Partida Rol por web

En su estado adormecido, sin terminar de saber que hacía, Patrick caminó torpemente, siguiendo las luces que llevaban los encapuchados, distrayéndose fácilmente con sonidos y luces brillantes.

-¿Dónde... dónde estoy?- preguntó, arrastrando las "s".

Observe a mi alrededor..-Mas hippies.. No, hippies no.. fantoches..tampoco..el Klan.. Anda ya..si parezco blancanieves- me reí estúpidamente

-El clan en.. ¿Donde coño estamos?.. Eso sería noticia-

La procesión os conduce hasta un amplio claro en el bosque por un camino corto y embarrado. En el centro del claro hay una gran árbol, quizás centenario, cuya copa está poblada de hojas que - a pesar de la escasa luz - se os antojan rojizas. Tan rojas como la sangre derramada.

Los asistentes a la ceremonia forman una semicírculo que os envuelve. El hombre cornudo avanza hasta situarse a unos metros frente a vosotros, dándole la espalda al árbol. El tronco del mismo está engalanado con símbolos pintados con algo que parece barro y que emite un olor fuerte.

Los tambores cesan, todos guardan silencio.

El líder de toda esa locura levanta las manos al cielo y se dispone a elevar una plegaria a algo antiguo y letal.
Sus palabras no salen de su garganta, pues una tos le interrumpe.

- Perdón, llego un poco tarde - dice echando una bocanada de humo y situándose detrás de vosotros pero sin abandonar su sitio entre los cultistas.

El hombre lleva una bata larga y gruesa, que antes era blanca pero ahora está amarillenta, y unos zapatos viejos. La parte de abajo de su capuchón está cortada, de tal modo que le ve su barbilla y le permite fumar con facilidad un canuto que parece un puro.

El aroma de que desprende la variedad de marihuana que está fumando llega hasta vosotros, cuando Jake exhala con fuerza. Un aroma dulzón. Algo se revuelve en vuestro interior y los efectos de la droga que os administraron se desvanecen con lentitud.

Patrick sintió como el humo de la marihuana que fumaba Jake disipaba el narcótico que le hubiesen inoculado, parpadeó un par de veces, sin dar crédito a lo que veía.

Parpadeó otra vez, dándose cuenta de la pesadilla en la que se veía envuelto.

Presa del pánico, embistió por donde le pareció ver una vía de escape: la parte abierta del semicírculo.

Continuó atento y en silencio, tratando de discernir qué demonios estaba pasando y dónde estaban sus compañeros. Todo aquello le había dado mala espina desde el primer minuto, pero lo que acontecía era ya ridículo.

Percibió a su espalda una voz —acompañada de un hedor— inconfundible, lo que le llevó a mirar por encima de su hombro con los ojos entrecerrados. Barajó el lanzarle una pregunta a Jake, pero la escapada de Patrick se le adelantó.

Maldijo por lo bajo y echó a correr tras el susodicho.

Tosi por el humo. Parpadee al sentir su escozor en los ojos. -¿Que cojones.. Quienes son estos?-  Me mire y volví a levantar la vjsta -Ay mi madre- Miré a mi lado justo para ver a Patrick y Isaac salir corriendo. Y apreté a correr tras ellos ​​. 

Corréis por el bosque casi a ciegas. Las únicas luces con las que contáis son las que llevan vuestros perseguidores. Sus pasos suenan cada vez más cerca. No sólo porque puedan ver mejor, sino por qué conocen el terreno. Algunos de los lugareños maldicen por vuestra fuga inesperada, otros por no haber traído a los perros y unos pocos por haberse dejado sus armas de fuego en casa.

Se oyen aullidos lejanos de lobos y el ulular de los búhos.

Su sentido de la supervivencia se había activado y con ello había sacado la pistola que escondía bajo el poncho. Corría con la mandíbula apretada y echando un vistazo a su retaguardia constantemente.

—¡¿Alguien sabe qué cojones está pasando?! —bramó a sus compañeros.

Patrick corrió, sin mirar atrás, fustigado por el pánico y los pasos y gritos que escuchaba tras él.

-¡No lo sé! ¡CORRE!-

Saltaba raíces, esquivaba madrigueras, solo seguía hacia adelante, huyendo del peligro.

Corrí como no había corrido en mi vida. Seguí a Patrick que parecía saber cuando había que saltar y cuando evitar un obstáculo. 

- Joder..¿Que coño?..- 

No entendía nada, pero las voces que había detrás eran un acicate para alejarme todo lo posible 

A pesar de la oscuridad y urgencia de la huida sois capaces de evitar cualquier peligro del entorno.

Las carreras de los perseguidores cesan y son reemplazadas por resuellos para recuperar el aliento. Oís algunas maldiciones que se pierden mientras os alejáis con toda la rapidez posible.

Les dejáis atrás, estáis seguros de ello por qué no veis ninguna luz. Estáis solos en el bosque.

En cuanto estuve segura que no nos seguían me detuve para recuperar el aliento.

-Vale..vale..parece que los hemos perdido..están locos..es un puto pueblo de una novela de Stephen King..hay qué salir del bosque-

Patrick se detuvo finalmente, durante unos segundos no se dedicó a otra cosa que no fuera respirar y tratar de calmarse.

-¿Qué... qué demonios ha ocurrido? ¿Tenían túnicas?  Dios mío, tenemos que largarnos.-

Isaac continuaba vigilando la retaguardia, arma en mano, habiendo recuperado el aliento y la compostura con una rapidez mayor gracias a su viejo entrenamiento.

—Yo pensaba que estas mierdas eran cosa de películas de serie B y tal... —comentó, consternado—. Tenemos que encontrar la carretera... cualquier carretera. No podemos quedarnos aquí. 

Miró al cielo, buscando alguna estrella con la que ubicarse.

—¿Seguimos sin cobertura, no? Echadle un ojo a los móviles —les dijo, haciendo lo propio con el suyo.

No hay cobertura, no se oye a ningún animal. Algo les ha hecho permanecer escondidos y en silencio.

Sólo hay oscuridad y silencio.

Afectado por el absoluto silencio, Patrick bajó el tono a un susurro -Si, buena idea Isaac, eh...¿alguna idea de hacia donde deberíamos ir?-

Miró a su alrededor, tratando en vano de localizar algo que le diese alguna pista. -En cualquier caso, se hacia donde no deberíamos ir- dijo, enfatizando el "no", señalando por donde habían venido.

—Desde luego —le respondió a Patrick, habiendo bajado la voz también—. Ante la duda vayamos en dirección contraria a esos cabrones...

El hombre se puso a la vanguardia, tratando de dar con algo de utilidad a la hora de ubicarse según avanzaba. Prestaba atención a cada sonido, a cada crujido de ramas y hojas que no fuera generado por ellos, a cada posible señal de movimiento en sus flancos, su arma de fuego siempre lista.

Si no le fallaba la memoria era la primera vez que demostraba su entrenamiento frente a sus compañeros.

-¿Que ha pasado..nos han drogado o algo?.. está todo el puto pueblo compinchado.. joder..son una secta o algo de zumbados..era todo muy raro, todo muy perfecto -

Algo me olía, pero desde luego no algo así. Miré a Isaac y su pistola. 

-¿Una pistola?..¿Como coño cogiste una pistola? ¿Y que coño es esta ropa?-

Me quité el poncho para mirarlo de cerca