Partida Rol por web

La Compañía de la Tormenta I

Escena II - Espiritismo subacuático

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17/05/2025, 22:16
El Señor de los Goblins

El ambiente estaba cargado de electricidad estática. La tensión se podía cortar con una cucharilla de postre (?). El asunto estaba más peliagudo que un gato haciendo de funambulista en un alambre. Pero he aquí que dos valientes se habían ofrecido a probar el vino de uva retroactiva que tenía en posesión Myzixx.

La primera era Braveteezer, la cual no tenía miedo a rasgar el tejido espaciotemporal y venía fuerte desde su letargo a manos de su estimado amigo y timador vecino, Abú Nazzzzzirrrr.

La segunda, claro, era la intrépida novatilla hacedora de potajes, Neris Stilton.

El vino daba para varios generosos copazos, pero… ¿Sería mejor condensar su efecto embriagador en uno solo de Los Tormentosos? ¿O podría ser útil que Rumple y Neris compartiesen el riesgo…?

Decisiones, decisiones.

Notas de juego

Aclaraciones:

Rumple y Neris eligen si comparten el vino retroactivo o bien ceden su copazo al otro. Es simplemente una elección narrativa, por lo que no requiere de tirada alguna.

Si ambos vais all in, haced una TS de INT a DC escalada. Me quedaré con la mejor tirada de los dos y la aplicaré para ambos (para todos, en realidad). Como si de una ventaja se tratase, vaya. Parto de la base de que Myzixx os leerá el pensamiento para interpretar vuestros sueños, ¿vale?

El resultado de la tirada, a partir de 10, supone algo interesante para el devenir de la historia.

Si sale por debajo de 5 en alguna de las dos tiradas, pasará algo interesante pero no muy agradable.

Si uno de los dos saca un 1... Bueno, no voy a decir nada, solo que el 1 prevalece sobre todo lo demás, inclusive sobre el 20.

 

Bien, ¿Quién ha venido a jugar? :-D

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19/05/2025, 18:56
Myzixx

- Bah... - Exclamó, no queriendo desperdiciar sus preciados dones en el maldito poli plateado. El azulado se volvió hacia sus compañeras. 

- Estais seguras? Unos sorbos de estos y serán como las tres o cuatro peores cogorzas de vuestra vida, juntoas y de golpe, con la correspondiente resaca devastadora. - Les recordó. - No creo que aquella herborista exagerase demasiado con los efectos de este vino. 

No las tenia todas consigo, pero aun así admiraba la valentia de aquellas dos. Rumple ya sabia que era valiente hasta extremos suicidas, Myzixx y Ren se habian divertido bastante durante mucho tiempo picandola a placer, sabiendo que no habia reto, por absurdo que fuese, que un buen " no hay huevos " no la llevase a realizarlo. 

Por otro lado la cocinera/ladronzuela no la conocia, y que supieran no estuvo en la yegua la noche anterior. Tal vez si descubriesen algo que la medielfa hubiera olvidado. 

- Empezaremos por ti, Neris. - Levantó la mano ante la inminente queja de Rumpleteezer. - No puedo leeros a las dos a la vez. Tenemos que ir por orden. No te quedarás sin, te lo aseguro. 

El goblin azulado preparó su medallón y ofreció un poco del vino en un vasito de termo a Neris. 

- No se que pasará. Será mejor que te sientes... - Aquello prometia ser divertido. 

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20/05/2025, 11:22
Neris Stilton

Neris se sobresaltó como cuando la pillan a una haciendo alguna travesura y dejó de hacer manitas con aquella lasciva barandilla de madera tan pronto como escuchó la voz de su azulado compañero.

- ¡ Si!.. Claro, segurísima..- Puso cara de niña buena, de las que dicen no haber roto un plato en su vida. Sonriente, observando a Myzixx, aunque por encima de su hombro a los lejos aún podía sentir el escrutinio acusador de quien mas se la tenía jurada sobre la cubierta de aquel barco.

