Partida Rol por web

Byron trajo el material pedido de forma diligente y rápida, más de lo que esperaba de hecho, pero sin duda sabía pedir las cosas con amabilidad y la gente sabía que si me hacían favores yo se los devolvía en forma de suministros, así que sonreí complacido al ver cuándo traían todo el material solicitado-Perfecto Byron, te mereces una buena gratificación-dije guiñándole con ojo. Tras acercarle todo el material al técnico comenzó a ponerse a trabajar, pero lo que realmente me jodió fue la elección de Victoria, desde luego quería quitarse a Callahan de enmedio mientras investigaba ¿En qué coño estaba pensando? Aquello no era lo más inteligente no por asomo, si estaba con ella al menos la capitana le controlaba, pero quedándose conmigo y mi gente, solo podría ir de mal en peor con su nimio cerebro y gatillo fácil cosa que atestiguó su sonrisa al saber que no iba con el, sin contar la cantidad de curiosos que se estaban allí reuniendo y que conocían a Callahan, conocían su fama, quién era, lo que había hecho y si la gente se enteraba...no quería ni pensarlo.

-Capitana, será mejor que vuelvan pronto, las noticias vuelan aquí y dentro de nada aquí se va a reunir una cantidad de gente importante, así que no se retrase, cuando le vean..no sé que ocurrirá..- comenté en tono de sugerencia y como advertencia, chasqueé la lengua mientras miraba un instante al grandullón, luego a su compañero que parecía también más inteligente y me centré en el trabajo que hacía el técnico. Desde luego no era recomendable agobiarle pero al final todos nos quedamos cerca de él rodeàåndole mirando con curiosidad como trabajaba-Desde luego se gana el sueldo,beso hábil y rápido con las manos-dije tras ver cómo la capitana desaparecía en la distancia.

La capitana tomo el ascensor y se marcho ciertamente feliz por perderos de vista.

El técnico siguió con su trabajo y los agentes se mostraron bastante profesionales, no dispararon a nadie por lo menos, pero la gente atraía gente y el numero de curiosos aumentaba. No todos los días se veía al gran Zeus cubierto de la misma mierda que dos agentes mientras un tipo que nunca habían visto reparaba una cañería.

Todo intento de dispersar a la gente no servía para nada. Se marchaban dos y se acercaban cuatro....

Entre la gente una mujer se abrió paso. 

La profesora por la que Callahan perdía la cabeza. No era ningún secreto, siempre que bajaba de patrulla se desviaba de forma intencionada solo para verla de lejos.

- ¿Se puede saber que esta pasando aquí?.- pregunto poniendo las manos en sus caderas.- ¡Por el amor de Dios! ¿No podían avisar de las reparaciones con antelación? ¡Dos niños han vomitado por el olor! ¡He tenido que cerrar el aula y mandarlos a todos a casa!

La chica miro el pedazo de plástico sin tocarlo. Se encogió de hombros.- Es uno de mis vasos, los compre muy baratos, eran de una partida defectuosa. Tenían unas manchas blancas al frente así imprimí el logo del bar allí.- dijo reconociendo que eran suyos.- Compre montones, algunos de mis clientes se llevan las bebidas fuera del local y... "olvidan" devolverlos.- dijo restando importancia al hecho.

- Siento no poder ayudarle mucho en eso, agente, pero le prometo que tendré los oídos abiertos y le informare si me entero de algo. Es muy mala publicidad para mi negocio que alguien este usando mis vasos para hacer artefaztos explosivos.

Yara no parecía tener mucho más que añadir pero tampoco quería que los agentes se fueran pensando que era una mala ciudadana y no quería cooperar.

-Por otro lado... Vivo justo arriba, no es gran cosa pero podría dejarles algo de ropa limpia y usar mi ducha. Seguro que les seria mas fácil coger a los malos si estos no son capaces de olerles a dos kilometros.

Nathan se colocó al lado de O'Connor con las armas preparadas pero enfundadas. No iba a apartar la mirada de los "empleados" del autoproclamado Rey del Nivel. Y si aquello se llenaba de gente furiosa... La verdad es que prefería estar lo más alejado posible de la turba.

