconsejado que se metiera en la famosa clínica para quedar limpio, por si la noticia terminaba saliendo a la luz.

Eso les encantaba a los pijos: el puto morbo.

Te sorprendio que se molestaran en mandar su propio avion privado para recogerte. En el una mujer te atendio desde el primer momento.

- Buenos dias.-saludo cordial.- Trabajo para la clinica y mi tarea es hacer que se sienta comodo durante el vuelo, pero antes de nada debe firmar unos papeles. Uno es un consetimiento de ingreso, el otro es un acuerdo de confidencialidad dado que puede encontrarse con caras famosas que gustan de su privacidad tanto como a usted le agrada que la suya sea protegida.- dijo deslizandote los documentos con suavidad. Todo papeleo legal, muy formal aunque con peculiaridades llamativas.

En el ingreso declarabas que te someterias a todas las pruebas y tratamientos que se considerasen oportunos para tu sanacion... sin especificar el tipo o la clase de dichos tratamientos...

En el acuerdo legal una clausula que te obligaba a pagar 100 millones de dolares si alguna vez comentabas la identidad de los pacientes o en que consitia el tratamiento...

No le gustaba nada cómo sonaban aquellas clausulas, pero ahora que había conseguido entrar, no podía echarse atrás. Con su mejor cara de indiferencia, firmó los papeles con aquella rúbrica que había practicado cientos de veces hasta parecer creíble y se dejó caer en el asiento. Estaba impresionado por las instalaciones del avión, pero debía parecer que aquella era una de muchas, así que simplemente se dejó llevar por el papel, pidiendo una copa.

La chica sonrio y guardo los documentos a buen recaudo. Despues abrio el minibar del avion, surtido mas ampliamente que la mayoria de los bares de la ciudad, con marcas de primera fila y algunas tan exclusivas que solo las habias oido nombrar.

-Mi nombre es Miriam, soy su asistente personal apartir de ahora. Me encargare de satisfacer sus peticiones, ya quiera sabanas de seda para su cama o precise de alguna marca en concreto de espuma para el afeitado.-dijo la mujer esperando que señalaras una botella y una vez decidio te lleno una copa que puso en tu mano.- En nuestra clinica queremos que se sienta como en casa, que goce de todos los placeres y lujos a los que esta aconstumbrado, incluso tenemos un catalogo de acompañantes que podra solicitar si necesita compañia.

Asintió, satisfecho de que se tomaran tantas atenciones con él, disimulando lo mejor posible su sorpresa. La verdad era que, teniendo en cuenta lo que costaban las mensualidades de ese centro, lo menos era que te trataran como a un rey, pero quizás todo aquello era demasiado. No estaba acostumbrado, y tuvo que hacer de tripas corazón para concentrarse y recordar para qué estaba allí.

Era su trabajo.

- Bien, Miriam - respondió con desdén - Entonces háblame del centro... ¿qué encontraré allí? ¿miles de periodistas acampados en la puerta?

La mujer sonrio.- Nos dirigimos a una isla privada localizada en una hubicacion secreta del caribe, sin periodistas, sin camaras...una gran parte del coste del tratamiento esta destinado a garantizar su privacidad. No piense en la clinica como en un hospital al uso, es mas como un hotel de super lujo donde va a recibir un tratamiento beneficioso para su organismo. Cuando se marche sera un hombre nuevo, se lo garantizamos.

Sin darle importancia, movió la mano como queriendo zanjar el asunto, y miró por la ventanilla de su asiento para organizar sus ideas. No había tenido oportunidad de averiguar dónde iban, y si era una isla secreta sería muy complicado descubrirlo. Quizás en el aeropuerto podría conseguir alguna información.

Estaba cansado, pero prefería no quedarse dormido. Si podía sacar alguna información sobre las instalaciones, tenía que ser ahora.

- Y dime... muñeca. ¿Quién se encarga de todo esto? Espero que sea de fiar...

