Partida Rol por web

El civil no parecía poder hablar, por el ahogamiento que sufría a manos de Rongar y por puro miedo. Otto y Hermann habían decidido subir al piso de arriba para inspeccionar el lugar y asegurar el edificio. Armin sabía que no podían demorarse, el tiempo era crucial para la misión así que se acercó a Rongar:-No parece que vayas a poder hablar con él. Incapacítalo y registremos este lugar, si encontramos a alguien más haremos lo mismo. Otto, Hermann, si encontráis a alguien más que uno le apunte y que el otro le deje inconsciente. Después ya los ataremos a algún lado.-concluyó el soldado mientras se acercaba a la puerta que conducía al resto de la nave, con clara intención de atravesarla y descubrir qué había allí dentro. 

Otto hubiera preferido llevar consigo al mecánico, en pos de una rápida alerta al edificio y así una rendición rápida de sus ocupantes, pero Rongar había leído demasiado acerca de Butch Cassiddy. Hermann había decidido subir - Danke Hermann, subo 

Le indicó para que dejara estar los interruptores y le cubriera hacia la segunda planta - Dile a Rongar - Señalando el hueco de la escalera a la planta baja - Que abra bien las puertas e indique a los soldados que pueden coger cobertura en la planta baja.

De nuevo, fusil y bayoneta en ristre volvió a adelantarse por las escaleras. Esta vez saliendo algo más apresurado, si quien quiera que hubiera en el edificio no se había mostrado cuando subió a la primera planta, seguro estaría esperándoles en la segunda con malas intenciones, así que esperó que le golpearan con una llave inglesa o alguna treta semejante.

01 de Septiembre de 1939 05:03:00

El polaco da una gran bocanada de aire en cuanto se libera un poco la presión sobre su cuello. Si la intención era asustarle es evidente que ha dado resultado - ¿Numer? Ja, ja... - Dice señalándose a si mismo.

Hermann subió a la primera planta e inspeccionó un poco por encima. Parecía como la sala de control, quizá de lo que había en la planta baja, pues de esa no habíais ido hacia la puerta del fondo. En cualquier caso parecían interruptores eléctricos que difícilmente se podía saber su funcionamiento.

Armin si se decidió a inspeccionar el resto de la planta baja, tras un portal pudo ver una sala enorme. Con grandes no, enormes motores con engranajes y mecanismos. Parece que este edificio se encarga de subir o levantar las compuertas de alguno de los canales del puerto, o tal vez de algún dique seco, o tal vez de generar electricidad con turbinas. En cualquier caso en la planta baja no hay nadie más.

Otto en punta de lanza sube a la segunda planta. Su respiración es agitada pues el ejercicio nunca fue lo suyo. En esta planta puede ver un cuartucho con un camastro cuyas sábanas están revueltas. Otra pequeña habitación con herramientas y una última con una letrina y un pequeño lavabo. Es la última planta, y tiene unas ventanas que dan una buena perspectiva de todo cuanto sucede alrededor. Desde aquí, se puede intuir (por la oscuridad aún reinante, pero gracias a los cañonazos que aún ejecuta de vez en cuando) el acorazado al oeste. Algunos fuegos y explosiones al norte. Algunos disparos al sur. Y por el este se comienza a intuir las primerísimas luces del alba. Tampoco hay nadie más, el tipo del mono azul parece ser el único habitante del edificio.

Otra escuadra llega junto a la puerta, cerca de donde está Rongar, con la intención de ayudaros a tomar el edificio.

Hace un gesto, para que suban.

- El resto de mis sección está arriba. Y entonces, algo cansado, pregunta: - ¿Alguno sabe más polaco que yo?

Rongar tenía bastante claro que era el único "habitante" del edificio, y que esto era maquinaria, si no, para hacer electricidad a la case, si para algo. No quería destrozar algo importante, antes de que se confirmase que mejor ser destruido que otra cosa, pero, si fuera por él, inutilizarían toda esta infraestructura y seguirían adelante.

Armin no tenía muy claro cuál era la función de esas maquinarias por lo que no siguió indagando y se dedicó a buscar más personas dentro del edificio. No había nadie más en ese lugar por lo que volvió hasta la posición de Rongar para ver que había llegado más soldados:-Este lugar está vacío, sólo está él.-concluyó el rubio soldado:-Otto, Hermann, sigamos adelante, aquí no hay nadie más!-les gritó a los dos compañeros que estaban en el piso de arriba.

.-Que tres de vosotros se queden a custodiar el edificio y que otros dos custodien a este hombre en el piso de arriba. Nosotros tenemos que seguir adelante con la misión.-ordenó a los soldados recién llegados. No había nada más que hacer en ese edificio y no podían estar mucho allí perdiendo el tiempo. 

