Partida Rol por web

- Bueno, si creen que sirva de algo me probaré la armadura - propone Baern, no muy convencido de hacerlo - Espero que tengan razón y no sea maligna -

Sturm se mostraba apático tras el combate. Mientras sus compañeros se repartían el botín el solo pensaba en que habían sido traicionados por alguien. Era mucha casualidad que hubieran sido interceptados por esta poderosa fuerza que ansiaba destruirlos. Sus temores se confirmaron al escuchar al viejo mago llamado Karasten. La maligna magia que envolvía al líder caído daba fe de ello.
Maestro Karasten! Quizás deberíamos portar ese objeto envuelto para ser destruido o entregado a alguna fuerza del bien. Dejarlo aquí lo veo más peligroso que llevarlo con nosotros. No obstante se hará lo que decida Helden.

Sabrala se puso el anillo, sin saber muy bien qué haría. Quizás en la siguiente batalla, o si se caía por un precipicio, o a un río, se desencadenase la magia que tenía.

Mientras alguno de sus compañeros se encarga de inspeccionar a conciencia los cadáveres de aquellos inmundos, Ingrid se ocupa de los traumatizados corceles. La druida albina llega incluso a elevar una plegaria a Elhonna para tranquilizarlos. Por su parte, Suka sigue manteniéndose cerca de Mallon, ya que la bárbara de la escarcha no le ha indicado instrucción nueva alguna.

A mi las armas y armaduras no me sirven ... pero puedo probar algun anillo de esos o la capa por si quereis que os diga que hacen . Dice la joven por si necesitan su ayuda .

Los caballos si estan mal , mejor los rematamos y podemos despiezar uno , asi cenearemos algo sabroso esta noche . El resto mejor se lo dejamos a los depredadores ... siempre agradecen comida que no hay que matar en este duro terreno . El resto si no nos sirven que se queden libres por si alguna vez se recuperan ... y a estos yo los quemaria , nada de enterrarlos son escoria y no merecen ser comida de gusanos . Desde luego la joven destila odio en su larga parlamento , pero es algo a lo que ya estais habituados .

Yo no me atrevería ni a tocarlo querido señor Bardurán - contesta Karasten pensativo -. Pero entiendo que vosotros los bárbaros tengáis el arrojo necesario para investigarla más a fondo.

Al ponerse el anillo, Sabrala no siente nada especial, al menos por el momento.

Debe probarse esa armadura maese Barraeth, seguro que le queda mejor que esa que lleva desgastada y a todos ojos deslucida - señala el mago.

De poco sirve el conjuro de Sabrala que parece no surtir ningún efecto en las bestias.

Ante las palabras del mago, Baern se toma su tiempo y, tras sacarse lentamente su vieja y confiable armadura se coloca las piezas de la que han encontrado

- Espero que no sea un error - no puede menos que comentar mientras verifica que le quede cómoda

Fenestir viendo que nadie parece querer la capa , se la pone por ver si puede sentir algo ... o si sus comapñeros ven algo diferente al ponersela .

- Bueno, debo reconocer que es cómoda - comentó Baern - Parece más liviana que la que tenía puesta - se explicó

- Solo espero que no me de alguna sorpresa en el peor momento - no pudo menos que aclarar mientras movía los brazos y verificaba que la nueva armadura no le impidiese los movimientos necesarios para el combate.

Luego, lentamente, buscó la forma de guardar la armadura completa que llevaba previamente en su mochila, sabiendo que podría venderla más adelante - Tengo demasiadas armaduras - no pudio menos que comentar mientras observaba la cota de mallas y el escudo mágicos que había llevado previamente a conseguir la armadura que ahora dejaba de usar - Debería vender alguna -

Señoras, señores. Debemos avanzar un poco antes del anochecer - dice el mago mientras se pone en marcha en la dirección prefijada -. No podemos arriesgarnos a descansar en campo abierto, más de esos indeseables Puños Sangrientos podrían estar al acecho.

Mallon se dispuso a continuar la marcha junto a su maestro, mirando de soslayo como Baern, Sabrala y Fenestir examinaban los objetos de Bamair.

Ingrid asiente pensativa.

-El maestro de Mallon tiene razón. Es hora de ponerse en marcha, hermanos.

Helden mira sus compañeros mientras recogen las pertenencias encontradas. Compañeros es el momento de partir. Como dice el mago aqui estamos expuestos.

- Avancemos - consensuó Baern cada vez más sorprendido ante la comodidad de su nueva armadura.

La misma, como cualquier armadura completa, le impedía moverse a toda velocidad, pero no por ello dejaba de resultar cómoda para moverse.

- ¿Qué hacemos con el arma maligna? Tras las advertencias no me apetece ni acercarme a ella, pero no me gustaría dejarla ahí y que cualquiera la pueda coger... 

Exacto! exclamo el enano. Podríamos llevarla en alguna de las bolsa de contención bien envuelta y a buen recaudo. No me gustaría que me golpearan con ella en la cabeza.

- No lo se - el rostro de Baern demostró la desconfianza ante la idea de llevar el arma maligna - Mejor enterrarla bien profundo, en donde nadie pueda encontrarla -

- Si la llevamos nosotros siempre está la posibilidad de que caiga en malas manos -

- Yo no sé mucho de esas cosas, pero... ¿No es posible destruirla?