Partida Rol por web

- Descuida te trataré como un caballero a una princesa. - Me preparo para recibirla entre mis brazos, según había mencionado ella antes. Una vez se deja caer la recojo y la dejo al suelo, me sorprendo a mí mismo cuando lo hago con cierta delicadeza. - Uhm... Bien hecho. -Asiento con suavidad, dejándolo estar y olvidándome de esa muestra de cortesía.- ¿Estás lista para continuar? Sé que todavía no has comido nada, me he guardado algo de pan.

Entendí perfectamente que el joven perdiera la paciencia durante unos segundos, pues la verdad es que era una situación complicada. Yo al menos había descargado adrenalina a golpes con los hombres de antes, aunque eso sí, con el segundo no lo hubiera podido hacer de no haber sido por Will.

- Me refería a la herida, Will. El resto ya sé que es una mierda.

No me lo tomé a mal, porque entendía perfectamente la reacción, así que cuando dijo aquello negué con la cabeza restándole importancia al tema.

Eso sí, después de mirarlo unos segundos sonreí. Me moví y me coloqué entre sus piernas, de rodillas, aunque no llegué a tocarlo todavía.

- Es probable que muramos en la siguiente sala, o en el próximo pasadizo... - Moví mi mano y la pasé por su esternón, hacia su vientre mientras seguía hablando casi en susurros - Podemos olvidarnos de todo esto durante unos minutos...

-Parece encajar, pero está demasiado justo. - dije, inclinándome para ver mejor la reliquia de piedra que Lautrec había intentado insertar en la hendidura de la pared. Observé, mirando a mi alrededor, y mi vista dio con el candil de la pared y tuve que apartarla para que no me deslumbrara al mirarlo fijamente. - Oh. - murmuré, mirando a Lautrec. - Intenta empapar esa cosa con el aceite del candil, o con la cera si no puedes... tal vez haga que resbale hasta el fondo.

Observo fijamente los movimientos de la elfa, entre embelesado e hipnotizado, y mis ojos se clavan en los suyos. Al escuchar sus últimas palabras mi polla palpita, excitada, y se pone todavía más dura. -Bueno...No me importaría para nada que la muerte me sorprendiera después de acostarme con alguien tan atractiva como tú...

Mis palabras tenían cero disimulo pero cien por cien de intenciones. La atraigo más todavía hacia mi, de modo que queda casi a horcajadas en mi regazo, con mi polla colándose por debajo de su falda, y acerco mi rostro al suyo para iniciar un beso apasionado mientras mis manos recorren ansiosas su cuerpo y forcejean con su vestido.

Le sonreí cuando me dijo aquellas palabras, aunque no respondí ninguna pues directamente me agarró y me colocó sobre su cuerpo, asaltando mis labios en el proceso.

- Sí que tiene ganas de mí... - Pensé cuando su lengua se metió en mi boca.

A pesar de que sus ansias me habían pillado un poco por sorpresa, pero no tardé en recuperarme y respondí a aquel beso con su mismo ímpetu. La verdad es que tanto verlo "medio animado" durante todo el rato me había dado muchísimas ganas de meterlo entre mis piernas.

Sus manos trataban de quitarme de encima el vestido, pero es como suele pasar cuando tienes prisa por algo, que a pesar de la poca tela que tenía se le estaba resistiendo. Sin dejar de besarlo le ayudé a quitármelo y ya sólo cuando tuve que sacármelo por la cabeza fue cuando me tuve que apartar de él.

Me eché un poco hacia atrás y coloqué mi boca en su cuello, mientras fui bajando por su pecho, su viente, todo a base de pequeños mordiscos y lametones. Estaba claro a dónde iba a querer llegar.

Cuando se desnuda contemplo el hermoso cuerpo de Nimthîriel mordiéndome el labio inferior. Estiro las manos para atrapar sus senos y los empiezo a masajear lentamente a la par que uso mis pulgares para jugar con sus pezones y ponérselos duros. Ladeo mi cabeza para que tenga un mejor acceso a mi cuello y lanzo un leve jadeo al notar su mordisco, lo que me hace pellizcarle los pezones levemente.