Otto echó un último vistazo a las habitaciones pequeñas y detrás de las puertas y bajó las escaleras sujetándose el casco. Seguramente el escuadrón que ahora llegaba tenía sus propias órdenes. Se colocó junto a Armin en la puerta y echó un vistazo asomando la cabeza calle abajo reuniéndose de igual forma con los recién llegados dándoles una palmada para animarles a entrar - Listo Armin, Adelante ¡HERMANN! ¡Nos vamos! - Otto echó un vistazo tras de sí preocupado que su compañero quedara atrás

Habían tomado el edificio, sin encontrar nada ni a nadie, más allá de aquel obrero al que Rongar había intentado interrogar. El soldado Frundsberg escuchó a sus compañeros y decidió seguirlos hasta la planta de abajo. Tenían que proseguir con la misión y permanecer más allí sería perder el tiempo.

-Rongar, entrégale el prisionero a esta nueva escuadra. Que ellos se ocupen de él, quizá alguno sí sepa hablar bien polaco... -le indicó al compañero, sabiendo que no debía permanecer allí por más tiempo-. Tenemos órdenes.

01 de Septiembre de 1939 05:20:00

...

Aquel hombre tampoco parece que tuviera mucho que aportar, por lo hablar de las dificultades del idioma. Pero desde luego que no era un alto mando con los planos y las posiciones de un regimiento. Parecía un hombre de mantenimiento que había tenido la mala suerte de tocarle hoy de tocarle el turno nocturno. En cualquier caso tampoco lo dejabais libre, sino en manos de los siguientes, seguramente acabaría en retaguardia donde ya se le interrogaría como es debido al respecto de toda esta maquinaria, en caso de ser necesario.

Lo importante es que el edificio estaba inspeccionado y bajo el control alemán, no era desdeñable que desde el piso superior parecía una buen aposición para francotiradores u otros observadores, pero esa tampoco era vuestra labor. Punto uno tomado, y eso corría a vuestro favor, tocaba pasar al punto dos.

Como alguno de vosotros ya había podido comprobar, el resplandor luminoso de un nuevo día comenzaba a vislumbrarse al este. Aún faltaría un rato para la salida del sol, pero para entonces más valía haber adelantado lo máximo posible.

Y hacía allí se dirigía vuestro camino, al este. Delante de vosotros ahora había una zona arbolada. No tan abundante como al norte, pero que ofrecía cierta protección. Tratabais de recuperar el terreno perdido, había compañeros a derecha y a izquierda. Tras recorrer unos metros el terreno parecía elevarse, si delante estaba por fin las vías del tren y entonces...

Instintivamente os agacháis. Los disparos provienen del norte y parecen aprovechar que las vías es terreno despejado para disparar a todo lo que se mueve en dirección sur (por encima de las vías), creando una potente cortina de fuego. Una ametralladora estática son palabras mayores. Habrá que pensar bien como proceder. Vuestras órdenes era cruzar las vías y llegar a la coste este, antes de regresar de nuevo a esta punto, donde os encontraríais con vuestro sargento.

Rongar no duda en "soltar" al prisionero, y que otros se encargasen de ello. Asiente ante las palabras de Hermann y les sigue, saltando de árbol en árbol, como si fueran escondites, hasta que el sonido de los disparos le hace pegar la cabeza a tierra, e intentar seguir buscando posiciones en la que las balas no penetren así como así.

Tras escuchar los tiros y saber que era una ametralladora perdió la esperanza de encontrar al sargento. Si lo veía con vida otra vez se alegraría mucho. En cuanto se encontró a salvo, o al menos creer en ello, intentó averiguar donde se encontraba ese aparato repartidor de muerte.

Tras decidir continuar con la misión, el equipo avanza a paso ligero hacia el siguiente objetivo para ser detenidos por el sonido de una ametralladora estacionada en la parte izquierda de las vias del tren, sobre los 100 metros de distancia. Al estar agachados, aprovechando la cobertura que ofrecía la zona elevada había que decidir cómo actuar ahora. 

Lo primero era identificar la ubicación de la ametralladora y eliminarla para aumentar las posibilidades de cumplir la misión. Armin intentó buscar la ubicación de la ametralladora pero no tuvo éxito. 

Frundsberg se apresuró a agacharse con rapidez en cuanto escuchó los disparos provenientes del norte. No era precisamente un soldado valiente y aquel no era el momento en que iba a empezar a serlo. Sabía que aquella ametralladora acabaría con los primeros soldados que decidieran avanzar heroicamente en dicha dirección. Si se aventuraban hacia allí, estaban sentenciados...

-¡Eh! -gritó, intentando que sus compañeros lo escuchasen en medio de los disparos-. ¿Alguno de vosotros puede ver dónde se encuentra la ametralladora? -preguntó, sin incorporarse del suelo.

Ni idea - Otto se sujetaba bien el casco con temor a que éste le saliera volando y su cabeza explotara como una palomita - No podemos atravesar esto sin eliminar la ametralladora o sin usar una locomotora. No veo ningún tren por aquí.... propongo que dos de nosotros se diriga hacia la izquierda mientras los otros dos mantengan la vista de los tiradores puesta en este lado de las vías con algo de fuego de distracción. ¿Alguna otra idea? 

