Partida Rol por web

-¡M-M-M...! - los labios de Ryôko se entreabrieron para decir algo tras escuchar el susurro de Marako, pero ningún sonido llegó a salir de su boca. En cambio, su cara pronto adoptó un tono rojo intenso digno de, por ejemplo, cien pimientos. Rojos. No verdes. Poco a poco, sin embargo, parece que consiguió relajarse un poco y dejó escapar un suspiro tras mirar con rencor y de reojo a su amiga. Después saludó a Hikari. - Encantada de conocerte, Hikari-san... - murmuró, inclinando su cabeza con cortesía.

A partir de entonces, Ryôko procuró... mantener un perfil más bien bajo. Dejó que su amiga hablase, limitándose ella a asentir con la cabeza o confirmar sus afirmaciones con un "sí" de vez en cuanto. Se diría que la chica era tímida... o que prefería pasar desapercibida.

Hiroshi-san agarró rápido las entradas y yo lo agradecí junto a Hikari. Shin empezó a hablar en un momento con Shugo y Paula parecía querer quedarse con nosotros. Pero a mi lo que más me atraía de la conversación, era Maroko y lo que hablabamos de Ryoga. Aunque un tanto raro fue escuchar a Ryoko hablar con tal confianza a Hikari incluso después de solo haber dicho una vez su nombre. Aquello me hizo extrañarme. - Oh cierto. Hikari, estas son Maroko y Ryoko una amiga y... una familiar de Ryoga-kun - Hice una ligera pausa al decir familiar ya que era un tanto rara... pero sonreí a Hikari pues estaba de momento todo bien.

-Ryoga tiene tantas mujeres en su familia. - Me sorprendí y de sobremanera pues sabía como era y eso me hacía pensar - P-pero... Si apenas aguanta bien a mi lado unos minutos... aunque ayer... - Me callé ruborizandome muy levemente y apartando la vista - Vaya no me lo hubiera esperado de Ryoga-kun. Nosotros nos conocimos en la clinica de un amigo común. Estabamos siendo tratados de unas heridas y... bueno empezamos a hablar - reí muy muy nerviosa, pues realmente surgió por otra razón, pero no sabía hasta donde podía contar.

Doy un respingo nerviosa al escuchar la dichosa pregunta y cuando Franky abre la boca para responder lo único que se me ocurre es- ¡Aaaah! -gritar desesperada tratando de opacar lo que quiera que vaya a decir, agitando las manos entre ella y Sakura como si eso fuese a crear una barrera invisible que evita que el sonido se propague, pero no, lo ha dicho y ya es demasiado tarde, payasos, esas cosas de sonrisas siniestras- ¡Ni se te ocurra! -le digo a Sakura señalándola con el dedo, superponiendo mi labio inferior al superior. Solo de pensarlo me trae malos recuerdos y me hace perder la alegría que venía acumulando, aquel cumpleaños, no quiero recordarlo en un momento como este, debería concentrarme en el concierto, pensar en divertirme ¡No en esto! Franky, Sakura, malditas seais ¿Quereis fastidiar el concierto? Aunque supongo que eso es la amistad, lo acabamos sabiendo todo de todas, que nos da miedo, con quien salimos en secreto, y hasta que hacemos de rodillas en clubes poco recomendables a capullos lanza-bolas- No me asustan, es... que les tengo fobia -hay una diferencia enorme, la misma que entre una bici y un camión, que entre dar un gritito un instante y pasarte la noche despierta por miedo a las pesadillas- Así que por favor ¡No! -miro a Yuya de reojo, ella es la que más miedo me da, con lo que le encanta putearme. No se me ha olvidado su gracieta cuando estuvimos volando.

