Partida Rol por web

Liliam, observa la llegada de los neonatos, esta sentada en la silla con perfecta rectitud. Al ver la gentil declinación de su chiquillo no puede menos sonreír, no pronuncia ni una sola palabra se limita a extender un brazo señalando a una silla que esta junto a la pared, y luego a un hueco libre a su lado, con la intención de que se siente a su lado. Observa de reojo el comportamiento de la joven Vykos tras lo que frunce el ceño y suspira levemente.

-¿Ella viene contigo? –Pregunta a su chiquillo, una vez se ha sentado a su lado.

El anciano vampiro escucha con paciencia todo lo que su joven discípulo tiene que decirle. No pronuncia ni una sola palabra se limita a cerrar los ojos y sonreír con su relato, más de vez en cuando acaricia levemente su cabeza, como quien trata de calmar a un niño nervioso.

[Latín]
-Tranquilo Albertus, veo que as echo grandes avances desde que nos vimos por la ultima vez. –Dice con una voz tranquila que inspira la absoluta calma, tras lo que acerca una especie de urna con agua dentro e introduce a Sebastián en ella con sumo cuidado.– Gracias por el presente, ya vi las perturbaciones que provocaste en el rió cuando entraste en la ciudad, debes de ser mas cauteloso mi inquieto chiquillo. Decirte eh que estoy complacido con tus visiones comiencen a hacerse patentes y que puedas llevar a cabo nuestra misión. Por favor ahora toma asiento a mi lado, nuestro querido anfitrión explicara el por que estas aquí.

Al veros entrar Melvin se levanta casi como una exhalación, el vampiro que usa vestiduras un tanto extrañas para la época se acerca a su chiquilla a gran velocidad.

[Castellano]
-¡Eva! Cuanto tiempo, me alegro tanto de volver a verte, a pesar de que llevas el pelo desordenado…Otra vez¬¬ -Mientras habla intenta ordenar el alborotado cabello de la joven- Acompáñame vamos a sentarnos.

Levanta a la joven del suelo por la mano, con delicadeza y la lleva hasta donde antes el estaba sentado. Pero antes de sentarse se queda unos instantes quietos como pensando.

-No…

Vuelve a sentarse en el suelo donde antes estaba su chiquilla. Y en esos momentos pasa Lhyria frente a ellos.

-Tenias razón, aquí se esta mucho mejor. Valla una joven de bellas rodillas, me la tienes que presentar Eva.

-Eva te vi en mis sueños, e visto tus avances, te as topado con un gran profeta, me hace muy feliz, que tu visión sea cada vez mas claras. –Te habla en un tono serio, ese tono que emplea solo cuando habla contigo a solas- Escucha atentamente todas las profecías de los nuestros, ahí esta la verdadera luz que debes alcanzar. Y tienes que encontrar el equilibrio, antes de partir debo beber tu sangre, pues tu en su día probaste la mía y lo justo es que ahora me devuelvas el trago. Y cuando vuelvas a cruzarte con este profeta intercambia tu vitae también con el. Esa es la clave.

Alexei que esta sentado en uno de los extremos de la mesa apenas desvía la mirada ante la llegada del pequeño grupo de vampiros. Mira con cierto fastidio el comportamiento de los neonatos, aunque sus dedos entrecruzados ante su cara ocultan la mueca de desagrado.
Pero tan pronto como su chiquilla comienza a caminar por la sala, su rostro dibuja una sonrisa aunque la misma aun sigue oculta. A pesar de que ella no le mira, el es consciente de que no es por que no se halla percatado de su presencia, si no mas bien al contrario y le sigue con la mirada en todo momento.

Por fin, algo agradable, después de tanto tiempo entre estos ineptos.

Cuando lo considera oportuno se levanta acercándose a su joven discípula, le agarra la mano tan solo por los dedos y se la besa.

[Rumano]
-Un placer volver a verte Lhyria. –Junto al halago, el vampiro guía a su acompañante hasta donde estaba sentado anteriormente, y le prepara una silla ayudándole a sentarse al antiguo estilo.- Veo que as venido con una amiguita. ¿No irías a montar una fiesterita sin avisarme no?

