Partida Rol por web

Después del incidente cerca del Monasterio de Montserrat, vagabundeastéis por tierras catalanas de aquí para allá.

Haciendo pequeños encargos, escoltando mercaderes y demás... No fue gran cosa pero al menos os proporcionaba algunas monedas para gastar en alojamiento, vino y porqué no decirlo, de cuando en cuando alguna fulana que otra.

En el camino hacia Lérida conocisteis a Ramón Asuás, un lugareño que alquila su espada por unas monedas. Aunque joven, ya cuenta con algo de experiencia en el combate.

Pronto fue uno más del grupo, nunca viene mal otra espada, sobretodo en menesteres tales como la escolta. Y más teniendo en cuenta como están los caminos ultimamente, las continuas hambrunas y pobres cosechas han provocado que en estos días, los caminos estén abarrotados de pendencieros que están al acecho cual lobos.

Ya habéis hecho un par de encargos juntos.

Estando un día en la Gran villa de Lérida, en una de sus peores posadas con la mayor gentuza de la comarca. Se os acercó un mercader , Ramón.

Ramón es conocido por su infinita tacañería, pese a ser uno de los mercaderes más ricos del reino. No obstante, os ofreció 200 croats de plata a cada uno más gastos pagados por un encargo muy muy simple.
Escoltarle hasta su aldea natal, La pobla de San Llorenc, para asistir al entierro de su difunto padre.

El viaje no debería alargarse más de 6 ó 7 jornadas a lo sumo. Eso sí, todos sospecháis que eso de "alojamiento pagado" no pinta tan bien como parece, y os véis durmiendo en pesebres y establos a cada jornada del viaje.

Pero claro, 200 croats son mucho vino y muchas furcias. Puede que incluso lo suficiente para una pequeña casa en alguna villa perdida de la mano de Dios donde acabar vuestros días en paz.

Naturalmente, os informasteis antes de aceptar el trabajo. Todo el mundo en Lérida conoce a Ramón, parece ser que ha hecho su fortuna a base de poco gastar. Es el mercader más mezquino que os podéis encontrar. Según palabras textuales de no menos de uno.

Pareciera que quiera llevarse todo el oro a su tumba!!

La primera jornada de viaje os sirve para indagar un poco sobre Ramón.

Podéis preguntarle cuanto queráis saber.

 El joven recién unido al grupo estaba jugueteando con un cuchillo cuando se encontraban en la parte inferior de la fonda. 

 - Sería interesante que fuera cierto este trabajito, si todo fuera bien quizás nosotros mismos no podrímaos convertir en mercaderes, tendríamos suficiente pasta para meterlo en algo que nos pueda dar un modo de vida sin tener que pasar más noches con la tripa vacía.- Tras un par de cabriolas con el cuchillo comenta de nuevo.- Desafortunadamente, lo que cuentan los demás acerca del tipo esto es desalentador, por que haria tal despilfarro de pasta con nosotros por un trabajito de esta índole que cualquier muerto de hambre podría hacerlo... imagino que el trabajito aguarda sorpresitas.

Sentado alrededor de la mesa escucho atentamente las palabras de Ramón. Tomando la palabra ratifico sus palabras:  nada bueno aguardan las palabras de los lugareños, mas no tenemos mejores opciones. Mis oros disminuyen a medida que me alejo de mis tierras y una ayuda no viene nada mal. Si todo va bien en menos de una semana estaremos disfrutando del beneficio. Comento sonriendo, imaginándome una semana adelante en el tiempo.

Cambiando mi sonrisa ante un pensamiento fugaz comento: Ahora que lo pienso, habremos de ser cautos. Mis dudas tengo que cumpla su palabra, y más tras los comentarios de aquellos que le conocen.

Bueno, yo tener algo claro... -digo intentando tranquilizar a los demás- No solo saber curar, si no que también conocer hierbas... Muchas, con propositos distintos. Si él no pagar a nosotros por buenas, quizás tener que coger dinero por malas... No sé si yo explicar...

No sabía si habían entendido mis palabras, pero siempre se puede tener a mano un buen conjunto de hierbas que puedan ser venenonas, desde mortales a simples somníferos. Administradas en una bebida, puede hacer que le quitemos el oro, si no nos lo diese, de sus manos, ya sean dorminas o muertas...

 Ramón asiente.

