Partida Rol por web

Tyfan se había mantenido en las sombras durante toda la conversación. No se le daba bien hablar a las masas, y menos con kobols que acababan de atacarlos. Cuando escuchó la palabra tesoro se le encendieron algo los ojos, no era demasiado avaricioso, pero quien se podría resistir a un buen pago? Saliendo de las sombras, Tyfan se quedó mirando al bicho - Por mi podeis iros todos de este maldito lugar, pero antes deberéis intentar arreglar lo que habéis hecho - con una mirada hacia los cuerpos caídos - Deberéis darnos pociones o curación que dispongáis para curar a nuestros heridos.

Obviamente no dice toda la verdad pero la parte del demonio parece verdadera no así la de arrepentirse de atacaros.

- No tenemos nada para sanar a vuestros heridos, lo sentimos mucho.

Al guerrero no le sorprendió la respuesta del pequeño Kobol, después de todo, aunque tuvieran objetos de curación dudo mucho que nos los entregaran. Creo que podéis marcharos en paz.

Pero aun no me habéis respondido a dos de mis preguntas ¿Cómo es ese demonio? ¿Y como apareció?. El guerrero aun no estaba convencido del todo de las buenas intenciones de su “amigo” Kobol, ¿Seria una trampa?. Pero la aventura, el tesoro, la gloria y la posibilidad de hacer el bien destruyendo aun ente del mal como un demonio podían con él, y estaba dispuesto a seguir adelante.

Tras pensar un rato y buscar las palabras en su cabeza dice:

-Essss...Grande y con muy mal humor, más grande que vosotros pero no mucho, de color como los...orcos. Si, bueno, es un orco pero mucho mal humor y fuerte y con poder de demonio con amigos del cielo y rayos.

Apareció un día hace ya unos meses y dijo que ahora esta era su casa, mató a los mineros y a alguno de los nuestros y le dijimos que no le molestaríamos y echaríamos a los intrusos.

Hummm. Fronchens no se fiaba ni un pelo del kobold parlante, han intentado matarnos 3 veces, se supone que esto no se olvida fácilmente.

Habeis intentado matarnos varias veces, ¿como podemos fiarnos de ti? Aunque tu explicación tenga lógica, no tiene porque ser verdad.

El kobold se gira haci a Fronchens inclinando la cabeza:

- Si, si, tenéis razón, pero nosotros sólo defendíamos neustra casa por que el demonio nos lo dijo, si queréis haré salir a mi pueblo y luego os guío a la guarida del demonio, ¿Queréis?.

De acuerdo M'dok, eso es lo que haremos, necesitamos que nuestros amigos reciban atención y necesitamos un par de dias para poder enfrentarnos al demonio en condiciones. podeis proporcionarnos un lugar tranquilo donde poder descansar? prometo que después de 2 o 3 dias, os libraremos de este demonio.

Que decis? Eso para mi me servirá como prueba de confianza

Ves que frunce su ceño kobold y su cara draconica parece satisfecha y dice:

- Mmm, me parece una buena idea venid con nosotros y descansad, tras unos días de descanso mataréis al demonio o el os matará a vosotros pero nosotros ya estar lejos entonces. Pueden irse ya unos cuantos a buscar una nueva casa, ooooo.....- Ves que tiene una brillante idea y sonríe - Si vosotros matáis al demonio, ¿Podemos quedarnos a vivir aquí sin que nadie nos moleste, no?

Al guerrero no le correspondía decidir si las minas, eran de los kobolds o no. Tampoco se fiaba excesivamente de la criatura, pero era la mejor opción que tenían.  Nosotros solo podemos matar al demonio, no tenemos autoridad para entregaros la mina.  Dijo mientras envainaba la espada, y se colocaba el escudo a la espalda. Aunque podríais seguir viviendo en ellas si no atacáis a gente inocente.

Ante la perspectiva de descansar Tyfan decidió guardarse sus dudas sobre el Kobol. No le gustaba pero no podían seguir así y sus compañeros seguían en muy malas condiciones. - Tenéis algún animal o carreta para poder llevar a nuestros compañeros a lugar seguro? - Mirando al enano en armadura se dio cuenta que los que quedaban en pie no podrían casi ni arrastrarle.

Mira hacia atrás y hace una señal con su mano. Al poco aparecen 4 kobolds más.

- Muy bien, seguidme- Luego dice unas órdenes a sus seguidores en dracónico.

Camináis o sois transportados hasta la guarida de los kobolds, donde podéis ver crías y hembras. El lugar huele bastante mal y carece de la higiene básica, auqnue no hay excrementos por la zona. Hay alguna olla con un líquido ocre borboteando con un fuerte olor picante.

Hace una señal con la mano y os dejan un hueco que parece menos sucio, junto a una zona más arreglada.

- Podéis descansar junto a mis aposentos. ¿Queréis comida o agua?

No es necesario, nosotros traemos comida. Dijo el guerrero. Había visto las ollas de la cocina y las de la guarida, el aspecto de la comida no era muy saludable. Además, no confiaba del todo en sus nuevos aliados, estos podrían tratar de envenenarlos. Aunque aprecio mucho vuestra hospitalidad.

Pero si nos trajeras un poco de agua para limpiar las heridas de nuestro amigos, os lo agradecería mucho.

Luego el guerrero se quito la coraza, con ella no podía descansar. Aunque volvió a ponerse el cinto con la espada y la daga. Dejo todas sus pertenecías recogidas cerca de la pared, y saco de ellas un par de raciones de viaje. Tengo algunas más, si no teneis. Dijo dirigiéndose a Tyfan y a Fronchens.

Con cuidado y alerta seguí al kobol tras mis compañeros. No quería ni que les atacaran a traición ni que les robaran a ninguno. Cuando los dejaron en el sitio supuestamente de descanso, se dió cuenta que los kobols tampoco estaban muy bien. Sentandose cerca de todos pero con las armas cerca, indicó a Etalium que no quería sus raciones. Él había cogido y mejor gastar un poco las de todos.

Fronchens se dirige a Tyfan y Etaliun:

Estamos demasiado tensos en general. Pero la comida esta...no tiene muy buena pinta la verdad...comere de mis raciones, gracias. Coincido con Tyfan, Etaliun, que cada uno se tome sus raciones, asi duraran mas.

Sin embargo creo que deberiamos hacer guardias, no para los kobolds sino para nuestros camaradas. Que decís? yo me ofrezco para la primera guardia.

Descansáis plácidamente durante la noche y despertáis al otro día. Recuperáis todos 1pv.

Etalium se levanto descasado, un buen descaso siempre viene bien. Comprobó sus heridas, que estaban curándose normalmente y parecía que no se habían infectado. Luego se acerco a sus compañeros heridos y comenzó a comprobar sus heridas. Les dio agua y trato de acomodarlos lo mejor que pudo. El clérigo enano era el único que conocía las artes de la curación, sin el solo podía esperar.