Thorkell se sienta al lado de su sir, largo tiempo hace que no la veía... Largo tiempo para la vida de un mortal, ya que para ellos el tiempo no perdona. Tras la pregunta de su sir, Thorkell se sienta y le responde también en el mismo tono de fastidio:

-Mi señora, no frecuento compañías de ese tipo. Ya sabéis que opino de aquellos que no muestran respeto por sus superiores... Solo hemos andado el mismo camino, mas bien. No conocía otra ruta asta llegar a aquí sin tener que coincidir con ellos. Solo diría que "voy con ella" o "me acompaña" si a cambio obtuviera algo que cumpliera con mis intereses... Y bien sabeis cuales an sido y son desde que me "Ambrazasteis".

Se mueve en la silla poniéndose mas cómodo, cruzando brazos y pierna a la espera de que de lugar la reunión.

Si más no estoy complacida con su presencia, me inquieta vuestra propuesta. Vos me enseñasteis a seguir mi camino, pero ahora estoy confusa, ¿por qué intercambiar lazos de sangre? ¿Y por qué se nos ha llamado?
Debo confiarle que desconfio de los demás, son demasiado radicales a mi entender. No comprenden ni mi misión ni su misión, y sin embargo aquí estamos todos.
Debo escuchar porque estamos aquí, y lo haré a vuestro lado, si no os importa... Son muchas las preguntas que tengo y poco el tiempo que nos darán, ¿me equivoco?.

Estas palabras salieron de Eva diciendolas en voz muy baja a su sire, en fin, cosas del auspex, los dos se entienden bien... Mientras esté bien peinada.

-Bueno cierto es que tienes que seguir tu propio camino, pero no te pido que intercambies sangre con cualquiera, solo con las grandes mentes. –Mira a izquierda y derecha antes de seguir hablando a pesar de que es consciente de que nadie le podría escuchar al bajo tono que esta usando.- Pronto se creara una red, una red que conectara las grandes mentes del clan de la Luna, estos son los primeros pasos. Confía en mí. Pero por otro lado…No gastes tu vitae en ignorantes que no lo puedan apreciar. Nuestra sangre tiene un poder más grande de lo que nosotros mismos pensamos.

Sonriendo con un esplendor únicamente dedicado a Alexei, Lhyria observa a su sire de forma sensual, cuando éste le besa en los dedos...

-Uhm... Sabéis que.. el placer...-susurra esto a su sire en el oído-... es todo mío.. -Se sienta a su lado, sin borrar la sonrisa de su cara...-Una fiesta...? Hum... Y sin invitaros...? Hum... Creo que seríais al primer que invitase...-Vuelve a hablarle cerca del oído, casi rozando sus labios el mismo...

Susurra aún más a su sire:

-Alexei... La Joven que yace allí...-refiriéndose a la humana-..Necesitamos hablar de ella... Creo que es importante... Y por ello la he traído...

Sientes como la mano de tu sire acaricia suavemente tu pierna bajo la mesa a la vez que bajo el vestido.

-Tranquila mi pequeño pétalo de rosa , ahora es momento de que escuches a este figurante, puede que solo sea un bufon jugando a ser príncipe, pero gracias a el te puedes asegurar un buen puesto en la cúspide de nuestro mundo.

Tras esto sientes como uno de los dedos de la mano se alarga y comienza a deslizarse suavemente por tu espalda cual serpiente, tras lo que baja precipitadamente por donde subió, no sin antes acariciar levemente tu nalgas.

-Luego tendremos tiempo para intercambiar…Palabras.

El Ventrue observa el comportamiento de todos los neonatos especialmente el de Albertus que es de lo mas llamativo y el de Lhyria a la cual mira de forma bastante descarada mientras se alimenta brevemente de “El refresco”. Tras esperas a que todos tomen asiento prosigue con su discurso, con ese tono de voz autoritario que le caracteriza.