- Nah, si seguro que no es para tanto.  ¿ Donde esta mi copichuela?- Se hizo la valiente sacando pecho y acercándose, haciendo gestos con su diestra, invitando a que le dieran la primera de las copas. Pero como insistió de que los efectos podían ser intensos, hizo caso de la advertencia Myzixx y se sentó.

- Huele bien..- Cual sumilier, se embriagó del aroma del caldo antes de acercarlo a su labios. Entonces... bebió.

- Tiradas (1)
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20/05/2025, 16:15
Rumpleteezer

Algo más calmada después de sus dos tientos al puerro, Rumple le dedicó una mirada pícara al Cabo Colvin.

—¿Cohecho? Me gusta cuando usas palabras sucias... —ronroneó. A Colvin, la cera de las orejas empezó a rezumarle cuello abajo, derretida por la inusitada ascensión de su temperatura cerebral—. No sé lo que significa, pero te lo advierto: ahora somos hermanos de navío. Y uno no se aprovecha de sus hermanos de navío... Porque a los que se sobrepasan, los "co-echamos" por la borda en medio del océano. Y tú, precisamente, no tienes pinta de ser un gran nadador. No ofense...

La gnoma volvió a centrar su atención en Myzixx y su botella de vino. La había conseguido de la herborista. La mujer cabra. La misma junto a la que Rumple había despertado. Eso tenía que ser una señal.

—Déjate de cháchara y vamos al lío —le espetó al hechicero. Se acercó a la grácil Neris, que ya se había sentado frente a ese proyecto de camarero azulado—. Si le tuviera miedo a las cogorzas, nunca me hubiera acercado a menos de tres archipiélagos de la Compañía de la Tormenta. La resaca de ayer se cura con la curda de hoy, lo sabe todo el mundo1.

- Tiradas (1)

Notas de juego

1Sabiduría popular yamapalí, Volumen I.

Desde aquí lanzo el reto de inventar refranes yamapalíes para añadir a este refranero famoso entre todos los marinos del archipiélago y los mares circundantes.

Además dejo hecha la TS de Inteligencia con un fantástico resultado de 7...

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21/05/2025, 00:02
Dora

Dora no tenía la menor intención de tener resaca, cuando a uno le dolía mucho la cabeza y se tiraba al agua fría del océano, le dolía más, y ella tenía intención de pasar una parte de la travesía en el océano. Sonrió viendo como los machotes del grupo se achantaban y eran las dos pequeñitas las que tomarían el licor. Claro que si lo pensaba... Mak estaba KO y el machote siguiente era de color azul y triple X, después el mago ígneo, y Botas. Obviamente no contaba a los guardiaciviles entre la tripulación, los tricornios aquellos eran el enemigo. No inmediato, pero enemigos. Y lo decía ella que cuando había salido del océano había colaborado con la guardia costera como geógrafa, pero no con esos dos idiotas que habían quemado la Yegua, o al menos habían sido los causantes de ello al tomar al asalto un pacífico local de comidas de todo tipo. Tendría que ver la nueva, no parecía tan estúpida como los otros dos, pero una nunca podía fiarse de una madera. Con un poco de suerte no sería una madera podrida, pero el tiempo diría.

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22/05/2025, 18:21
El Señor de los Goblins

Los Tormentosos tenían un plan.

Como era costumbre en ellos, era de esa clase de planes en las que cabe la coletilla «ALGO PODRÍA SALIR MUY MAL.» A ellos el riesgo inherente a toda aventura les parecía bien, así que allí se plantaron junto a un tablón que hacía las veces de mesa —en realidad, era El Potro de Seducción Duodenal— y Neris y Rumple se sentaron la una frente a la otra, copazo en mano, dispuestas a alcanzar la melopea ante la atenta mirada de propios y extraños.

