Partida Rol por web

-Jones, ¿es Crosswell?- pregunto sin dejar de mirar al "resucitado". Podria ser un simple impostor que solo queria quedarse con la casa, alguien que sabia que el joven estaba muy mal herido y sacaba probecho de eso. Y si en verdad era Crosswell... en ese caso no sabia que hacer, pues solo hacia a ese hombre un mentiroso o un fantasma.

Jones aún con las manos temblando y sin saber muy bien qué hacer o qué decir, asiente lentamente con la cabeza.

Crosswell posa una mano en el hombro del doctor, como si intentara tranquilizarle.

- Bueno, bueno... Parece que ha habido un malentendido. Vengan, tengo un té haciéndose en la cocina, así podré explicarles que he estado haciendo durante este tiempo, y ustedes podrán contarme qué hacían en mi casa.

Sonríe ampliamente como mostrando su hospitalidad, y luego alza la voz, hablando hacia la cocina.

- ¡Chicos, traed el té al salón! ¡Tenemos invitados! - Luego se gira hacia vosotros y os cede el paso hacia el interior del salón. - Reunámonos junto al fuego, es el lugar más calentito de la casa ahora mismo. siento no poder ofreceros nada mas, otrora esta era una casa lujosa... ahora parece estar cayéndose.

Bajo el arma y la guardo en el bolsillo de la chaqueta de la gabardina que aún no me he quitado. Sin quitar la vista de encima a Crosswell y mirando de vez en cuando en dirección a la cocina para ver que sale.

-Señor Crosswell, ¿es usted consciente de que todo lo que está diciendo no tiene sentido?, usted debería estar muerto. Me gustaría que nos diera una explicación.-Le digo con tranquilidad sin dejar de observar a mi alrededor.

Crosswell toma asiento junto al fuego, con tranquilidad  os hace un gesto para que os sentéis. A los pocos instantes los criados os dan una taza a cada uno y os sirven un té. 

- Soy consciente de que debe ser un "shock" para muchos, pero nunca morí. Con mi hijo en un psiquiátrico, y mi mujer a causa de mi perro... mi vida se había desmoronado. Este pueblo solo me traía malo recuerdos, y trabajar para la universidad de Miskatonic solo me refería dolor y caras de lástima por doquier. Este es un sitio muy triste.

El señor Crosswell hace una pausa y se muestra compungido, mirando hacia abajo, para luego volver a mirar hacia vosotros.

- Veréis... Tras poco tiempo, decidí que debía marcharme... que debía empezar una nueva vida. Quizá no fue una decisión muy acertada, pero así lo hice. Con la ayuda de un amigo de la universidad de Miskatonic fingí mi muerte, y me marché a recorrer mundo. El té que que tenéis en vuestras manos es un té oriental, fabricado en las tierras de egipto. Muy pocos hombres lo han probado a este lado del charco. - Sonríe y os mira de nuevo. - Bien, ahí tenéis mi explicación. Cuando mi amigo de la universidad me contó mi hijo salió del hospital, me decidí a venir... Traté de tomar contacto con él, pero estaba convencido de que yo no existía... Así que tras un encuentro poco agradable, me mantuve al margen, hasta que supe que estaba en coma y decidí que debía volver a mi casa.

El señor Crosswell sonríe, dando un sorbo a su té.

- Bien, señores... ya os he respondido. Ahora bien, ¿Qué hacían ustedes en mi casa?

Roman no guardo su arma, la mantuvo escondida en el bolsillo de su chaqueta, sin apartar su dedo del gatillo. Tampoco tomo asiento, sino que se quedo apoyado en una pared, observando a Crosswell y sus empleados. Todos sus instintos le decian que algo no cuadraba, asi que cuando le ofrecieron el te, el sonrio y fingio beber un poco. Olia exoticamente, pero no le inspiraba confianza.

-Una explicacion muy rara señor Crosswell, por no decir irreal- dijo aun con una sonrisa en el rostro-. Estamos aqui para investigar, muchas cosas raras pasaron en esta casa y no hace mucho, a su hijo... De seguro usted sabe de lo que hay en el sotano, sus investigaciones...

Miro a Crosswell fíjamente a los ojos, intentando averiguar si está mintiéndome, si está ocultando algo, algún síntoma de que está preparando una emboscada.

Aunque acepté por cortesía la taza de té que me tendió, evité probar la bebida, comprobando que yo no era la única que recelaba. La explicación del Sr. Crosswell me parecía completamente absurda y muchas cosas no parecían encajar.

