Partida Rol por web

Estoy seguro de que lo voy a conseguir. O al menos esa es mi intención. Pero mientras más lo pienso, mas nervioso me siento. Las fuerzas y la autodeterminación desaparecen. Y las dudas y la certeza de un fracaso, me invaden. Pero hablar con Kramghrat, después de tanto tiempo sin cruzar una buena conversación me estaban animando. Con un gesto de mi mano, pido inmediatamente una cerveza más, y con un gesto de mi cabeza, pregunto a Kramghrat si desea otra. 

- Buenos vinos, la verdad. Aunque más he disfrutado yo de los vinos de Tharbad. Vinos y alguna que otra cosa más. - Sonrío para hacer desaparecer mi nerviosismo por el camino que he de recorrer. - ¿Conoces la historia de los bandidos del Camino Viejo? Charlar me vendrá bien para hacer desaparecer mi temor por el viaje. La disputa entre los Vulseggi y los Cultirith se ha convertido en un estilo de vida con sus propios ritmos y ciclos, no del todo diferentes al estilo de vida que llevan los granjeros. 

Kramghrat agradeció la cerveza, dándole negocio a Rubb el cual parecía encantado de que sus clientes hicieran gasto.-Oh vaya, conocer la historia de la disputa entre Vulseggi y los Cultirith sería muy interesante pero tampoco diré que no a esa historia de los bandidos del Camino Viejo. Tal vez me de alguna idea de donde encontrar el Páramo Largo o tal vez tú hayas oído hablar de él durante tu viaje, tus Airund-Shegan no fueron muy habladores ni muy educados que digamos. Aunque no creo que les cortaran una oreja por ser amables precisamente jejeje.-de mejor humor y con buen talante el enano seguía conversando afablemente con Dagar. 

Río al oír hablar de esa manera de mis fieles sirvientes. 

- Son tercos como una mula. Pero fieles y decididos. O al menos el Viejo Tod. De los otros dos no puedo decir lo mismo, pues sus orejas fueron cortadas por castigo. Intentaron huir. - Niego con la cabeza entristecido.

- Conozco la historia de Delin Bairg, que fue el único superviviente de entre los hombres de Tallin. Separado de sus compañeros, evitó la trampa de Arbragol. Su falta de entrenamiento le impidió mantener el paso con el resto de la banda, y debido al poco tiempo que llevaba en ella y el poco aprecio que le tenían a su vida hicieron dejarlo atrás, pero ello resultó ser su salvación. Delin, cuando descubrió a sus compañeros muertos, huyó hacia el norte, al Bosque de los Trolls, solo y desconcertado, en busca de refugio. Desgraciadamente, Delin nunca aprendió el camino al Manantial Viejo, ni conocía la entrada septentrional al Camino Bajo, esa información estaba reservada a los veteranos de la banda o a los hombres de confianza de Talin. Así que Delin vagó durante semanas sin descubrir el acceso al túnel en el que sus compañeros habían guardado su fortuna. Cuando las nieves heladas del final de otoño vinieron desde los Páramos Fríos y alfombraron el abrupto Bosque de los Trolls, Delin abandonó su inútil búsqueda. Años después, Delin volvió a su búsqueda, esta vez con su primo Manawidan Bairg. Esta pareja dejó testimonio de su viaje en una serie de poemas. Es posible que descubrieran la ruta de regreso al Camino Bajo, pero casi todos su secretos se perdieron cuando fueron muertos por unos Trolls.