Por suerte para esos advenedizos, La Maledictione se encontraba dormitando en R’yleh y no aquejó ningún dadito crítico, lo que se tradujo en que el vino de uva retroactiva funcionó… ¿bien?

El néctar de Kwala sabía dulce y embriagaba rápidamente. La mente se nublaba y uno tenía la sensación de que la cabeza, toda su estructura ósea, pesaba un quintal. Llegado a este punto —que venía de la mano con el tercer sorbito—, uno contemplaba el desmayo como la solución más digna.

Maaaaaan, sí que pega fuerte esta mierda —musitó Ren anonadado ante el poder aturdidor del vino de la herborista.

Myzixx canalizó sus poderes mágicos para acceder al sueño etílico de sus compinches. Pidió silencio para poder concentrarse, pero lo cierto es que allí cuchicheaba todo el mundo apostando por quién sufriría los efectos secundarios de la cogorza.

—Apuesto muy fuerte por la peluda —dijo el cabo Colvin.

—No promocionamos los juegos de azar, Colvin —le recriminó un serio Qarinoth, nada satisfecho por la artimaña ocultista que estaba desplegándose ante él.

—Tiene razón, señor. Solo los abrazamos con entrega desmedida —musitó Colvin introduciéndole un puerro en la napia a Rumple para que tuviese un alegre despertar.

—Se callen, ‘oño. Aquí no puede uno trabajar —protestó Ren.

 

Rumple y Neris se dieron cita en una versión bastante menos calcinada de la Yegua Indómita.

El local lucía exactamente como recordaban, con alegría, jolgorio y chicas semidesnudas bailoteando por doquier al ritmo de las excéntricas canciones de Dora la Trovadora. Observaron en un curso alternativo de acontecimientos a Kaira Murasaki bajar con la cabezota del oni al sótano al encuentro del misterioso pagador que nunca llegó a entregarles la recompensa. Vieron a Myzixx sentado sobre el regazo de su chica, Lucya, esta con un bello tatuaje de una carpa dorada cubriéndole la espalda. Contemplaron a Desdémona guardar la icónica espada de la samurái en su bolsa contención y a Ren Ward y a Mak farolear sobre quién se alzaría triunfante tras culminar la tradición: El Animal de Medianoche. Un tímido Pequeño Timmy se unía a ellos a regañadientes, seducido por la natural turgencia de los juveniles pechos de una genasí acuática.

Rumple contempló a Abú Nazir cuchichear con su alter ego vendiéndole un mapa que vaya usted a saber dónde quedó, pero que a todas luces parecía falso, como todo lo que vendía Nazir. Recuerden: pronunciado «Naziiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiir.»

A la gnoma furby se le ocurrió que era hora de ajustar cuentas con su mercachifle favorito, así que ignorando los peligros del espaciotiempo dio un trago a su copazo de vino retroactivo y se dirigió hacia su víctima, siendo tan legendario reencuentro interrumpido por la entrada en tromba de la Guardia local con el advenedizo de Bezoya —hombre dotado de una gran… memoria— acompañado por The Pinzons’ Brothers, que eran unos… marineros.

Bezoya —que en el sueño había ascendido a teniente— denunció a Dora por difamar el buen nombre de una cantante gallega y plagiarle las letras y se lió la zapatiesta. Rociaron a Dora la Calumniadora y a Botas con spray de pimienta, algo que no impidió que la elfa siguiese cantando La Balada del Finisterre; Mak y Ren empezaron otra ronda de Kárate a Muerte en Yamapalu, Abú Nazir disparó su dardo pero fue a darle a Bezoya en la… mejilla, algo que hizo que se le durmiera la mitad de la cara y adoptase un tono extraño, como si hablase en slow-motion; The Pinzon’s Brothers emplearon a su ariete ogroide, el guardia N’ Thorg, para efectuar la detención de media clientela y, a todo esto, ni el cabo Colvin ni el capitán Qarinoth se pasaron por allí porque, a todas luces, la Guardia de Yamapalu contaba con muchos más recursos de los que Rumple recordaba y se bastaba y se sobraba con tres hombres y un ogro para sofocar una revuelta tabernaria.

