Partida Rol por web

La atmósfera en el foro es inquietantemente serena y los pocos comentarios que hay denotan tensión y miedo. Muchos de los miembros, asustados por algunas circunstancias sospechosas, han disminuido o cesado en sus actividades.

El llamamiento de Frohike con su insistencia de evitar que te sigan añade un tono conspiranoico al asunto que te hace recordar los extraños sucesos desde ese mensaje de Kain que fue eliminado en el encuentro hace una semana.

Durante todo el trayecto en metro estuve pendiente de que nadie se acercara demasiado a mí, al menos violentamente. Además, iba ojeando por encima la actividad del foro de sucesos paranormales con mi smartphone de última generación, lo que hizo darme cuenta de que esta había disminuido por el número de miembro dados de baja en estos 4 días. Lo que había escrito Kain, verdad o mentira, había provocado dicha reacción.

Espero no ser el sigu... No pienses en eso, seguro que fue una broma pesada. ¿A quién le interesar...? Al gobierno, a un culto secreto...

Con ese diálogo incansable en mi mente, bajo del metro en la parada adecuada y llego al lugar de la cita. Frohike me había respondido que habría gente, por lo que espero encontrarme con alguno de los extravagantes personajes de la cita anterior.

-Aquí es: Cat Sire - digo, al darme cuenta de que como de costumbre he llegado relativamente puntual, ya que son las 19:55 y estoy a una manzana - espero que haya alguien - murmuro.

Sales de la boca del metro y te diriges hacia el Cat Sire pero algo te hace darte la vuelta despacio, como si temieras descubrir algo...y efectivamente, dos individuos que iban al fondo del vagón llegan a la calle apartando a la gente. Te están siguiendo.

Durante todo el trayecto vas nervioso, miras entre la gente buscando al par de tipos con los que tuviste el encontronazo la otra vez. Crees que te siguen pero es una pareja que entra a un portal que estaba en tu dirección. Al final llegas a la manzana donde está el Cat Sire y estás convencido de que no te han seguido.

Aunque me encuentro ya muy cerca del lugar de encuentro, me doy cuenta de que me están siguiendo y no quiero poner en peligro a nadie. Es por eso que decido dar un rodeo por las calles colindantes al Cat Sire para dar esquinazo a mis perseguidores.

¿Qué tengo yo que les pueda interesar? ¿Información? ¿Sobre?

Una serie de preguntas bombardea mi cabeza y no soy capaz de darles respuesta. Es todo tan raro... la desaparición de Kain, el robo de identidad... Camino más aprisa y esquivo a la gente, buscando algún sitio donde meterme para evitarlos. Mi corazón y mi cabeza van a mil por hora, ya que nunca me había encontrado en un momento de semejante tensión.

Empiezas a caminar más deprisa, los tipos te siguen, miras con insistencia hacia atrás nervioso y ves cómo se acercan. De pronto ves una cafetería en la esquina, te diriges hacia ella pero en vez de entrar giras la calle y sales corriendo hacia el callejón que da a la parte de atrás...tienes suerte, uno de los camareros está sacando la basura y usas la puerta trasera para colarte en el establecimiento.

Pides un café y te sientas, pasan unos minutos en los que no has tocado tu bebida pendiente de la ventana. Ves pasar a los tipos de vuelta que se paran en la esquina pues es el último lugar donde te vieron. Al cabo de otro par de minutos, el de pelo corto saca un móvil y habla con alguien. Al colgar dice algo a su compañero y se alejan en dirección a la boca de metro.

Has conseguido despistarlos.

Madock aparca su caravana en un camping de las afueras donde puede hacerse pasar por un simple turista que viene a ver la ciudad. Desde allí coge transporte público hacia el centro de la ciudad. Hace un par de visitas a monumentos típicos y compra algún souvenir barato. Finalmente termina su paseo en el lugar donde quedaron con Frohike, pendiente de que nadie le siga.

Tras echar una última mirada atrás mientras disimulaba frente a un escaparate Paul entró en el Cat Sire. Aún así entró de manera totalmente casual y se fue a la barra. Una vez allí pidió una cerveza y buscó con la mirada a cualquiera de los miembros del foro mientras esperaba ser servido.

