Doreen sintió una excitación al escuchar al señor Parker. De la boca del inspector surgieron inquietudes que ella también compartía, pero que no se atrevió a exponer abiertamente. El librero se comportaba como si la conociera, pero ella no lo recuerda en absoluto. Aguardó con gran interés la respuesta.
Yo también aceptaré quedar donde diga el señor Parker.
No me lo había planteado. Parker está más bien mosqueado, así que si intimida a Howells puede que sea efecto colateral. ¿Qué significaría eso en cuanto a las reglas?
Veamos.
El Inspector Jefe Parker es un sabueso duro, habituado a la confrontación, al interrogatorio persuasivo y también al más violento. Recordemos que nos encontramos casi en los años 40, y que los derechos de los sospechosos no estaban tan claros como lo están hoy en día.
Dicho lo cual, el Jefe Parker dispone de otras armas, aparte de la violencia (en cualquiera de sus formas); tienes 4 en evaluar sinceridad, y sólo con declarar que la utilizas (y hacer la pregunta adecuada) ya te diré qué averiguas. La intimidación, en este caso, podría limitarse a hacer justo lo que has hecho: señalar al señor Howels con la mano, acercarte con absoluta seriedad y mirarlo a los ojos con fiereza. O podrías tomarlo de las solapas y agitarlo un poco: estás furioso, sin duda, y comienzas a sospechar que este tipo ha estado indagando en vuestras vidas (o, al menos, en la tuya).
Tú decides... :-P
El librero se levanta, trastabillando. Mira hacia el señor Parker confundido, con una sombra de temor en los ojos.
-Yo... -murmura-, usted me contó cuál era su profesión en la reunión anterior. ¿No? Quiero decir, ¡usted me lo contó...!
De verdad, lamento mucho el ritmo actual de la partida. Mi inicio de temporada está siendo una locura, y afecta notablemente a mi actividad en Umbría. Ya he respondido a todos vuestros privados y estoy listo para continuar.
Mis disculpas de nuevo.
-¿Y a mí me conocía?¿A alguien más de entre nosotros? Porque yo no le recuerdo, pero intuyo que usted a mí sí. Esto es como lo relatado por algunos de los presentes, situaciones que, al parecer, hemos vivido, pero no recordamos.
-¡¿Qué?! -pregunto, alarmado. De repente, la ilusión de haber atrapado a un hábil embaucador empieza a zarandearse como un castillo de cartas, y el enojo da lugar rápidamente a la confusión-. ¿Qué reunión anterior? Yo... ¿Quiere decir que ya nos conocíamos? ¿Cómo...? Yo... creía que, cuando al inicio ha dicho que ya conocía a dos de nosotros se refería al señor Devonshire y a la vizcondesa... -sin darme cuenta, me llevo las manos a la cabeza-. Entonces, dígame, señor Howells, ¿estuve en una reunión anterior? -¿y cómo podré confiar en lo que me responda ahora si de verdad he olvidado tantas cosas...? -pienso con desesperación. Parece no haber salida a esta pesadilla.
-Sí, señor Parker -responde titubeante-. Usted, la señorita Mills... creo que les recuerdo a todos. Yo...
El librero se lleva una mano a la cabeza, masajeando su nuca con la brusquedad propia de un tic nervioso.
-¿Es posible que lo hayan olvidado? -dice en tono aterrado. Su mirada pasa de unos a otros a gran velocidad, buscando algo en los ojos ajenos, quizá comprensión, quizá complicidad, quizá la sombra de un remoto entendimiento-. Esta reunión... ¿de verdad creen que es su primera reunión?
-No... ¡No recuerdo ninguna reunión anterior a esta! -afirmo muy confuso-. Pero... -alcanzo a decir tras unos momentos mientras me froto la sien con la mano derecha-, creo que a partir de ahora, si queremos... sobrevivir a esto... cada uno de nosotros debeía escribir su propio diario en una libreta y llevar esa libreta siempre consigo en el bolsillo de la chaqueta. Así, si nos vuelve a sobrevenir este olvido, tal vez podamos volver sobre nuestros pasos y continuar con las pesquisas. ¿Qué les parece? -pregunto mirando alternativamente a todos.
Uso la habilidad Evaluar sinceridad en Howells.
Te parece sincero. Asustado, pero sincero.
Alice entiende que el librero está diciendo que ella también acudió a reuniones anteriores, o que sólo se refiere a unos cuantos?
Todo esto resultaba cada vez más extraño para Carter Lennox: primero descubrir su propia letra en la escena de un crimen cometido antes de haber nacido, y ahora unas reuniones a las que no recordaba haber asistido. El discurrir del tiempo estaba jugando malas pasadas al escritor. Y, sin embargo, el agente Parker parecía haber dado en el clavo sugiriendo que escribieran un diario. Lennox siempre llevaba encima una libreta donde tomaba notas acerca de todo:personas, lugares, noticias, material sobre el que luego escribir sus novelas. En cierto modo era tan riguroso o más que cualquier diario.