Luego empezó a llenarse de gente, curiosos, cabreados y gente buscando respuestas empujadas por la preocupación. Todo iba bien, todo iba bien hasta que una mujer con la cara tiznada de hollín se plantó delante de todos ellos. Tuvo el impulso de cuadrarse. Joder que mandaba mejor que Lienners y entonces por la cara que ponía Jhon lo entendió. Era la famosa profesora, sin duda tenía que serlo.

Apretó los labios con fuerza tratando de no sonreír. No sería profesional pero si sería muy divertido. No iba a moverse del lado de O'Connor pero sin duda iba a disfrutar de la escena. Lamentó no tener palomitas para ver el espectáculo.

- ¡¡Bingo!! - dijo el técnico cuando encontró la pareja de latas, un spray de polímero sellador y uno de disolvente, podrían hacer las reparaciones adecuadamente. Lo primero entonces sería descubrir la verdadera extensión del daño, era posible que el hueco se agrandase si las microfracturas se extendían más allá de la reparación. Sacó de su caja personal de herramientas un sensor ultrasónico, una vieja herramienta usada para detectar cañerías dentro de paredes sólidas pero que, por su principio de acción, permitía detectar diferencias en la densidad de un material.

Se acercaba al tubo cuando lo interrumpió la voz de una mujer, y estuvo a punto de responderle que no eran reparaciones programadas sino un atentado cuando recordó el pánico que podría provocar la confirmación del rumor entre la multitud que ahora que levantaba la cabeza comenzaba a notar. La mención del olor por parte de la mujer le recordó su existencia, algo que su mente se había encargado de ocultar sabiamente, y que ahora comenzaba a resurgir con fuerza renovada. - Nada programado señora, - dijo señalando el hueco en el caño - la cañería ha estallado y debo hacer un parche de emergencia hasta que llegue la pieza de recambio. - sonrió como pudo sobre la mueca nauseosa que se había dibujado en su cara y comenzó a extender la mano, para retirarla inmediatamente - Ethan O'Connors, disculpe que no le de la mano pero no están precisamente limpias. 

La capitana tan sólo asintió en silencio a medida que Yara hablaba sobre el fragmento de uno de sus vasos, el cual había utilizado como material para aquella bomba casera. No había duda de que era imposible saber algo sobre el responsable con una pista que apenas ofrecía detalle alguno. No obstante, a pesar de que no ofreciera mucho detalle, había dejado algo en claro: era probable que el responsable acostumbrara a visitar aquel bar en particular, y también era más que posible que residiera en el primer sótano. Además, alguien como Yara debía de conocer a sus clientes habituales, por lo que también debería de saber si había alguien que pudiera dar con el "perfil" de un maldito loco obsesionado con la construcción de bombas caseras. Por esa razón, la joven aguerrida no tardó en esbozar una amplia sonrisa en el momento en el que la bella mujer les dijo que podían hacer uso de su ducha para asearse como ya era hora de que lo hicieran. - ¿En serio? Vaaaayaaa. ¿Alguien te ha dicho que eres un ángel? Y yo que pensaba que tendría que andar por los subniveles apestando a mierda... - Se expresó en un tono que denotaba cierta alegría ante el ofrecimiento. Sin duda, quería darse un maldito baño de una maldita vez, por lo que aquella invitación sería más que bienvenida, aunque, obviamente, tendría que dejar a Axel a cargo para que vigilara sus cosas mientras ella se duchaba. Luego haría lo mismo por él. No era tan hija de puta como para negarle su baño al pobre oficial.

Aún así, no tardó mucho en ofrecerle su información personal a la pelirroja, para que ésta pudiera contactar con ella por medio de su comunicador personal, ya que sería algo de utilidad para obtener algo más de información respecto al responsable de aquella bomba. - Bueno, también puedes llamarme para tomar algo juntas, si te interesa... aunque ahora estoy un poco ocupada con toda ésta... mierda. - Se explicó de buen humor, antes de encogerse de hombros. - Aunque... una última pregunta. - No se demoró en afilar su mirada, cambiando aquella expresión despreocupada a una de completa seriedad. - Alguien como tú debería de conocer a los clientes habituales, ¿verdad? ¿Estás segura de que no hay nada más que puedas ofrecernos? - Preguntó con tranquilidad, aunque dejando en claro lo serio de aquel tema de conversación, así como su deseo de atrapar al bastardo, o bastarda, que había pensado que era una buena idea perder su maldita virginidad como fabricante de explosivos... haciendo explotar una maldita canalización de mierda. Quería rodearle el cuello con sus manos y aprestárselo hasta que escuchara un sonido más que desagradable para más de una persona... aunque no para ella. - Ya sabes... alguien que te diera una mala sensación o que dijera algo. Estoy segura que con un rostro tan bonito como el tuyo... algunos deben soltar la lengua con facilidad, ¿cierto? Si dices que no sabes nada, pues... no hay problema. Aunque la verdad es que sería genial que recordaras cualquier cosa que creas que sea de utilidad. - Afirmó, cambiando aquella expresión seria por una sonrisa gentil. - Ahora... me encantaría aceptar esa ducha. Gracias, preciosa. No le deseo esto ni al peor de mis enemigos. - Bromeó antes de reírse.

