Partida Rol por web

La vieja casa encantada

Epílogo

Cargando editor
07/06/2008, 09:48
Director

La noticia salió en todos los periódicos del día. La vieja mansión de Graves ardió hasta los cimientos. La policía encontró a una pareja de chicos drogados farfullando insensateces acerca de muertos vivientes y un cadaver con un hacha. Se encontró, efectivamente, el hacha. Pero los bomberos y los policías encontraron más cosas: los cuerpos calcinados de varias personas - incluyendo a un niño - entre los restos de la casa. El misterio rodeaba a todo lo sucedido en aquella casa. Los chicos que dieron la voz de alarma estuvieron una buena temporada visitando juzgados y centros de salud mental hasta que finalmente alguien se cansó y dio por cerrado el caso. La prensa también se cansó y ambos pudieron volver a llevar una vida casi normal.

Suso decidió cambiar de aires en cuanto lograron alcanzar la ciudad tras su huída. Tenía un contacto en Marruecos que le podía buscar algún bisnes mientras se calmaban las cosas. En su nuevo hogar temporal escuchó hablar de viejas leyendas sobre místicos capaces de hacer andar a los muertos. Aunque su sentido común le aullaba que se alejara de tales rumores se dice que un día fue a un bazar donde una tienda muy especial podía tener respuestas a sus preguntas. Luego nadie sabe si Suso regresó a Madrid o quizás encontró algo más en aquel lugar.

Charlie regresó a su casa. Allí se vendó la herida - no pensaba ir a un hospital - y se tumbó a dormir. En su cabeza había demasiadas ideas y tenía que ponerlas en orden. También escuchaba voces, pero después de la tensión sufrida no le parecio raro. La herida escocía, cosa que tampoco le parecía raro, y tenía pinta de haberse infectado. Al día siguiente iría a una farmacia y compraría algo para evitar pillar una enfermedad.
Dos días más tarde su madre decidió visitar el piso de Charlie. Encontraron la puerta abierta y todo en su lugar, pero ni rastro del joven heavy. Nunca apareció. Pero las leyendas urbanas cuentan que en el cementerio de Carabanchel, por la noche, se ve vagar a una figura embutida en una chupa de cuero con una camiseta de los Maiden. Le llaman el Zombie Blanco. CUentan que si te encuentras con él de frente puedes gritar ¡VIVA GIGATRON! y quizás te deje ir sin comerte el cerebro...

Iker fue quizás el que mejor parado salió. Regresó a su casa y sin pararse a dormir examinó la biblia y el diario. No encontró nada en el libro sagrado, pero el diario parecía pertenecer a la extraña dama cadaver y narraba una historia tan siniestra como palpitante. La historia de como un padre se había vuelto loco por la muerte de su hijo más pequeño y había ofrecido su alma y la de toda su familia para que el niño pudiese regresar de entre los muertos. El bebé regresó del más allá inmaculado, pero a cambio el resto de la familia debería morir para renacer en una horrible no-vida. El bebé fue enviado con unos familiares mientras el resto del clan languidecía en el interior de la mansión, con la esperanza de que el niño regresase años más tarde como un hombre, dispuesto a convivir con los suyos para toda la eternidad. Y así esperaban el regreso del hijo pródigo encargándose de que nadie perturbase su calma mortal.
Con esa historia Iker escribió una novela de éxito que le sirvió incluso para ganar el Premio Planeta y vivir de rentas. Durante unos años disfrutó de su éxito devanándose los sesos para encontrar una idea para la siguiente novela. Hasta que un día recibió una carta de un lector que le decía simplemente que gracias a su novela se había reencontrado con su padre tras muchos años. La carta finalizaba casi con una disculpa del que la escribía al decirle que su padre tenía una cuenta pendiente con el escritor y que no la dejaría pasar. La firmaba un tal Angel Graves. Cuando noches más tarde Iker escuchó unos pasos en el jardín de su casa y acto seguido un hacha comenzaba a romper su puerta sintió algo parecido al alivio. Ya no tendría que agonizar cada mañana pensando en buscar una historia para su nueva novela.