Partida Rol por web

Dénaerdán quiso hablar, decir algo... pero sólo consiguió balbucear un sollozo mientras una lágrima caía por su mejilla... una lágrima que limpió con su temblorosa y emocionada mano.

No pude por menos que sonreir ante el comentario del elfo...
hahaha, rio en voz baja, claro pequeño elfo, aunque ahora estoy más por usar este arma que he adquirido ultimamente, digo mientras señalo a el enorme martillo que llevo en mis manos, el hacha esta cruzada en mi espalda.

La caída había sido aparatosa pero había sido un rasguño sin importancia, apenas se molestó en mirar si se había hecho daño de verdad, pues se preocupó directamente al estado de la dracónida, no quería que le sucediera nada, y comprobó enseguida que así fue y además el grupo intentaba protegerla en la medida de lo posible, eso le satisfacía sobre manera.

El lugar no era acogedor para nada, pero no podían esperar menos de los bajos de la ciudad, Daante estaba preparado con su arma y escudo para cualquier acontecimiento, y caminaba cerca de Daaría mientras escuchaba a sus compañeros, y se concentraba en estar  atento a lo que le rodeaba...

Al comenzar la marcha y durante unos pasos, Daaria se situó junto a Sadow - Gracias por preocuparte por mi, la verdad es que el testarazo fue de padre y muy señor mio - 

Los primeros metros transcurrían con tranquilidad, el hedor no menguaba, pero la gruta por la que estabais avanzando si que lo hacía. Poco a poco se estrechó el túnel, hasta el punto de que dos personas juntas entraban muy muy justitas. Las estrecheces se hacían más agobiantes y la porquería que el pequeño riachuelo llevaba consigo, se empezaba a amontonar a los lados y de vez en cuando algo se os enganchaba a los pies y lo arrastrabais hasta que se soltaba o lo soltabais dando coces.

El camino se estrechó un poco más, había que avanzar en fila india y la luz se hacía más y más escasa. En las paredes ya no había antorchas que alumbran vuestro avance y solamente llegabais a ver al que había justo delante de vosotros - Si cerráis los ojos y pensáis en un lugar feliz, el camino se va a hacer más ameno.... yo he corrido por aquí miles de veces, además, solo hay que seguir andando... - Tras un rato caminando en la penumbra, en el que notásteis como bajo vuestros pies ya no era piso firme, sino algo blandito lo que pisabais, algo frente a vosotros llamó la atención. Una pequeña luz se dejaba asomar en el final de la gruta.

 - Amigos, ya estamos llegando a la sala de reparto... desde ahí la cosa se puede hacer más divertida - comentó mientras avanzaba decidida y con paso firme hacia la sala.

Sadow aguzo sus sentidos y adelanto a Daaria en prevención de algúna emboscada cuando vio una luz al final del tunel, con paso decidido y haciendo el menor ruido posible avanzo.

Sssss, dejad que me adelante y supervise la zona, nunca se sabe lo que podemos encontrar aquí abajo, comento a sus compañeros.

No os preocupeis soy una experta en moverme por las sombras, guiñando un ojo a sus compañeros.

Comenzo a avanzar desapareciendo de la vista.

Que secretos guardarian estas cloacas, pensaba, mientras que llegaba a aquel lugar iluminado.

¡Sadow! Intervino Dénaerdán con un susurro vehemente...  y cuando la tiflin se dio la vuelta para mirar al deva, éste le dijo:

Ten cuidado por favor.

Caminando en una posición extraña, entre agachado y parado, el elfo pasó con un paso muy ligero. Su verde oscuro se volvía pardo allí, las sombras de su larga capa se mezclaban con los rincones oscuros de las cloacas. El filo de sus armas estaba completamente oculto bajo el manto élfico por lo cual era imposible distinguir si realmente estaba armado.

Sin decir palabra avanzó detrás de Sadow y despareció de la vista.

Es un susurro siseante y casi inaudible le habló -Voy contigo...-

Avanzaron entre las sombras como un grupo de exploración, buscando peligros potenciales y enemigos en aquél apestoso lugar, sin dejarse ver por ojos hostiles.

Daaria vio como dos de los compañeros, que parecían tener mejores habilidades para avanzar extraordinariamente bien, se adelantaron a los demás. Al ver la estrategia de sus dos compañeros, enlenteció un poco su avance, hasta que se supiera que todo está tranquilo - De acuerdo amigos, adelantaros, nosotros nos quedamos en la retaguardia, avanzaremos lentamente esperando vuestro visto bueno... -

- Amigos, avancemos lentamente, Ralflinder y Sadow se han adelantado para asegurar el camino. Me conozco estos pasadizos como la palma de mi mano, lo que no se es que tipo de criaturas conseguiremos encontrarnos pues hace ya demasiados años que no entro aquí - comentó la dracónida a los demás compañeros que se quedaron en la retaguardia.

