Partida Rol por web

Soker escucha atentamente las palabras de Geon.

Parece que el Droskar este es la alegría de la huerta...

Tras acabar la lectura con cara de creciente mal humor, pero el tono de quien lee una receta de cocina, Geon escupe a un lado y parece volverse tranquilamente, colgando su arco detrás mientras se quita la mochila, saca algo a espaldas de los demás, y cuando se vuelve descarga el pico de minero contra el escrito:

-¡MALDITOS VOSOTROS Y TODOS VUESTROS HIJOS Y LA SEMILLA DE ESTOS Y LA DE 7 GENERACIONES MÁS, BASTARDOS BARBILAMPIÑOS!- dice a pleno pulmón, mientras destroza el texto.

El enano parece verdadera y peligrosamente fuera de sí; posiblemente no se ha planteado que lo que está haciendo es una estupidez.

Finn se situa detrás de Geon, y espera en silencio a que descargue su rabia. Al parecer solo le vigila para que no se haga daño con su ataque de nervios.
Cuando por fin se calma posa una mano sobre su hombro.

Vamos, amigo, tendrás oportunidad de desquitarte con criaturas vivas en breve, me temo.

Soker se acerca a Rumuk.

No sé yo, pero me da a mí que hacer el funeral enano aquí no parece la mejor idea...

-No, se hará aquí.- dice Geon volviéndose ya más calmado -Este lugar apestoso necesita de un buen enano que guarde porque lo que ocurrió no lo haga de nuevo. Si él sobrevivió a la mancha de Droskar una vez, volverá a hacerlo una segunda. Oficia Rumuk.- termina casi tajante, tendiéndole los huesos al semiorco y cruzándose de brazos.

Soker se encoge de hombros y comenta.

Voy a echar un vistazo a la trampilla de donde salió la criatura verde...

Geon, creo que deberías llevar ese anillo tu, representa el orgullo de tu estirpe. Llévalo con honor frente a los engendros que, seguro, hallaremos más adelante.

Seguro que es lo que querría tu amigo. Dice Finn señalando con la cabeza los restos del enano.

Os juntais alrededor de Rumuk mientras oficia un austero ritual de enterramiento por el enano caido.

-Ya va, ya va, Soker.- dice Geon mientras se libra de la armadura de HojaBrillante, preparándose para un poco de alpinismo urbano -Deberías de llevarla tú, hermano.- dice al bárbaro -Las cinchas no me dejan disparar con comodidad.- concluye el explorador, mientras extrae su cuerda y su garfio de la mochila.

Cuando está casi listo para subir, observa el hacha goteante de Tekdur y le dice:

-Hey, Tekdur, por cierto. El arma de Druinga parece que sabe lo que se hace. Cuando suba a ese agujero, podría haber más bichos de esos de piel del demonio. Me la llevo prestada, si no te importa, que nunca se sabe.- dice cogiéndola sin muchas ceremonias.

El enano trata de subir hasta la trampilla, con su garfio enganchado a la espalda, en el carcaj, tras haberse quedado en camisola. Al principio no le resulta sencillo encontrar asidero, pero finalmente se aprecia que el guerrero se ha criado en un entorno montañoso y comienza a avanzar con fluidez. Cuando llega hasta la trampilla, esta se resiste a abrirse durante unos primeros intentos, hasta que finalmente cede y le permite acceder al espacio elevado. Una vez allí, Geon engancha su garfio, por si los demás debieran de ascender, y se dispone a examinar el lugar.

Tekdur saca su hacha de repuesto y deja la armadura a un lado.
- Cuando hayas examinado el agujero me pondré tus galas.

Geon Examina la abertura por la que apereció la criatura, parece una respiradero que sube casi en vertical. Sirve como salida de humos.

-Aquí no hay nada, Soker... es solo una salida de humos.- dice el enano mientras se dispone a bajar, esta vez por la cuerda, soltándola cuando llega abajo.

Acto seguido el enano se pone su cota de cuero tachonado tranquilamente, preparándose para que Rumuk oficie el funeral. Cuando este termina, le pasa los huesos, mientras se pone ceremoniosamente el anillo del muerto:

-Te recordaremos, hermano.- dice mostrándolo al fuego de la fragua.

Luego tiende el hacha a Tekdur, aunque con expresión reticente.

Cuando la ceremonia termina, Soker se dirige a las dobles puertas de la sala y se dispone a abrirlas después de examinarlas.