Partida Rol por web

Mientras Tarzán vuelve con medios de transporte, del interior del albatros comienzan a bajar algo de equipo que les puede ser de ayuda. Se trata principalmente de armas y biberes para el camino. Entonces, sienten un monton de barritos que vienen de la jungla. Entonces aparacen Tarzan y Ogú montados en Tantor y esta vez habían más elefantes. Ogú, como un niño, les dice:

- ¡Miren! ¡Mi amiko mio de mí enkontró mucho olifante! ¡Nosotro viaja kon ello!.

Fui hasta el lugar donde estaban descargando los víveres y traté de ayudar con alguna cosa, demostrando así que por muy " fina " e inglesa que fuera, tampoco se me caían los anillos por tener que hacer las cosas, aunque al escuchar el sonido aquel tuve que levantar la cabeza, para ver como Ogú volvía como un niño al que acaban de regalar una pelota.

- ¿ Ves como no tenías que comértelos?

Reí divertida por verlo tan feliz y luego miré al resto, pues esperaba que no les hubiera molestado que me riese. Además, normalmente estaba demasiado seria y casi resultaba hasta raro que lo hubiera hecho.

Cuando todos comenzaron a bajar los viveres  y armas Chia no participo, se aparto un poco del grupo se sento en el suelo en posicion de loto, y se quedo quieta meditando, se preparaba para la lucha. tampoco se movio cuando llegaron Ogu y tarzán con el estruendo de los elefantes, parecia una estatua, inmovil.

Sandokán se acercó sonriendo a Ogú, poniendo cuidado en hacerlo despacio para no asustar a tan majestuosas criaturas. El pirata malayo ya había montado aquellos seres con anterioridad, y si bien no recordaba qué manjar les gustaba llevarse a su enorme boca, sí sabía cómo tranquilizarles.

El pirata retiró la cartilaginosa oreja del paquidermoy comenzó a rascar con vigor tras ella, acto que al elefante pareció encantarle como si de un perro se tratara.

Si te toman cariño, son muy dóciles aseguró, subiendo después a la grupa del coloso de piel grisácea.

Esos enormes peqo aparentemente dociles paquidermos llegaron y se dejaron cargar por los tripulantes del albatros, mientras que unos cuantos eran destinados al transporte de ustedes. Cuando todo ya está listo, ustedes se suben a los elefantes y emprenden la marcha. En el caso de Mina, Ogú la invita a acompañarlo en su "olifante" y así él la cuida.

Avazan por la tupida juncla, llena de vida por donde miren y plagada de molestos mosquitos. No obstante, no todo es naturaleza salvaje, sino que pasan cerca de una aldea de nativos y ven como esta ha sido arrasada y los cuerpos de los habitantes tirados por todas partes. Tarzán mira el lugar con mucha pena y les dice:

- Seguramente fueron atacados por esclavistas belgas. Se llevan a la gente a las factorias de caucho o a las minas de diamantes para que trabajen en nombre del rey Leopoldo. Miles mueren diaramente y el resto de Europa solo cierra los ojos.

Chia montaba un elefante junto con karameneh, cuando llegaron al pobedo masacrado y escucho las explicaciones de tarzan y dijo.- odio a los esclavistas, habia que crear una liga para erradicar la esclavitud del mundo, estoy arta de la gente que se cree con derecho a poseer a otra persona, puede que cuando acabe esto tengamos que hacer una visita a eso belgas.

Sin duda compartía la opinión que había mostrado Chia, pero sabía que por mucho que de verdad fuera a visitar a los belgas no lograría que desapareciera, más que nada, porque había demasiados intereses políticos por medio.

- Tranquila Chia, algún día veremos como de verdad desaparece sin tener que ajustarle las cuentas a nadie..

Al menos, sabía que el ojo por ojo no era algo que pudiera llevarnos a ninguna parte, aunque pudiera hacernos sentir mejor muchísimas veces.