Que descuido por mi parte el no me presentarme. Me llamo Vencel y soy el príncipe de Budapest. He pedido esta reunión para ofreceros una gran oportunidad. Vuestros sires me han asegurado que estaréis encantados de ayudarme y aseguraros un cómodo futuro. Quiero que viajéis a la frontera oriental de Hungría, a la región conocida como Transilvania. En lo alto de los Cárpatos, más allá de la ciudad de Bistritz, hay un paso natural en las montañas llamado el Paso de Tihuta.
Como principal acceso a Transilvania desde el este, tiene una gran importancia estratégica. Mi petición es que vayáis al Paso de Tihuta y construyáis una fortaleza allí para vigilar la ruta. Estoy dispuesto a adelantaros cierta suma de dinero para cubrir los costes de contratar guardias y buenos trabajadores, pero mis aliados –Y mientras habla realiza un rápido gesto hacia los sires.- me aseguran que tenéis recursos para completar el trabajo por vuestros propios medios. Dado que os haréis cargo de las tierras y aldeas de los alrededores, podéis cobrar impuestos a los campesinos y usar sus servicios. Afortunadamente, los cimientos ya están allí, pues antes había una vieja torre de madera en el lugar. Podréis usar los cimientos de piedra y construir sobre ellos. Espero que para el invierno hayáis completado al menos el primer piso.

Tras esto se os queda mirando esperando ver vuestra reacción.

Palidanoche se lleva la mano derecha a la frente:

¿Mas tiempo con esta gente? No creo que lo pueda soporta... ¿Me toca trabajar con ellos y hacer de niñera? Maldición, que fastidio, como si no tuviera ya bastantes problemas. ¡Tengo asunto pendientes mas importantes! ¿Y me mandan a cobrar impuestos a los campesinos? En fin, aun no se el paradero del traidor... Así que bien puede estar en mi próximo destino... Y la recompensa bien lo puede valer.

Levanta la cabeza un poco, tapándose con la mano que tenia sobre la frente tapando ahora un poco la boca, parece un poco pensativo. Mira a su sir, como esperando que le hiciera un gesto, como esperando a que le aconsejara, o simplemente que le dijera: "Ves, pues puede que allí encuentres a quien buscas... Y aun no siendo así, puede que encuentres mas de lo que esperas".
Parece que lo a decidido, aunque preferiría no estar trabajando bajo las ordenes de otra persona, y menos aun de un Ventrue.

-Decís que podemos cobrar a los campesinos, supongamos pues que se oponen... ¿Estamos autorizados a doblegarlos? ¿El fin justificarían los medios? Pregunta para liberarse de dudas, ya que el que se rebelen no seria raro, nadie desea pagar unos impuestos que sobrepasen a lo que ganan. Y el medio de transporte nos lo proporcionaría usted... No señor... ¿Vencel, si no me equivoco? Como todos hemos podido comprobar, en nuestra piel no hay rastros de quemaduras por el Sol... Admito que el transporte era seguro.

Thorkell deja de hablar para que le respondan a esas primeras preguntas...

acelero el paso, tengo ganas de llegar ya, la curiosidad me puede y caminando me dejo guiar por el buda por las calles medio vacias y oscuras sin dejar de estar alerta a mi alrededor, nunca se sabe lo que puede haber en las sombras

Una expresión de placer que oculta tras un abanico recién abierto, se dibuja en su cara al sentir la mano y el "dedo" de su maestro...

Antes de que el anfitrión vuelva a hablar, decide girarse apenas a su maestro para señarle con lascivia:

-Ardo en deseos de que intercambiemos esas "palabras"...

Tras lo cual, escucha con atención a Vencel..

El fin SIEMPRE justifica los medios. Quiero que tengáis el primer piso listo para invierno, os facilitare algunos recursos, pero conseguir los que falten será tarea vuestra. –Dice mientras su mirada va cambiado a cada uno de vosotros. – Por cierto… Hay otro pequeño favor que podéis hacerme, un asunto de poca importancia para cualquier otro que no sea yo. Se rumorea que entre las ruinas de la torre puede haber algunos viejos escritos... documentos o tablas en idiomas olvidados. Si los encontráis, los quiero para mi colección. Sé que es una frivolidad, pero estos pasatiempos alivian el ocasional tedio de nuestra existencia. Por favor, avisadme si encontráis esos escritos y enviaré un agente para que los recoja. Si oís de la existencia de otros y de quién los tiene, también contaréis con mi gratitud por esa información. Cumplid bien esta tarea, y vuestros sires y yo estaremos encantados de proponeros como candidatos para gobernar varios feudos en Transilvania. Cinco de las siete ciudades conocidas como los Siebenburgen carecen actualmente de príncipe. Los jóvenes Cainitas que demuestren su lealtad, inteligencia y dotes de mando descubrirán que somos generosos con las recompensas. Y bien, ¿estáis de acuerdo?

