- De acuerdo, voy a ver qué hay tras esa colina.
Si me lo dice una elfa y además soy "curioso", no me puedo negar. ¿Tengo que hacer alguna tirada?
Depende de lo que hagas y como lo hagas. Si vas caminando por la zona del valle hasta el final sin más no hay que tirar nada
Si vas en sigilo: sigilo
Si vas vigilante: alerta
Si quieres buscar huellas/rastros : cazar
Si quieres ir despacio y pendiente de lo que puedas encontrar: explorar
No se me ocurre más :/
Parece que ese pequeño es mejor de lo que pensamos...
Therusia no dudaba de su capacidad para esconderse. Ya la había demostrado al encontrarse con la serpiente, pero no dejaba de preocuparle, ya que por alguna razón, parecía atraer la mala suerte para sí mismo. La mujer siguió buscando con la mirada primero a Saradoc, y luego alguna señal de que aquellos hombres fuesen montañeses o simplemente estuviesen de viaje y hubiesen sufrido algún ataque... ¿aunque quien iba a meterse por aquellos extraños terrenos con un carro y ganado?
Motivo: Buscar
Rangos de habilidad: 3
NO: 14
Tirada: 7 + (3, 6, 1)
Total: 7 + 10 = 17
Gran éxito
Te fijas en la construcción del carromato y en sus laterales descubres tallados, de forma burda para ti, representaciones de animales, mamíferos, aves y peces, poco relacionados con las montañas. Lo mismo para su vestimenta, los ropajes no corresponden a los que llevaban los hombres a los que os enfrentasteis, son más propios de gente que vive en praderas y valles.
No ves que estén heridos ni que lleven armaduras, no son guerreros. Tampoco parece que estén muy preocupados y vigilantes (como si lo que hubiera pasado ya no supusiera una amenaza)
- Vamos Huan, vamos a ver qué podemos encontrar por alli.
Motivo: Alerta
Rangos de habilidad: 2
NO: 14
Dados de proeza (elegir mejor): 10 / 3
Tirada: 10 + (1, 6)
Total: 10 + 7 = 17
Gran éxito
Disculpa, me olvidé de tirar. Tiro alerta.
Avanzas hacia el final del valle en el que estáis vigilando las afloraciones de rocas y un pequeño árbol de excasa sombra que hay en la ladera de tu izquierda, de vez en cuando giras la cabeza hacia atrás para ir controlando la distancia a la que dejas a Lyndale y a Ingolt por si acaso hubiera problemas. Huan trota a tu lado y eso suele ser buena señal, mientras que él no esté alerta suele significar que no hay peligro, pero también sabes que hay cosas que los animales no detectan como amenaza por lo que mantienes la vista atenta a cualquier movimiento de la zona.
Llegas al final de la zona sin ver ningún signo de nada especial asi que decides, tras comprobar nuevamente que podrías avisarles fácilmente, buscar una zona donde tener cierto refugio y esperar atento. Huan se tumba a tu lado y te mira esperando nuevas órdenes que por ahora sólo son: Espera y vigila.
Saradoc consigue llegar hasta donde dond el carromato y consigue escuchar algunas palabras que no tienen mucho sentido. De momento el hobbit consigue pasar desapercibido pero todavía no ha descubierto que está pasando.
El hobbit piensa para si mismo - "Mmmm... Creo haber escuchado algo de jinetes y trasgos también. Quizás se toparon o bien con los trasgos o bien con los jinetes, pero sigo sin saber si son de fiar."
Saradoc intento acercarse un poco más y trato de averiguar más sobre los hombres que allí estaban y sobre qué habia pasado.
Ingolt asintió ante las palabras de Lyndale. No tengo un buen presentimiento.- dijo mientras esperaba agazapado noticias de sus compañeros, escondido entre las hierbas y con la mano posada en el pomo de la espada. Se giró unos segundos para hablar con la hija de Ilúvatar. No he podido deciróslo antes, pero siento lo de vuestro hermano. No lo conocí, pero en cuanto ví, cómo murió...rodeado de cuatro montañeses, entendí que era muy valiente. Espero que algún día puedas volverlo a ver.- le habló intentando consolarla. Intentaremos ayudarte Lyndale, mi padre ha comerciado con los elfos del Reino de Thranduil, a través de sus barcazas. Algún día me gustaría ir allí, sin duda, sería un espectáculo digno de ver.- continuó hablando. Se quedó en silencio buscando la señal de Odo, Therusia o la de Saradoc. El silencio reinaba e Ingolt miraba de reojo lo bien que le quedaba el cuero apretado a Lyndale.