- Naturalmente señor, mas de 25 años de experiencia nos respaldan.-dijo evitando deliberadamente dar nombres o mas explicaciones sobre ello.-En cuanto tomemos tierra el director en persona le recibira.-dijo sentandose en uno de los asientos libres.- ¿Quiere ver una pelicula? Contamos con una amplia seleccion de titulos.- comento esperando que eso te entretuviera y se te olvidaran las preguntas.

Con un haz lo que quieras para dar más credibilidad a su personaje, Samuel se relajó con la película y ordenó los datos que tenía hasta el momento. Estaba claro que no iban a dar más información de la necesaria, y quizás el hecho de que la isla estuviera aislada ayudaba al secretismo. ¿Qué escondían allí? Todavía resonaban en su cabeza las palabras que había leido en el contrato, donde rezaba que podían usar "los medios necesarios" para su recuperación.

Un escalofrío recorrió su médula espinal. Eso no sonaba a baños y música chill-out.

La habitacion era enorme, mas que toda tu casa junta. El baño con bañera de hidromasaje para 4 personas, como no podia ser de otro modo y una television frente al retrete para que hicieras tus necesidades sin perderte un punto de tu equipo favorito.

Un recibidor, un saloncito pequeño y una television de pantalla planta de cincuenta pulgadas frente a la cama... todo lo que pudieras soñar y desde luego vistas al mar.

Solo una pega...¡Esas no eran tus maletas! Dentro vestidos de chica y zapatos de tacon....

- Joder, putos anormales - pensó Samuel, mientras echaba un vistazo a lo que llevaba la joven. La verdad es que las maletas eran similares, ¡pero eso no era excusa! Deseó con todas sus fuerzas que la chica no registrara su equipaje a fondo. No quería que encontrara el material de investigación. Si se iba de la lengua, sus días allí estaban contados.

Abriendo la puerta de golpe para mantener su tapadera, llamó a voces a alguno de los ayudantes que por allí pulularan.

- ¡A ver! ¿Quién cojones tiene mis maletas?

La chica tiene cosas de chica, condones, un portatil....

En pocos minutos una mujer llamo a tu puerta con tus maletas.- A sido un lamentable error del botones, lo sentimos mucho. Para compensarle la molestia la clinica le hace entrega de un vale especial.- dijo dejandote un vale con el logo de la clinica al alcance de la mano.-Cualquier cosa que desee podra ser canjeada por el vale sin coste para usted.-dijo con una sonrisa.

Cerró la puerta tras aceptar el vale y se dispuso a revisar las maletas. Si esa puta adicta al sexo había visto algo, podía ponerle en un aprieto. Además, ¿un vale para lo que quisiera? ¿Pero qué clase de clínica era esa?

Colocó sus ropas y escondió el material lo mejor que pudo en el armario, buscando así que quizás (y sólo quizás) no miraran dentro. Era necesario que llevara algo para tomar notas, y quizás podría decir que era algo voyeur si le preguntaban por ellas. Se relajó tomándose una ducha y esperó a que le llamaran.

Nadie habia tocado tu equipo pero por como estaba la ropa dirias que al menos lo habia visto.

La ducha fue tan agradable como esperabas, al salir de la misma el telefono sono. Podia ser coincidencia o que te estuvieran viendo, despues de todo no seria raro que tuvieran camaras en las habitaciones...

- Buenas tardes señor, la clinica le informa que el comedor esta abierto por si gusta de tomar algo, tambien puede pedirlo a nuestro servicio de habitaciones.

- Maldita sea -  pensó - debo ser más cuidadoso.

No había contado con que pudiera vigilarle de formas más complejas que una simple cámara, y se culpó por no haber sido más cuidadoso. ¿Acaso todo aquel lujo le estaba distrayendo? Habían pasado unos segundos desde que la sensual voz al otro lado del teléfono terminara su pregunta, y pensó que quizás sería buena idea responder.

- Nah... bajaré al comedor.

Aunque tenía hambre, tenía intención de ver si la desaparecida se encontraba entre los internos. Quizás si la localizaba pronto no tendría más preocupación que salir de esa maldita isla.