Partida Rol por web

Le tapo la boca a Kurdran para apagar su grito, pero lo he hecho demasiado tarde -... No deberías haber chillado, si hay más enemigos sabrán donde nos encontramos... - me muerdo el labio nerviosa -... Esa sombra estaba deforme... Nada de lo que hay aquí parece natural...Pero ha huido, nos teme... - Preparo la lanza y avanzo hacia la derecha -... Busquemos esa criatura quizás nos diga cómo salir de aquí... O acabemos con su sufrimiento...

Me pregunto si volveré a ver la luz del sol. Daría cualquier cosa por un poco de aire fresco.

Mi lanza rasca contra el techo. Aferro mi daga con fuerza. La luz de mi antorcha tiembla.

Esto es como estar dentro de una ratonera.

-Vamos-siseo.

La figura humanoide que os sorprendió antes está agazapada en el pasillo mirando con curiosidad. Intentando discernir quizá quien osa entrar allí. En cuanto la luz se hace lo suficientemente preocupante como para poder revelar algo sobre su identidad o naturaleza, se escabulle pasillo adentro. No parece llevar antorcha ni otra fuente de luz.

—¿Quienes sois? —vuestros pasos hacen que el ser asome la cabeza por el pasillo.

—¿QUiEnEs SOiS?. ResPonDer. ¿QuE qUeREiS?

Un nerviosismo indomito se apodera del ser no solo en sus palabras. Su cuerpo empieza a verse invadido por pequeños y extraños espasmos. En seguida queda cubierto por un sin fin de tics espasmódicos. 

—¿Por QuE habeIS veNIDO A moRiR AqUi?.

- Somos extranjeros y solo buscamos la forma de salir de aquí...¿puedes decirnos cuál es el camino?.... - aquel ser me daba asco, mi lanza está preparada por si intenta atacarnos, aunque creo que en el fondo, es una pobre alma torturada -...¿Estás bien? ¿Qué te sucede?.... - No sabía porqué le pregunté eso, siquiera me importaba, solo quería que dejase de dar espasmos, era como si un bicho fuera a salir de su interior.

-¡Plukanka!

Lanzo mi cuchillo pero la fiebre hace que me tiemble el pulso. El arma choca contra la pared sin acertar siquiera al pasadizo. 

Maldición. 

MiHIhIJiJJJiiJJIiJIii

Cuando el cuchillo de la amazona se estrella contra la pared una extraña y bizarra risa se apodera del ser. Su sonido es estridente y artificial. Como el grito ahogado de algun animal desconocido y enfermo.

—MoRiREIs en CuaNTo EL aMO QUierA. NO HabRá SalVACiÓn PaRA VosoTRoS.

La luz iba aumentando en la sala y la charla parece haber distraido ligeramente al ser de su objetivo de cubrirse en las sombras.

—¡aMO! ¡AmO! ¡AaAAammMMo!

Sus brazos se tuercen formando ángulos imposibles. Parece poseído por una fuerza descontrolada que emana de su interior haciendo quebrar su cuerpo en figuras imposibles. Como si algun ser de inmenso poder lo partiera por aquí y por allá como un juguete de carne y tendones.

—¡yA vIEnE eL amO!. ¡pROntO eSTAra aQUí!. ¡CoRReD maLDitOS malNAcIDoS!

¡C-ooo-RReeddd!.

Sabía que no era de fiar. Este agujero bajo la tierra apesta a brujería plukanka.

-¡No parar!- grito de nuevo-¡Adelante!

Cruzo la sala dando traspiés. La lanza colgada de mi espalda choca constantemente con el techo. Debo recuperar la daga.

Cuando me agacho para recogerla, la antorcha revela una sombra monstruosa a poca distancia. En realidad, sólo es una araña⁽¹⁾ a la que el ángulo de la luz confiere un tamaño mucho más grande del que tiene. 

Me quedo paralizada contemplando a la criatura. 

Odio las arañas. 

Avanzo detrás de Jamn y cuando esta se para en seco, la consigo esquivar en el último momento y sigo avanzando. Salto por encima del engendro que se está convulsionando y continúo sin mirar atrás.

Ahora estoy en primer lugar y la luz de mi antorcha les ilumina el pasillo a los que vienen detrás.

Pero sobre todo corro. Corro como no imaginaba que se podía correr en un sitio tan angosto.

Noto como la desesperación invade a mis compañeras, la oscuridad del lugar les está afectando sin duda. No vi lógico que echen a correr de esa manera... Se han olvidado del paso estrecho de antes con los leprosos? Y si por el camino se encuentran algo peor?  Pienso rápido y... Deteneos, pero qué hacen?- Digo imponente por la falta de sensatez de mis compañeras, se que quieres ver la luz y no la que se presenta al final del túnel. Me dirijo al deforme con pies de plomo, mirada fija, penetrante, a través de la luz proyectada de la antorcha, lo cojo por el brazo sin dudar un segundo.. Si, pero tú vendrás con nosotros maldito, tus palabras te van a costar la vida...- Y lo voy arrastrando pasillo a dentro mientras lo amenazo con el fuego de la antorcha.... 

¡¡¡Pero ¿que haces?!!!!.... - no sabía si preguntar a Kurdran o estamparle directamente, pero tras la estampida de Jamn y Quyen, ambas corriendo como alma que llevaba el diablo, "su hombre" se dedica a capturar a la criatura que daba grima, asco y dentera -... ¡¡¡Suelta inmediatamente esa cosa!!!.... - le ordeno, a partir de ahora sobre él mandaría yo, la diosa así lo quería, sus servidoras debían ser fuertes y no dejarse dominar -....¡¡¡Que lo sueltes!!!.... - era tozudo el varón, debía buscar una manera de que le hiciera caso -...¡¡¡ Si lo sueltas y vienes conmigo esta noche podrás tocarme los pechos!!!.... - si no reaccionaba ante eso le golpearía hasta que le doliera la mano. Solo esperaba que el engendro no les acompañara ahora con la ilusión de ver sus pechos....