Ya estoy de vuelta, perdón por la tardanza, tenía un examen muy importante.
Reconoces a los hombres como granjeros o algo similar. Habitantes de los páramos o tierras de labor que hay entre las Montañas Nubladas y el Bosque Negro, muchos de ellos se han unido bajo la protección de Beorn, señor de esas tierras.
No tienes problema en caminar entre ellos y casi tocarles, descubres además que más abajo hay una mujer y un niño intentando rescatar y reunir a un rebaño de ovejas que se ha desperdigado pero con poco éxito.
Crees entender que han tenido que apartarse primero por el.. los? jinete,s, (no acabas de entenderlo) y después sufrieron el accidente con el carromato por los trasgos.
Gracias por vuestras palabras. Prefiero no pensar en todo lo que he perdido en éste viaje, tendré tiempo para ello pero siempre os agradeceré lo que hicisteis con él y que estuvierais a su lado cuando partió.
Le cambia el gesto y parece que se le iluminan los ojos Las salas del Reino del Bosque son una de las maravillas de estas tierras, he conocido a grandes artesanos que han ido dejando su huella en los caminos, las habitaciones, en el curso de los riachuelos que recorren los parajes del Rey Elfo. Muchos conocéis apenas una de las puertas, ni siquiera las puertas de verdad que llevan al palacio y creo que mientras Thranduil siga siendo el Señor eso no cambiará y es difícil poder explicar la belleza de las luces de las lámparas de plata, los relieves vivos de la corteza de los viejos árboles... creo que ocultarlo es un gran error.
Llevo mucho tiempo recorriendo el camino entre Rivendel y el Reino Elfo y he visto cómo vuestros pueblos iban y venían, cambiaban, luchaban y sucumbían para resurgir de nuevo. Hay una llama de fuerza permanente en vosotros y cuando parece que habéis desaparecido volvéis a resurgir. Esa fuerza y resistencia me parece realmente admirable.
Cita:
- dijo Lyndale.
Aquello le hizo sonreir, miró a la hija de Ilúvatar durante unos segundos,- guardaré vuestras palabras en mi corazón Lyndale. Raro es para nuestro pueblo el tratar con los elfos, y cuando lo hacemos, vuestra belleza muchas veces enmudece nuestra razón.
Muchos sienten envidia, pero otros...desearíamos conoceros más.- Ingolt miró al suelo, incluyéndose en ese grupo.
Solamente estando juntos venceremos a la Sombra. He cruzado el Bosque Negro, he visto cosas extrañas, tú también lo viste, ¿de dónde salieron esos cuervos que aparecieron tras matar al montañés?- preguntó, respondiéndose él solo.- Es la sombra...no ha sido vencida. Si no nos entendemos, todas las razas estamos condenadas a desaparecer.- dijo con voz trémula.
Saradoc vio lo que estaba pasando y respiro aliviado a la vez que pensó - "Está gente parece necesitar ayuda y no suponen peligro. Quizás también tenga información de por dónde se fueron los jinetes."
Saradoc pronto pensó que lo mejor era ir a avisar a los demás, quizás alguno entienda el idioma mejor que el hobbit.
Saradoc aparece junto a Lyndale que le mira sorprendida, jamás nadie había podido acercarse sin que ella se diera cuenta de su presencia... tal vez la conversación con Ingolt la había distraido más de lo que pensaba.
El hobbit os cuenta que al otro lado de la colina hay un carromato volcado con dos hombres que han comentado algo sobre unos jinetes y unos trasgos, pero no tiene muy claro qué decían exactamente porque usaban un dialecto algo viejo y complicado. También había al final del otro lado de la colina una mujer y un niño persiguiendo ovejas. Para Saradoc no representan ningún peligro y parecen necesitar ayuda para volver a poner en pie su carromato y quizá para reunir a las ovejas que se han desperdigado.