 - Te comprendo, compadre. Mas lo que me preocupa es que después no venga con cuentos extraños acerca de que no tiene la pasta o demás cuentos. No estaría mal poder exigir ciertas garantías. Entre otras cosas un pequeño adelanto.- Hace una pausa.- Si de todos modos le sigue interesando que vayamos no veo problema alguno en que nos avance veinte o cincuenta croados.

Moviendo la cabeza de arriba a abajo:

¿Así que un adelanto decís?.

Tras pensarlo brevemente.

De acuerdo, me parece justo. Os daré 25 croats a cada uno de adelanto.

Saca de su zurrón una bolsa de cuero y mete la mano varias veces dando a cada uno su parte de adelanto. Cuando ha terminado os vuelve a decir:

Venga ahora aligeremos el paso. Quiero llegar cuanto antes.

Las sospechas que los demás tienen sobre Ramón parecen bastante fundadas según las palabras que habian oido sobre el avaro comerciante.

Señor Ramón, espero no se ofenda pero he de hacerle una pregunta. Las malas lenguas hablan de usted como alguien tacaño, ¿que hay de particular en su escolta para que acepte darnos ese buen pago?

Movido por el contoneo del caballo frunce el ceño y su genio sale a relucir.

Tacaño yo dices!! pero cómo osas dirigirte a mí en esos términos. Es que acaso no sabes con quién estás hablando muchachito???

Está realmente molesto.

Yo sólo gasto en lo que hay que gastar. Y como os dije, son tiempos difíciles para un hombre en mi situación. No están los caminos como para viajar sin escolta , Por Dios!

Relaja un poco el gesto, tratando de no ser demasiado duro con Leandro.

Mira, ya sabéis que hay mucha envidia. No lo puedo negar, los negocios me van bien y la gente es muy chismosa. Pronto comprobaréis que no soy tacaño.

Te da la sensación de que el hombre no está siendo realmente sincero. Más bien da la impresión de que se ha granjeado enemigos y además notas un cierto temor en su voz. Seguramente teme que puedan intentar matarle en algún camino perdido de la mano de Dios.

Enarcando una ceja ante el comentario de Ramón comento: está clara vuestra generosidad al ofrecer tan abultada recompensa. ¿Vuestro negocio, si puede conocerse, en qué ámbito está dirigido?

Continúo caminando mientras espero que aquel hombre nos dé algo más de información para poder conocerle.

Me dedico al comercio . Ya lo deberías saber.

El hombre de repente se muestra parco en palabras, como si sintiese incómodo con la pregunta.

 Ausás alza fugazmente los hombros, a forma de conformidad.

 - Me parece bien el adelanto. Una vez más o menos concretada la tarea y el pago creo que todos estamos deacuerdo en que cuanto antes partamos, antes terminaremos.- Dice a la vez que se guarda los croats en la escasa falquitrera.

 - ¿La escolta será sobre usted solo, o también habrá algún cargamento que proteger, aprovechando la ruta, sr. Ramón?

Finalmente si que pareció ofenderse con lo de "tacaño", pero no parecía demasiado molesto al fin y al cabo y sus razones no parecían nada descabellado.

Cierto que la gente inventa sobre aquellos a los que envidia

Entonces el hombre se mostró un poco raro al pedirle explicaciones sobre sus negocios. Había algo raro en ese hombre.

Existen diversas actividades para el comercio... continúo. Quería forzarlo a contestar o esperar una respuesta desagradable por su parte. Sea cual sea el resultado, habré conseguido la información deseada. Obviamente ese hombre tenía algo. Y no está de más conocerlo sabiendo que voy a compartir algunas jornadas de camino con él.

Miro con recelo al comerciante mientras habla. Los árabes y judíos son muchos más rácanos y avaros que este tipo, así que a mí no me va a engañar. Cualquier cosa que quiera escondernos con sus palabras, no suponen más que una dificultad para los demás pero no para mí...

Te da la sensación de que el hombre no está siendo realmente sincero. Más bien da la impresión de que se ha granjeado enemigos y además notas un cierto temor en su voz. Seguramente teme que puedan intentar matarle en algún camino perdido de la mano de Dios.

Traigo a Aragón telas inglesas, a Castilla sal francesa y a Navarra llevo esos vestidos tan de moda en Flandes. Eso es fundamentalmente lo que trabajo. Claro que alguna que otra vez llevo encargos de espadas a medida a Toledo. Estoy allí un mes mientras la fabrican y luego la distribuyo al Noble en cuestión.

Su voz suena firme y al acabar de hablar espolea a su caballo y se adelanta un centenar de pasos.