Al final era conflictivo, difícil, como todo, porque todo era conflictivo y jodidamente difícil, ya que nadie realmente quería concordar con los demás, tal cual, si bien la sociópata se dejó de joder un poco armando escándalo donde no lo había (porque él no iba a admitir que su modo de hacer las cosas era raro, primero tapado bajo diez mil, digamos, agujas, por decir algo aleatorio completamente y no específico) si bien el señor de las entradas o joven sí que se vió afectado por ello. Shugo suspiró e hizo un gesto como de "Ya, ya, ya pasó, joder, basta" pero sin mala intención a lo que con su otra mano (y luego con la que hizo el gesto agregándose de inmediato) siguió abrazando a Paula por atrás y encima, pegote, con cara de serio contrastando con la posicion en la que estaba. Pasó su ticket o entrada sin más y notó el actuar de los varioses estos que estaban con Chiyoyo, no, Chiyo, ya no habían juegos, suponía. Suspiró de nuevo.

Al escuchar y notar al tipo ese todo alegre y raro alzó una ceja, sonriendo de lado con la boca cerrada y usó una de sus manos (sin soltar a Paula con la otra, nunca, ¡nunca!) para entonces pretender que daría quizá un puñetazo lateral o un azote, pero no, solo le dió la mano con fuerza, normal, diría, pero la dió, como debía.

- Hashimoto Shugo, se escribe como "puente", "origen" y... "protector", curiosamente. Mugamine Shin no es un mal nombre... -Saludó de modo crudo pero formal, casi señorial incluso, como si pudiesen sentirse los kanjis y tablas antiguas (muy como el Zai Vacío que todos los usuarios de poderes y participantes buscábamos) en la escena.- Hola.

"Mugamine Shin" se leía algo así como, estimadamente, con los caracteres respectivos de "inofensivo" y de "ápice" así como de "humano" o "dios" si se quería ver así, lo cual le hacía un ser increíblemente curioso, a este que sentía un malandro o al menos truculento y tramposo como sí mismo, como alguien que podría, en contra de su nombre y significado, ser quién con la mano te saludaba y con la otra te apuñalaba, cual serpiente humana. Fue un momento dramático y siniestro en contraste con el momento fogoso y ruidoso que él parecía quizá imaginar, pero no estuvo mal.

Ya con eso, notó que Chiyo no pretendía considerar el trato o quizá ni había leído el papel, pero bueno, podía reforjar ese algo por su cuenta, creía, pero necesitaba algo, al menos un horno, como el de la cocina de la escuela para servir como improvisada forja, porque pensó usar el de Paula pero tampoco quería dejar un fiasco si algo salía mal. Ya vería. Soltó la mano del joven este y se re-abrazó a Paula.

- Tengo que dejarte ir, supongo. No quiero. Nunca quiero.

Pronunció más a Paula que a nadie, sabiendo que ella tenía lo suyo que hacer ahora, aún abrazándola pero preparando sus brazos pegotes para despegarse cuando ella tuviese que ir tal cual a dicho algo suyo que hacer. Por otro lado, miró de reojo a todos los demás, incluso al tipo de nombre curioso que saludó y abrió la boca, pero solo quedó en eso, en sus labios separados, los cuales cerró. ¿Por qué? Se sentía raro, casi... ¿Triste? No tenía sentido, pero no se mostraba triste en su rostro, era solo... No lo sabía.

- Yo sí que participo. A ver si chocamos cabezas, Shin-kun.

Obvio doble sentido, a este punto, como si no pudiese poner un anzuelo con carnada más gorda y obvia para que él mordiera a gusto, si bien no decía nada. Suspiró sin más y se soltó voluntariamente de Paula pero acariciando su pelo hasta que tuviese que irse. A ver qué pasaba con este grupito y todo.

Aunque ayer...

Esa fue la parte de la conversación en la que las pupilas de Sora se dilataron indicando la gran espectación que le habían creado esas palabras -¿Ayer... ayer que?- dijo acercándose a Chiyo con una sonrisa maliciosa -¿Que pasó ayer Chiyo?Cuentacuentacuentacuentacuentacuentacuentacuentacuentacuentacuentacuentacuentacuentacuenta...- empezó a repetir en bucle sin hacer ninguna pausa de forma que casi parecía no respirar.