Caminas por las calles casi vacias cada vez ahi menos casas, as llegado a un gran rio que divide la ciudad en dos, aparentemente no sientes que te siga nadie. Miras a tu alrededor, un poco mas arriba ahi un gran puente que te puede permitir cruzar el rio.

Ya pasan 30 minutos de la hora señalada para la reunion.

Asiente con la cabeza.

Claro que si, si eso me da un trono y un poder sobre otros de ilusos seria rechazarlo... Desde lo alto podré mandar a otros cainitas la búsqueda del traidor.

Palidanoche esboza una sonrisa tras pensar esto, parece estar encantado con la idea.

-Es muy tentador, príncipe, bien creo que antes de sepultar nada me aseguraré de que tiene dichos escritos en idioma de lengua muerta.

Es bastante predecible -dice de repente Evangeline- que si le das de comer al gato no querrá arañarte... ¿Decís que el fin justifica los medios? -empieza a sonreir- ya veremos como os las arreglais cuando las cosas se ponen en nuestra contra... En fin...
Coloca las manos sobre su cabeza. Parece que le doliera, pero no es más por la conversación que está escuchando.
Creo que será mejor ser sinceros... -mira de reojo a Melvin- ... ¿Existe alguna posibilidad de librarse? Esque no me apetece hacer... um... cosas... ya sabes...
No quisiera ser ni irrespetuosa ni una aguafiestas, pero no me hace ninguna gracia tener que dirigir una construcción y reclutar mano de obra cuando no sé hacer ninguna de las dos cosas, y ser la princesa de un castillo... en el pasado hubieron errores que ocasionaron algún que otro quebradero de cabeza- mira al brujah- sobre ciudades que por un error fueron el punto de vista del odio y de las repercusiones sociales de lo que hoy llamamos... um... -mira al brujah y al monje Sach- altos y bajos clanes.
OH que charla más aburrida nos están dando... blablabla... en resumen... ser princesa no me gusta y no va a cambiar mi status... seguiré siendo una don nadie, aunque tampoco he dicho que quiera ser alguien conocido. ¿Qué tiene que decir a eso, señor Vencel?

Sach escucha con atención la primera interpelación entre el príncipe y el brujah malvado, mientras que dedica breves comentarios a su sire, mientas que le ofrece un par de veces palidulces, los cuales éste rechaza con educación, y con una cariñosa palmada en la cabeza del monje, que anda sentado con las piernas cruzadas en el suelo, a la diestra de su sire. Al principio, tan sólo es reseñable en el monje el ruidito que hace al masticar el palo, calmando su nerviosismo habitual...

Pero todo cambia en su expresión en el momento en que interviene la bonita vampiresa del pelo alborotado.

Es mi turno de hablar, ¡¡¡maldición!!!

En cuanto ella acaba de hablar, y sin dejar de mirar directamente a la cara del príncipe Vencel, le dice:

- Sabias palabras, príncipe ordena-todo. El fin justifica los medios, y como fin para aquello, puedo justificarlo todo...BWAJAJAJAAJAJJ!!! (Su sire y él mismo ríen como si Sach hubiera contado el mejor chiste del mundo). Pues visto que vos sois el cainita en el cual mi sire ha depositado su confianza, y que me ofrecéis una buena oportunidad, mi respuesta os doy ahora mismo, en ocurrentes pero muy JUSTIFICADAS razones (Bwajaja de nuevo):

[Cambia durante un momento su lengua a Rumano]
- ¡¡¡Cállate estúpido!!! (dice mientras que mira a sus espaldas, donde casualmente no hay nadie)¡Estoy intentando explicarme ante el príncipe! ¿Quieres que me haga el cuello y no tengas a nadie más a quien seguir o con quien hablar? Sach ha encontrado a un vampiro que se interesa por las mismas cosas mundanas que él, y encima es un príncipe...¿Pretendes que quede mal delante de él? Pues no lo vas a conseguir, estúpido...VETEEEE!!!