Por otro lado, me subí en aquel elefante con Ogú, un poco temerosa, pues nunca había subido a uno y sabía que podía ser capaz de caerme, pero al ser más grande que un caballo se estaba más agusto sobre él y como vértigo tampoco tenía..

Sandokán compartía con sus compañeras el sentimiento de pena e impotencia ante el dantesco espectáculo de la aldea destruida. El malayo meneaba la cabeza, apenado.

Mucho se pierde cuando las grandes potencias europeas campan a sus anchas por el mundo. Así comenzó mi lucha contra el Imperio Británico... aseguró, solemne. Sin embargo, nada podemos hacer aquí ahora. Los problemas, de uno en uno.

En ese momento algo le parece raro a Tarzán y baja para ver con más cuidado. Hasta ese momento ninguno de ustedes habñia caido en cuenta de que en una matanza como aquella no había mancha de sangre. El hombre salvaje se baja de su elefante y empieza a observar a los muertos, dandose cuanta que no fueron heridos, pero que muestran caras llenas de terror. Entonces les dice:

- Es como si el miedo les hubiera matado... nunca antes he visto algo así. Además, algunos cuerpos han empzado a pudrirse, pero por las huellas, quienes hicieron esto estubieron hace solo unas horas aquí.

Entonces, se dan cuenta de todo el ruido de la jungla se silencia y los elefantes se mueven nerviosos.

Me quedé observando lo que iba haciendo mirando aquella escena con algo de repugnancia, aunque ya no me sorprendía por demasiadas cosas, pues seguramente hubiera visto más cosas extrañas que normales en lo que llevaba de vida.

- Han sido ellos. - Sentencié hablando de la gente con poderes. - Seguro que ha sido alguno de ellos.

Lo que ya no era tan alentador era que si aquellas personas se habían muerto de miedo, a nosotros nos podía pasar lo mismo, al menos, a los que no teníamos nada " extraño " y esa idea hizo que un escalofrío recorriera mi espalda.

Chia bajo de su elefante de un salto y comenzo a mirar alrededor vigilante, esperando que el  ataque viniera de algun lugar, algo en el anviente parecia indicar que algo malo pasaria, y queria estar preparada.

El silencio que habia en ese lugar se estaba haciendo aún más pesado y los elefantes comienzan abarritar nerviosos, al mismo tiempo que el león de tarzan comienza a rugir. Por su lado, el señor Marlow les dice:

- Creo que será mejor que bajemos de los elefantes. Acá arriba somos blancos fáciles.

Entonces todos se bajan de sus monturas. Ogú ayuda a Mina y luego tranquiliza al elefante que los lleva, diciendo:

- Trankilo, Babar. Mí no deja que nadie koma tú.

Pero en ese momento comienza a sonar el ruido de tambores que marcan un ritmo en aumento, como si marcaran la inminente llegada de algo. Esto dura hasta que una lanza solitaria zurca los aires y se clava limpiamente en el pecho de Jack, quien cae al suelo en el acto.

Los sentidos de Chia se ponen en alerta al darse cuernta de que no están solo, y el ruido de esos tambores es solo un murmullo para ella, ya que toda su atención se ve absorvida por un potente y familiar (en todo amplio sentidop de esta palabra) chi. Cuando sale esa lanza y ataca a Pendragon, sabes que no es al azar. Va cargada de un potente chi demoniaco que incluso podría poner a prueba la inmortalidad de tu amigo. Tú hermano se quería deshacer exactamente de quien podría serte de más ayuda.

Me bajé del elefante, no sin tener que hacer alguna peripecia con mi falda, pues aunque debajo llevaba bastante ropa ( cosas de la moda ) no quería lucirla para todos los que viajaban con nosotros.

Ogú me echó una mano y se lo agradecí y sonreí cuando mis pies se posaron en el suelo, pues estaba siendo muy amable conmigo y si algo había aprendido después de conocer a todo tipo de gente, es que a nadie se le debe juzgar por su apariencia, como solía hacer muchísima gente de antemano.