Rumple despertó antes que Neris, mareada, confusa y con la creciente sensación de que Bezoya podría ascender a capitán y quitarle el puesto a Qarinoth en algún universo alternativo.

Fuera como fuese, debía impedirlo.

Neris Stilton, en cambio, siguió soñando más allá, aún agazapada en su esquina, vigilante.

Jugueteó con un anillo entre sus dedos, unos dedos que no reconoció en un primer instante porque, bueno, eran dedos más propios de una mano varonil que de una manita como la suya.

—¡Cáspita! —soltó la menuilla asustada ante tan súbita revelación.

¿Acaso era otra persona en su sueño?

La Yegua quedó en calma una vez la Guardia redujo a Los Tormentosos, pero no tardó en desatarse un caos mucho mayor en mitad de la noche.

A diferencia de los guardias, que solían adorar echar puertas abajo para hacerse notar, los asaltantes nocturnos entraron sigilosamente por las ventanas portando un intenso olor a cerezo en flor. Tenían ojos rasgados, una deficiente higiene bucal y desprendían un fortísimo hedor a opio. Sus armas eran elegantes, curvilíneas y brillaban delatando un filo temible. Atacaron lanzando bombas de humo y hablando en un dialecto que sobreexplotaba la letra «CH».

—¡WAAAAASAAAAAANEEEEEEEE! —gritó uno de ellos con el rostro desencajado antes de arrojarle una granada al portero de la Yegua Indómita.

Neris se tapó las orejotas y trató de esconderse, ponerse a cubierto ante tal huracán de destrucción.

Fue entonces cuando vio al enorme gólem de hierro destrozar la pared este como si nada de un puñetazo que pareció un proyectil de artillería.

El gólem no respondía bien a la imagen mental que Neris tenía de estos constructos. Era sofisticado, diríase esbelto, de extremidades delgadas pero a todas luces provistas de una fuerza colosal. Y se movía con rapidez, algo inusual en un amasijo de metal. Estaba armado con un garrote cilíndrico sembrado de espinas que recordaba por grosor al tronco de un árbol y tenía una mascarón donde debiera tener su rostro bobalicón con un gigantesco ojo de un color rojo carmesí brillando como el mítico pomelo de Maerlyn.

Un demonio metálico.

Horrorizada, Neris fue consciente de que no tenía escapatoria. Los incursores pasaban a cuchillo a todo bicho viviente, con la honrosa salvedad de las chicas de Desdémona, a las que agarraban del pelo y engrilletaban por el cuello.

Neris vio entonces huir con sus largas y nervudas piernas a Pequeño Timmy bajando por las escaleras que daban al piso superior. Correteó como si su vida onírica fuese en ello, esquivando malandrines por doquier que chillaban percatándose de sus intenciones, dispuestos a cortarle la huida.

—¡Yu shing tao!

—¡Shing guo liang!

Timmy ya veía la ventana abierta. Solo un pequeño salto y una zambullida y estaría a salvo de esos malnacidos de ojos rasgados. Pero cuando su victoria estaba tan cerca, la Mano de la Muerte fue a agarrarle del hombro y a derribarle con una zancadilla bien plantada en su pie de apoyo. Cayó al suelo con estrépito y mucho dolor. Para cuando alzó la mirada para identificar a su atacante, sus ojos se clavaron en el rostro de marfil de prominentes pómulos y mirada penetrante del líder de los asaltantes.

—Hmmm… Demasiado pequeño —dijo en común clavando la punta de su hoja en la yugular del grumete.

—No cumple los estándares de la señora.