[Vuelve a dirigirse al príncipe, con la falsa cortesía característica de todos los malkavian en Alemán]
- Mi señor principesco de Budapest, honrado y encantado estoy de que hayáis pedido a Sach que vaya a través de Albertus a hacer las cosas para las cuales vos sois demasiado pomposo para hacer en persona. Dado que me habéis caído muy bien, y queréis ser un erudito, al igual que yo deseo...me ofrezco no sólo para construir vuestra fortaleza, sino para cumplir con tal misión extra que habéis solicitado, así como las demás que vengan detrás y que traten de lo mismo. Merecéis la pena, definitivamente, y nuestro bien es vuestro bien. Hemos quedado unidos por el destino y nuestros actos, y no será Albertus quien niegue su voluntad. (Sonríe cálidamente al príncipe)

- Empero, la lealtad de un malkavian, y de un Sach más aún está alejada de ser gratuita. Tal cosa me la enseñó mi sire, aquí presente, y he de comunicaros mis breves y seguro fáciles peticiones para cumplir con mi ya aceptada misión:

(Dirige miradas subrepticias a todos los demás vampiros presentes en la sala deteniéndose, cómo no, en las dos bellas vampiresas de la sala que la han acompañado, así como en la maestra de caratiza y les dirige una sonrisa tosca pero simpática)

- He visto que es necesario que mis compañeros sigan en tal empresa a mi lado...Albertus se ofrece a enseñarles el camino, e iluminarles en la senda de lo desconocido. Pero Albertus quiere que sus compañeros le traten bien, porque sólo respeta a los vampiros doctos e inteligentes, como vos...que trata a todos nosotros como iguales. A Sach no le molesta que le llamen "bajo clan" ni nada de eso, pero sí que se le infravalore. Sach pronto será un vidente del clan de la Luna poderoso, y exige que se le respete, como él respetará a todos los demás.

Otra de mis exigencias es El Saber. Porque Albertus no tiene suficientes conocimientos todavía. Un servidor quiere saber más, porque el saber es poder y cuando más poderoso sea un Sach, mejor servirá a sus propios intereses, y a los de sus amos. El monje aquí presente reclama una pequeña colección de libros, para el camino y para pasar la larga estancia que nos espera en cumplimiento de las órdenes de vuesa merced. Libros que vos ya hayáis leído o memorizado en Latín, Alemán o Rumano, asímismo como cualquier otro compendio lingüista que le permita aprender otros idiomas, especialmente Español. Sach quiere ser culto para ser el mejor servidor de su señor. Incluso si vos queréis que su monje sea maestro de obras, podríais proporcionarle libros de construcción de la enorme biblioteca de su ciudad. Los aprovecharé y serviré bien a vuestros intereses.

Como última de mis peticiones, Albertus ha de confesar a su nuevo príncipe que tiene miedo; pero no miedo de realizar la tarea que se la encomendado como puente para su Misión, o por miedo a estar con tan bellas vampiresas de compañía. Ni siquiera miedo de ese brujah abusón (mira a Thorkell y le guiña un ojo mientras que le saca la lengua jocosamente). Sach tiene miedo de alcanzar la Muerte Definitiva antes de cumplir los cometidos que le han interpelado, gracias a los perros. Como amigo de mi sire, os habrá contado que me persiguen para matarme, y ya una vez mi querido Máximus me salvó de ellos el día en que renací a las Tinieblas y adquirí la visión. Desde entonces Sach tiene miedo de caer presa de ellos antes de cumplir con su misión. Sach pide humildemente como penúltima cosa que vuesa merced tenga en consideración tal situación, y proporcione ayuda a Sach para acabar con ellos personalmente, o bien interceda de alguna manera.

(Después del discurso dado por él mismo, y sin dar pie a la réplica del príncipe Vencel, Sach agrega con una profunda reverencia, poniéndose a los pies del Ventrue y casi besándoselos:)

Dichas todas mis peticiones, Sach se pone a sus órdenes y le rinde pleitesía. Hará lo que ordene; no tenga temor en dar a Sach tareas dificultosas o crueles. ¡A Sach esas cosas le gustan! Otorgue mis pequeñas peticiones, y tendrá fortaleza y frontera asegurada, a un Malkavian Sach Albertus contento y el sentir que ha hecho todo bien.

Acto seguido, y sin que el sentado príncipe se lo espere, Albertus coge su mano, y ceremoniosamente la besa en uno de sus anillos, como si lo estuviera haciendo con el propio Obispo de la ciudad.

Ya está todo hecho. Alea Jacta Est, y ojalá este príncipe me otorgue lo que necesito para entrenarme para mi misión...puede que comparta mi visión con él en un futuro jijijiji