-¿Alguien que estuviera tan loco como para poner una bomba?.- La peliroja miro de reojo al hombre que bebía en silenció. Si alguien conocía locos era Gregory, se relacionaba constantemente con ellos pero si el hombre no había abierto la boca seria porque conocía tan poco como ella sobre el tema.

-Muchos de los que pasan por aquí suelen parlotear sobre lo mucho que les gustaría hundir en la mierda a los guardias pero no creo que ninguno tuviera agallas de hacer algo así, menos después de las redadas por lo de su compañero.

La peliroja salió de detrás de la barra y hablo a su cliente.-Greg, ¿puedes cubrirme cinco minutos? Voy a acompañar a la agente arriba y a darle un par de toallas. No tienes que hacer nada, si viene alguien diles que esperen un momento, que enseguida vuelvo ¿De acuerdo?

-Pues que bien.- murmuro la mujer dando por buena la explicación, al menos a medias.- ¿Cuanto tiempo se supone que vamos a estar chapoteando en mierda?.- pregunto al técnico antes de percatarse de la cara del resto de agentes.

Al ver a John su entrecejo se hundió, sus puños se cerraron y su cabreó aumento.- Parece que la mierda no solo baja por la cañería, aveces se cae por el ascensor. Debería revisar eso también.-sugirió como un dardo envenenado directo al sargento.

Se volvió para mirar a Zeus. Pese a su mala reputación entre los guardias y el hecho indiscutible de dirigir su pequeño grupo mafioso, muchos de los residentes de los sótanos apreciaban la labor de Zeus y sus esfuerzos para conseguir cosas que de otro modo jamas hubieran podido tener.

Con toda la malicia posible Caroline se contoneo para acercarse a saludar a Zeus, sabiendo que las bilis de John le hervirían por hacerlo.

- Oh, Zeus, no le había visto. Me gustaría agradecerle que consiguiera aquellas libretas para los niños, fue un gesto precioso que nos rebajara el precio para poder comprar suficientes para todos.- aseguro con su voz más dulce y encantadora.

Gregory se quedo mirando a Yara y tras sonreirle dirigió una mirada a los guardias que estaban de mierda hasta las orejas y les dijo con aire inocente -Si tranquila, yo me quedo aquí cubriéndote pero seria mejor que los llevases al baño publico no vaya a ser que se te quede pegado el perfume a guardia en casa y luego se crean que somos unos informantes.
Completo el desplazamiento hasta detrás de la barra mientras no quitaba ojo a la guardia mujer que le parecía que no le había gustado su comentario ya que había sido la única vez que le quitaba la vista del culo a Yara- Por cierto agentes si buscan culpables el mejor sitio es en el subnivel 3 ahí es donde va a parar toda la mierda.......... bueno la que no les cayo encima, incluida la basura como vienen a ser los vasos que dicen que son explosivos, aquí lo único explosivo es Yara y no es inspeccionable. 