- Sr. Crosswell disculpe mi pregunta pero... ¿no ha sido muy rápida su instalación en la casa? A nosotros nos contrataron para investigar ciertos sucesos sospechosos y precisamente esta noche pasada la hemos pasado en la casa... No ha pasado siquiera un día y usted ya se encuentra completamente instalado y, como bien se puede comprobar, incluso con criados. Tiene que entender que me resulte un tanto sorprendente.

Crosswelll sonrió a la señorita.

- ¿Por qué le parece rápida? Mis criados llevan conmigo desde hace tiempo, ambos vienen del lejano oriente y no hablan ni una palabra de inglés. Hoy me he enterado de que estaba en coma, y hoy mismo he venido a la casa, esperando poder recibirle cuando esté bien. - Miró las paredes. - La casa está un poco destruida... pero hay lo suficiente para sobrevivir unos días. ¿Qué venían a investigar aquí? 

Crosswell parecía algo confuso y no tardó en percatarse de que ninguno parecíais querer beber de té y que le estabais tratando como a un sospechoso, su rostro se volvió algo menos amable, como si la situación le molestara. 

Sus criados de mantuvieron en la habitación, junto al señor Crosswell.

-Su hijo estuvo en un... centro especializado, asi que al salir y decir que la casa estaba embrujada fue motivo para alarma. Por eso fuimos contratados, para asegurarnos de que no era asi y que no sufriera otra recaida- cuando queria podia llegar a ser muy sutil-. El asunto es que encontramos suficientes cosas como para creer que esta casa es cualquier cosa... pero no normal. Como dije, el sotano, encontramos libros, raras marcas... Seguramente estaban en su epoca- omitio un par de cosas, para que Crosswell no les tomara por locos.

Asentí ante las palabras de Roman, al fin y al cabo no había por qué decirle todo lo que habíamos experimentado allí. Todavía no me fiaba de aquel hombre y su repentina aparición.

- Su hijo desde luego no se encuentra nada bien y seguramente esta casa le estaba influyendo de alguna manera. Si sabía que se encontraba ingresado en el hospital ¿cómo es que todavía no ha ido a verle? Discúlpeme si le resulto un tanto agresiva pero supongo que si yo tuviera un hijo al que hace tiempo que no veo y me entero que está enfermo en el hospital lo primero que haría sería ir a verle...

Crosswell frunció el ceño, disgustado por vuestros comentarios.

- Las razones por las que haya visitado o no a mi hijo no creo que sean de su incumbencia, ni creo que sepa usted si he ido o no, o como era o como es la relación que tenemos él y yo. - Su mirada se volvió más agresiva. - Irrumpen en mi casa, diciendo que tiene "algo raro", dudan de mí, de quién soy, de lo rápido que me instalado... Por dios, si ni si quiera se toman mi té. - Soltó una risa burlona, irritada. - Señores, no tengo porque soportar este tipo de conversación y de falta de educación, están ustedes en mi casa. Me temo que voy a tener que pedirles que se vayan.

Su enfado se mostró entonces más notorio, dio un sorbo a su té y se puso en pié, esperando que os dispusierais para marcharos.

-Nosotros llevamos a su hijo al hospital, le salvamos la vida- dejó el te en la mesa de la sala, jugueteando con la idea de poner su revolver en la cabeza del sospechoso, despues de todo, era policia y no le agradaba que le hecharan-. Revisaré la casa, me asegurare de que todo este bien, asi cuando su hijo decida volver a su casa, encontrara todo en orden- no era una peticion, era simplemente una aviso de sus intenciones. Se quedo mirnado a Crosswell, sin pestañear, como si se hubiera convertido en piedra y pretendiera atravezar al sujeto con su mirada.

Crosswelll alzó las cejas y sonrió con fingida amabilidad.

- Revise lo que desee. - He hizo un gesto para dejarle pasar.

Me acerco al Dr Jones, y le hablo al oido sin que me oigan los demás. -Doc, me temo que si este hombre es quien dice ser y parece que usted lo confirma, no tenemos mucho que hacer en esta casa, el caso está resuelto. Lo que haya pasado en esta casa no es problema mio ya, ya me casi me cuesta la vida, y tanto el hijo como el padre están sanos y salvos. Lo único que podemos hacerle es avisarle de lo que hemos visto y que tenga cuidado. Nosotros cobramos y todos contentos.

A no ser que usted tenga algo que decir, claro.-