Cuando Saradoc os está comentando ésto ois (ésta vez está claro que no camina con la sutileza de un hobbit) a Therusia acercándose y con la cabeza parece corroborar las palabras de Saradoc.
Más tranquila, Therusia buscó con la mirada al hobbit, tratando de encontrarlo para indicarle que se alejasen. En principio todo parecía correcto, pero sería mejor que lo hablase el grupo entero antes de acercarse a los humanos. O de alejarse de ellos. Ayudarles a sacar el carro sería tan solo unos minutos al fin y al cabo.
Siendo como era algo que no parecía peligroso, la enana se había retirado con cuidado, pero ya no preocupada de hacer algún ruido. Lo mejor sería volver con los demás. Saradoc se encargaría del resto.
Motivo: Buscar
Rangos de habilidad: 3
NO: 14
Tirada: 5 + (4, 3, 1)
Total: 5 + 8 = 13
Fracaso
Motivo: Sigilo
Rangos de habilidad: 3
NO: 14
Tirada: 2 + (1, 6, 2)
Total: 2 + 9 = 11
Fracaso
Te incluyo en un comentario anterior que había escrito con la vuelta de Saradoc.
Ingolt escuchó al hobbit con atención, al parecer, no habían problemas allá arriba.
Vayamos con ellos y echémosles una mano. Después de todo, ¿se necesita una razón para ayudar a alguien?
Dió un paso adelante y miró a sus compañeros- ¿a qué esperamos?- volvió a girarse y empezó a subir la colina.
Al oir un poco de movimiento en la zona en la que se encuentra Ingolt y Lyndale, Odo regresa tranquilamente suponiendo que el hobbit habrá regresado. Y así es.
- Vayamos a ver en qué podemos ayudarles y qué nos pueden contar.
Lyndale comenzó a subir la cuesta junto a Odo que llevaba al lado a Huan, su perro, que permanecía en completo silencio cuando mientras bajáis le oiais ladrar continuamente llamando la atención de unos y otros, ese animal parecía tener una inteligencia superior para saber cómo comportarse en cada momento.
Ingolt se quedó un poco atrás esperando a Therusia y Saradoc que charlaban intercambiando detalles de lo que habían visto y parecían retrasarse en volver a subir la colina nuevamente. Finalmente Ingolt continuó su ascenso dejando atrás a la pareja mientras seguían su conversación y recuperaban el aliento.
Desde la cima de la colina podéis ver el carro volcado y a dos hombres que parecen refugiarse trás él empuñando lanzas con no muy buen acabado mientras gritan hacia el fondo a una mujer y un niño que se escondan.
Therusia le había extrañado lo que Saradoc había oído a los hombres. No había visto ninguna señal de trasgo por la zona. Lo cierto era que, aunque en la roca fuese capaz de adivinar hasta el más mínimo indicio de su presencia, con tantas distracciones como árboles y ramas la cosa se complicaba. La mujer señaló al grupo el hecho de que no parecían estar asustados, de modo que seguramente fuesen viajeros experimentados que no se habían visto en peligro real.
—Aún así, lo mejor es que les ayudemos. No nos llevará más de media hora, que no es tiempo que vayamos a ganar demasiado a un jinete. —la mujer miró a Huan y luego a Odo antes de hablar, tratando de disimular la ilusión— Y quizás Odo pueda ayudar con las ovejas. He oído mucho hablar de esas habilidades, pero nunca las he podido ver.
El mundo fuera de las cuevas era un lugar fascinante y, en cierto modo, la enana agradecía no estar en presencia de más miembros de su raza. Curiosamente, se sentía menos juzgada de aquella manera que entre los suyos. ENtonces se dio cuenta de que los hombres portaban lanzas y las usaban para amenazar a sus compañeros.
—¡Viajeros!— grito haciendo resonar su voz con fuerza— ¿Qué tiempos son estos en los que amenazáis a quien va en vuestra ayuda?
Despiste supremo. No vi lo de las lanzas
Disculpa, solo por hacerme a la idea. Entiendo que los hombres armados con lanzas se protegen de nosotros mientras gritan resto que se esconda de nosotros. ¿Es así?