- En cuanto a la guerra entre los Vulseggi y los Cultirith, he de comentarte como funciona durante todo el año esta zona para que entiendas mucho mejor lo que sucede en esta época del año. Después del deshielo de primavera, los nórdicos sacan sus preciosos rebaños de caballos y potros de sus establos para que puedan moverse libremente por los campos. Los hombres de Rhudaur se retiran a los bosques, ya que no tiene ninguna posibilidad si se enfrentan a las patrullas montadas en campo abierto. Por lo que la paz reina. Durante todo el verano, los Vulseggi buscan los campamentos de sus enemigos y bloquean las rutas que llevan hasta Angmar, mientras que los Cultirith preparan emboscadas y realizan incursiones para robar caballos. En otoño, los nórdicos llevan sus caballos al mercado y adquieren provisiones para el invierno. Las caravanas de carros cargados de suministros que se dirigen hacia las Torres son asaltadas con cierta frecuencia, y cada una de las facciones suele realizar uno o dos ataques a gran escala. El invierno pertenece a los Montaraces; de forma que los mercenarios se retiran hasta sus casi inexpugnables torres de piedra. Todos los Gondyrn son bloqueados, y una de las fortalezas es elegida para realizar un asedio. Como carecen de cavadores de zanjas y de artefactos de asedio, los Montaraces utilizan la traición y los ataques por sorpresa. Pero sólo han conseguido capturar una Torre Faro en tres ocasiones. No obstante, los Cultirith no tienen ningún interés en mantener una fortaleza capturada, puesto que no podrían aprovisionarla debidamente durante el verano. Y los nórdicos podrían contratar rápidamente a un grupo de ingenieros enanos para que realizar un asedio en toda regla. Pocos enfrentamientos en esta pequeña guerra suelen incluir más de un centenar de hombres por bando. Y los grandes señores de Eriador raramente suelen interesarse en los acontecimientos que tienen lugar en el norte del Ángulo.

El capataz procuraba tomar buena nota mental de todo lo que escuchaba, para ir formulando luego de forma ordenada todas y cada una de las preguntas  que se le pasaban por su afilada mente. Si estuvieran en Khazad-dûm esto no pasaría, pero en tierras extranjeras se encontraba perdido, rodeado de costumbres extrañas, los innumerables peligros del Bosque de los Trolls y las guerra de los Dunlendinos. Al menos entre todo aquello había momentos para el reposo y la calma tras la exitosa tarea de salvar al hijo de los Grumm, momentos junto al fuego con una buena cerveza y compartiendo las noticias del camino junto con otros viajeros.-¿De qué intentaban huir?¿qué fue lo que os atacó?- preguntó el enano siendo cauto para no ofender a Dagar, pero preocupado por que pudiera ocultarse en los oscuros rincones de los caminos.-¿Quien fue ese tal Arbragol,el que acabo con los bandidos?Vaya esos dos tuvieron un final digno de los bandidos que fueron, devorados por trolls, pocos destinos peores se me ocurren¿recuerdas alguno de esos poemas?-pensó que en ellos tal vez pudiera haber alguna pista sobre como encontrar el tesoro pero se guardó mucho de decirlo en voz alta. Los enanos eran aficionados a los enigmas y tal vez aquello pudiera ser fácil para ellos mientras que para los obtusos Dunlendinos la sutileza de algo tan simple se les podía haber pasado por alto durante generaciones.-Con respecto a la guerra, vayamos por partes, los nórdicos son los Vulseggi ¿verdad? parece que incluso ellos son capaces de apreciar nuestras artesanía en cuanto a piedra y aceros se refiere. Bueno parece entonces que tendremos más trabajo del que creía ¿conoces a quien gobierna en las diferentes Torres Faro? tal vez quieran contratarnos para reforzar sus torres o protegerlas durante el invierno. Menudas costumbres más extrañas se gastan por estas tierras, pero bueno no me corresponde a mi juzgar a quien me puede pagar jajaja.- brindó junto con Dagar, esperando no haberle ofendido y que siguiera hablando para contarle más sobre todo aquello. Era un muchacho afable que traía buenas nuevas con cerveza en mano, Kramghrat  no podía pedir nada mejor.

- Les atacó Arbragol, conozco poco la historia de este cazarrecompensas, pero se que era diestro con las armas y hábil con las trampas. Lo contrataron para acabar con ellos, pero desconozco quien pagó tan, seguro que si, importante suma de dinero para que cometiera tal acto. - Río tras la ocurrencia de Kramghrat. - Efectivamente, una digna de tan desafortunados hombres. Y lo siento, mis habilidades para la poesía son nulos, y no recuerdo ningún poema que describa tales hazañas, sólo la historia que te he contado. 