Sobre el veinte o veintiún "Cuenta" de Marako, llegó al grupo lo que parecía ser un gran montículo de bolsas, accesorios, una guitarra y demás cosas... bajo las cuales se encontraba un chico de menos de uno setenta que con toda la cara roja y su mayor esfuerzo, se desplomó en el suelo del cansancio de llevar todas esas cosas -¡POR FIN! Un sitio donde descansar...- dijo el chico bastante aliviado desde el suelo, aún sin haberse dado cuenta de la presencia de la gente de su alrededor -Es... la última vez que hago de mula de carga de Marako... se lo pienso decir...- balbuceaba entre jadeos bastante cansado.

Y haciendo de nuevo aparición, Hiroshi llegó más calmado y esta vez solo llevando los pases de los participantes -Buenas noticias chicos, ya he...- se quedó sin habla extrañado cuando vio en el suelo a esa especie de tortuga humana con su equipaje como caparazón... pero intentó ignorarlo por el bien de su salud mental y volvió a miraros a vosotros -A lo que iba, que ya les he dado las entradas a la taquilla, y ya podéis ir hacia los asientos. Es pasando la muchedumbre entrando por las puertas dobles- terminó diciendo e indicando. Luego miró a los participantes mientras les devolvía los pases a ellos (Marako, Paula, y Shin y Fiji) -Vosotros me tenéis que seguir para que os lleve a los camerinos, que ya queda muy poco para que empiecen las primeras actuaciones y supongo que quereis cambiaros y demás- dijo con simpatía, esperando a que dijerais algo -Por cierto... ¿el chico este esta bien?- terminó por sucumbir a la curiosidad y preguntar.

Franky obviamente se tomó un poco confusa y apenada está situación -Oh god... sorry Roxy. Se me ha escapado... me ha pillado con la guardia baja esa pregunta- se disculpó contigo abrazandote en señal de perdón.

Yuya por su lado le quito la sonrisa a Sakura de una sonora colleja, demostrando que tenia ostias para dar a todo el grupo y no solo a ti ¡Plas! -¡AUCH! Vale vale, perdón por preguntar eso...- se disculpó rápidamente la guitarrista.

Luego de eso, la mánager miró os miro con cara agradable a ambas inglesas -Tranqui que mientras esté presente aquí nadie se aprovechará de esa información- dijo mientras te acariciaba la cabeza. Luego miro a tu amiga -Bueno Franky, una pregunta... ¿como has llegado detrás de los camerinos?- le pregunto con cierta curiosidad, a lo que Franky se puso algo nerviosa -A bueno eso... verás, yo...- iba a responder cuando un técnico abrió la puerta -Purple Fire, salís después de la actuación de Lady Quaver, iros preparando- os aviso mientras se volvía a ir como llegó -Oh vaya, estáis a punto de salir entonces...- dijo aún algo nerviosa -Entonces mejor no molesto y me voy...- término por decir rascándose la nuca y sonriendo nerviosa.

-¡M-Marako! ¡No seas cotilla! - dijo Ryôko, en un esfuerzo de contener sólo verbalmente a su amiga. - Si Chiyo-san no lo ha dicho, es que no hay nada que contar, o que no le apetece hablar de ello, así que... - aquello tenía algo de sentido en su cabeza... ¿no? En cualquier caso sabía que no se podía parar la curiosidad de Marako, a no ser que algo inesperado sucediera para desviar su atención... ah, y de repente apareció. Bajo un montón de bolsas de distintos tipos, ahí estaba... - ¿Odoroki-kun? - se extrañó Ryôko. Apenas podía verle bajo tanta bolsa... - ¿Estás bien? - le preguntó, aunque no demasiado preocupada. Odoroki-kun podía con todo. - Sí, sí. Está bien. - respondió ella misma a Hiroshi. Por fin acababa toda aquella conversación incómoda... por fin podría ocultarse un rato entre la muchedumbre.