- Ni idea, pero está a cierta distancia, más allá de los railes. Y para sus adentros estribaba el problema de que realmente, cuando llegasen a ellos, desde allí, igual serían capaces de localizar esa máquina enemiga.

- Espero que otro pelotón pueda neutralizarla pronto.

Empezó a ponerse rodilla en tierra, para reemprender otro "salto", al siguiente lugar que le prestase confianza, para posicionarse allí.

01 de Septiembre de 1939 05:21:00

Tocaba el siguiente paso, cruzar las vías, pero esto se acababa de complicar, por lo visto los Polacos se habían despertado y estaban tratando de repeler el ataque. No iba a ser todo un camino de rosas, aunque hubiera estado bien.

Por suerte para vosotros la visibilidad aún no era buena, pero una silueta en el horizonte podía ser una diana perfecta. Tanto en una dirección como en otra. Ahora mismo os enfrentabais a algo que os superaba con mucho, en potencia de fuego, pues tenía toda la pinta de ser una ametralladora pesada.

Tres de los integrantes de la escuadra tienen en cuenta lo de cubrirse, Otto parece haber olvidado esa lección tan básica y su gran cuerpo ofrece un blanco fácil. La suerte le acompaña pues los disparos no van exactamente en vuestra dirección.

La situación es la siguiente:

Estáis a 50 metros de las vías, hacia el este. La ametralladora está al norte y por los sonidos, está lejos. Pero en vuestra zona hay algunos árboles, que por el momento, os ofrece cierta protección. Y pasados unos segundos os dais cuenta de lo que pasa. La ametralladora esta disparando sobre las vías (no a través de ellas, ni desde el otro lado), sobre los railes donde no hay ningún árbol, creando así un muro invisible de plomo. 

La ametralladora cesa por el momento sus disparos ¿Recargando, ahorrando munición, muertos, desmontando para desplazarse a otro lugar, esperando incautos que se atrevan a cruzar las vías, apuntando hacía vosotros? Imposible saberlo.

Entonces lo escucháis, un lamento en alemán - ¡Ayuda...! - Proviene de... si, lo habéis adivinado, donde la ametralladora acaba de disparar su ráfaga, delante vuestro, en las vías.

Sabiendo donde está la ametralladora un tirador podría alcanzar al artillero y eliminarlo pero delataría su posición por lo que no es una buena idea por que de fallar el disparo sería objeto de una lluvia de balas. De pronto el incesante fuego se detiene y a lo lejos, en la zona de las vías se escucha un lamento en nuestro idioma, un soldado estaba pidiendo ayuda para cualquiera que pudiera escucharle:-Que nadie piense en ir a ayudarle, no merece la pena perder la vida todavía.-comenta Armin con toda la sangre fría que puede por que no es su misión el ayudar a otro soldado, su misión es volver a casa:-Hay que eliminar al de la ametralladora, tal vez podamos dispararle entre varios si nos cubrimos con los arboles y desde aquí.-explicó el soldado rubio siendo el mejor plan que tenían hasta ahora para enfrentarse a la ametralladora. 

Le jodía no poder ir a ayudar. Rongar siempre ayudaba, pero ese herido tendría compañeros, y esos se tendrían que encargar de socorrer a su compañero. Además, no sabía si es que estaba herido, encerrado, o es que había metido la panta donde no debía y se había desgraciado un tobillo. Armin había conseguido que no hiciera una tontería, sin realmente Rongar saberlo. Se sentía mal por no poder ayudar, pero tenían su misión, y aún quedaba trabajo para eso.

Les comentó: - Me acerco a un árbol grueso, y desde detrás, o subiendo si hace falta, miro a ver si veo por donde para. Ellos, cuando habían estado usando en los ejercicios las ametralladoras siempre eran entre dos o tres, así que, imaginaba que si los polacos estaban usando una de esas máquinas, también serían varios. Maldijo su arma, ya que era rápida en tiro pero de un corto alcance. Muy buena para combates cerrados, pero mala para disparos a distancia. - Se tendrán que encargar ellos de los ametralladores.

A rrastras, se acercó al más grueso de los troncos e intentó ponerse en pie, para poder observar, desde detrás de la madera.

Frundsberg estaba asustado. Aquello no era un fusil o una pistola, sino una ametralladora. Si los disparos de una de esas le acertaba, desde luego estaría muerto antes de darse cuenta. No era precisamente un hombre valiente, más bien lo contrario, por lo que no abandonó su posición, agazapado.

-Si alguien va a dispararle al de la ametralladora, puede que solo tengamos una oportunidad... -dijo el soldado, sabiendo que quien se arriesgase a ello iba a jugarse la vida. Escuchó a Armin, quien había tenido una buena idea sobre dispararle entre varios a la vez-. Podríamos hacerlo disparándole desde varias posiciones, ¿no?