Asiento con la cabeza a la afirmación de los Vulseggi. 

- Desconozco a los jefes de tales milicias, pues es mi primer viaje por estar tierras. Pero estoy seguro que al menos a uno de ellos lo conoceré bien pronto. Y si queréis, hablaré de vosotros y vuestras virtudes. Seguro que necesitarán de enanos curtidos tanto para defender, reconstruir o bien sabe que cosas, las torres asediadas. 

Bebo un largo trago de cerveza.

- Yo estaría dispuesto a aceptaros en mi comitiva y que viajéis a mi lado. Siempre y cuando cuidéis de que el cargamento llegue a su destino sin ningún tipo de percance. Si estáis dispuestos, claro está. 

Por un momento Kramghrat se quedo pensativo, sopesando todas las opciones mientras se mesaba la barba.-¿De cuanto estaríamos hablando por acompañarte hasta Thirthon?- si bien su plan para encontrar la entrada del Camino Bajo le llevaba en esa dirección, no había nada de malo en ganar un poco de dinero en el proceso.-Jajajaja cuando te dije ¿De qué intentaban huir?¿qué fue lo que os atacó? me refería a tus hombres a los que perdieron la oreja.- el enano sonrió ante tan tonto malentendido.- Independientemente de la oferta debo consultarlo con mis compañeros¿cuando tienes pensado partir?Y por cierto ¿quien es aquel que te acompaña?¿el poco hablador?-señalo con la cabeza al individuo que ha venido con ellos, pero que se sienta a parte.

Con la vista aguzada toma las flechas y las examina de cerca para ver la calidad de lls materiales, las aparta estirando el brazo para ver si presentan alguna desviación, ...

- ¿Falen, y crees que la entrada al Camino bajo estará tapada o sólo oculta de las rutas frecuentes? - pregunta al mercader mientras acaba de examinar las flechas - ¿y por qué precio quieres vender 10 de éstas?

Esperaba que le hiciera un buen precio por la mitad de sus existencias.

- 1 moneda de oro por cabeza. Siempre y cuando el cargamento llegue a su destino sano y salvo. 

Cuando me explica la equivocación con respecto a mis dos subordinados, me río con él, pero no le explico el motivo por el cuál se le castigo de tal manera. No le doy importancia. 

- Partiremos dentro de unos días, aún no se cuantos, pero quizás una semana. Mis caballos y mis hombres tienen que descansar y coger fuerzas para realizar el último trayecto del camino. Y el descanso en esta posada es el mejor lugar para ello.

Sonrío y vuelvo a levantar la mano para que traigan más cerveza. Le hago un gesto a Kramghrat por si quiere otra.

- Es Nassen. - Hago un gesto con mi boca y mis ojos avisando de que tiene mal genio. Y sonrío cómplice. - Es la mano derecha de mi padre. 

Mis ojos se achican y observan a Rothin como él mismo mira las flechas y las calibra.

- 34 monedas de estaño por diez de ellas. Podría hacerte una oferta especial si te llevas veinte. 52 monedas de estaño. Un precio increíble para tan alta calidad.

Afirmo rotundamente. 

- ¿Crees que si está tan fácil encontrar una entrada no estaría ya saqueado? Nadie antes ha logrado encontrarla. Si estáis pensando en ir, es una perdida de tiempo. Te lo aseguro.

El enano hizo un gesto con la cabeza asintiendo al precio, parecía un buen jornal por un día de trabajo. No quiso insistir más ante la mención de sus subordinados y miro de reojo a Nassen.-Una semana, es un buen tiempo para cerrar cuatro asuntos que tenemos entre manos, hablaré con los míos y les comentaré tú oferta. Nos hospedamos aquí, iremos hablando entonces, una pieza de oro por barba, bien,bien...-le tendió la mano pensando en que tal vez el muchacho no estuviera muy contento con la supervisión paterna, ya que implicaba que no confiaba del todo en el chico.