Me quedé muy cortada cuando Marako empezó a exigirme que lo contara con las mejillas muy rojas - Pero si es solo una tontería ¿Por qué diantres estoy así? ¿Tanto significo aquello para mi? Puede que más de lo que realmente quiero reconocer - Empecé a pensar mientras otros llegaban y hacian otras cosas hasta que al final Ryoko habló pidiendo que dejara de indagar que si no lo había contado es porque no hay nada que contar... Realmente me hizo sentir incomoda que hasta yo misma quisiera ocultarlo cuando realmente... Era tan poca cosa... aunque para mi no fuera poca.

-B-bueno... realmente... esto... no lo he dicho porque pensé que igual me tomabais por tonta al haberme cortado tanto pero... En verdad no es nada del otro mundo, no sé porqué estoy así jeje - me rasqué la nuca con la cara aún más roja si cabía - Ryôga-kun... me abrazó. - Seguramente se escucharían risas, y probablemente nadie se creyera que solo fue un abrazo... pero es lo que realmente fue, y a pesar de mostrarme así frente a la prima de Ryoga, tuve el valor de decirlo.

Entonces miré al nuevo chico que había llegado - Pobre... - como si se tratase de una estrella fugaz la rojez poco a poco cesaba al haber cambiado de tema - ¿Pero que hace con tantas bolsas? - Pregunté un poco al aire, para después girarme hacia Hiroshi y finalmente hacia Hikari - Parece que podremos ir entrando pronto. Hay que pillar sitios en primera fila. ¿Quereis acompañarnos? - pregunté primero a Ryoko y Marako y luego a Hikari otra pregunta similar - ¿Te importa que se unan Hikari? Cuantos más más nos divertiremos - Sobre todo si era a costa de otros para Marako

Correspondo al abrazo de mi amiga con cariño- Tranqui, Franky, no es ningun drama, Sakura es mala y astuta -digo para que me oiga, por el tono obvio que bromeando- No pasa nada porque lo sepais, cualquier día os habríais dado cuenta, es solo que si me asustais con eso igual no me controlo y os arreo una patada, y no quiero que eso pase. De hecho mejor así, me podreis advertir si veis un... eso -solo de pensar en ellos siento un escalofrío por la espalda. Cuando luego nuestra manager aspirante a diosa suprema me acaricia la cabeza y me defiende delante de las demás de forma tan tierna mi mente es como uno de esos viejos ordenadores que tardan en procesar las cosas...

...y la miro fijamente sin saber quien es esta mujer y que ha hecho con la verdadera Yuya, aunque en realidad, solo estoy escondiendo un poquito la vergüenza, ser mona no va conmigo, pero joder, me agrada que haya tenido ese gesto, no es como mi madre, aunque en temas musicales un poco si que lo es, y sienta bien saber que estoy en su top de prioridades, junto a la videoconsola y la birra.

- ¡Wooh! -al fin ¡Marcha! Despierto del trance al escuchar que nos llaman al escenario y me pongo a rasgar las cuerdas de mi instrumento con un solo ultrarápido, lo que no he ensayado estos minutos lo hago en cinco segundos- ¡Purple Fire! -adrenalina, emoción, y ya vuelvo a estar animada y deseando salir a darlo todo- ¡Eso! Si no molestas, Franky, te colamos junto al escenario, te puedes con Yuya y vernos más cerca que en primera fila ¡Está decidido! -no le doy opción a abrir la boca para negarse, de nuevo en modo Rock you like a Hurricane abro la puerta para salir- ¡Adios, chica Piano! ¡Nos vamos al escenario! ¡¡Vamos, Purple Fire!! -río emocionada y quizá un poco loca hasta que alguna colleja me haga bajar los decibelios, entonces, solo un poco más calmada, me dispongo a ir a nuestro destino ¡La victoria!