Al notar la mirada que la pelirroja le dedicaba al cliente silencioso, la capitana entrecerró los ojos por un instante, si bien no tardó en ignorarle en el momento en el que notó que la mujer no le daba mucha importancia. No sabía muy bien a qué se debía aquella mirada, si bien estaba claro que, por la reacción de Yara, ésta no parecía pensar que aquel sujeto fuera el responsable de la explosión, por lo que la joven aguerrida prefirió concentrarse en lo que era más importante en ese instante: darse un maldito baño de una maldita vez. Por otro lado, la capitana era lo suficientemente inteligente como para reconocer la respuesta no expresada, por parte de la pelirroja, respecto  a su invitación a beber algo juntas en el futuro. No había duda de que, o bien no le gustaban las mujeres, o simplemente no era su tipo. Sea lo que fuera, Victoria no pensaba insistir. Era más que capaz de aceptar un rechazo. Todos tenían su "tipo", por lo que simplemente esbozó una media sonrisa sin decir nada más al respecto. - Lo lamento por lo de las redadas pero... ya sabes, a nadie le gusta que maten a uno de los tuyos, y dejen a otro como un maldito bebé. Además, un loco así con esa clase de armamento... puede ser peligroso no sólo para mí y mis compañeros, sino también para ti y el resto. - Se explicó con tranquilidad, evitando pensar en lo que le había sucedido a sus dos compañeros, incluso si aún estaba bastante cabreada por lo acontecido. No quería descargar su ira con alguien que no tenía nada que ver con aquello, y menos con alguien que le estaba prestando su ducha para que se limpiara de una vez por todas.

Aún así, estaba claro que sería difícil hallar a un culpable sin algo más de información. Habían muchas personas que odiaban a los guardias de la Torre. Era como buscar una maldita aguja en un pajal, por lo que era obvio que no sería una tarea sencilla. Sin embargo, mientras pensaba sobre ello, y se preparaba para seguir a la camarera, el cliente silencioso se expresó por primera vez, llamando la atención de la capitana por un instante, antes de que ésta se riera por el comentario del sujeto. - Mi perfume es delicioso... cuando no me bañan en mierda, claro. - Le respondió, para luego encogerse de hombros. Por suerte, la idea de Callahan había servido lo suficiente como para limpiarse, con la válvula de agua, un poco la mierda que la había cubierto. Si bien, estaba claro que haría falta más que eso para eliminar por completo la suciedad que cubría su cuerpo y sus ropajes en ese instante, por lo que no podía culpar a alguien por pensar que apestaban, incluso si sabía que había sido un insulto respecto a lo que era. De cualquier manera, no dudó en asentir ante el "consejo" del sujeto llamado Greg, si bien algo le decía que el responsable no residía en el subnivel 3, no cuando parecía moverse con cierta facilidad entre los diferentes sectores. Algo le decía que todo aquello era más que un mero patán de los subniveles. ¿Algún residente "respetable" de la Torre? Era posible que se tratara de un complot en contra de la autoridad dominante de aquel sitio.

- No creo que sea del subnivel 3. No sé... todo esto me huele a mierda, y no soy sólo yo y mi compañero. - Bromeó, intentando mantener el humor, ya que de lo contrario sentía que tendría un grave dolor de cabeza por culpa de toda esa maldita situación en la que se encontraba. - Me cago en el General... - Murmuró cabreada, antes de volver a centrar la mirada en el curioso cliente. No estaba segura pero... algo le decía que se había cabreado por su intento de coqueteo con la pelirroja. ¿Eran pareja? Bueno, no le había visto un maldito anillo a la camarera, por lo que ciertamente no era su culpa. - ¿Qué? ¿La llevas con una correa que la tienes tan controlada? Perdona, no vi el cartel de que era tu propiedad. Aunque supongo que ella es capaz de rechazarme por sí sola si no le interesa. - Comentó con tranquilidad, para luego echar a reír como si le dieran igual los ataques de celo del sujeto. Había comprendido el mensaje no expresado por parte de la pelirroja. De cualquier modo, le importaba poco la "prohibición" respecto a "inspeccionar" por parte de aquel don nadie, aunque estaba claro que la capitana no iba a forzar a ningún rostro bonito a prestarle atención. No era su estilo, y si la camarera no estaba interesada, pues nada, buscaría diversión en otra parte. Lo que sí, no pensaba rechazar la invitación a usar su ducha. Necesitaba el maldito baño, demasiado. - Como dije, eres un ángel. Vamos, te sigo. No te preocupes, "pequeño", no voy a "inspeccionarla". No toco a las que no quieren que las toque. Muchas veces soy una bruta pero no soy una completa mierda. - Aseguró, antes de comenzar a caminar para seguir a la camarera, deseando que el extraño se pronunciara respecto a lo de "pequeño" con una respuesta más que típica de un hombre, algo que ciertamente haría que se echara a reír en demasía.

Ni con toda la mierda que le había caido encima se le habían revuelto tanto las tripas que viendo a Carol coquetear con semejante escoria, mucho menos agradecerle nada. Ese cabrón no hacia nada gratis, algo esperaría sacarle a cambio y la idea le hacia querer arrancarle la cabeza de un puñetazo. 