El ojos rasgados alzó su espada con las dos manos dispuesto a dar el golpe de gracia. No tenía pinta de necesitar más de un golpe para rebanarle el pescuezo a un hombre.

Timmy cerró los ojos entre lágrimas.

—¡Detente! —gruñó un orondo rubiales muy fatigado por la persecución sosteniendo un trabuco en su mano hábil —. Ese es especial. Llevémoslo al Loto Rojo con las chicas. Será un buen sirviente para la señora. Y si ella no le quiere, siempre puedo utilizarlo para mis intereses. Recuerda nuestro trato, Lao Tsé.

El espadachín de mirada inclemente pareció sopesar la situación. Y tras un largo instante, asintió.

—Lao Tsé recuerda el trato, zhu. Has cumplido con la señora. Y ahora, la señora cumplirá contigo.

Notas de juego

Rumple y Neris despiertan tras estas singulares visiones. Ambos PJs tienen ahora un nivel de fatiga fruto de la experiencia.

Creo que si no unís los cabos sueltos ya es para invocar a Goroatai. XD

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24/05/2025, 20:25
Myzixx

- Ya lo avisé Ren. - Dijo el goblin cuando tanto Neris como Rumple ( quien había pensado que se podría tumbar a la gnoma con una sola copa? ) cayeron noqueadas por el vino. 

Al instante el goblin se puso a trabajar con su amuleto, leyendo las mentes de su amiga y la novata. 

- Shhhh, necesito concentración. - Dijo muy serio a los polis. Myzixx cerró los ojos y se concentró en las mentes de sus compañeras. Al principio le dio una fuerte arcada. Sus mentes estaban demasiado embrolladas y afectadas por el vino para poder detectar nada mas coherente que luces, colorines y sombras de efectos estroboscópicos. Se sobrepuso como pudo y se concentró mas y mas, hundiéndose en la mente de Rumple, que parecía respirar con mas tranquilidad. 

Fue contando lo que veía, alterado por la percepción de Rumple. No sacó casi nada en claro.

- Parece que Bezoya quiere quitarte el puesto, Qarinoth. - Es lo único que pudo sacar de la gnoma, Mas de lo que se esperaba en todo caso. 

Tras eso se concentró en Neris, de la que no tenia ni idea que había hecho la noche anterior. Fue relatando todo lo que veía. 

Al goblin le sorprendió que parecía soñar... otra persona? Fue relatando hasta que Neris vio al golem metálico. - Conozco a ese cabrón metalico. - Dijo molesto. No conseguía recordar donde había oído hablar de un golem así. 

Se puso realmente furioso cuando relataba como se llevaban a su amada Lucya, y los pensamientos de ira de Dora casi distrajeron al azulado cuando contaba como se llevaban a su pequeño Timmy. Plantó cara y casi huyó, pero lo atraparon en el ultimo momento.

Apretó los puños de rabia cuando vio al maldito cerdo de Porkiss. Pero dijo algo... 

- El Loto Rojo. Allí es donde las tienen. Y a Timmy también, Dora. - Aquel Loto Rojo parecía ser algún tipo de lupanar, con especialidades opioides. Seguro que Mak sabia donde se encontraba aquel sitio. Sabia donde estaban los peores antros. Pero no estaba demasiado disponible el monje. - Te suena eso del Loto Rojo, Ren? - En las juergas que se habían corrido los dos juntos, seguro que habrían pasado por allí. 
 

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25/05/2025, 19:56
Neris Stilton

Neris despertó sobresaltada, cayendo de espaldas ya que se había quedado dormida ahí donde se sentara junto a Rumple, un pequeño taburete. Una suerte pues no fue mas que un leve golpe del que apenas reparó. 

- ¡ Mis manos..!.- Exclamaba desde el suelo de la cubierta mientras alzando ambas hacia el azulado cielo, se examinaba los deditos a contraluz de un cegador sol. 