Observó y mantuvo cierta compostura necesario durante aquel lapso en donde pudo ver llegar a alguien con una serie de objetos encima suyo. No entendía realmente pero le parecía un tanto admirable, sí. Al igual que eso, podía ver como el pobre sujeto que lidiaba con las entradas era forzado a ver "horribles" visiones de caos cada vez que miraba, como si lo extraño oscilase en torno a ese grupo particular. ¿Por qué sería? Sintió no pena pero sí empatía por él, suspirando, pero sin palmarle el hombro ni nada, porque no lo conocía ni nada.

Ya con eso, el joven al que saludó fue a lo suyo, los otros en lo que sea, la mujer aquella con excelente cojones femeninos que le confrontó antes igual en esos asuntos ajenos al chatarrero mismo y Chiyo igualmente dentro de dicho conjunto y que, por su inacción no aceptaría la petición que le hizo, hubiese leído el papel o no. Con eso, supo que tenía que ponerse en ello o no, también ya que el estado de eso era un reflejo del estado de sí mismo. Hizo un gesto nervioso con el dedo índice de su mano derecha, como moviendo algo y haciéndolo girar pero invisiblemente y sin más, fue con Paula, abrazándola brevemente o sujetándola de los hombros y besando su frente.

- Buona fortuna, Paula.

Estuvo a punto de decir "Buona sorte" y quedar como un payaso ante ella. Sí, era un payaso, pero el centro de su mundo lo era todo. La dejó ir, no quería, pero lo hizo y entonces sin más hizo un gesto de despedida a todos los que estaban por ahí en aquel grupo que traumaba sin parar al pobre señor de los tickets como-se-llame. Soltó una última, mirándoles hacia atrás.

- Si alguien quiere competir por otro lado, yo estoy disponible, cuando quieran.

Hizo un gesto casi desafiante pero "amigable" en lo que su villanía o al menos anti-heroismo permitían. Estaba claro el mensaje que daba, en donde no tenía evidencia más que su instinto y que Chiyo misma era "uno de ellos", así como la clase de "competición" de la que hablaba. Tras soltar eso se metió entre la multitud. Tenía intenciones, como buscar gente, detectar cosas, hacer maldades o al menos cosas dudables y por lo general encontrar esto y aquello.

Pero eso para la siguiente temporada o capítulo, suponía. Un cliffhanger siempre deja esperando.

Desde luego la cosa era rara cuando Shin vio entrar a ese chico tan cargado -Pobrecito... ¿serán cosas para actuar?- pensó; pero viendo que todos decían que estaba bien, pues entonces se lo tendría que creer y miro a Hiroshi -Ahora vamos contigo Hiroshi- le dijo mientras miraba a su novia con una sonrisa pícara -Vamos Fiji, que tenemos que cambiarnos- le dijo el chaval levantando un poco más cejas... aunque quería que se pudiera algo colorada por pensar mal, así ya le dejaría en paz un poco de chinchar.

La chica con aspecto de chico se acercó al chico tortuga -Ains... sip Rô, es Odoroki... Y ha llegado justo a tiempo para traerme mis cosas- dijo sonriendo -Anda Y deja que te coja la mercancía- dijo con simpatía mientras, sin mucho esfuerzo o eso parecía, poco a poco se iba llevando las cosas y las iba cargando ella... al fin y al cabo eran suyas -Bueno chavales, ya me vereis en el escenario... Odoroki, cuida de Ryôko de mientras. Chiyo, Hikari, encantada de conoceros, luego me cuentas más cosas sobre Ryôga- se despidió la chica.

Paula aceptó encantada el beso en la frente de Shugo con una sonrisa -Grazie mille Shugo, trataré que lo disfrutes... más tu que nadie- le dijo dándole un abrazo para luego irse con Hiroshi a los camerinos.