John emitió un gruñido visceral entre dientes. Solo se contuvo por tener a Dyson a su lado, al menos de momento. No le importaban sus desplantes, ya sabía que lo odiaba, era normal, pero John esperaba que odiara igual al resto de los hombres y no dejara que ninguno se le acercara porque no soportaba la idea de que otro la tocara.

Apoyo los dos codos en la barra y apoyo la barbilla con cara divertida mirando a la guardia que parecia un poco revotada - ¿Correa? - le pregunto en tono jocoso - lo siento no se exactamente su protocolo de trabajo ni si sus jefes les ponen correas para mantenerlos controlados, pero aquí nuestra gente es libre de hacer y decidir lo que que quieren, no lo decia como forma de posesion que creo que es algo que ustedes los de arriba - dijo imprimiendo un leve toque de desprecio a su voz  - tienen muy arraigado eso de que todo el mundo esta bajo su tac.......... bota en su caso, ustedes tendran armas pero no creo que tengan las suficientes municiones para salir a salvo si tocan a los nuestros de forma que no quieran o no les guste.

Al acabar de hablar se levanto, borro su beatifica sonrisa de la cara y con un semblante mas serio y un tono de voz que no denotaba ni miedo, ni buen humor se dirigio de nuevo a la guardia- Hai capito piccola?

Por la forma en la que aquel sujeto le hablaba, con aquel tono que denotaba su desprecio hacia los guardias, parecía que algún guardia de la Central SUR se había acostado con su madre, o algo parecido. Sea lo que fuera, la capitana se detuvo en sus pasos para escucharle con atención, realmente entretenida por la actitud del tal "Greg". Hablaba de que él no le había puesto una correa a la camarera, si bien no dudaba en expresar su "dominio" sobre la mujer en cuestión, algo que ciertamente, a la joven aguerrida, le parecía muy cómico. - Pues a mí me pareció que lo decías muy claro como "posesión", la verdad. Eres de esos, ¿eh? - Preguntó divertida, sin demostrar cabreo alguno por el sujeto. Los celos no estaban mal, demostraban interés por la otra persona, si bien, demasiados celos podían ser una verdadera molestia para la pareja, por lo que la capitana esperaba que no fuera así el caso con respecto a esos dos. De cualquier modo, tan sólo le miró en silencio por un instante, como si estuviera viendo algo que era muy gracioso para ella, antes de volver a encogerse de hombros. - No sé de qué hablas. Yo no pongo bajo mi bota a las chicas con las que salgo aunque... si es tu fetiche, allá tú. - Continuó bromeando, como si no le importara demasiado aquella conversación. Si todo aquello le había parecido demasiado gracioso, el intento de amenaza por parte del sujeto, no hizo más que provocar una sonora risotada por parte de Victoria, la cual tuvo que secarse las lágrimas de los lagrimales, debido a lo cómico de aquella situación. - Tranquilo, Greg "el malo", no quiero que te dé un infarto por el esfuerzo. Como dije, no pienso tocarla si no quiere. No soy esa clase de chica. Aunque bueno, si quiere... es otra cosa. Ella es libre de hacer lo que quiera. - Volvió a encogerse de hombros, antes de mostrarse un poco confundida ante las últimas palabras del extraño. ¿Qué mierda le había dicho? - Pues... no entendí una puta mierda de lo que dijiste pero... a tomar por culo tú también, por las dudas. ¿Vamos? - Le preguntó a la camarera, considerando que ya se había aburrido de los ataques de celo del "Greg" ese.

- Entre tres y cinco horas, dependiendo de las dif... - había empezado a responder Liam antes de darse cuenta de que la mujer había dejado de prestarle atención para insultar a los guardias y luego acercarse seductoramente a Harper, la historia de su vida. Se encogió de hombros y decidió que era hora de poner manos a la obra, al menos de manera más física.