Cuando la elfa empieza a bajar me muevo de manera que ella quede encima de mi, con completo acceso a toda la parte delantera de mi cuerpo y yo a la suya y empiezo a besar, chupar y morder sus pechos, dejando pequeñas marcas rojizas con mis dientes mientras mis manos se entretienen en acariciar y arañar sus perfectas nalgas.

Cuando la puerta se levanto un poco usando la fuerza que tenia antes de caerse en sus brazos, mirándole un momento antes de ponerse de pie, limpiándose las piernas y las manos del polvo de haber estado tocando todos esos espejos mirando la puerta abierta visiblemente molesta por tantas pruebas unidas, aun no habían visto a nadie salvo los captores de atrás, su única compañía era Berethor y debían cuidar entre ellos. Miro la entrada oscura fijamente antes de suspirar escuchando a su compañero, entonces se aparto un poco el pelo de su nuca, había atado la hogaza de pan entre su larga melena de la espalda. -Ves, yo también tengo comida. Dijo quitandoselo haciendo un quejido de dolor al notar como se quitaba un poco de cabello y comió del suyo ya que no sabían cuanto tiempo deberían estar allí. -Mira...no es personal vale, no me gustan los hombres no ahí mas. Quizás ahora nos ablandemos un poco pero ten eso presente. Que no es personal ni a tu trabajo es solo a tu genero. Quiero salir de aquí, preparate para todo. Trago pesadamente el trozo de pan antes de ponerse en marcha antes de que aquella puerta se cerrara.

- Así que tienes algo en contra de los hombres... Ya veo. - Asiente mientras zarandea la cabeza, restándole importancia.- Seguramente sean hombres los que traten de amargarnos lo que podría ser nuestros últimos lamentos de existencia. Así que, te recomiendo que enfoques tu odio a ellos... Puede que eso nos salve.

Sin más se ecaminó hacia la entrada que bien podría ser su última salida. -Descuida, Scarlet, con un verdugo todo se queda en lo profesional... -Ladeo la cabeza para sonreírte aunque esata misma se tuerce algo siniestra y peligrosa, quizá todo quede en un retorcido sentido del humor- De no ser así tendría horribles pesadillas...

Scarlet no terminó su última frase, se quedó en el aire tras un grito ahogado pues el suelo a sus pies se desmoronó en ese pasillo mohoso. Berethor no andaba lejos, podría haber esquivado o saltado ese agujero que se formaba en el suelo pero ya fuera por tratar de sujetar a la mujer o bien que ella lo agarrara fue arrastrado junto con ella.

Resbalaron por una gruta fangosa en un angulo de cuarenta grados hasta caer varios metros mas abajo en otro pasillo inundado. Por fortuna el agua había amortiguado el golpe.

Cuando llevais apenas un minuto en remojo,  algo os roza el tobillo, algo viscoso. Lo peor es que se mueve en el agua muy bien, a su gusto. Quedaba claro que avanzar por el corredor requería nadar, y con urgencia .

Anaisse tuvo una brillante idea, pues el objeto de piedra absorvió muy bien la cera de la vela y esta, aún caliente fue especialmente efectiva cuando Lautrec colocó la pieza en la hendidura. Resbaló despacio y finalmente entró hasta el fondo haciendo que se escuchara un murmullo, un crujido efectivo. Tras el una puerta se dibujaba en la pared, ahí donde antes no había nada. 

La luz del exterior irrumpió en cuanto esta se abría pero en lugar de encontrar un nuevo pasillo se toparon con que una gran brecha había engullido el suelo.

Habia mucha profundidad, y lo que parecía una caverna parcialmente iluminaba aguardaba abajo. Unas lianas, enredaderas que trepaban por la pared eran una buena forma de bajar, trepando si se deseaba bajar por el gran agujero.

Cristal tuvo una brillante y sensual idea, pues el objeto de piedra absorvió muy bien la lubricación de esta, aún caliente fue especialmente efectiva cuando el orco se hacia con dicho objeto. Y aunque se distrajo con el cuerpo de su recien amada tuvo que probar si su idea era acertada.

