Cuando Yurev cayó todos los presentes se lanzaron a un sonoro aplauso.
-En verdad has sido bendecido con la lengua del cuentacuentos, Yurev Krecenko. Sé bienvenido, pues, a la Corte de Ladrones y comparte tu noche con nosotros.
-Gracias, estimados amigos, pero la calidad de una historia depende en buena medida de la calidad de los oídos que la reciben, así que si estimáis mi historia es porque vuestro aprecio la ha dignificado. Gracias por vuestra acogida y, ahora si no es pedir demasiado, ¿quiénes sois vosotros y qué lugar es este que llamáis corte?
-Bueno, en nuestra mayoría somos hijos de Ravnos y ésta es nuestra corte. Una corte sin rey. Vivimos noches de cambio, tanto entre los mortales como entre los nuestros. Los estirados Clanes gajes ven como sus cimientos se tambalean y aquí es donde nos reunimos, a esperar nuestro momento y mientras compartit cuanto tenemos.
-Suena interesante, y estimulante. Entiendo entonces que hay otra corte en Delhi, la de los gaje y sus ambiciones. Decidme, hermanos, ¿tiemblan entonces los muros de los palacios de los soberbios aquí en Delhi? ¿Aguardáis a que caigan las manzanas del árbol o hay algo más moviéndose entre las calles de esta ciudad? -Yurev se encogió de hombros-. Perdonad si hago muchas preguntas, pero un viaje tan largo ha alimentado mi curiosidad. Hace tiempo que no escucho una historia interesante...
-Los vientos de la Revuelta Anarquista soplan desde Europa. Hemos de saber esperar al mejor momento para sacudir el árbol
Un hombre de evidente aspecto nativo se acercó a la conversación.
-Esperar y esperar. Eso se os da muy bien, pero esperando es como se pierden la oportunidades -comentó con un marcado acento.
-Te presento a Anand -dijo Daniela-. Como verás, la paciencia no es una de sus virtudes.
-Un placer conocerte, Anand -saludó Yurev con una inclinación de cabeza-. Tampoco yo me tengo por una persona paciente, pero yo conozco mis razones. No sé cómo será el panorama por aquí, siempre escuché que en la India habitaban grandes vástagos, grandes poderes que vivían y dormitaban en la noche de la noche. ¿Existe posibilidad para la juventud aquí? ¿Qué esperanza tenéis puesta en esa revuelta de la que hablais?
Pregunta. ¿A Yurev lo de los vientos de cambio y los anarquistas le dice algo o ha sucedido cuando estaba yo frito? Por eso ando divagando.
Anand correspondió al saludo de Yurev.
-No hay duda de que la Revuelta es algo sin precedentes, pero está impulsada en gran parte por Chiquillos asustados. El viejo orden no tardará en repelerlos. Tenemos que buscar otras alternativas y aprovechar, ahora que los antaño Altos Clanes tiene sus esfuerzos puesto en otra parte, para asestar un golpe y reclamar lo que es nuestro.
Ha pasado todo mientras dormías. No tienes nocion del contexto actual.
¿Revuelta? ¿Chiquillos? Yurev trató de ocultar su sorpresa y curiosidad ante lo que escuchaba. Parecía que en el tiempo que había pasado dormido importantes cuestiones se habían removido en el mundo de los vástagos, y en una direccíón que bien podría dejarle a él en una posición comprometida. Quizás lo más sensato fuera ocultar en la medida de lo posible tanto su edad como su experiencia y desconocimiento sobre cuanto sucedía.
-Qué puedo decir, quizás tengas razón, pero la juventud nos hace tener la sangre inquieta, para lo bueno, y para lo malo. Es la época de las grandes ideas antes de que la realidad mate nuestro espíritu... Sin embargo -añadió mirando con intensidad a Anand-, de tu boca salen palabras interesantes. ¿Planeas acaso una revuelta mayor? ¿Una revuelta dentro de la revuelta? Dime pues, Anand, ¿sabes algo más de la Revuelta Anarquista que te permita ver una ocasión como para planear un movimiento mayor que el de esos chiquillos?
-Hablo de la Revuelta Anarquista como instrumento, como distracción -le dijo el Ravnos-. Hay otras fuerzas en juego. Pero no quiero aburrir a Daniela de nuevo con estas historias -añadió levantando la vista-. Quizás la noche nos permita la ocación de discutir estas cuestiones en privado.
-Por supuesto, me tengo por alguien inquieto y abierto, así que tienes en mí a un ferviente oyente de tus ideas, Anand -desvió la mirada hacia Daniela-. Pero no aburramos a mi anfitriona... Quizás Daniela pudiera compartir alguna historia suya o de Delhi con este viajero...
-Quizás en otra ocación, Yurev. Mis historias no pueden rivalizar con las tuyas ni en el fondo ni en la forma y ahora tengo otros asuntos de los que encargarme -se disculpó ella.
Yurev asintió y volvió de nuevo su atención hacia Anand.
-Y decidme, Anand, ¿qué otros vástagos hay en Delhi? ¿Quién detenta el poder? ¿Hay caso ancianos o sujetos poderosos que pudieran ser dignos de atención? Imagino que alguien tan preparado y con tantos planes estará muy al día de cuanto uno pueda encontrar por aquí.
-Aquí no encontraréis un gobierno al uso como los que hayáis conocido en vuestro periplo por Europa.Más bien hay zonas de influencia. Los Ravnos somo el Clan mayoritario. Los Tremere han aumentado su presencia en los últimos tiempos, al igual que los Setetitas. Si bien los mayores territorios pertenecen a esos extraños vampiros orientales... los Kuei-jin. Eso sin contar otras fuerzas en juego... -añadió con tono sugerente.
-¿Demonios tal vez? -se arriesgó a preguntar Yurev viendo que necesitaría ser más directo para hallar algún tipo de información entre las ambiciones de aquellos visionarios de caverna con los que había topado-. Porque, sinceramente, en los caminos hacia aquí he escuchado algunas noticias preocupantes que hablaban de ellos... Soy por naturaleza un phralmulo prudente con la oscuridad y sus criaturas...
Demonios. Anand no pudo reprimir un brillo en sus ojos cuando Yurev pronunció aquella palabra.
Demonios -repitió con un tono de voz más bajo que el habitual. Mucho se ha contado sobre esas criaturas. Yo no me atrevería a prejuzgarlos y menos siendo...lo que somos. Como la propia Kali, todo es susceptible de tener varios aspectos. Pero decidme. ¿Me preguntáis si hay demonios en Delhi?
Yurev no contuvo una sonrisa de satisfacción y se esforzó en hacerla pasar por un gesto de complicidad.
-Anand, en mi limitad experiencia he llegado al convencimiento de que hay demonios en todas partes, lo que haría de Delhi un lugar diferente es si han confiado a otros los caminos que llevan a su encuentro... -lo miró directamente a los ojos-. ¿Es Delhi ese tipo de lugar?
El Ravnos sonrió y con disimulo le indicó que se apartaran hacia una esquina solitaria.
-Veo que vuestra experiencia os ha servido al menos para libraros de ciertos tapujos. En verdad aquí podéis encontrar esos caminos, si en verdad queréis que se os muestren.
-He viajado mucho y recorrido muchos caminos, y lo he hecho siempre con la esperanza de encontrar nuevos territorios. No me importa cómo se llamen o que se diga de ellos, sólo quiero ver y conocer lo no he visto antes -le puso una mano sobre el hombro a Anand-. Guíame, Anand, por estos parajes si tienes a bien.