Tu excursión por la ciudad ha sido entretenida aunque sigues dándole vueltas al mensaje de Kain y la llamada de Frohike, no estás muy convencido de que tenga que ver con el Advenimiento pero aún así está claro que hay algo raro.

Poco antes de las 20:00 llegas a la manzana del Cat Sire, estás seguro de que no te ha seguido nadie.

El Cat Sire es un bar escondido en un callejón de la ciudad. Tiene una puerta metálica y un cartel por el que se nota que han pasado los años. Su interior es tranquilo, con una barra alargada y varias mesas con sillas que tienen poca concurrencia. Hay una máquina de dardos y un billar. Las mesas de las paredes son las más acogedoras, con sillones hacia la pared en forma de círculo que rodean las mesas.

Al entrar solo está el barman y dos tipos en la barra bebiendo cerveza. Te acercas a la barra y pides una cerveza que el barman te sirve enseguida invitándote a sentarte si estás esperando a alguien en los sillones de las mesas de la pared.

Esta situación me recuerda a una época de pequeño, al venir de Corea, en la que al empezar el colegio americano era el raro, el distinto, y por tanto el foco de los acosos. Duró una breve temporada, hasta que mi madre me matriculó en una academia de artes marciales. No lo necesitaba realmente, había aprendido a esquivar a los matones, pero me esforzaba en las sesiones con absoluta dedicación. Unos años más tarde me hice del mismo tamaño que ellos y les rompí la nariz, a uno de una patada y a otro con un golpe dado con el dorso de la mano. No estoy orgulloso... Simplemente lo hice porque era un crío.

Los matones... Son todos iguales.

Desde el café gracias al cual les di esquinazo, contemplo el exterior, sabiendo que ellos no serán tan listos como para entrar, aunque a decir verdad tienen una pinta bastante sospechosa y no querrán armar jaleo. Hasta que veo que uno de ellos cuelga el teléfono y se van no despego mi mirada de sus nucas, pero cuando lo hacen me bebo el café rápidamente y dejo una propina más que generosa.

Posiblemente me han salvado la vida.

Al salir, termino de girar la manzana y acudo al Cat Sire desde la misma calle, y no desde una perpendicular como pensaba hacer antes. Por culpa de la pequeña persecución llego tarde unos cuatro minutos, resoplo y apuro, incómodo con la idea de acudir tarde a un encuentro.

Siempre debe haber una primera vez en la vida.

- Muchas gracias - respondió mientras dejaba en la barra el dinero de la consumición.

Echó un breve vistazo a las otras dos personas que se encontraban en el bar. El tiempo justo de verles las caras pero sin que se sintieran incomodados. Acto seguido cogió su cerveza y se dirigió hacia las mesas del fondo. Tras asegurarse que no había nadie más por allí se sentó de forma que pudiera ver la puerta y quien entrase en el local.

Impaciente miró su reloj, calculando mentalmente el tiempo que faltaba para poder ver a Frohike.

El Cat Sire es un bar escondido en un callejón de la ciudad. Tiene una puerta metálica y un cartel por el que se nota que han pasado los años. Su interior es tranquilo, con una barra alargada y varias mesas con sillas que tienen poca concurrencia. Hay una máquina de dardos y un billar. Las mesas de las paredes son las más acogedoras, con sillones hacia la pared en forma de círculo que rodean las mesas.

Al entrar solo está el barman y dos tipos en la barra bebiendo cerveza. Te acercas a la barra y pides una cerveza que el barman te sirve enseguida invitándote a sentarte si estás esperando a alguien en los sillones de las mesas de la pared.

Al fondo, en una de las mesas, vez a Paul Brenner (Bookworm en el foro).

La puerta del local se abre y un acalorado y acelerado doctor Jung Dae entra en el local buscando con la mirada alguna cara conocida.

Paul esperó a que Jung mirase hacia él. Se había sentado en uno de los sillones del fondo y esperaba en la penumbra con una cerveza en la mano.

Cuando éste le miró le hizo un discreto gesto alzando las cejas y señalando con la mirada una de las sillas que tenía libres en su mesa.

Compro un periódico y entro en el bar. Me pido algo en la barra y me siento en una mesa al fondo, desde la que pueda ver la puerta. Leo el periódico distraídamente mientras espero, levantando de cuando en cuando la vista para ver si entra alguien más.