Arrastró la plataforma hasta ponerla al lado del caño y con un esfuerzo descomunal subió la caja de herramientas que trajeran los guardias a la misma, jadeando y transpirando al terminar, y tomó la plancha de metal más grande de la que trajeran los hombres de Zeus. La presentó en el caño y tras asegurarse de que cubriría sobradamente el agujero llamó al calvo musculoso - Byron, ¿verdad?, necesito que esta placa tenga el mismo perfil que el caño, lamentablemente no tengo un soplete para calentarlo y para ser sincero ni aún así me daría la fuerza para hacerlo. Se puede obtener el mismo resultado con fuerza, un martillo, y mucho trabajo. ¿Se podrá conseguir un soplete, o en su defecto un yunque sobre el que golpear para darle forma? - sonrió y se sonrojo un poco al admitir lo siguiente - en ambos caso necesitaré a alguien que lo haga por mi, el trabajo pesado no es mi fuerte.

...Y aquí vamos de nuevo. Me invade cierto temor cuando la capitana se enzarza de nuevo en una discusión, en esta ocasión, con el tal Greg. Por lo menos, esta vez parece tomárselo con humor en vez de forma personal. Aunque aun no se como esa condescendencia podría sentar a los dos civiles. 

-Adelántese a la ducha, capitana- Digo en el debido tono formal, intentando acabar de forma discreta e indirecta con la nueva situación.

-Señorita Yara, no se preocupe, mientras se ausenta ayudaré al señor Greg a cuidar del local- Miro a la capitana. -Aprovecharé para hablar con él. Igual consigue recordar algo que se le haya podido pasar por alto- Tal vez, una charla entre dos personas crecidas en los subniveles fuera más fructuosa que un interrogatorio en esta circunstancias...

Dyson estaba al lado de Callahan. Le observó en silencio pensando que su compañero no era precisamente un hacha a la hora de esconder sus emociones. Miró a la mujer por la que eran conocidos los sentimientos de Jhon y a la serpiente con nombre de dios olvidado.

-Cuando esto termine... Bajamos a este nivel y le arrancamos la piel a Harper y nos hacemos unas pantuflas con ella. Yo le sujetaré pero ahora no.

-Oh, venga, tengamos la fiesta en paz.- pidió la camarera mirándoos a ambos alternativamente.- Greg es un buen chico, agente, aunque le cuesta demostrarlo tanto como saber cuando debería dejar de hablar para no meterse en lios.

Se quito el delantal y lo dejo sobre la barra mientras indicaba a la capitana que la siguiera fuera del local por la puerta trasera. 

Os quedasteis solos en el bar pero no por mucho tiempo. Un tipo enorme entro apenas unos segundos después de que Yara saliera con la capitana.

-Joder, que peste a mierd....-dijo mientras entraba. Se quedo petrificado viendo a Axel allí. Sin duda era algo que no se esperaba.

Su vista paso a Greg de inmediato.- ¿Pero que... cojones....- no supo como terminar la frase. Era todo demasiado raro desde su punto de vista. Entraba en su bar favorito y en lugar de la camarera había un conocido suyo junto a un agente del orden cubierto de mierda.

La parte trasera del local era un callejón estrecho, único acceso a una escalera de metal que ascendía varios pisos hasta el techo.

 En el jugaban un par de críos con una pelota de factura casera.

- Son los hijos de mi vecino.- Te explico saludando a los niños que os miraban con extrañeza.

- Espero que no tomara a mal mi silencio en respuesta a su oferta. Intento no mezclar mi vida personal con la laboral, menos aun dar motivos a chismorreos. Se que no es muy ético pero la mayor parte de la clientela viene a mi bar porque tiene alguna ridícula esperanza de compartir cama conmigo.- te explico aunque no hiciera falta.

-Necesito que sigan pensando así, tengo un negocio que mantener.

Al llegar arriba abrió la puerta del lugar donde vivía y añadió.

- Lo que quiero decir es que me gustaría aceptar la invitación a esa copa, solo que en un lugar más.... discreto, si aun le apetece.

Se hizo a un lado para dejarte entrar primero. Era un sitió ordenado y limpio pero sin duda te quedabas con tu apartamento mil veces. La chica había hecho lo que había podido en aquel lugar.

Paso detrás de ti y entro por una puerta lateral, dejandola abierta para que pudieras acceder a su baño. 

Un retrete, una ducha y un lavamanos. No era un gran espacio pero si muy eficiente. Saco un par de toallas del armario que había bajo el lavamanos y las dejo a tu alcance.

- Tengo que volver abajo, agente, antes de que esos dos muchachos empiecen a pensar mal...  En la cocina hay una ciclonadora*, por si quiere usarla.