Lo colocó en la hendidura. Resbaló despacio y finalmente entró hasta el fondo haciendo que se escuchara un murmullo, un crujido efectivo. Tras el una puerta se dibujaba en la pared, ahí donde antes no había nada. 

La luz del exterior irrumpió en cuanto esta se abría pero en lugar de encontrar un nuevo pasillo se toparon con que una gran brecha había engullido el suelo.

Había mucha profundidad, y lo que parecía una caverna parcialmente iluminaba aguardaba abajo. Unas lianas, enredaderas que trepaban por la pared eran una buena forma de bajar, agarrandose a ellas si se deseaba bajar por el gran agujero.

Corianna, con cierta desconfianza, depositó cada uno de los cuadros ahí donde pensaba que guardaban relación con los dioramas hechos estatuas. En cuanto el último de ellos descansaba en el hueco vacio, todos, a su vez, hicieron se hundieron por su propio peso, como activando, accionando así una multitudinaria palanca.

El sonido de una losa del suelo al moverse les llamó la atención, similar a la que había usado Klok para emerger del suelo. Pero el paso era mas amplio y no conducía a ninguna carverna. Por contra abajo había otro de esos malditos pasillo de piedra caliza.

Era largo, pero al menos tranquilo por lo que no se toparon con nadie hasta llegar a una sala circular donde al fondo, su única salida es una puerta donde lo mas reseñable es el grabado en el forjado de tres leones.

El resto de la sala es de paredes lisas y suelo embaldosado. En lo alto, a una altura que no se llega con la mano hay tres candiles de aceite encendidos y tras estos, en cada uno de ellos un espejo, similar a un prisma que proyecta un débil rayo de luz en un punto al azar en esa habitación.

En un extremo hay restos de madera de una caja rota que debía ser grande cuando estaba entera, de un metro de alto.

(Desde el móvil) Una vez pude salir de la habitación conseguí calmarme un poco y, en parte, desbloquear mi mente para analizar los hechos acontecidos hasta el momento, especialmente a lo referido a KloK, ¿por qué, si conocía la salida, insistía en que yo lo averiguara aceptando su ofrenda de pan?¿por qué consideraba la biblioteca una salida? Desde que me puso la daga en el cuello pensé que estaba loco y lo consideré como tal, pero ¿y si sabe más de este lugar de lo que sé yo?, en ese caso ¿por qué no habla con claridad?... Esas y otras preguntas relacionadas con el mediano inundaban mi mente, por loque decidí que era momento de verlo actuar. Lo miré y le dije -¿qué os parece dedicar unos instantes a escapar de esta habitación mientras yo pienso en un nombre para vos, como os prometí?

Klok, cojio aire, se sento delante de la puerta, con su laúd, y empezó a tocar suave con el mástil pegado a sus mejillas, relajado, pero con un rostro pícaro y una sonrisa.
-Aun tienes más preguntas que responder-
Vio para la elfa, la comió con la vista de arriba abajo, con mucha delicadeza y hambre...-vaya vaya...- dijo cuando volvió ver hacia la extraña puerta.

Tras unos segundos... Esbozo una amplia sonrisa.

Se asustó muchísimo al escuchar su voz, tan potente y enfadada. Por momentos había olvidado de que se trataba de un Orco, seres con brutalidad que no tardarían nada en despiezar a una muchacha como ella, aunque se sorprendió bastante cuando este empezó a dedicarse a ella, quien no estaba comprendiendo muy bien el enfado de este mientras se dejaba estimular y soltaba algún que otro gemido a causa de ello.

-Y-ya debería bastar...

Hizo que el Orco reaccionara, pues debían salir de allí y le señaló la hendidura en la cual observó como se hundía perfectamente la piedra.

¿Luz? ¿Era luz? ¡Habían salido! O eso es lo que le iluminó la mirada por unos instantes, antes de ver realmente que no podían salir a causa del enorme agujero que se encontraba frente a ellos. Siquiera podían probar de ir hacia el otro extremo del mismo porque sería un suicidio así que miró hacia abajo, encontrando las lianas y aferrrándose a una de ellas. 

-¿V...vamos?.... No podemos ir por arriba y quizá por aquí encontremos una salida al exterior...