Así mientras todos se iban, el chico que ya estaba libre de la carga con la que entró se fue levantando. Y ya se le veía cara extrañada por algo que dijo Marako -¿Ry-Ryôko...?- preguntó mientras levantaba la mirada y enfocaba a la chica amiga de Sora con sudor en la frente -Va-vale... entiendo... ay Dios...- dijo para si mismo intentando incorporarse bien -Ho-ola Ryôko, cuanto hacía que no te veía...- dijo mientras le dio un abrazo temblando un poco... Y se alargó bastante.

Después se alejó algo rojo de ella y AHORA es cuando se dio cuenta de que... -¡Qu-que hay ma-más gente!- dijo sorprendido al ver a las chicas y al chico -¡Pe-perdón! ¿So-sois amigos de Ryôko? So-soy Housuke... mu-mucho gusto- se presentó nervioso pasando su mano por el flequillo.

Aunque puede que el chico prefiriera más tiempo para explicaciones, pero ya toda la gente se estaba encaminando a la sala -Ay que ya estamos entrando ¡perdón si molesto!- se disculpó ante todos -Teníais pensado poneros juntos... ¿Me puedo poner? Pe-perdón por encalomarme... si queréis me pongo apartadito mejor....

Durante el abrazo... Se mostró increíblemente tenso -Ryôga... ¿qu-que te ha pa-pasado? E-estas ha-hasta guapa...- dijo nervioso y casi parecia que eso ultimo lo dijo en broma... pero lo dijo serio y preocupado; y obviamente te había reconocido -E-ehh... ¿te-tengo que fingir que e-eres... algo? Joder me siento raro abrazandote con tetas... ¡pe-perdón! Pero... ¡Es que no se como reaccionar! Y... estoy alargando el abrazo demasiado...- se dio cuenta en medio de su confusión... y por ello te soltó... aunque una explicación no vendría mal.

Franky pensó que había esquivado la bala que Yuya le había lanzado con su pregunta de "¿Como es que estaba aquí?" gracias al técnico... pero ahora su amiga le había invitado a estar en el escenario y ahora no sabía como negarse -Me encantaría estar tan cerca viéndote... pero...- se puso algo misteriosa, ocultando la mirada -Ya lo... ha dicho el técnico... vais detrás...- hizo una pausa alejándose en dirección a la puerta de forma lenta -Mi-mía... ¡Adiós!- término diciendo escapando por la puerta... dejando a todas las presentes con esas palabras en la cabeza. ¿Pero... no ibais después de...?

Hanako fue la primera en darse cuenta de lo que había pasado, y se puso roja con las manos delante cogiendo aire -Ahhhh... ¡¿ACABAMOS DE CONOCER A LADY QUAVER?! ¡AAAAAAAHH!- se puso en plan fangirl como loca.

Y al poco del grito, entró otro técnico -Purple Fire, acompañadme a la sala verde. Seréis las siguientes.

Al estar largándose miró con algo de pena al chico aquel que actuaba así a pesar de haber traído las cosas. Seguro que había sido esa hija de puta sociópata la que lo tenía así. Si ella era una usuaria de poderes le daría lo suyo, aunque no se veía del tipo de tonta que cayese en un anzuelo tan obvio como el que soltó Shugo, así que tendría que pillarla él por emboscada sin más, sin que lo viera su prima, esa chica de los cojones femeninos, Ryoko, ni Chiyo, claro estaba, que sino un 3v1 de volvería un infierno, pero en un 1v1 con manejo de entorno era viable, aún sin saber su poder.