No creía oportuno hablar con el segundo amando, ya solo le quedaba el cabrero Dunlendino para conocerlos a todos en la posada pero sus pasos se dirigieron hacia la barra en busca de Rubb.-Rubb perdona una curiosidad, tú que llevas mucho en estas tierras escuchando rumores y canciones de los viajeros ¿no te sonará a ti o a los tuyos los poemas sobre Delin o Manawidan Bairg?He pensado que tal vez tus niñas estén en la edad de tener poesías en la cabeza, sino lo recuerdas ¿te molesta que les pregunte?-toda pista podía ser útil y antes de hablar con Mathlouich  o aquel infecto cabrero mejor hacerlo con gente que no competirían con ellos por el tesoro de los bandidos. Tal vez lo de los trolls pudieran zanjarlo en una semana, mmmm "que interesante" pensó para si, la presencia de Dagar le había abierto muchas posibilidades.

Observo que Kramghrat se marcha de mi mesa hacia la barra y no acepta una nueva cerveza. Me encojo de hombros. Había sido un momento agradable. Sonrío y cojo mi cerveza cuando el camarero me la sirve y continúo bebiendo. Tenía que descansar y disfrutar estos días.

- La verdad es que mis hijas han tenido poco tiempo de aprender poemas y demás. Con el trabajo que tenemos, apenas descansamos y tanto su madre, como un servidor, nunca han escuchado nada de eso para poder transmitirlo a nuestros hijos. Solo hemos conocido trabajo desde que eramos niños, y eso mismo es lo que le hemos enseñado a ellos. Trabajar para comer. Pero a pesar de ello, no me importa, claro que no, que hables con ellas. 

Dio una pequeña palmada sobre la madera de la barra agradeciéndole el gesto a Rubb.-Gracias Rubb, procuraré no enredarlas mucho en cocina.-dicho esto en enano paso por detrás de la barra en dirección a la cocina como había hecho la primera vez que siguió a Minna. Esperaba poder encontrar también a Bura, Brannie y Gleefa cerrando el tema de una tacada para no tener que ir preguntándoles de una en una. Sonrió para si pensando en que diría su abuelo de un enano hecho y derecho preguntando en un posada a las mujeres sobre viejos poemas de la tierra, parecía el argumento de un mal chiste. Tosió con fuerza al llegar para no cogerlas por sorpresa.-Buenas tarde Sra.Grumm y a vosotras también señoritas, he oído unos rumores de la tierra sobre unas viejas canciones y poemas que podrían estar relacionado con un tesoro, son un tal Delin y de su primo Manawidan Bairg. Me preguntaba si alguna de ustedes conoce alguna de esas canciones o poesías, son cosas que suelen agradar a las mujeres y estaría agradecido de poderlos escuchar para ver si me sugieren alguna pista.-aprovechó para oler el guiso que estaba en marcha, pero los retortijones le quitaron las ganas de probarlo, hoy mejor guardad algo de reposo.

Veo entrar a Kramghrat en la cocina, justo cuando me pilla pelando patatas. Levanto la mirada y le escucho con atención. 

- Siento comunicarle que no conocemos ningún poema sobre esos dos malechores. Y también, - miro a mis hijas, una de ella está entrando desde la puerta de las cuadras directa a la cocina, con un cubo lleno de huevos de las gallinas, otra está con el fuego de la cocina y la otra fregando los trastos del desayuno en una pila de piedra. Toda la cocina, aunque ordenada y limpia, parece desordenada por el trasiego del desayuno y la preparación de la comida. El guiso de la olla humea, desprendiendo un olor dulce a carne de ave y verduras, que se mezcla con el olor de la leña del fuego, que arde meticulosamente para que la olla mantenga la temperatura correcta. Una gran labor. - he de decir que mis hijas también lo desconocen, más no han conocido nada fuera de esta posada, y nunca han salido fuera a charlar con los clientes. Tenemos mucho trabajo aquí como para que pierdan el tiempo fuera, con fábulas y fantasías. Eso no da de comer.