Sadow se sorprendio ante las habildades de ocultación de Ralflinder, era bueno-penso.

Juntos tendrian más posibilidades de evitar una emboscada.

Gesticulando, con el dedo indice le indico una serie de comandos básicos, para entenderse en aquel lugar.

Puño cerrado: Alto. 

Dedos de la victoria: Observar un sitio.

Poner la palma de la mano a la altura del cuello y moverla de dcha a izquierda: Peligro.

Sadow comenzó a hacer gestos con sus manos para poder comunicarse sin necesidad de hacer ruido.

Los pasos de los dos guerreros, que se habían adelantado, eran totalmente silenciosos. Los dos compañeros avanzaban con tal cuidado, que incluso el ruido de una ligera brisa se escucharía sin ningún tipo de problema mientras ellos avanzaban.

Os acercáis con sumo cuidado a la pequeña luz que hay al final del túnel. El estrecho pasillo se comienza a abrir a ambos lados, dejando la posibilidad de avanzar separados sin ningún tipo de problema.

Te centras en tus pasos, los cuales son dignos de los de tu raza, silenciosos, seguros, ligeros.... Gracias a eso, puedes agudizar el oido, la vista, el olfato.... tus cinco sentidos están en alerta. La pequeña luz que sale de la sala a la que os aproximais, comienza a iluminar levemente la zona por la que estáis pasando, y repentinamente, giras la cabeza levemente agudizando el oido...

De la habitación que hay frente a vosotros, salen pequeños ruidos de uñas rascando el suelo y de pasos que da la impresión de que van a una velocidad superior a los vuestros. Unos pasos más adelante, olisqueas el ambiente y a tu sentido del olfato llega una mezcla de olor a carne cruda y carne podrida. Sigues escuchando los pasos rápidos moviéndose de un sitio a otro, y ahora los escuchas claramente, parecen pasos de cuadrúpedos. Escuchas algún que otro leve gruñido y un sonido de chasquido de dientes entre sí, como si alguien o algo diera dentelladas al aire.

Tras unos instantes escuchando, consigues discernir los pasos y los leves sonidos, y deduces que puede haber entre tres y cuatro criaturas. Pero parece que no os han escuchado, pues no se agitan los pasos ni las fuertes respiraciones que se van escuchando a los pocos pasos de llegar al umbral de la puerta.

Justo antes de que los dos compañeros se adelantaran a vosotros, Sadow comienza a indicar una serie de gestos con sus manos para que os podáis comunicar sin necesidad de hacer ruido.

Tras eso, veis como vuestros dos amigos se adelantan rápida y silenciosamente. Pasado un ratillo, solamente podéis distinguir la figura de los dos guerreros que parecen sombras chinescas al colocarse entre la oscuridad de la cueva y la claridad de la puerta al fondo.....

Cuando ya se habian alejado lo suficiente, el paladin hizo un gesto para que avanzaran los demas.
Bien, compañeros no toca, seguirme. Intentad de todas formas no hacer mucho ruido.

Daante asentía con la cabeza la estrategia elegida satisfecho de lo eficaces que podían ser sus compañeros, deberían avanzar lentamente mientras observaban las indicaciones de sus compañeros, una vez se habían perdido de vista empezaron la marcha con cautela y preparados para cualquier imprevisto...

- Avancemos, y preparados por si hemos de ir en su ayuda...

Seguí a Daante y al paladín con silenciosa eficacia, sobraban las palabras y la hora de que las armas hablaran estaba cerca lo sentía.

Dénaerdán sigue a sus compañeros, muy callado... la verdad es que está demasiado aterrado para decir nada.

Miro que todos le seguia y agarro con fuerza el cetro solar en la mano que porta el escudo.
Bien señores, y señorita, avancemos con cuatela y con los ojos y los demas sentidos atentos, puede que nuestro invitado este percatado ya de nuestras presencia, y tampoco sabemos a que fuerzas exactas nos podemos encontrar. POr si acaso, mirar por donde pisais, puede ser que halla algun tipo de trampas por el camino.
Mientras avanzaba iluminaba cada rincon esperando poder hallar inicio de peligros.

Dénaerdán se mueve, preparando su báculo para poder apuntar a los enemigos de los que se puede defender... en general el deva no necesitaba de ningún instrumento para invocar el poder de Torm, pero personalmente le parecía blasfemo tocar la divinidad con sus propias manos.

Va siguiendo a Heimdall, como un niño que sigue a su padre dentro del granero para intentar matar la rata que hay escondida en el mismo.