Mientras Myzixx explicaba a los demás lo que había sacado en claro de su pesadilla , ella, con cierta intriga y preocupación, se palpó como un acto reflejo el busto y sintiendo las redondeces bajo la ropa, respiró aliviada. Aunque despistada como estaba por su estado no se percató que su camisa se había desabrochado mas de lo que el decoro aconsejaba, dejando una parte del pechamen expuesto, haciendo que luciera así un sinuoso escote.  Ajena a ese detalle miró de ponerse en pie pero se sintió torpe y terriblemente cansada. Dió  varios pasos sin rumbo hacia atrás, necesitando un hombro en el que apoyarse, o mas bien chocar. ¿ O era un bolsillo?. Lo que no se había dado cuenta la mediana de orejas larguiduchas es que aquel con el que había topado no era otro que el capitán Guarrinoth. 

- ¿ Quien..  es ese rubiales? y... ¿ Porqué esos asesinos asaltarían la Yegua?.- Preguntó a nadie en particular frunciendo el ceño molesta ya que le comenzaba a doler la cabeza. 

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26/05/2025, 10:19
Rumpleteezer

En cuanto tomó el primer sorbo del vino retroactivo, un millón de chispitas de luz irisada llovió sobre las pupilas verticales de Rumple. Parpadeó alarmada y se frotó los ojos como si acabara de despertar de una larga siesta, pero las luces de colores seguían agolpándose en su mente hasta desdibujar La Arpía Chillona y todo cuanto la rodeaba.

Al cabo de unos pocos segundos, el mundo se había convertido en un ilimitado paisaje informe que habría sido la pesadilla más húmeda de cualquier amante del arte abstracto: todos los colores del universo parecían haberse reunido para una orgía desenfrenada y totalmente desorganizada. La mirada desorientada de la gnoma logró centrarse en un mandala que florecía poco a poco, expandiéndose con un tintineo de cuentas de cristal. Sus exuberantes pétalos brillaban con un color imposible, una especie de púrpura amarillo verdoso1, y en su centro se abría una diminuta ventana. El alma de Rumple fue absorbida por ese mágico portal con la misma facilidad y el mismo sonido con que un chiquillo de diez años sorbe alegremente un flan de huevo.

Caos.

Caída libre por el sumidero de los recuerdos.

Imágenes mezcladas, adulteradas, posiblemente cortadas con matarratas o algo peor.

Sutiles cambios que reorganizaron las neuronas de la bárbara.

Y con un ¡plop!, Rumple fue escupida de vuelta a la cubierta de la Arpía Chillona.

Se levantó tambaleante y clavó una mirada confusa en cada uno de los rostros que la contemplaban. Uno de sus ojos permanecía casi cerrado; el otro habría sido la envidia de cualquier perro pekinés: saltón y tan abierto que daba la sensación de que la más ligera colleja lo haría despeñarse mejilla abajo.

—Nazziiiiiiiiiiiiiiir... —murmuró totalmente ida. Fue a rascarse torpemente la nariz y se encontró un puerro colgando. No le dio la más mínima importancia, como si fuera un puerro de nacimiento—. Bbbezooooyaaa es un trepa... Deberíamos haberle cortado... la retirada...

Sus balbuceos no tenían sentido alguno. Y que brotaran entre salpicones de risilla beoda y eructos cavernosos, no le daba excesiva credibilidad.

—Sssé adónde famossss... —le dijo a Colvin, colgándose del cuello de la camisa del cabo para mantenerse erguida—. ¡A Calcuta! En fussssca de... en fusssca... de una ruta.

Y después de tan enigmática declaración, cayó despatarrada y empezó a roncar.

Notas de juego

1Lo que en otros universos más civilizados se conoce como Octarino, el octavo color, ¡el Color de la Magia!

