Partida Rol por web

Apartais los escombros a la vez que os lanzais a la carrera entre callejones tras ese tipo, el cual, al veros venir, aprieta a correr aún más rápido.
Por sus torpes movimientos a la hora de correr, deducís que no se trata de ningún tipo de corredor, más bién huye torpe y despavorido.
Y és precisamente esa torpeza la que le juega una mala pasada al intentar esquivar una puerta que se abrió de repente, con la cual chocó con fuerza y al querer reanudar la carrera se encontró atrapado por vosotros al conseguir su posición.

Fauchet, una vez alcanza al asesino de la mujer, desenvaina su florete y se lo pone a la altura del cuello.

- Un movimiento y será lo último que hagas, truhán. Suelta tus armas y descúbrete para que te veamos, dice Fauchet con voz grave y amenazadora.

François desenvaina y se coloca junto su amigo mientras vigila y cubre la espalda de su compañero.

-¡Malditos guárdias!...- Exclama el tipo con una expresión que no escondía algo de nerviosismo. -¿Que quereis de mi?-

- Correr sí que sabes, pero escuchar parece que no... tira tu arma al suelo o te ensarto aquí mismo., exclama Fauchet perdiendo la paciencia por momentos.

El hombre te mira con los ojos bién abiertos. Tras escuchar tus palabras, lanza al suelo un cuchillo rudimentário que llevaba escondido bajo la manga de su mugrienta camisa. Parecido a los que son usados por los carniceros para desgarrar las piezas de ganado.
-¡Ala vergue le mierde!- Escupe el hombre con repugnáncia. -¡Dejadme ir!-

- ¿Quién eres y por qué has matado a la mujer?, esto te va a costar la horca, muchacho, así que habla y a lo mejor puedo intentar hacer algo en tu favor...

-¿Que he matado a quien?- Dice el hombre con desprécio. -¡Vamos! ¡Esa maldita furcia bocazas! ¡Nadie la hechará en falta!-

Veis que el hombre lleva una mano al bolsillo y al sacarla podeis ver dos monedas. -¿Conoceis la história de Judas Iscariote?- Dice con una mueca mientras os lanza las dos monedas por encima. Tras esto intenta zafarse.
Con una maniobra asombrosa logra sorprenderte y zafarse. Momento que aprovecha para empuñar el arma que antes había lanzado al suelo.

Fauchet, inicialmente sorprendido por el rápido movimiento del truhán, empuña con fuerza su florete y asesta un fuerte golpe contra la muñeca de su adversario, intentando desarmarle.

François se ve sorprendido por el rápido movimiento y no acierta a reaccionar a tiempo.

Fauchet dirije con habilidad su golpe, el cual consigue su cometido al estrellar el filo del sable contra el arma que empuñaba el maleante.
El puñal sale despedido contra la pared y aquel tipo se agarra con un gesto de dolor la palma de la mano.
Al verse desarmado y sin posibilidad decide salir corriendo de nuevo. Pero tropieza torpemente quedando a vuestra merced.
-Malditos bastardos...- Dice con desprécio mientras os mira con la mirada llena de ódio.

Françios no soporta la visión del asesino. Le pega una patada en las costillas y mientras le mira con desprecio le dice:

- Mas te vale darnos una razón para no matarte. No nos será muy difícil explicar como te resististe y tuvimos que matarte para que no escaparas.

-¿Vais a matar a un hombre indefenso?... muy valiente si... digno de la guárdia- Logra decir el hombre tras el golpe en las costillas, una vez recupera el aliento.

François ríe.

- Un hombre indefenso, no has tenido tu tanta piedad con la pobre mujer. Te recuerdo, además, que una vez indefenso, has intentado volver a atacarnos con insistencia. De todas formas, para mi has perdido tu humanidad al cometer un acto tan vil a sangre fría.

- Veamos si sigue tan gallito cuando nos lo llevemos al cuartel de la guardia. Allí nuestros modales no serán tan buenos como aquí, dice Fauchet dirigiéndose a de Reims. - Átale bien las manos, verás como el pajarito acaba cantando. En cuanto se mueva un palmo le ensarto mi filo y se acabaron las tonterías.... La amenaza de Fauchet se completa con un rápido movimiento de su hoja en dirección a la mano del tipejo, con la intención de hacerle un buen corte, para demostrarle que la amenaza es totalmente seria.

-Brûlez dans l'enfer!- Exclama con un grito de dolor.
Os miraba con desprécio mientras procedíais a atarlo. Mientras lo hacíais os sentíais observados, de bién seguro detrás de cada ventana habría alguien curioseando la escena. Aunque la calle estaba vacía, os daba la impresión de que muchos ojos os miraban.

La noche está al caer.