Aquellos tambores comenzaron a sonar y la piel se me erizó, mientras me estiraba, casi hasta el punto de ponerme de puntillas para querer ver lo que se iba a producir, pues era un claro aviso y cuando aquella lanza voló y terminó en el pecho de Jack, pegué un grito y salí corriendo hasta donde había caído.

Como si aquello fuera habitual, agarré la lanza con las dos manos y le puse un pie en el pecho, para tirar de ella y desclavarla, agachándome después para ver si se despertaba, aunque solía tardar un rato en reaccionar.

- Jack!! Despierta! Jack!

chia que s habia bajado de su elefante antes que los demas, comenzo a mirar a todas partes. cuando empezaron los tambores se encontraba mirando fijamente a una zona, y habia comenzado a andar cuando de pronto una lanza volo en su diracción pasando no muy lejos de Chia y clavandose en pendragon.

por un momento parece que chia va a correr al lugar del que ha venido la lanza, pero retrocede rapidamente sin quitar la vista del lugar- Frankenstein estate atento, ha sido mi hermano, no es una herida normal,tengo que ver la herida de pendragon.- dice poniendose al lado de pendragon, cuando se asegura de que Frankenstein y o alguien le cubre se arrodilla junto a pendragon y le mira, chia que esta a su lado puede ver como los ojos de chia son totalmente negros debajo de sus gafas.  

Chia hiba a salir corriendo detras de su hemrnano tras ver lo sucedido con la lanza, pero no era la primera vez que caia en una trampa de esa forma, y Pendragon era un gran aliado, cosa que su hermano sabia, seria mejor ver si pendragon sobreviviria, y si no hacer lo posble para salvarlo.

miro a pendragon, para ver el estado de su chi, si parece que no tiene,  vuelvo a intentar lo que intente cuando casi lo mato yo, para curarle, sabiendo que me voy a encontrar con el espiritu de un dragon que intentara echarme, pero aun asi lo intentaria con todas mis fuerzas para que viva, intentando aguantar la sacudida del dragon el mayor tiempo posible para intentar combencerle de que quiero ayudar.

siempre y cuando considere necesaria la intervencion.

¡Emboscada! gritó Sandokán mientras corría junto a sus compañeros a ponerse a cubierto. Ogú, Tarzan, ayudadme. ¡Debemos poner a los elefantes a nuestro alrededor en círculo! Las lanzas apenas les herirían y nos servirán para ocultarnos de su línea de tiro.

Pendragon estaba en manos de Chia y Mina. Si en verdad la lanza había sido lanzada por el extraño y peligroso hermano de la oriental, Sandokán no podría hacer nada por él. Pero los demás no eran inmortales, y debía protegerles.

Luego de que Mina, haciendo uso de todas sus fuerzas, saca la lanza del pecho de Jack, Chia llega al lado de ellos mientras Franskenstein y Ogú les cubren. Al rededor de la herida se ven betas de color negro, como si algo comenzara a extenderse por el cuerpo de Pendragon, quien apenas respiraba en ese momento. Su chi era debil pero en ese momento abre los ojos y toma del cuello a Chia y le dice:

- ¡Olvidate de mí! ¡Te necesitan para detener a tu hermano!.

En tanto, de todos lados de la jungla aparecen nativos con el rostro pintado y llevando machetes, escudos o lanzas como la que hirio a Jack. Todos vociferaban y alzan sus armas. Pero eso se detiene cuando de entre ellos sale un chino que parece contar con un respeto reverencial de todos los aborígenes. El chino avanza hasta quedar a poco metros de ustedes y les mira como esperando alguna reacción.

La reaccion no se hace esperar, tan pronto como Pendragon le dice a chia que se olvide de el, Esta pega un gran salto por encima de los demas en la direccion en la que esta su hermano, no le hace falta mirar para saber donde se encuantra, en pleno salto chia ace un movimiento con su palma en direccion a su hermano, para luego caer en el suelo y colocarse en posición de lucha mirando en la dirección de su hermano.

- ESTA VEZ NO ESCAPARAS HERMANO!