A la luz, su cabello era tan rojizo como el mismísimo fuego y sus ojos literalmente parecían el mar pues su brillo hacía verse como si hubiese movimiento de ola en ellos.

-Eh...pero que! Se asusto Scarlet intentando llegar a uno de los bordes pero era imposible, no había tomado nada de impulso, solo había cedido y ahora estaba suspendida en el aire cayendo junto con un Berethor que no sabia muy bien si había querido salvarla o no había llegado a tiempo su reacción.

El agua fue como...literalmente una jarra de agua fria, su cuerpo perdio gran parte de su temperatura corporal y notaba sus braguitas pegándose a su cuerpo, no quería ni pensar cuando saliera de allí pero ahora tenian cosas mas apremiantes. Su cuerpo se tenso durante unos segundos notando algo viscoso entre sus piernas, rozándola como si nada y se temió lo peor. -Ahí que salir de aquí...Ya!

Con prisa, Scarlet comenzó a patalear para moverse por el agua esperando no necesitar hundirse ya que aquella criatura no la veía bien y no quería verla bien.

-¿Había un lugar así debajo del castillo? - murmuré avanzando junto a Lautrec, encontrándonos con una gran brecha en el suelo. Al borde de la brecha había lianas, las cuales parecían ser la única forma que tendríamos de bajar a esa cavernas sin simplemente precipitarnos al vacío. Aunque quién podía saber si aquellas simples enredaderas serían capaces de aguantar nuestro peso... - Parece que las lianas son la única forma que tendremos de bajar, a no ser que tengas algún as en la manga... - le dije a Lautrec.

Cayó justo después de Scarlet, había resbalado cuando trataba de rectificar el desmoronamiento del suelo. Pero había sido en vano, en un enérgico grito el verdugo había caído junto a la doncella.

El impacto fue brusco, pero no brutal. Tuvieron suerte de que el agua amortiguase el golpe o bien podrían haber acabado muertos.

Berethor echó un vistazo hacía arriba mientras se recomponía del golpe. La verdad era desoladora, por donde vinieron no podrían regresar. Así que deberían de buscar una salida más adelante. A las pocas brazadas notó algo escurridizo, como si fuese una anguila. Esto le incomodó muchísimo y apretó los labios con furia.

- Mierda... ¡Corre, Scarlet, corre! -Tratando de desplazarse lo más rápido posible.

Tras unos instantes de refelxión, me acerqué al hobbit y le hice una suave caricia en la cabeza para reclamar su atención, pues estaba centrado en la búsqueda de la forma de escapar de la sala. Una vez me miró, le dije:

- Ya tengo un nombre para vos, si lo deseáis, os llamaré Élanor. Élanor en una flor que habita en algunos bosques habitados por elfos, como los bosques de Lórien, algo discreta si no percibes su presencia, pero de un llamativo color amarillo que, al percatarte, no puedes evitar fijarte en ella y observarla con detenimiento. ¿Os gusta? -

-Precioso nombre, decidme, por que el nombre de una flor con tan buenas características?- intente cojerle de la mano, levantandome. Esta estancia, al estar un poco mas soterrada, y con el calor Ínfimo de las velas, ha podido equilibrar un poco la temperatura ambiente, pero seria suficiente?.

-Sabies, si por un casual, debería de ponerles un nombre... me seria imposible, he vivido muy rápido y en muchos sitios, pero, para vos, el nombre debe de ser perfecto, puro, bello...( mientras tanto, con la mano cojida, con la otra le dibujaba en su palma), decidme pues... por que un nombre con significado de discrecion... viva... penetrante... curiosa...

Por cada palabra, le tocaba con dulzura en la yema de un dedo diferente, sin hacerle daño.- No como tu... que eres fuerte... ineligente... amable... valiente... bonita... apasionada... peligrosa... dulce... serias muy dificil de poder escojer un nombre que represente tu ser- pase de la mano a acariciar por el lado interior del antebrazo, por sus dulces venas, por cada adjectivo, una pasada desde el centro hasta la muñeca, muy suavemente, y ondeando por cada pasada.

-Aun me debes muchas respuestas... serias tan amable de contestar algunas? me encanta este juego... siento mucha curiosidad sobre ti...-