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28/05/2025, 16:33
Dora

Evidentemente no había funcionado, el sueño había sido realmente onírico, valga la rebuznancia, pero había fallado el brebaje. El mardito pirata Porkiss no podía tener un demonio metálico, ni aquellos que My ZixXx (protagonizada por My Zivin Diésel) contaba parecían tener nada que ver con piratas, ni había narrado como les habían hundido el barco. SU barco (este nuevo no lo sentía como suyo, más bien era como si lo estuviese compartiendo con un montón de gente puesta de drogas en plena orgía comunal.

Quizás al menos la isla de destino fuese la correcta, pero era difícil de saber, tendrían que ir con Colón, que era otro, Marinero. Pero en vez de eso tenían al sergento Guarrinoth que era básicamente un peso muerto con menos neuronas que sus dos subalternos, por separado. En  un reparto de neuronas entre los tres el resultado sería un número decimal menor que uno

Dora suspiró profundamente. Echaba de menos a la Kapitana Kaira, KK, que era una lejana pariente de Khamala Khan porque en su país era costumbre tener nombres y apellidos que empezasen por K (pero estaba prohibido tener dos nombres o dos apellidos, uno de cada porque llamarse KKK era algo muy feo. Bueno, pues eso, que echaba de menos a KK para que tomase decisiones, a Dora se le daban bien muchas cosas, pero ser Dora la Decisionadora sonaba fatal, y había aprendido a no hacer cosas que no pudiese rimar con su nombre. El resultado podía ser catastrófico a veces, tanto que ni siquiera sería sensato ser Dora la Catastroficadora.

No estando Kaira, miró al grupo en busca de alguien a quien cargarle el muerto de guiar a esa panda de inadaptados, pero... Botas era listo, pero no era un líder, suficiente era que aprendiera a no asearse los genitales en público, a lengüetazos, como para pedirle que planificase cosas como si fuese Anibal Smith (el hermano gemelo de Wensson), luego Kaira se habia largado, Mak seguía KO (tendrían que meterle mortadela por vía intravenosa como su coma se alargase), Neris y Rumple tampoco parecían en condiciones, la nueva era una madera y no se fiaba de los maderos, y My ZixXx (¿eso se pronunciaba Mai Siks?)... bueno, tendría que ser él. Al menos sería positivo tener un capitán que prefiriese estar sobre el barco que nadando en mar abierto, o cabalgando el mascarón de proa.

Notas de juego

Nora niega cualquier pista nueva que no lleve a Poorkiss, cambiar de opinión le lleva tiempo, como buena adolescente cabezota.

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29/05/2025, 11:57
Dirty Qarinoth

—Bezoya… —musitó Qarinoth con un semblante lúgubre, hardboiled.

En el fondo, siempre lo supo. Bezoya era de ese tipo de guardias con una prominente… aureola, sí, aureola de sospecha. Uno de esos guardias que abrían con su feo rostro de pilluelo depauperado la pila de casos abiertos en la División de Asuntos Internos.

Ya le empapelaría en expedientes disciplinarios por generar el caos en la Yegua Indómita, ya. Pero ahora… Ahora lo relevante era…

—El Loto Rojo… Conozco ese lugar —reveló Qarinoth para sorpresa de propios y extraños. El dracónido se cruzó de brazos y evocó en la privacidad metálica de su mente el célebre tema Sauce, llora por mí. —Significa «Mala Suerte.»

Colvin dio una calada a su puerro mientras acariciaba la oreja de Rumple, su compañera sentimental de opiáceos y drogas suaves.

Criptical sheiiiiiiiiiiiiiiiit —dijo el cabo tratando de descifrar la expresión de su capi.

—El Loto Rojo está al norte del archipiélago, en el corazón de la isla de Yukatai. Oficialmente, es un casino regentado por la anciana y enigmática Madame Gao.

» Extraoficialmente, es un nido de víboras, un pozo de iniquidad. Uno de los rincones más oscuros del continente. Si han llevado allí a las cautivas… No son buenos presagios.