Ya pasando de largo y contento por la reacción de Paula ante su deseo de buena fortuna, tronó su cuello y dedos de mecánico, truculento, chatarrero, reparador y otros, pensando en sus múltiples opciones: Usar la cocina del salón de cocina o "Home Economics" como se le decía a modo de horno improvisado y forjar su kunai, eso o ir a la caldera de la escuela si todavía existía o había una siquiera y arriesgar el llegar ahí y usarla si es que estaba utilizable sin causar potenciales problemas. Otro asunto era el espiar si habían potenciales allegados, aliados y enemigos o neutros potenciales, puntualmente considerando si la adorable dupla M&M habría venido y estuviesen ya aquí o por llegar. Pensó en que total ya habían estado ambos en la sala de computación y seguro podrían estarlo, pero no tenía el coraje o el corazón o la calma para poder ir a mirarles a la cara, considerando lo que le hicieron y les hizo, bueno, le hizo a él, sobretodo y lo que ella le hizo a su vez a Shugo. Tendría que buscar el modo. ¡Si solo pudiese recargar esta mierda! Justamente eran dicha dupla los que podrían ayudarle y él con su mala suerte y su poco talento no osaría intentar tocar algo hecho por un genio como ella.

Por otro lado estaba el tema Y o Yuuki. Iba a joderle de nuevo, pero esta vez de modo más táctico. Sacó su móvil y mensajito time, motherfuckers:

Oi, Yuu. Viejo, mi sensei, ya sabes, Gin-chan, con el que vivo ahora y todo, me dijo que iba a venir una exquisita idol del extranjero, una superestrella o algo. ¿No te interesa venir a ver eso? Porque a mí sí, bueno, como cosa secundaria aparte de Paula, pero fijo que no te molestaría verla si es una belleza, ¿eh? Anda hombre, sé que le estás partiendo el orto a la rubia de carácter adorable, pero tu honor como hombre te exige ver a una cosita rica de afuera, ¿no~?

Admitió que sonaba insistente pero eso pasaba cuando vivías con el tiempo dándose vueltas sobre tí mismo. Maldijo entonces, susurrando "Por favor vuelve, estoy preocupado", ya que no logró verle del todo cuando invadió la entrada del departamento de la insoportable de pelo rubio. Ya con eso, faltaba algo más, ellos dos, Yume-chan e Hisoka-kun, al cual trataría como "-kun" por su estado default de chico como le conoció. Cuando entró al café ya después del mismo enfrentamiento en donde su kunai se rompió recordó haber trajinado con su cuaderno. ¡Tenía que tener el móvil o de Hisoka que le pidió antes en las calles o el de Yume que pudo haber pedido ahí en el café! ¡Maldición!

Trató de partir por eso, buscar entre sus cosas, su móvil, su memoria o algo para encontrar dichos números. ¡Tenía que encontrarles, joder! ¡Vamos! Si lo lograba entonces, buscaría anotar de inmediato dichos números en su móvil debidamente, aunque incluso así dudaba. ¿Y si "M" podía hackear su móvil? ¿Qué no había intervenido esa maldita ya de él? No, calma y concentración, Saigo.

Anda, piensa y ejecuta, robóticamente, como la máquina que eres fingiendo ser un humano.

-P-Por favor no digas esa clase de cosas... - murmuró Ryôko con un suspiro durante el abrazo de Odoroki. No tiene que recordarme que tengo pechos..., pensó para sí. Ya era consciente de ello. Demasiado consciente para su gusto. - Soy Ryôko, prima de Ryôga... ¿vale? - murmuró para dejar todo claro. - Y sí. Lo estás alargando... demasiado.

-H-Hola, Odoroki-kun. - replicó Ryôko con una sonrisa algo temblorosa cuando su amigo se presentó y la saludó. A continuación, más que abrazar a Odoroki, Ryôko simplemente se dejó abrazar. Durante un tiempo excesivamente largo, al parecer, aunque por suerte Odoroki se dio cuenta de ello y acabó separándose de ella. - Sí... así es, hay más gente. - rió Ryôko, entre nerviosa y divertida. - Son... Chiyo-san, Hikari-san... ellas son amigas de Ryôga-kun, al parecer... y él es... Hashimoto-san, si no me equivoco. - finalizó las presentaciones.