Mientras es arrastrada por los brazos del herrero, la debil carne de la figura se abre rompiéndose facilmente. Deja paso a la fuerza de unas patas insectoides gigantescas que emergen de su interior. Como si la figura de pellejo y hueso solo fuera un simple envoltorio. Un cascarón que guardaba en su interior a un Horror en letargo. Unos cuantos chorros de sangre salen despedidos por aquellos agujeros abiertos en la piel. La sangre rebota en las paredes y salpica todo alrededor como una lluvia rojiza y pestilente.

Kurdran

Has tenido una muy mala idea, Herrero

Los esquerosos apéndices insectoides de la criatura se aferran con fuerza a tu cuerpo.
Ahora si que vas a tener que demostrar tu poderío.

Tira+Poderoso

13+ No sólo te safas de la abominación. Además le causas daño (y tú no recibes).

10+ Consigues zafarte holgadamente. Puedes actuar con normalidad.

7-9 Consigues zafarte, pero la criatura vomita un chorro de sangre pestilente sobre tu cara (1-daño, perforante).

Fallo Estás jodido. Esos apéndices se clavan con violencia en tu carne (2-daño, perforante).

Si fallas y no consigues zafarte tendrás que volver a intentarlo. Pero aplicando un penalizador -1 acumulable.

Entre la claustrofobia, los espíritus, el leproso y el horror saliendo del engendro estoy más que aterrorizada. No puedo parar de correr buscando la salida.

Escucho gritos y sonido de pelea a mi espalda, pero tengo tanto miedo que no me detengo a mirar atrás.

Una lluvia de sangre pestilente que quema como ascuas al rojo me saca de mi trance. Cojo la daga, aparto de una patada a la araña y trato de iluminar el pasadizo.

El Hombre Peludo está envuelto en cosas terribles. Es como si otra araña de pesadilla, una mucho más grande, le hubiera caído encima. Pero lo que me hace hervir la sangre es ver a la jejé huir como un conejo pasillo arriba. Todo esto es culpa suya (¡Nos ha tendido una trampa!). 

Me lanzo a ayudar al Hombre Peludo. Si salimos de esta, juro que me haré unas sandalias con el pellejo de esa maldita jejé⁽¹⁾.

-¡Plukankaaaaa!

Era una mala idea....¡Claro que lo era!... ¿Cómo no pudo verlo venir Kurdran?... No había que lamentarse si no luchar, Athena no saldría de allí sin él, sus destinos estaban unidos, su diosa así lo quería...¿y si debía engendrar de él pequeños vástagos?... Solo esperaba que sus futuras hijas no tuvieran los cabellos de su padre y menos en el rostro.... - ¡¡¡Muere!!!!....  - Atacó la valkiria con su lanza la criatura, su furia emergía, aquel era SU hombre.

Estoy absorto por la adrenalina que ese lugar emana en mí, solo escucho unas voces que son como susurros a mis oídos, una sombra aparece y lo pincha, ni siquiera veo quién lo hace....parezco estar disfrutando mientras ese despojo se va haciendo triza mientras es arrastrado hasta que sólo queda su cabeza en mi mano, ni su olor tan asqueroso hace que me encoja de hombros. Serías un buen trofeo en la cantina de Azeroth... Aquella gente solo hablan de tontas criaturas malformadas... Pensé mientras levanto el brazo para verlo con rabia... 

Giro la cabeza y veo como Athena y Jamn están boquiabiertas, sus ojos describen impresión y temor a la vez, en la tenue luz, aún puedo distinguir los rostros de las sombras que se reflejan en las paredes negras, ni siquiera me percaté de que falta Quyen... 

........ Vámonos de aquí!!...... 

Frotándome las quemaduras, corro tras mis compañeros. 

Por un momento, me parece sentir un soplo de aire fresco venir por el pasillo. 

El engendro transformado se retuerce por la fuerza de los golpes del herrero y la valkiria en una sinfonia de quiebros y quejidos dificilmente identificables como humanos. ¿Quien es El Amo y creador de esa aberración?.

La simple visión de los movimientos de dolor imposibles hacen sentir una repulsión indescriptible, una sensación de horror contenido que se agarra desesperada a vuestras gargantas. Sangre, visceras y carne cercenada. La imágen es insoportable. La jauria de gritos se aplaca de repente. Sin previo aviso todo queda en un silencio roto solo por vuestra respiracion...

Entonces corréis

Pero...

Mirad a Kudran. ¿Qué es eso? ¿Qué lleva en su mano?.

MIRADLO.

Este tío está muy mal...

Tras un quiebro del corredor os percatais de que el pasillo conduce a otro de forma perpendicular. Al fondo una luz se asoma a vuestro campo de visión. El origen de la misma parece casi sin genero de dudas, pertenecer a alguna fuente natural. Quizás sea la luz del día la que os avisa del camino a seguir o quizás sea algun tipo de engaño o encantamiento. 

Entonces...

En el fondo de algun pasillo remoto un ruido terrible tuerce las esquinas. Un ruido que conoce el camino hasta vuestros oídos. Es el retumbar de algo enorme que acababa de despertar. Algo imperecedero que ahora se arrastra desde su cubil enterrado en la piedra distante.

eL aMO. Es eL AMo

hA dESpErTAdo

yA VIenE...

Desde las sombras se pronuncian palabras en el mercado de la voz baja y el subterfugio.
Ojos luminiscentes y dientes afilados rechinan preparados desde el umbral de vuestra percepción.