El enano cabeceo serio, buena mujer, si señor, sería, diligente, señora de su cocina y de su hogar pero a veces los niños no son todo lo que quieren los padres. Kramghrat  revisó la actitud de las niñas por si alguna se ponía nerviosa o se daba por aludida, tal vez algún Don Juan las había visitado a hurtadillas sin que su señora madre lo supiera, aunque era rebuscado no perdía nada provandolo se entretuvo una poco oliendo el guiso y haciéndole un cumplido a Bura sobre su comida.-Bueno, mala suerte para entonces por otra parte también quería preguntaros por cuando asististeis a Thorin tras el choque con el Matabueyes¿cómo hicisteis para recuperarle tan rápido? pues marchamos pronto en busca de Leddon y solo mostró ninguna queja a parte de un buen moratón.-tal vez la mujer tuviera algunas hierbas guardadas para casos de emergencias, ante la posibilidad de nuevas aventuras el enano quería tratar de ir bien pertrechado.

La oferta de Falen por las veinte flechas le pareció aceptable aunque siempre se podía mejorar.

- Son muchas monedas por 20 flechas. Aunque veo que tienes buen género. Te daré 45 monedas de estaño ahora mismo por todas ellas. Es un trato justo que no puedes rechazar. Con estas flechas libraré los caminos de engendros indeseables que te harán más seguro tu tránsito por ellos. Toma mis monedas - rebusco en mi bolsa y se las entrego esperando que las acepte de buen grato. Quiero unirme a mis compañeros cuanto antes y adelantar nuestra salida y así aprovechar todo el día, pues el camino promete ser largo.

Todas mis hijas miran a Kramghrat, pero cuando les miro yo a ellas, vuelven al trabajo inmediatamente. Ninguna se pone nerviosa. Luego, vuelvo a mirar a Kramghrat.

- Tango algunas hierbas y puedo decir, que algún que otro conocimiento sobre ellas. Ayudo a los clientes que necesitan algún tipo de cura. Nada fuera de lo normal. ¿Os ha sucedido algo durante el rescate de mi hijo?

La preocupación se mostró en mi gesto. 

- No puedo vender mis flechas por menos de 49 monedas de estaño. Sería un insulto para mi. La calidad que tienen y demás, hay que pagarla. Además, no pensarás que me cueste a mi el dinero. ¿Sabes cuando me costaron a mi? ¡Y yo tengo que hacer negocio! Tengo que comer y ganar dinero para seguir comprando mercancía. Entiéndeme. 

La tranquilizó con un gesto recio de su pesada mano.-¡Oh, no,no!Nada de eso, tan solo me lo preguntaba por que estas tierras son peligrosas, si mis hermanos vamos a volver a salir de nuevo me gustaría ir lo mejor preparado posible¿Podríais mostrarme lo que tenéis y si es posible vendernos algunas? Ni que fueran las más leves.- razonó el enano con total sinceridad, al fin y al cabo aquella familia eran buena gente. No pretendía timarles ni mucho menos engañarles, él era un enano como dictaban las enseñanzas de los naugrim, de palabra ante todo. Agradeció la gentil preocupación, atribuyéndole a la familia Grumm la fortuna de contar con siete miembros, un número con mucho significado para el pueblo de Durin.

Asiento con la cabeza, dejo la patata y el cuchillo para acercarme a una estantería, secándome las manos en el delantal.

- Aquí ves todo lo que tengo. - Señala con ambas manos el estante. - Es poco, ya que no me dedico a la venta, sino para ayudar a mis hijos y por supuesto a mis clientes, que no les cobro nada por tales servicios. - Digo orgullosa.

En el estante se pueden ver: Suranie, Thurl, Kelventari, Yaran, Arlan, Delrean, Arnuminas, Terbas y Berterin. Todos y cada uno de ellos en frascos de cristal con letreros escritos con hermosa letra.