¿Puedo gastar 1 punto en Habilidad artística para tener diarios? Quiero decir, para tenerlos escritos y poder consultar si en ellos se mencionan visitas a la librería con anterioridad.
Lady Alice: aunque no parece referirse a usted en concreto no le cabe duda de que el hombre, ahora confuso, sí habla del grupo en general. En cualquier caso su foco está ahora sobre unos aún más desconcertados Señor Parker y Miss Mills la cual, por cierto, aún no parece recuperada de su susto anterior al nombrar cierto nombre que no debiera haber sido nombrado...
Mmm. Buena idea.
Sin duda Lennox lleva encima siempre una libreta; todos los escritores lo hacen. En su caso, su pulcritud (insana), su pasión (enfermiza) por el correcto (desproporcionado) sentido del orden le hacen abrir una nueva libreta para cada proyecto, además del discreto bloc de notas que acarrea hasta para ir al aseo a aliviarse. Ahora lleva dos, la limpia que ha traído para la ocasión y la de todos los días.
El señor Lennox no recuerda reuniones previas... pero por desgracia asume que, de haberlas habido, en cada caso hubiera abierto una nueva libreta. Libretas que deberían estar en su hogar. Aunque existe la posibilidad de que alguna nota tomada casualmente relacionada con otros asuntos de su interés (futuros proyectos) fuera apuntada en el bloc durante, o justo antes (o después) de alguna de las reuniones. En cuyo caso esas anotaciones llevarían su escrupulosa fecha (que, de ser las cosas como parecen, siempre coincidiría en día viernes) y estarían situadas en algún lugar cercano (o la propia librería).
-Yo siempre llevo encima una libreta- arrancó a decir Carter ante la sugerencia del agente Parker.- Si alguna vez hemos estado aquí reunidos, en esta misma librería, debería tenerlo anotado o reseñado de alguna manera. Revisaré libretas anteriores en cuanto regrese a mi domicilio.
Ok. Gasto 1 punto de Habilidad artística.
¿Estamos esperando a algo en concreto para cambiar de escena?
El librero sujeta su cabeza entre ambas manos, presa de la confusión. En el sótano de Jacob's Books la temperatura parece hacer disminuido un tanto, mientras un murmullo crece en la sala cuando los asistentes a la reunión comentan sottovoce sus "pues yo no recuerdo nada" y "no hagas mucho caso, tía: este hombre está desnortado".
El ayuda de cámara de Lady Alice se acerca con calma a su Señora, comentando al oído (pero con un volumen suficiente como para que el resto lo escuche) si, tal vez, desea ya regresar a casa: no os parece que Patrick Howells pueda resultar de mucha más ayuda por hoy...
En realidad os estoy dando tiempo para actualizaros después del parón y a que el nuevo piloto de Celia Pickering se ponga al día. Pero podemos seguir con el curso de acción comentado previamente, esto es, la visita al Hospicio Muller del grupo al completo o la división en dos: unos al hospicio y los demás a Sunfields Manor, la mansión de Lady Alice.
-Bien -alcanzo a decir a la señora Mills y al señor Lennox después de un leve carraspeo-, entonces nos reuniremos mañana a las nueve en... Bueno, no sé si conocen un pub llamado The Prospect of Whitby. Desde allí iremos al hospicio, si no tienen incoveniente.
Saco la libretilla de notas y lo apunto todo con el lápiz, ya que no puedo confiar más en mi memoria.
Con el ceño fruncido Lady Alice asiente a la sugerencia de su acompañante, dispuesta a marcharse. En el último momento se inclina hacia Archibald, y asegura en tono seco:
-No deberíamos asombrarnos de las declaraciones del buen señor Howells. No son, ni de lejos, las más peregrinas que se han escuchado esta noche aquí. Y, como las demás, contienen un decalage temporal que casa con la esencia del problema que tenemos entre manos. En fin, buenas noches a todos. Nos espera un arduo trabajo de investigación, me temo. Y temo aún más lo que nos depare esa investigación...
Tras lo cual sale, estirada y digna como ha entrado.
El librero alza la mirada cuando comenzáis a levantaros de vuestras sillas. Sus ojos, desenfocados, anegados en lágrimas, reflejan confusión y miedo.
-Por favor -musita con dificultad-, asegurense mañana de que la señorita Holborn se encuentra bien. Yo... yo no sé qué está pasando. Recuerdo con cierta nitidez haber hablado con ella en días pasados, pero hoy... el día de hoy se repite en mi mente de cien formas distintas. Si hay algo terrible que temer, algo incomprensible e inabarcable... ella aseguró tener pruebas: temo que sea cierto y la pobre Catherine haya podido... ver.
Después vuelve a mesarse los cabellos con los dedos mientras clava sus ojos en el suelo del húmedo sótano.
-Si se encuentra bien, trasládenle mis saludos y mi sincera invitación para la reunión del próximo viernes.